EL Rincón de Yanka: PADRE JUAN CARLOS GAVANCHO, EXPULSADO DE SU PARROQUIA TRAS UN VALIENTE SERMÓN ⛪

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lunes, 11 de diciembre de 2023

PADRE JUAN CARLOS GAVANCHO, EXPULSADO DE SU PARROQUIA TRAS UN VALIENTE SERMÓN ⛪


¡Después de este sermón, 
el sacerdote fue EXPULSADO! 


Un joven sacerdote católico llamado Juan Carlos Gavancho pronunció un valiente sermón en la Parroquia de Santa Bárbara en California, donde se desempeñaba como vicario parroquial. Dos días después del sermón, el Padre Gavancho recibió la orden de su párroco de recoger sus pertenencias y abandonar la residencia parroquial. Su nombre fue eliminado del sitio web de la parroquia. Durante una reunión con la Oficina del Vicario del Clero, se le informó que se le retiraba el derecho al servicio sacerdotal. Gavancho preguntó por qué y se le presentó un documento con diez quejas del párroco de su parroquia en su contra. Las quejas incluían su sermón pronunciado unos días antes. Las otras quejas escritas en el documento eran eventos que habían ocurrido pero que habían sido distorsionados por el párroco para que parecieran negativos o simplemente no habían ocurrido en absoluto. 

El padre Gavancho ahora vive en un hotel y no sabe qué le sucederá a continuación. Estaba sirviendo en la Arquidiócesis de Los Ángeles, pero su base de operaciones es la Arquidiócesis de Chicago. Si no puede encontrar otra asignación para el clero, él me dice que probablemente se verá obligado a regresar a Perú.

Queridos hermanos y hermanas, aquí tienen el sermón.

Este joven sacerdote católico arriesgó su futuro al decir la verdad sobre lo que está sucediendo en la Iglesia. Escuche su homilía, o lea la transcripción a continuación. 

Ore por él.

Homilía del 26 de agosto del padre Gavancho. Así es como suena su coraje:

¡Después de este sermón, el sacerdote fue EXPULSADO! Lo que dice es ATERRADOR

¿Que está pasando en la Iglesia? se preguntarán ustedes. Muchas cosas, muy malas. Pero tres cosas fundamentales que han sido la noticia. Esto está avanzando muy rápido, en las últimas tres semanas. Ayer en la noche salió otra. Estas son las cosas que están sucediendo en la Iglesia hoy en día. Tristísimo.

Primero, se habrán enterado ustedes que hace tres semanas en Pensilvania salió un reporte que había sido trabajado por dos años que comprendían varias diócesis, y al final del reporte que fue en una rueda de prensa, se decía que como conclusión, solo en el estado de Pensilvania, cerca de 300 sacerdotes en el espacio de 70 años abusaron de más de 1000 niños y jóvenes. Esta noticia supone una gran tristeza para aquellos que vamos a la Iglesia, otros estados han comenzado a tener la misma idea y comenzarán a tener una investigación. Para muchos esto es una gran desgracia, algunos no quieren cooperar, "no, mejor dejenlo así...".

A mí me parece una gran noticia. Que la Verdad os hará libres, dice el Señor. Y el que tiene Fe y ama la Iglesia no tiene miedo de que la basura de la Iglesia se exponga para que veamos y para que entendamos que la Iglesia no es obra de hombres, sino de Dios.

Lo segundo ha sido que hace un tiempo se hizo pública la sentencia que la Iglesia, que el papa Francisco le da a uno de los cardenales de los EEUU, uno de los prominentes cardenales de los EEUU, el cardenal McCarrick que ya es retirado, tiene unos 89 años, esta bastante mayor, pero se descubrió, el papa lo sancionó y lo relevó a una vida de oración y en silencio, de no tener ningún tipo de contacto público, no celebrar misa, porque se descubrió que este obispo, este cardenal durante todo su sacerdocio había abusado de menores y también de jóvenes, especialmente seminaristas que tenía una casa en la playa, en la cual se llevaba a seminaristas y dormía con ellos y también con sacerdotes. Lo peor de todo es que nadie sabe nada, nadie supo nada, se sabía que esto era un secreto a voces pero nadie dijo nada y cuando se les pregunta a diferentes personas que deberían haber estado en contacto con él y que deberían haber sabido lo que pasaba, dicen "I don't know" (no sé, nunca me enteré, no supe).

