Esta casa terrenal
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Por Jack Jackson (aprox.1952-1955)
"Abraham obedeció porque quería ir a la ciudad
que tiene cimientos eternos, una ciudad
cuyo arquitecto y constructor es Dios".
Hebreos 11, 10
Me dices que me estoy haciendo viejo, pero en realidad no es así.
La casa en la que vivo puede estar desgastada y eso, por supuesto, lo sé.
Ha estado en uso durante mucho tiempo y ha resistido muchos vendavales.
Por lo tanto, no me sorprende encontrar que ahora es algo frágil.
Me dices que me hago viejo, mezclas mi casa y yo.
Estás mirando el exterior, eso es todo lo que la mayoría de la gente ve;
El habitante de la casita es brillante, joven y alegre.
Acaba de empezar una vida que dura a lo largo de un largo día eterno.
El color está cambiando en la torre, la ventana se ve oscura;
La pared es un poco transparente y se vuelve bastante delgada;
Los cimientos no son tan firmes como solían ser,
y eso es todo lo que observas, pero no soy realmente yo.
Reparo un poco la vieja casa para que dure toda la noche,
pero pronto estaré volando a mi hogar de luz infinita.
Voy a vivir para siempre allí, mi vida continúa, es grandiosa.
¿Cómo puedes decir que me estoy haciendo viejo? Usted no entiende.
Estos pocos años no pueden hacerme viejo, ¡siento que estoy en mi juventud!
La eternidad está justo delante, llena de vida, alegría y verdad.
No nos inquietaremos por ver esta casa en mal estado día tras día,
pero miraremos hacia nuestro nuevo hogar que nunca se deteriorará.
Quiero ser hecho apto para morar en esa bendita casa de lo alto,
Purificado en la sangre preciosa de Cristo, y creciendo en amor.
La belleza de ese glorioso hogar, ninguna palabra puede decirlo, está oculta a estos ojos mortales, ¡pero guardada para nosotros algún día!
Mi casa se está preparando en la tierra más allá del cielo,
Su Arquitecto y Constructor es mi Salvador en las alturas,
Pero prefiero pensar que Él me está dejando los muebles a mí.
Así que es un tesoro en el Cielo que debo almacenar cada día que viva.
¿HACIÉNDOME VIEJO?
"Hoy es el primer día del resto de tu vida".
"Graba esto en tu corazón:
cada día es el mejor del año".
Ralph W. Emerson
– Te estás haciendo viejo -me dijeron-, has dejado de ser tú, te estás volviendo amargado y solitario.
– No -respondí-, no me estoy haciendo viejo, quizá me estoy volviendo sabio; y te voy a decir por qué. Ya he dejado de ser lo que a otros les agradaba que yo hiciera, para convertirme en lo que a mí me gusta ser, he dejado de buscar la aceptación de la gente para aceptarme a mi mismo, he dejado atrás esos espejos mentirosos que engañan sin piedad.
No, no me estoy haciendo viejo, me estoy volviendo asertivo, selectivo de lugares y personas, costumbres e ideales. Ya dejé ir apegos, lastres y dolores innecesarios, ya dejé ir personas tóxicas y almas que me dañaron, y quiero que sepas que no es por amargura, es simplemente por salud. Ya dejé las noches de fiesta por insomnios de aprendizaje, dejé de vivir historias que nunca me llevaron a ningún lado y que solo los viví en mi mente, ya no las vivo, ahora las escribo, ya logré hacer a un lado a los estereotipos que tanto me marcaron, porque eran impuestos, como llegué a dañar a gente precisamente por estereotiparla, ya dejé también de usar maquillaje y pinturas para el pelo, solo ocultaba mis heridas, esas las dejo ahí, por algo las tengo, ahora llevo un libro que embellece mi mente.
Cambié las farras y la ingesta desmedida de vino y alcohol por tazas de café o té, ya me olvidé de idealizar la vida, ahora la estoy viviendo. No, te repito que no estoy envejeciendo, ahora llevo en mi alma esa lozanía que debí haber usado antes, y en mi corazón llevo también esa inocencia de quien a diario descubre algo nuevo. Llevo en mis manos la ternura de un capullo que al abrirlas expandirá sus alas, con objeto de ayudar y sanar a más gente, e iré a sitios inalcanzables, dejé la frivolidad de lo material para llevar una vida más espiritual.
Llevo en mi rostro la sonrisa que se escapa traviesa al observar la simplicidad de la naturaleza, llevo en mis oídos el trinar dulce y bello de las aves al oírlas al despertar y esto alegrará mi andar.
No, no me estoy volviendo viejo, me estoy volviendo selectivo, apostando mi tiempo a lo intangible, redescubriendo el cuento o el libro que alguna vez leí o me lo contaron, reentendiendo lo que quizá no quise entender redescubriendo nuevos mundos, y rescatando aquellos libros que a medias páginas yo había olvidado.
Me estoy volviendo más prudente, he dejado los arrebatos que nada enseñan, estoy aprendiendo a hablar de cosas trascendentes, estoy aprendiendo a cultivar conocimientos, estoy sembrando ideales y forjando mi destino.
No, no es que me esté volviendo viejo por dormir temprano los sábados, es que también los domingos, hay que despertar temprano, disfrutar el café sin prisa y leer con calma, un poemario.
No es por vejez por lo que se camina lento, es para observar la torpeza de los que a prisa andan y tropiezan con el descontento.
No es por vejez por lo que a veces se guarda silencio, es simplemente porque no a toda palabra hay que hacerle eco.
No, no me estoy poniendo viejo, estoy comenzando a vivir lo que realmente importa.
TE ESTÁS PONIENDO VIEJO
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