EL Rincón de Yanka: 🎬 "UNA VIDA OCULTA" (A HIDDEN LIFE): FRANZ JÄGERSTÄTTER: EL BEATO NAZI 🔥

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martes, 26 de mayo de 2020

🎬 "UNA VIDA OCULTA" (A HIDDEN LIFE): FRANZ JÄGERSTÄTTER: EL BEATO NAZI 🔥

UNA VIDA OCULTA

(A Hidden Life)



Franz Jägerstätter: el beato nazi
El nuevo filme de Terrence Malick recrea la vida de este soldado que se negó a servir a Hitler



"NO PUEDO HACER LO QUE CONSIDERO 
QUE ESTÁ MAL. 
HAY QUE LUCHAR CONTRA LA MALDAD"

Austria fue anexada por la Alemania nazi en 1938. Al declararse la guerra, los hombres en edad militar debían servir en el ejército nazi, jurando lealtad a Hitler. Franz Jägerstätter, un sencillo campesino austríaco, convencido de que se trataba de una guerra injusta, se negó categóricamente a hacer tal juramento. Una corte militar nazi lo condenó como traidor y fue ejecutado en 1942.

Es este poco conocido episodio de la Segunda Guerra Mundial el que el realizador Terrence Malick nos relata en "Una vida oculta" (A Hidden Life), con sus acostumbradas narraciones en off, pausadas, de extraordinario lirismo, y la espectacular belleza de sus paisajes de montaña. Así conocemos la vida familiar de Franz, Fani y sus hijitas. Vida de trabajo duro, pero también de paz y felicidad, entre las nubes de su idílico rincón alpino de Sankt Radegund. Hasta allí los perseguirá el mal, personificado en los implacables militares hitlerianos, pero también en sus hasta entonces afables vecinos.
“… porque el bien creciente del mundo depende en par­te de actos no históricos; y que las cosas no estén tan mal entre nosotros como podrían haber estado en parte de­bido al número de los que vivieron fielmente una vida ocul­ta, y descansan en tumbas no visitadas”. George Eliot“… for the growing good of the world is partly dependent on unhistoric acts; and that things are not so ill with you and me as they might have been is half owing to the number who lived faithfully a hidden life, and rest in unvisited tombs”. George Eliot

Terrence Malick levanta su nueva película a partir del dilema que marcó la filosofía humanista de la segunda mitad del siglo XX. Si disponemos de libre albedrío, ¿acaso no es nuestra responsabilidad moral como individuos resistirnos a formar parte de un sistema opresor? Nos encontramos en la Austria anexionada por el Tercer Reich y esta es la reflexión que el protagonista de 'Vida oculta' plantea a su obispo. El personaje se inspira en una figura histórica, Franz Jägerstätter, un granjero católico practicante que, en pleno nazismo, se negó a profesar el juramento al Führer que debían llevar a cabo todos los alistados obligatoriamente en la Wehrmacht. Antes, Franz ya había sido el único en su pueblo en votar en contra del Anschluss. Y acabó convirtiéndose en un pionero de la objeción de conciencia, en su caso por motivos religiosos, al negarse a participar en la máquina de matar nazi. Su postura le valió la muerte. Jägerstätter fue ejecutado en Brandenburgo en 1943, y su familia sufrió casi de por vida el ostracismo por parte de sus conciudadanos.



Franz Jägerstätter encarna lo opuesto a esa banalidad del mal a la que se refirió Hannah Arendt para explicar el funcionamiento del nazismo como sistema. Frente a la implicación pasiva en el Tercer Reich de millares de ciudadanos que ni compartían necesariamente el ideario nacionalsocialista ni eran 'a priori' malas personas, este granjero austríaco cuasi anónimo presentó una oposición activa al odio nazi enraizada en sus principios católicos. No resulta extraño que Terrence Malick, esta leyenda del cine contemporáneo que desde 'El árbol de la vida' ha abandonado su cuasi retiro para reemprender una carrera mucho más prolífica de la que desarrolló en sus primeros años, se haya interesado por una figura como Jägerstätter. El director de 'Malas tierras' se formó como filósofo y es conocido su interés por la obra del tutor de Arendt, Martin Heidegger, cuyo posicionamiento durante el nazismo también se situaría en las antípodas del de Jägerstätter. La filmografía del estadounidense además presenta desde los inicios un interés especial en explorar cierta idea de trascendencia.