Y esto tiene que ver con una tercera noticia que vino ayer, que ayer se desató y que seguramente no ha llegado a los medios, pero seguramente llegará pronto, estoy seguro.

Que el obispo, su excelencia Monseñor Viganó que era el nuncio apostólico en los EEUU de la Santa Sede, es decir, el embajador del santo padre en la Santa Sede, por cerca de 5 o 6 años, ya no lo es, se retiró. Pero lo fue en parte del tiempo de Benedicto XVI y en mucha parte del tiempo del papa Francisco, ha escrito una carta pública de once páginas haciendo declaraciones que cuando yo las leí, se me caían las lágrimas. En una combinación de tristeza profunda por el estado de mi Madre, la Iglesia, y por alegría de saber que Dios estaba actuando para limpiar la Iglesia. En estas declaraciones, su excelencia Viganó, entre muchas otras cosas, en un documento muy amplio, decía que estas acusaciones que se les hacia al cardenal McCarrick (a quien me he referido hace un momento) ya se habían hecho hace muchos, muchos años y que Benedicto XVI después de mucho tiempo y de mucho atraso porque filtraban la información para que el papa Benedicto no se enterase, finalmente, el papa Benedicto años atrás, impuso a este cardenal las mismas penalidades que después le impondría el papa Francisco, es decir, no aparecer públicamente, no celebrar misa públicamente, no dar espiches ni discursos públicamente y salir del seminario donde él estaba viviendo. Evidentemente, por lo que había pasado. Pero este obispo Viganó dice que cuando asume el papa Francisco el timón de la Iglesia, él le hace saber al papa lo que sucede con este cardenal y este obispo, este nuncio, dice el papa hizo oídos sordos a su información y que poco tiempo después este mismo cardenal que había sido castigado por Benedicto XVI estaba dando charlas, celebrando misa, viviendo en el seminario, a sabiendas de lo que había sucedido y bajo el conocimiento del papa Francisco. Lo que es impresionante es que su excelencia Viganó le pide al papa en esta carta RENUNCIAR. No sólo él, sino todos estos cardenales y obispos a quienes menciona con nombre propio en la carta por haber encubierto a un hombre que era un criminal, que era un abusador, permitiendo así que estos crímenes vayan impunes. Y que solo se le castiga cuando ya llega a los medios y cuando afecta la reputación del santo padre.

Tres noticias terribles que no se han escuchado de estas cosas en los últimos 500 años de la Iglesia. Estamos hablando de algo serio. ¿Padre y porque nos cuenta eso usted a nosotros? Porque ustedes son hijos de la Iglesia. Y porque lo van a escuchar en las noticias. Y porque yo haría mal en ocultar esto y decirles "hay problemas en la Iglesia, recen, hermanitos, Alabaré, Aleluya". No podría decir eso porque sería engañarnos. El cáncer, la maldad de hombres, del enemigo, ha entrado a la Iglesia hasta los más altos niveles corrompiendo a gente buena, a niños (1000 abusados por sacerdotes, 300 de ellos en Pensilvania). Imagínense cuantos mas saldrán cuando estas investigaciones terminen a lo largo de los EEUU. Seminaristas que llegaron al seminario con la ilusión de ser sacerdotes y se encontraban con un cardenal que les pedía que se tenían que acostar con él. Ocasiones echadas a perder, ilusiones muertas por la maldad de traidores, de Judas que hoy han llegado a altos lugares de la Iglesia. ¿Entonces que hacer, padre? Mucha gente dejará la Fe, porque la gente, con justa razón dirá: "Esto ya sucedió en el 2012 aquí en los EEUU y ahora siguen los escándalos. Pero ahora no ya solamente de sacerdotes, sino de cardenales y obispos. Y mucha gente no podrá con ello y dejará la Fe.

