EL Rincón de Yanka: ¿CÓMO SERÍA AMÉRICA HOY SI NO SE HUBIESE SEPARADO DE LA CORONA ESPAÑOLA? Y LIBRO "LOS «OCHO MONSTRUOS» DE MONTEVERDE

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sábado, 1 de junio de 2024

¿CÓMO SERÍA AMÉRICA HOY SI NO SE HUBIESE SEPARADO DE LA CORONA ESPAÑOLA? Y LIBRO "LOS «OCHO MONSTRUOS» DE MONTEVERDE

Los «ocho monstruos» 
de Monteverde:
El destierro en Ceuta de dirigentes 
de la Primera República de Venezuela
 

Monteverde llegó a unir a todos los sectores que estaban contra la Primera República de Venezuela, que se constituyó el 19 de abril de 1810 y que estaba sustentada en las élites de Caracas. El marino lagunero, canario, consiguió aglutinar sus tropas y los intereses de otros grupos, como las clases bajas, los llaneros, así como de las oligarquías de territorios como Coro, Maracaibo o Guayana, contra los poderosos de Caracas, que proclamaron la independencia de España.

Cabe destacar que era pariente de algunos dirigentes importantes del proceso independentista, como es el caso de José Félix Ribas, primo suyo y tío de Simón Bolívar. Hernández explica que tres hermanos Ribas estaban casados con otras tantas hermanas de la madre de Bolívar. Los tres eran hijos de Marcos Ribas, natural de El Sauzal y que fue regidor de Caracas. Domingo de Monteverde llegó a Caracas, acabó con la Primera República y se autoproclamó capitán general de Venezuela, a pesar de que la Regencia había nombrado a otra persona como gobernador en Maracaibo. Ante su ímpetu, las Cortes de Cádiz y el Gobierno español tuvieron que aceptarlo como capitán general.

Un elemento clave de este proceso fue la firma de la capitulación de San Mateo por parte de Domingo de Monteverde y Francisco de Miranda, otro hijo de tinerfeño precursor de la Independencia de América. Según dicho acuerdo, no se podía juzgar a nadie por lo que hizo en la Primera República (19 de abril de 1810 hasta el 25 de julio de 1812). Sin embargo, Monteverde no lo cumplió, tras formar unas juntas que gobernaban de forma dictatorial, "desoyendo a la Audiencia de Caracas". Bolívar cogió preso a Francisco de Miranda y se lo entregó al nuevo capitán general de Venezuela, que lo deportó a Cádiz, donde falleció preso en la cárcel de La Carraca.
 
Domingo de Monteverde trató de forma muy distinta a Simón Bolívar y sus parientes, los Ribas, a quienes "les dio pasaporte para que salieran tranquilamente al extranjero", en el primer caso "por los servicios prestados (la traición a Miranda) y en los otros, por su parentesco". El autoproclamado capitán general hizo una lista de los enemigos principales y, de hecho, a ocho de ellos los envió presos a Ceuta. Y los llamó "los ocho monstruos". Cuatro eran americanos y otros tantos de la España peninsular. Entre los americanos, figuran el chileno José Cortés de Madariaga, canónigo de la catedral de Caracas; Juan Germán Roscio, abogado e ideólogo de la Primera República; así como los militares Juan Paz Castillo, hijo de un canario oriundo de Granadilla que llegó a alcalde de Caracas, y Juan Pablo Ayala, casado con una hija de Fernando Key Muñoz, quien llegó a ser el primer ministro de Hacienda venezolano y era hermano de Santiago, diputado en las Cortes de Cádiz.

Los ocho "monstruos" fueron procesados y siguieron presos en Ceuta, a pesar de que "no habían cometido delito alguno después de la capitulación". De hecho, no tuvieron mucho tiempo. Fueron detenidos apenas un día después de la firma del acuerdo. Los cuatro americanos consiguieron en 1818 que un comerciante inglés los embarcara de forma clandestina a Gibraltar. Pero el gobernador de Gibraltar los devolvió a Ceuta. Entonces, reclamaron a Londres que, con su devolución, hubo una ilegalidad porque se atentaba contra los Derechos Humanos. Las presiones del Reino Unido surtieron efecto y el Gobierno los puso en libertad. En cuanto a los cuatro peninsulares, Mires se fugó, volvió a América y ejerció como militar, con el grado de capitán, en la independencia. Los otros tres, Francisco Isnardi, Manuel Ruiz y José Varona, fueron liberados antes de 1819. Ruiz y Varona regresaron a América, donde siguieron apoyando la separación de España.

El gobierno de Domingo de Monteverde duró un año, porque Bolívar, con un ejército formado por colombianos y franceses, invadió Venezuela y ocupó Caracas en 1813. El marino lagunero huyó a Trinidad (Reino Unido) y, desde dicha isla, regresó a España y murió en Cádiz. Bolívar publicó su manifiesto de "Guerra a muerte", por el que españoles y canarios tenían que apoyar la independencia o serían condenados a muerte.

El "libertador" intentó simular que aquella era una guerra entre americanos y europeos (españoles) e isleños (canarios). Cuando muchos canarios intentaron huir de la nueva república por el puerto de La Guaira, Simón Bolívar ordenó fusilar a más de 200 españoles e isleños.
 
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Los "monstruos" nacidos en la Península son Francisco Isnardi, cirujano, secretario del Congreso y director del periódico oficial (La Gaceta de Caracas); los militares Manuel Ruiz y José Mires, que acabaron con los conspiradores contra la Primera República, así como José Varona, quien delató a los canarios que conspiraron contra el gobierno independentista. 
En el episodio de la Sabana del Teque, 18 canarios fueron ahorcados por no querer ser gobernados por las élites de Caracas.