La película está basada en la correspondencia que se conserva entre el protagonista y su esposa, Franziska, que tuvo la alegría de asistir junto a sus cuatro hijas a la beatificación en 2007. Tras ser llamado a filas, Franz fue fraguando la idea de renunciar, porque pensaba que como católico no podía ponerse al servicio del más peligroso poder anticristiano que ha existido jamás, y en 1943 presenta su objeción de conciencia, consciente de que ello le acarrearía la muerte.

En sus últimas cartas, recuerda que sólo desea ser fiel a la voluntad de Dios y pide a su mujer que sea fuerte, que ayudar a los pobres, y a hacer de madre y padre para sus hijas. En 2007, fue beatificado en la catedral de Linz, y ahora muchos podremos conocer su impresionante historia a través de esta película de Malick, que ya está siendo saludada por la crítica.



El director de cine Terrence Malick, que ya ganó en 2011 el Gran Premio del festival de cine de Cannes con El árbol de la vida, ha ganado ahora el premio del Jurado ecuménico del festival, con su película sobre el beato Franz Jägerstätter, un campesino que murió mártir de la fe en 1943 porque se negó a jurar fidelidad a Hitler debido a su condición de católico.

Al otorgarle el premio, el Jurado ha explicado que la historia de Franz Jägerstätter, que con el apoyo de su esposa Fani rechaza prometer lealtad a Hitler, presenta un "profundo dilema humano y explora los complejos retos de la integridad de la persona frente al gran mal”. Diversos críticos han reconocido que esta película, titulada “Una vida escondida”, es una monumental lección de cine en la que destaca el uso prodigioso de la cámara y el gusto de la fotografía.


Como es frecuente en el cine de Malick, el dilema central del relato se plantea en toda su complejidad. El director no está interesado en hacer un alegato político, proponiendo llanamente un acto de moralidad superior, sino que quiere reflexionar sobre los dilemas que se presentan en la vida, siempre susceptibles de examinarse desde puntos de vista contrapuestos. La opción del protagonista, que reconocemos justa, es también problemática: ¿tiene Franz derecho, por mantener una actitud que considera correcta, a condenar a su familia a vivir como parias en el pueblo, y tal vez hasta pasar hambre? ¿Sería pecado transigir en lo que le exigen para asegurar el sustento de su familia?
El título de la cinta se basa en el último párrafo de Middlemarch, de George Eliot, cuyo texto se presenta al final: “…el bien creciente en el mundo depende en parte a hechos no históricos; y que las cosas no hayan ido tan mal como hubieran podido ir, contigo y conmigo, se debe en parte a aquellos que vivieron fielmente una vida escondida, y descansan en tumbas que nadie visita”.

No es una película “fácil”. Dura casi tres horas, y su ritmo es pausado, como lo requieren la complejidad y profundidad de los temas que aborda. No se la recomendaría a nuestros lectores si no estuviera convencido de que merece el esfuerzo. Y es bellísima.
De 1941 a 1943 Franz escribió, desde el cuartel militar o desde la cárcel, numerosas cartas a su esposa. En el libro de 2007 de su biógrafa Erna Putz ocupan unas 120 páginas de texto que él escribió. Así, conocemos lo que pensaba y expresaba este campesino reflexivo, sabiéndose introducido en una maquinaria que, de persistir, lo llevaría a su ejecución.

Algunos aspectos de contexto que la película no recoge



La película de Malick es muy bella y recoge muchas frases del beato tal como están en sus escritos, aunque al centrarse sobre todo en la relación de amor y dolor entre Franz y su esposa, y en los sentimientos de ellos, no dedica atención a detallar bien el contexto político de su pueblo y de la Iglesia austriaca en las distintas fases que atraviesa el país.

Es muy recomendable leer el libro Cristianos contra Hitler, de José M. García Pelegrín.
Aprendemos que Franz fue concebido fuera del matrimonio, y que cuando su madre se casó con otro hombre, teniendo él 10 años, fue adoptado por el marido de ella, el granjero Jagerstätter que le dio su apellido y herencia.
Aprendemos que antes de casarse Franz tuvo una hija natural, a la que visitaba y ayudaba a mantener.
Aprendemos que en su época juvenil, al ir a trabajar fuera de su pueblo, perdió la fe por un tiempo.
Aprendemos también que en su pueblo (un pueblecito austriaco en la frontera con Alemania, no lejos de donde nació Hitler) nadie votó por los nazis en 1931 (últimas elecciones libres, antes de ser Austria anexionada por Hitler), mientras que en el pueblo de al lado, Ostermiething, sí obtuvieron 50 votos. 
Aprendemos que su obispo, Johannes Maria Gföllner, obispo de Linz de 1915 a 1941, era declaradamente contrario al nazismo, lo criticaba ya en la hoja diocesana en 1932 y en la del 22 de enero de 1933, teniendo ya los nazis el poder en la vecina Alemania, escribió: "El nacionalsocialismo padece internamente el delirio materialista de la raza, un nacionalismo anticristiano, una visión nacionalista de la religión, un pseudocristianismo; por ello, rechazamos su programa religioso. Todos los católicos convencidos han de rechazarlo y condenarlo".