A ellos yo les digo: No dejen la Fe, no se alejen de la Iglesia. Pero créanme, que les entiendo que humanamente esto es muy difícil de digerir. Que sacerdotes, obispos, incluso papas que están en sus puestos para darnos la Fe, amarnos, alimentarnos de la Verdad, a vivir según la Verdad vivan una vida como la vive la mafia, escondida.

Quiero que sepan también que en el medio de esta situación tan terrible de esta gente mala en la Iglesia, también hay gente buena. Hay sacerdotes que han predicado esto desde hace tiempo, en contra de eso. Y han sido perseguidos, silenciados, echados de sus diócesis, echados de las parroquias, simplemente porque se atrevían a llamar el problema como es, y han sido terriblemente atacados. Y no es fácil.

Ustedes cuando tienen un problema, van a su casa. Porque está su mamá, su esposa. ¿Adónde va el sacerdote? Cuando el obispo está en tu contra, cuando el párroco está en tu contra, cuando tus hermanos sacerdotes están en tu contra...¿adónde vas? Es duro. Es difícil.

Y por eso la solución no puede venir del clero. Porque quienes pudieran hablar no pueden hablar, porque saben que lo pierden todo. El Obispo Fulton Sheen, que era un gran obispo, pronto será santo (Dios quiera), decía que "la solución a este problema vendrá de los laicos".

Por eso los laicos, ustedes, no pueden venir a misa simplemente a escuchar un coro o a celebrar la misa, y luego irse y seguir con sus vidas después de lo que han escuchado. No pueden hacer eso. Ya no se está permitido. Porque Dios pronto va a actuar. Salvará su Iglesia que como ha dicho San Pablo "es santa e inmaculada", que tiene la cara sucia y a quien se le ha llenado de basura por los hijos de la Iglesia. Pero no por la Iglesia misma, ella permanece Santa, irreprochable, intachable, ella será salvada, ella perseverará, ella llegará al Reino de los Cielos.

La pregunta es: ¿nosotros vamos a estar con ella?

No podemos callarnos. No podemos permanecer en silencio, tenemos que actuar. Yo, haciendo mi parte, la estoy haciendo ahora, no crean que es fácil decir esto, pero ustedes tienen también que hacer también su parte. Rezar por supuesto, si, mucho, más que antes. Rezar duro, hacer penitencia, muchos rosarios, para que este mal, este cáncer tan avanzado sea erradicado de la Iglesia. El Señor está actuando, yo se lo pedí al Señor. ¡Señor, actúa!

Yo se lo he dicho muchas veces: ¡Dos mío, ten piedad de mi!, ¡Por favor! ¡Aparece! ¡Respóndeme! ¡Salva a tu siervo que confía en Ti! ¡Te invoco sin cesar!

Y escuchó mi plegaria y la plegaria de tanta gente. Lo que sucedió ayer con esa publicación de la carta del obispo Viganó fue una cosa que a mí me dejó frío porque no lo esperaba. Este no es un obispo loquito que está por allí en un pueblecito. Este es el ex embajador entre el Vaticano y los EEUU, quien se armó de valor y ha sacado una carta de más de once páginas, en donde habla las cosas claras, con nombre y apellido, con fechas, con información importante de la cual ya no podemos hacernos los tontos ni los ciegos ni los sordos, sino que tenemos que actuar. Orando para que sus familias sean fuertes, porque ustedes son como un ejército en donde los coroneles y los generales les han traicionado y ahora ustedes tienen que pedirle a Dios, el Gran General, Señor, socórrenos, ayúdanos, ¿quien protegerá nuestros niños? ¿quien le dará la Fe a nuestros hijos? ¿quien le dará la Fe a nuestros jóvenes? Problemas graves.
Recen por los sacerdotes. Recen por mi. Se los suplico. Para que el Señor me dé el valor de predicar y la perseverancia para seguir en esta batalla que no es fácil. Pero no solamente pueden quedarse con el rezar. Tienen que actuar. Tienen que exigirle a sus pastores: Padre, denos la Verdad.
Una de las razones por las cuales esto está pasando no es simplemente cuatro o cinco personas malas que se metieron a la Iglesia. Esto viene desde muy atrás, es el demonio que quiere destruir los cimientos de la Iglesia introduciendo gente que no cree para convencer a los fieles en no creer, y nosotros nos hemos dejado convencer. Hemos convertido la Iglesia en un lugar en donde vamos porque nos sentimos bien, en donde vamos porque nos dicen cosas bonitas y apenas nos dicen algo malo que no nos gusta, nos vamos, nos quejamos, escribimos cartas. Así no se llega a ningún sitio. 