Los ocho monstruos
del canario Monteverde

Manuel Hernández González

Son “ocho monstruos” de la Primera República de Venezuela, un sueño que aplastó un lagunero al servicio de España: Domingo Monteverde.
La historia de su condena y posterior huida a Gibraltar forma el material de "Los ocho monstruos de Monteverde. El destierro en Ceuta de dirigentes de la Primera República de Venezuela" (Ediciones Idea, 2020).

- ¿Qué hicieron los protagonistas del libro para ser catalogados de monstruos?
“Se los catalogó así en una lista de unos cien que se estimaron como tales, aunque algunos de los protagonistas de la Primera República no fueron incluidos dentro de ese catálogo. Cuatro eran americanos y cuatro españoles. Los americanos eran tres venezolanos y un chileno. Fueron escogidos algunos por su papel significativo en la Primera República y otros por su contribución al descubrimiento de alguna de las conspiraciones contra ella”.

- ¿Qué personaje de los ocho destacaría y por qué?
“Señalaría a dos que ocuparon un papel crucial en la Primera República, el natural de San José de los Tiznados Juan Germán Roscio, el ideólogo por excelencia de la revolución, y el chileno José Cortés de Madariaga, que jugó un papel decisivo desde los primeros movimientos rupturistas que condujeron a la Junta Suprema de Caracas. El primero creó el cuerpo doctrinal que dio lugar a la primera constitución y el segundo defendió el constitucionalismo liberal y federal que defendió a lo largo de toda su vida”.

- Son los monstruos de Domingo Monteverde, ¿quién fue Monteverde?
“Domingo Monteverde fue un marino canario, originario de La Laguna, perteneciente a la élite insular, primo de los Rivas, significativos dirigentes de la revolución como José Félix y dos de sus hermanos tíos políticos de Bolívar a los que dio el pasaporte para salir del país al igual que hizo con su sobrino político, bisnieto como ellos y como Agustín de Betancourt, el célebre ingeniero ilustrado, del capitán general de Venezuela Marcos Castro Betancourt. Intervino como marino en la célebre batalla de Trafalgar. Al desembarcar en Venezuela logró aunar todos los sectores sociales y políticos contrarios a la Primera República y derrotarla. Una vez derrotada se autoproclamó Capitán General de Venezuela, habiéndose visto obligados la Regencia y las Cortes de Cádiz a aceptar esa imposición. Firmó la capitulación con Francisco de Miranda, pero no la cumplió. Gobernó con una junta alternativa al margen de los poderes constitucionales, que trataron de limitar su ejercicio omnímodo del poder, cuya cabeza más visible fue el dominicano José Francisco de Herencia, regente de la Audiencia de Caracas”.

– El libro cuenta con fuentes inéditas ¿cuál destacaría?

“Por un lado, junto con los procesos de los ocho dirigentes y documentos de Monteverde sobre los detenidos, cuento con el diario de José Cortés de Madariaga de su viaje hasta Bogotá para negociar con la Junta de Bogotá, que es excepcional por el análisis que hace de las élites de los territorios que visitó en un momento clave anterior a la declaración de independencia y que acaban con muchos tópicos que hasta entonces se tenían sobre el papel de algunas de ellas como las de Mérida, Trujillo o Barinas y que se complementan con su correspondencia con Juan Germán Roscio y de éste con el marqués del Toro. Una documentación totalmente inédita que se complementa con los informes de los desterrados a la Regencia y las Cortes de Cádiz, los procedimientos y resoluciones, la fuga de los cuatro americanos a Gibraltar y su devolución por su gobernador y las gestiones que condujeron a su liberación y lo acaecido con los cuatro peninsulares”.

– ¿Quiénes eran los monstruos penínsulares?

“Se puede apreciar que en el caso del gaditano Isnardi se debió a su papel como secretario del congreso y director de su órgano de prensa, la Gaceta de Caracas; en el de Mires Ruiz por haber contribuido a abortar la llamada conspiración de los Linares, una familia de comerciantes cántabros, y en el de Varona por traidor y descubridor de la llamada asonada de la Sábana del Teque también llamada rebelión de los isleños que fue cruelmente reprimida con ejecuciones de canarios por la Primera República”.

- Se tacha el gobierno de Monteverde de despótico.

“Monteverde se valió de los canarios de clase baja para tratar de erigir un nuevo orden que sustituyese al que había hegemonizado la élite mantuana que en su gran mayoría había apoyado la causa republicana. Les dio algunas prebendas y cargos y se valió de ellos para edificar un nuevo proyecto político que en cierto sentido fue despótico ya que trataba de desconocer el orden constitucional”.

- ¿Y su auge y caída?

“Apenas aguantó un año cuando los ejércitos de Bolívar, procedentes de Colombia en la llamada campaña admirable con su célebre decreto de Guerra a Muerte lograron desmantelar su gobierno. Quedó gravemente herido y tuvo que ir a Trinidad. En apenas un año las tropas de Bolívar ocuparon Caracas, pero tampoco la Segunda República logró imponer su hegemonía porque unos años después la llamada guerra social de los llaneros, dirigidos por Boves y Morales, llevaron a Bolívar al exilio y a una segunda guerra a muerte donde el odio social y étnico se exacerbó hasta niveles considerables”.

- ¿Qué lecciones puede sacar el lector de este libro?

“Ejemplifican como el despotismo quiso edificarse en abierta contradicción con el régimen liberal, pero también demuestra las dificultades de construir un régimen democrático en una sociedad hegemonizada por una oligarquía con pretensiones y con unas élites locales con puntos de vista no precisamente coincidentes”.

 

Los Ocho Monstruos de Monte... by LISBETH CAROLINA PENA ASCANIO

 

 
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