En 1938 la Alemania nazi se anexionó Austria. En Viena los nazis contaban con muchos simpatizantes, y no muchos clérigos le opusieron verdadera resistencia. En la diócesis de Viena fueron encarcelados 9 sacerdotes en campos de concentración, sólo 1 falleció en ellos. Pero, según detalla el libro de García Pelegrín, en la diócesis de Linz, la del beato Franz, fueron apresados 40 presbíteros, de los que once murieron en campos o prisiones nazis. De hecho, en la región de Franz, de 11 sacerdotes que ejercían en la zona, 8 fueron detenidos por los nazis. 
La película de Malick trabaja muy bien la idea del chivo expiatorio: todo el pueblo presiona contra el hombre tozudo que se niega a servir a Hitler y "la patria". Pero aún en 1940, el párroco del pueblo, Joseph Karobath, fue detenido por los nazis acusado de predicar contra el régimen nazi. Todo el pueblo entonces presionó y declaró traidor y persona no grata a un labrador, Josef Wengler, a quien consideraban ser el "chivato" y delator. Todos, menos Franz, que estaba convencido de su inocencia. Y Franz tenía razón: se supo después que el verdadero denunciante contra el cura fue el maestro.

Otros asombrosos "cristianos contra Hitler"

Estos y más detalles hacen que valga mucho la pena leer Cristianos contra Hitler, que recoge además las historias de otros 5 cristianos: 

- el obispo de Münster, Von Galen, que denunció la eutanasia nazi cuando nadie se atrevía, en una homilía el 3 de agosto de 1941; el secretario de Hitler, Bormann, planteó detenerlo y ejecutarlo, pero se decidió dejarlo para después de la guerra; tras ella, Von Galen también criticaría algunos abusos de las tropas norteamericanas
- Willm Hosenfeld, el capitán alemán que no sólo protegió y alimentó al pianista polaco judío Szpilman (como recoge la película de Roman Polanski de 2002 El Pianista), sino a muchos más judíos y sacerdotes católicos, como recogen sus diarios y correspondencia hechos públicos en 2004
- el beato Karl Leisner, entusiasta del Camino de Santiago y el único hombre ordenado sacerdote clandestinamente en un campo de concentración nazi; pudo celebrar una única misa antes de morir en 1945; estuvo preso casi 6 años
- el conde Helmuth James von Moltke, protestante ejecutado por los nazis con 37 años; en el juicio se le acusaba básicamente -protestaba él- de tener muchos amigos católicos
- Irena Sendlar, enfermera católica polaca que logró sacar del gueto de Varsovia a más de 2.500 niños judíos, salvando así sus vidas; fue condenada a muerte, pero se salvó porque la resistencia sobornó a un guardia; murió en 2008.


Conciencia disidente

Cuando Jägerstätter fue llamado al servicio militar por la Wehrmacht en 1940, ya crecía en su interior una conciencia disidente; dos años antes había sido el único en su pueblo en votar en contra de la anexión de Austria por parte de Alemania, y se sentía horrorizado por las noticias sobre 'Aktion T4', el programa de eugenesia desarrollado por los nazis desde 1939 para eliminar a cientos de miles de enfermos incurables y discapacitados. Inicialmente, y tras pasar varias semanas de instrucción, el joven fue eximido de sus deberes con el Ejército una vez las autoridades de St. Radegund declararon que su permanencia en el pueblo era indispensable. 
En verano de 1941, Jägerstätter se incorporó como sacristán en la parroquia local, y allí se sintió horrorizado por lo que vio: miembros del partido nazi que tomaban la comunión, niños bajo la influencia de las Juventudes hitlerianas, vecinos que sacrificaban sus vidas por el fascismo, y todo ello ante la mirada complaciente de la iglesia austriaca. 
Murió guillotinado en 1943 por defender que el catolicismo era incompatible con el nacionalsocialismo
Por eso, cuando fue llamado de nuevo a filas en febrero de 1943, se negó a servir al Führer. Para él, ser un católico era incompatible con defender el nacionalsocialismo, y la obediencia a Dios le impedía obedecer a Hitler. «Ni la prisión, ni las cadenas ni una sentencia de muerte pueden despojar a un hombre de su fe y su voluntad», escribió en agosto de ese mismo año, días antes de morir guillotinado.

