▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
ELECCIONES DEL FEUDALISMO
PARTIDOCRÁTICO
Y CACIQUIL DE OLEIROS
▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀▀
"SIN ÉTICA NO HAY DEMOCRACIA:
La cleptocracia partitocrática
quiere un pueblo amoral y corrupto
para seguir gobernándoles.
Mientras los gobernantes no entiendan
que son nuestros servidores
y no viceversa, no progresaremos".
Yanka
Había más apoderados "margaritas" del cacique de Gelo que los súbditos de Kim Jong-un de NorCorea. CLIENTELISMO PURO Y DURO.
Es muy lamentable que siendo OLEIROS, un municipio de EMIGRANTES OLEIRENSES a hispanoamérica (VENEZUELA, CUBA, MÉXICO...) y de INMIGRANTES hispánicos NO HAYAN VOTADO EN CONTRA de los partidos COMUNISTAS, SOCIALISTAS Y NAZIONALISTAS (O FUESEN ABSTENCIONARIOS) QUE HAN SIDO CÓMPLICES DE LA REPRESIÓN DE LOS PUEBLOS. Es repugnante y repulsivo. Pero la Tierra gira. Todo da la vuelta.
La sangre de los inocentes cubanos, nicaragüenses y venezolanos caerá sobre todos aquellos que permanecen indolentes mientras avanzan los tanques de la represión castrochavista. Los gobiernos y sobre todo sus ciudadanos tienen que pronunciarse, y la presión internacional materializarse en una condena efectiva. Pero, sobre todo, urge conminar a los tibios de toda la vida, a los indiferentes que nunca se pronuncian, porque las dictaduras también sirven como termómetro para identificar a los verdaderos demócratas, tan distintos de esos falsos profetas que se esconden bajo el ropaje de la ideología partidista y el bien común, mientras se hacen ricos...
Ese es el gran problema de LA FALTA DE EDUCACIÓN CÍVICA Y POLÍTICA EN ESPAÑA Y SOBRE TODO EN GALICIA: creen que porque votan, viven en DEMOCRACIA. No se dan cuenta de que viven en una OLIGARQUÍA PARTIDOCRÁTICA FEUDALISTA DE ESTADO. Porque los partidos representan al estado y no a la nación. Los partidos se representan ellos mismos. No somos soberanos, ni elegimos ni decidimos nada de nada. SÓLO VOTAMOS, PERO NO ELEGIMOS NI MANDAMOS.
Cree el siervo, que si no vota, no tiene derecho a quejarse. El ciudadano sabe que votando, sólo legitima la corrupción y alimenta la partitocracia.
DIFERENCIAS ENTRE PUEBLO SÚBDITO
Y CIUDADANÍA SOBERANA
Hay mucha incultura democrática en España y más en Galicia. Hay mucha ignorancia de la FILOSOFÍA DE LA POLÍTICA. Ya que el conocimiento nos hará más libres y despiertos. Que no se dejarán comprar ni ser sometidos con corruptelas.
"Pueblo" es un término que, por lo menos desde un punto de vista ético, tiene implicaciones reñidas con el concepto de ciudadanía. Mientras ser ciudadano denota ejercicio de derechos, y no es una concesión benévola del gobernante de turno, ser pueblo implica mendigar un favor de alguien que se encuentra en una posición de autoridad mayor que la propia.
El Pueblo Español tiene, pues, derecho a dejar de ser el hazmerreír de la clase política que lo desprecia, porque es el legítimo propietario de la Soberanía, el que todo lo sufraga con su sudor y el que pone hasta los muertos, cuando son precisos.
La concepción de ciudadanía como distinta a pueblo, por lo tanto, tiene como requisito entender al gobernante o autoridad como servidor público, por esto es preocupante que en el léxico cotidiano de la realidad nacional, incluso en el que se supone "intelectual", se vaya imponiendo el uso intercambiable de pueblo y ciudadano. Esto traduce el terrible estado en el que se encuentra nuestra autoconcepción más dirigida a sentirnos pueblo, por lo tanto servidumbre, que ciudadanos, sujetos de derechos, capaces de exigirlos y de hacerlos respetar.
La dignidad de las personas necesita, por ello, deshacerse de la pesada herencia que nos hace pensar que el gobernante es un privilegiado. Deberíamos comenzar ya a convencernos que ejercer nuestros derechos lleva implícita la exigencia de reubicar la función de gobierno en la esfera del servicio a la ciudadanía, la que se hace efectiva en la esfera de los derechos, no de los caprichos ni de las dádivas.