 Esta Iglesia no es un lugar para divertirse ni para pasarla bien, es un lugar de conversión, es un lugar de transformación, es un lugar donde nosotros venimos enfermos a curarnos y el se cura, sufre. Porque hay que inyectarlo, porque tiene que estar en cama, porque tiene que tener sedantes, medicina, un régimen, una comida especial, eso eres tu y eso soy yo. Pero nos hemos conformado con que el sacerdote nos sonría, con que el sacerdote nos trate bonito, que nos cuente chistes en la homilía y nosotros ja ja ja. Y no le hemos exigido: Padre, sonríanos, trátenos bien, pero denos la Verdad! denos a Jesucristo! Porque sin Jesucristo no nos salvamos! Yo no me salvo por su sonrisa! Yo no me salvo porque usted me trata bien! Yo me salvo porque recibo la Fe de Jesucristo impoluta, prístina, clara, eso es lo que yo quiero para transmitírselo a mis hijos.

Y no se puede hacer esa labor con lo que tenemos hoy en día. No será suficiente la renuncia de tres, cuatro, cinco obispos. No será suficiente. Necesitamos un cambio radical, una conversión extrema, una conversión de corazón. De los clérigos, de los obispos, de los sacerdotes, pero especialmente de ustedes. Porque si esto ha sucedido ha sido en primer lugar por culpa nuestra, sacerdotes, obispos, diáconos, pero también PORQUE USTEDES LO HAN PERMITIDO. Porque ustedes jugaron con nosotros. Porque se callaron. Porque no hablaron. Porque no dijeron las cosas como debían de ser, porque no exigieron la verdad. Y hoy pagamos las consecuencias.

No es mi intención culpar, pero sí es mi intención darles luz para, que en estos momentos difíciles, podamos hacer lo que Dios quiere.

Hermanos, esta crisis que estamos viviendo que no es solamente en los EEUU, lo mismo pasa en Honduras, Chile, Austria, Alemania... la Iglesia entera está inoculada con este cáncer de la iniquidad. No es una cuestión de aquí. Todo el mundo. Y es tiempo de volver a Dios. Y les pregunto lo que Josué les preguntó al pueblo: ¿quieren ustedes seguir al Dios de Israel, al Dios de Jesucristo? ¿o volverse con sus dioses, con sus caprichos, con sus ilusiones, con sus sueños, con sus planes? El pueblo respondió: "Lejos de nosotros alejarnos del dios de Israel". Ojalá que su respuesta sea la misma.

Hermanos, recen y actúen. Son momentos difíciles. Y lo que les he dicho ahora lo tenía que decir por que ustedes o lo saben o lo encontrarán en las redes y en las noticias. No les he dicho nada oculto. Pero tenía que decirles porque estoy cansado de que a mi Madre, la Iglesia, la traten así. Y la confundan y la hagan parte de una mafia y de una cueva de ladrones, como el Señor lo había dicho. Un sepulcro blanqueado. Esa no es la Iglesia. La Iglesia es lo que dice San Pablo: el Señor la limpiado con su sangre, la ha hecho inmaculada, Santa, pura, y nosotros la hemos afeado, la hemos humillado, la hemos rechazado y la hemos convertido en una payasa.

Tenemos que recuperar este amor a nuestra Madre, la Iglesia, que hoy está de rodillas por la maldad de criminales que en vez de seguir a Dios y a Cristo, decidieron seguir sus propias apetencias, sus propios impulsos, sus propias ideas y olvidaron así al Dios de la Vida.
Queridos hermanos, ánimo, coraje, no se desanimen, pero luchen, porque la lucha está aquí. No vendrá, ya está aquí. Y ahora depende de ti si quieres seguir con Jesús o seguir a los otros dioses. Depende de Ti.
Transcripción Cris Yozia

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