Mártir

Durante muchos años, Jägerstätter fue ignorado por la institución encargada de honrar las creencias por las que había dado su vida; pasaron 20 años antes de que, tras la publicación de su biografía a cargo del sociólogo Gordon Zahn, su caso inspirara a la Iglesia católica el reconocimiento explícito de la objeción de conciencia al servicio militar en 'Gaudium et Spes', la constitución pastoral del Concilio Vaticano II. En 1997, un juzgado de Berlín declaró nula su sentencia de muerte y una década después, el 26 de octubre del 2007, finalmente fue no solo declarado mártir sino también beatificado por el Papa Benedicto XVI. Y hoy su figura funciona como reivindicación de las convicciones individuales frente a quienes tratan de anularlas propagando la tiranía del patrioterismo, del nazionalismo separatista y el amor ciego a la patria. 
10 frases poderosas 
del beato mártir Franz Jagerstätter

1. "Como cristiano, prefiero pelear con la Palabra de Dios y no con armas. No necesitamos rifles ni pistolas para nuestra batalla, sino armas espirituales -- y la principal entre ellas es la oración".
2. “Si la tentación es tan fuerte que sientes que debes ceder al pecado, piensa entonces en la felicidad eterna. Con frecuencia ocurre que un hombre arriesga su felicidad temporal y eterna por unos segundos de placer...”.
3. “Puedo decir por mi propia experiencia cuán dolorosa es con frecuencia la vida cuando uno vive como cristiano a medias; es más vegetar que vivir... Desde la muerte de Cristo, casi cada siglo ha visto la persecución de los cristianos; siempre ha habido héroes y mártires que dieron su vida — con frecuencia en formas terribles — por Cristo y su fe. Si esperamos alcanzar nuestra meta algún día, entonces nosotros también debemos ser héroes de la fe”.
4. “No puedo mentir. El régimen de Hitler es malvado. Llevará a nuestro pueblo a hacer cosas malas. Además, Padre, yo creo que Dios me pide vivir según mi conciencia. Si yo hago lo que creo que Él quiere que haga, entonces yo se que Él cuidará de mi esposa, mis hijos y todas mis responsabilidades".
5. "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” [citando Hechos de los Apóstoles]
6. "Todos me dicen, por supuesto, que no debo hacer lo que estoy haciendo por el peligro de muerte. Yo creo que es mejor sacrificar la propia vida inmediatamente que ponerse en grave peligro de cometer pecado y después morir”.
7. [A su esposa] "Hoy hace siete años que pronunciamos nuestros votos de amor y fidelidad ante Dios y el sacerdote... Cuando miro atrás, al gozo... que he tenido estos siete años, me parece a veces que raya en lo milagroso. Si alguien me dijera que no hay Dios o que Dios no nos ama, y si yo fuera a creerle, no podría explicar cómo todo esto se me ha dado. Querida esposa... si tan solo no nos olvidamos de dar gracias y no nos retraemos en aspirar al cielo, Dios permitirá que nuestro gozo continúe para toda la eternidad”.
8. "Debemos amar a nuestros enemigos, bendecir a quienes nos maldicen, orar por los que nos persiguen - y el amor de Dios vencerá y prevalecerá por la eternidad. Felices aquellos que viven y mueren en el amor de Dios”
9. "Si debo escribir con mis manos encadenadas, encuentro eso mucho mejor que si mi mundo estuviese encadenado. En una prisión ninguna cadena, ni siquiera una sentencia de muerte, puede robarle al hombre su fe y su propia libre voluntad. Dios da tanta fortaleza que es posible soportar cualquier sufrimiento, una fortaleza mucho más fuerte que todo el poder del mundo. El poder de Dios no puede ser superado”.
10. “Mis queridas pequeñas... que el Niño Jesús y su querida Madre del Cielo las proteja hasta que nos veamos otra vez”.

Memorial plaque, Franz Jägerstätter, Witzlebenstr 4-5, 

Berlin-Charlottenburg, Germany




EN ESTE EDIFICIO, EL 6 DE JULIO DE 1943, El granjero austriaco FRANZ JÄGERSTÄTTER (1907-1943). 
Fue sentenciado a muerte por LA SUPREMA CORTE MILITAR DEL TERCER REICH.

Sobre los motivos de su OBJECIÓN DE CONCIENCIA AL SERVICIO MILITAR. EN CONMEMORACIÓN DE FRANZ JÄGERSTÄTTER Y TODOS LOS QUE POR RAZONES SIMILARES FUERON VÍCTIMAS DE TRIBUNALES MILITARES.



VIDA OCULTA