EL Rincón de Yanka: LIBRO Y DOS PELÍCULAS "EL FILO DE LA NAVAJA (THE RAZOR´S EDGE)": 🔪 LA GRAN TRAGEDIA DE LA VIDA NO ES QUE LOS HOMBRES MUEREN, SI NO QUE DEJEN DE AMAR

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lunes, 6 de julio de 2020

LIBRO Y DOS PELÍCULAS "EL FILO DE LA NAVAJA (THE RAZOR´S EDGE)": 🔪 LA GRAN TRAGEDIA DE LA VIDA NO ES QUE LOS HOMBRES MUEREN, SI NO QUE DEJEN DE AMAR

EL FILO DE LA NAVAJA

«El camino de la salvación es tan difícil 

de recorrer como el filo de una navaja».

“La gran tragedia de la vida 
no es que los hombres mueren, 
si no que dejen de amar”.

«Tu inquietud y tu confusión no son las únicas. El mundo entero está inquieto y confuso. Siempre será así mientras los hombres basen sus ideales en conceptos falsos. No habrá verdadera felicidad hasta que los hombres aprendan a buscarla dentro de ellos mismos. Está escrito que el hombres sabio se alimenta de su Luz interior. Proviene de Dios y está en su corazón. Así se consigue la calma, la paciencia, la compasión, la abnegación y la Paz eterna...
«El camino de la salvación es difícil de recorrer; tan difícil como andar en el filo de una navaja. Pero no es un secreto. Todas las religiones lo enseñan. Hay en cada uno de nosotros una chispa de la infinita bondad del Creador, y al dejar este mundo nos reunimos con ella como una gota de lluvia que cae del cielo se reúne por fin con el mar del que nació...
«No es necesario que abandones el mundo. Debes vivir en él para amar las cosas del mundo no por sí mismas sino por lo que hay de Dios en ellas. Tu lugar está entre los tuyos. Hijo mío, eres uno de los afortunados. Por la Gracia Divina te ha sido dado ver la infinita belleza del mundo, que no es otra cosa que la imagen, como en un espejo, de la belleza de Dios. Esa sensación de júbilo, esa visión de Su belleza, permanecerá contigo, fresca y viva, hasta el día de tu muerte.»

“El filo de la navaja”, de William Somerset Maugham es, posiblemente junto con Siddhartha de Herman Hesse, una de las novelas más importantes del pasado siglo XX. Llevada al cine en dos ocasiones, en 1946 y en 1984, nos plantea, como Siddhartha, la historia de una búsqueda, el viaje espiritual del hombre que, insatisfecho con el tiempo y la vida que le ha tocado vivir, necesita encontrar algo más, un sentido a la vida, una necesidad que, como Ítaca, le impulsa a emprender un viaje que marcará su vida para siempre. Son muchas las cosas que plantea “El filo de la navaja”: la estrecha relación entre el amor y el odio, entre la vida y la muerte, entre la riqueza y la pobreza, entre lo que somos y lo que quisiéramos haber sido… es una novela que nos invita a que nos planteemos preguntas como, ¿quiénes somos?, ¿qué hacemos aquí?, ¿para qué vivimos… ? y, sobre todo, nos empuja a que seamos protagonistas de nuestra propia vida, a que escribamos nuestra historia, esa maravillosa aventura que nos hace andar por el filo de una navaja…

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Este libro está compuesto con mis recuerdos de un hombre a quien traté íntimamente con largos intervalos, y poco sé de lo que pudo acontecerle durante ellos. Supongo que ejercitando mi imaginación podría rellenar esos huecos y lograr, de esa manera, mayor coherencia para mi narración; pero no deseo hacerlo. Quiero limitarme a dejar escrito aquello que verdaderamente llegó a mi conocimiento. 


Hace muchos años escribí una novela titulada The Moon and Sixpence (Soberbia). En ella me valí de un pintor famoso, Paul Gauguin, y haciendo uso del privilegio de los novelistas, inventé cierto número de incidentes para dar vida al personaje por mí creado, utilizando como punto de partida los escasos datos que del pintor francés me eran conocidos. En este libro no he tratado de hacer nada semejante. Para ahorrar molestias a gentes que viven aún, he dado a las personas que toman parte en mi narración nombres fingidos, y también me he preocupado para lograr que a nadie le sea dado reconocerlos. 

El hombre acerca de quien escribo no es famoso, y puede ocurrir que jamás llegue a serlo. Quizá cuando su vida acabe no deje de su paso por la tierra señales más profundas que las que un canto arrojado al río deja sobre la superficie del agua. Si así ocurre, si es que mi libro se lee, lo será por el intrínseco mérito que pueda tener. Pero también puede que el modo de vivir que para sí ha elegido y la extraña reciedumbre y dulzura de su carácter lleguen a ejercer poco a poco creciente influencia sobre los demás hombres, hasta que quizá muchos años después de su muerte comprendan que vivió en esta época un hombre muy notable. Llegada tal coyuntura, será evidente la identidad de mi héroe, y aquellos que deseen saber por lo menos algo acerca de sus primeros años, acaso encuentren en mi libro lo que busquen. Yo creo que, dentro de sus limitaciones, que reconozco, mi obra podrá ser fuente de apreciable información para los biógrafos de mi amigo.

El filo de la navaja, película de 1946