Ya que la ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada (y autoreguladora).
"Si la ciudadanía es algo que remite a un proceso histórico, siempre vamos a estar hablando de una construcción de ciudadanía y de que haya también una reconstrucción constante de esa ciudadanía. La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que "participa":
(La participación ciudadana es la intervención de la ciudadanía en la toma de decisiones respecto al manejo de los recursos y las acciones que tienen un impacto en el desarrollo de sus comunidades. Es un legítimo derecho de los ciudadanos y para facilitarla se requiere de un marco legal y de mecanismos democráticos que propicien las condiciones para que las personas y las organizaciones de diversos sectores de la sociedad hagan llegar su voz y sus propuestas a todos los niveles de gobierno.
El Estado, al asumir los problemas e intereses de la sociedad, tiene la tarea de generar políticas eficaces de desarrollo en diferentes ámbitos, considerando el derecho de la ciudadanía para potenciar sus capacidades de control y responsabilidad, ya que el desarrollo de una nación democrática se logrará únicamente con activa participación de todos los sectores de la sociedad. Aquí es donde entran los "valores de la participación ciudadana", que se clasifican en 3 Partes: responsabilidad, solidaridad, tolerancia.
Una ciudadanía bien informada sobre los problemas de la comunidad podrá participar activamente en el logro del bienestar presente y futuro, ya sea colaborando con acciones simples hasta involucrarse y ejercer sus derechos en favor de la solución de los problemas, poniendo en práctica los valores de la participación ciudadana, pues una sociedad responsable, solidaria y tolerante es una sociedad justa en todos los sentidos. En la tradición occidental el ciudadano es un conjunto de atributos legales y a la vez un miembro de la comunidad política).
EL ENGAÑO Y LA DESINFORMACIÓN HAN PERMITIDO AL LOS DÉSPOTAS GARANTIZARSE MAYORÍAS PARA REALIZAR SUS INTERESES PERSONALES Y LOS DE “SU GRUPO”
La obligación por ley, el engaño y la desinformación han sido siempre armas rentables para no pocos déspotas a la hora de garantizarse las mayorías respectivas, para realizar sus intereses personales y los de “su grupo”. Recuerden que más del 60% de los representantes políticos en nuestra pseudo-democracia ya está decidido mucho antes de ustedes puedan votar: es la magia de los partidos y sus listas de candidatos.
Los políticos y los funcionarios dominan nuestra “democracia” exactamente igual que lo hacían antiguamente los barones, condes y marqueses. Sólo hay que ver la “legitimidad democrática” de tantas y tantas decisiones que alguien toma por nosotros sin más justificación que números paupérrimos de participación o párrafos escondidos en remotos lugares de un programa electoral. Sobre la capacidad cognitiva y profesional de muchos de nuestros “representantes democráticos” a la hora de tomar decisiones prefiero no hablar ahora. Estoy de buen humor.
DE LA DEMOCRACIA A LA FRACTOCRACIA
Puesto que siempre habrá más pobres que ricos, más arrendatarios que propietarios, más empleados que empresarios, más miedosos que valientes, más colectivistas que individuos responsables y más personas incultas que cultas, resulta facilísimo para los numerosos «héroes políticos», con su falta de escrúpulos, de sentido de la responsabilidad y su avidez por todo lo que huela a poder, adueñarse de la correspondiente mayoría para expropiar, recortar en sus derechos a la minoría sometiéndola por vía democrática a su voluntad.
Si prefieren que lo exprese de forma más polémica: hazte con la masa de los estúpidos mediante promesas populistas y agitación demagógica y excluyente, y será fácil dominar de “manera legítima y democrática” a cualquier grupo minoritario que pueda amenazar tu privilegio de poder. Es la fórmula mágica que tantas veces ha funcionado en la larga historia de la humanidad, ora disfrazada de despotismo, ora de feudalismo, ora de democracia. Por eso me niego a aceptar que vivo en una sociedad democrática. La nuestra es más bien una democracia fracturada.
Jamás se ha alcanzado por la vía democrática una verdadera reforma de nada. Es cierto que la utilización irresponsable del oportunismo, la comodidad y del continuo estado de dependencia de las masas generó en no pocas ocasiones el espejismo de enormes modificaciones en la situación de la humanidad (revoluciones, derechos humanos, acuerdos de Kioto, Naciones Unidas, …), pero todos esos cambios (explicados a continuación penosamente por los historiadores) se deben principalmente a la acción de unos pocos que supieron hacer uso de las sociedades fragmentadas para, inculcando primero y recogiendo los parabienes de la mayoría adoctrinada después, alcanzar sus propios objetivos; unas veces loables, otras no.
No son el fruto del “gobierno de todos”, sino más bien el del gobierno de unas mayorías manipuladas y cebadas en promesas, por lo general no involucradas en el proceso más allá de lo que les permitieron los prometedores de turno. No asistimos a una democracia: se trata de una fractocracia (el poder de una parte del demos).
Desde los tiempos de la Ilustración los pensadores y filósofos europeos se devanan las neuronas (en ocasiones con irrisorios resultados) sobre la madre de todas las preguntas: ¿qué reglas y leyes han de regular la base de un Estado moderno y democrático? Situados al principio frente a la negación de cualquier sistema que pretendiese usurpar las prerrogativas de la nobleza, Hegel y Kant carecieron de la fuerza necesaria para llevar sus tesis a buen puerto. Fracasaron ante el desinterés de las masas, a las que no consiguieron comunicar, ni con las palabras ni con sus escritos, la necesidad de asumir responsabilidad por la propia vida, los propios actos.
Otros fueron retirándose a la esquina apolítica (Goethe, Schopenhauer, Nietzsche) incluso prefiriendo ahogarse en un mar lírico e insustancial (Schiller). Los representantes de la llamada “Escuela de Frankfurt”, peligrosísimos pseudodemócratas cuyo pensamiento nace del socialista y criminal Marx (de quien como “pensador” sólo cabe decir que nunca entendió ni una sola palabra de “su” Hegel), apenas si pueden ser denominados colaboracionistas a la hora de implantar una conciencia pseudodemocrática por la que se concede a las masas ignorantes el espejismo de ejercer el poder. Todos ellos olvidaron uno de los principios básicos de la democracia clásica: la demos debe ser capaz de compartir cualificadamente (no cuantificadamente) las decisiones que le afectan.
EN UNA VERDADERA DEMOCRACIA LOS MENTIROSOS CRÓNICOS QUE HOY GOBIERNAN JAMÁS HABRÍAN DURADO MÁS DE TRES MESES EN SUS PUESTOS
Los individuos deben ser escuchados y deben inmiscuirse en las labores de gobierno. Todos los individuos. Según su capacidad en esta o aquella tarea. No existen los inútiles totales. En una verdadera democracia no existiría un sólo modelo educativo, o sanitario, o agrícola, o de seguridad. En una verdadera democracia los mentirosos crónicos que hoy gobiernan y opositan en nuestro país jamás habrían durado más de tres meses en sus puestos.
Sólo de la libertad individual nacen los derechos democráticos personales. Del mismo modo, los derechos democráticos de cada uno exigen un ejercicio individual de autocrítica a la hora de ejercer el derecho a voto: ¿soy consciente, me he informado suficientemente, dispongo de capacidad real para emitir un juicio sobre aquello que se me pregunta? ¿O prefiero unirme a una masa vociferante y esconderme así de mi propia responsabilidad, cediendo mis derechos a los políticos de turno?
La verdadera democracia presupone una entidad social pequeña, agrupada generalmente en torno a unos objetivos comunes y que protege tanto el derecho de cada uno de sus miembros a someterse a la voluntad de la mayoría como el derecho a la disidencia, sin ver por ello amenazada su existencia dentro del grupo. La verdadera democracia protege y alienta la individualidad, pues sólo desde ella es posible generar pluralidad y sólo desde la pluralidad es posible dar solución al mayor número imaginable de cuestiones. De forma cualificada y no cuantificada.
Miren a su alrededor. ¿Qué ven? Exacto: somos niños peleándonos por los caramelos que nos arrojan los políticos desde sus boyantes carrozas. ¿Hasta cuándo?
¿Qué es el fraude?
- Elecciones aseguradas.
¿Qué son las elecciones aseguradas?
- Felicidad de la democracia.
¿Qué es la democracia?
- El reinado de los mercaderes por medio del lucro, soborno y fraude.
¿Qué es un partido?
- Es la liga de los que quieren vivir sin trabajar, comer sin producir, ocupar empleos sin estar preparados y gozar honores sin merecerlos (LA CASTA FEUDAL).
¿Qué es el sufragio universal?
- La manivela del hacer opinar al pueblo de lo que no entiende para no darle mano en lo que no entiende.
¿Qué es el liberalismo¿
- El enemigo de Dios y el amigo interesado del pueblo.
¿Qué es el Estado?
- La burocracia erigida en dios.
¿Qué es la defensa de las instituciones liberales?
- Un judío detrás.
VER+:
0 comments :
Publicar un comentario