EL Rincón de Yanka: 👉 PEDRO BONIFACIO PALACIOS (ALMA FUERTE) MAESTRO Y POETA DEL PUEBLO

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lunes, 23 de septiembre de 2019

👉 PEDRO BONIFACIO PALACIOS (ALMA FUERTE) MAESTRO Y POETA DEL PUEBLO


Los poetas no van al cielo
La poesía interpela a Dios y a los tiranos,
contradice el mandato social,
se declara insumisa e impenitente:
los poetas no van al cielo.


“Si en la lid el destino te derriba; si todo en tu camino es cuesta arriba, si tu sonrisa es ansia insatisfecha, si hay faena excesiva y vil cosecha, si a tu caudal se anteponen diques... Date una tregua ¡pero no claudiques!”. Rudyard Kipling

Me quebré, me rompí, como una clara,
Bruñida copa de cristal sonante:
Pero me queda inspiración bastante
Para incendiar el Sol, si se apagara.

Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte entre los muchos pseudónimos que utilizó, fue un maestro y poeta argentino que luchó en su época contra un sistema que él creía injusto y, un gobierno que le prohibía enseñar, quizás como a los maestros en la actualidad.

Pedro Bonifacio Palacios nació en 1854 en la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de San Justo. De muy niño perdió a su madre y fue abandonado por su padre, eso lo lleva a ser criado por familiares. Muy poco se sabe de la época de su niñez.
Los primeros datos que se tienen de su vida es una beca que pide al gobierno para dedicarse a la pintura, al ser negada la misma, pone todos su esfuerzo en la poesía y en la docencia. Siendo aún adolescente ejerció como maestro en La Piedad, Balvanera, Salto y varias localidades de Buenos Aires. Contaba con 16 años cuando fue nombrado director de una escuela en Chacabuco. Allí, en 1884 conoció a Domingo Faustino Sarmiento, con el cual tuvo grandes disidencias y fue, lo que se decía en la época, que lo llevara a ser destituido por primera vez de las aulas (vuelve a ejercer la enseñanza en 1894, pero también es despedido a los pocos años).
Ya en los años de maestro y en los que estaba alejado de ella, empezó a escribir poemas y artículos para algunos diarios. Su discurso y sus poemas, que siempre bregaban por los pobres, lo hacen muy popular en su época.

Pero ¿qué es lo que molestaba al gobierno de su discurso? Diego Attala en su obra “La Biblia en Almafuerte, precursor de libertarios rioplatenses” señala algunos puntos del pensamiento de Palacios, que podían coincidir con los anarquistas: 

"1) Almafuerte es el único escritor de relieve de su generación que se colocó en las antípodas del régimen oligárquico que gobernó y usufructuó las riquezas de su país desde 1880 hasta poco antes de su muerte en 1917. 2) Ese carácter contestatario lo consagró como maestro de la juventud, según lo define J. Más y Pi, crítico de ideas libertarias y precisamente uno de sus discípulos. Entre los viejos escritores locales, Almafuerte es así el precursor casi exclusivo de la copiosa literatura social y en particular anarquista rioplatense. 
3) También Almafuerte denunció todo tipo de injusticias y no sólo las derivadas en forma directa del régimen político, en lo que también se encuentra con el anarquismo y otras militancias de la época como el socialismo, con las que, en lo que toca a los intelectuales rioplatenses, el anarquismo tan a menudo se solapa. 
4) Pero esta última lucha tiene, en efecto, un contenido semejante al anarquista más que al socialista y al comunista: la conmiseración para con los oprimidos de toda clase y no únicamente con el proletariado, es decir con los desclasados –presidiarios, prostitutas, enfermos, analfabetos, locos, desgraciados en general, lumpen en los términos peyorativos de Marx, víctimas en el discurso conmiserativo libertario y chusma en la expresión antifrástica de Almafuerte–, es tal vez el tema más importante de su obra. 
5) Almafuerte se movió también a contrapelo de la élite intelectual de la llamada generación del ochenta, siempre, esta, del lado de los opresores; Martínez Estrada denominó a la de aquella generación, excluyendo de ella con cuidado al “poeta de los humillados y ofendidos”, la “Era del Oropel” (2008: 111)”.
Almafuerte era el poeta de los desclasados, de las prostitutas, de los linyeras, de los borrachos, de los pobres. A los que quería educar y buscar un lugar en la sociedad. Pedro B. Palacios era un maestro del pueblo, sin importar quién era ese pueblo. Lo que hacen los maestros en nuestra actualidad, educar sin importar si es de la villa, consume paco, tiene su propia identidad sexual, o está echado de la sociedad. Y para terminar una frase del mismo Poeta: 
“Quiero ser esas manos invisibles que manejan por si la creación, y formar con tus sueños y los míos otro mundo mejor para los dos.


NO TE DES POR VENCIDO
 NI AUN VENCIDO



¡AVANTI! 

Si te postran diez veces, te levantas 
otras diez, otras cien, otras quinientas: 
no han de ser tus caídas tan violentas 
ni tampoco, por ley, han de ser tantas. 
Con el hambre genial con que las plantas 
asimilan el humus avarientas, 
deglutiendo el rencor de las afrentas 
se formaron los santos y las santas. 
Obsesión casi asnal, para ser fuerte, 
nada más necesita la criatura, 
y en cualquier infeliz se me figura 
que se mellan los garfios de la suerte . . . 
¡Todos los incurables tienen cura 
cinco segundos antes de su muerte! 

¡PIU AVANTI! 

No te des por vencido, ni aun vencido, 
no te sientas esclavo, ni aun esclavo; 
trémulo de pavor, piénsate bravo, 
y arremete feroz, ya mal herido. 
Ten el tesón del clavo enmohecido 
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; 
no la cobarde estupidez del pavo 
que amaina su plumaje al primer ruido. 
Procede como Dios que nunca llora; 
o como Lucifer, que nunca reza; 
o como el robledal, cuya grandeza 
necesita del agua y no la implora... 
Que muerda y vocifere vengadora, 
ya rodando en el polvo, tu cabeza! 

¡MOLTO PIU AVANTI! 

Los que vierten sus lágrimas amantes 
sobre las penas que no son sus penas; 
los que olvidan el son de sus cadenas 
para limar las de los otros antes; 
Los que van por el mundo delirantes 
repartiendo su amor a manos llenas, 
caen, bajo el peso de sus obras buenas, 
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes! 
¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos! 
¡nunca sigas impulsos compasivos! 
¡ten los garfios del Odio siempre activos 
los ojos del juez siempre despiertos! 
¡Y al echarte en la caja de los muertos, 
menosprecia los llantos de los vivos! 

¡MOLTO PIU AVANTI ANCORA! 

El mundo miserable es un estrado 
donde todo es estólido y fingido, 
donde cada anfitrión guarda escondido 
su verdadero ser, tras el tocado: 
No digas tu verdad ni al mas amado, 
no demuestres temor ni al mas temido, 
no creas que jamás te hayan querido 
por mas besos de amor que te hayan dado. 
Mira como la nieve se deslíe 
sin que apostrofe al sol su labio yerto, 
cómo ansía las nubes el desierto 
sin que a ninguno su ansiedad confíe... 
¡Trema como el infierno, pero rie! 
¡Vive la vida plena, pero muerto! 

¡MOLTISSIMO PIU AVANTI ANCORA! 

Si en vez de las estúpidas panteras 
y los férreos estúpidos leones, 
encerrasen dos flacos mocetones 
en esa frágil cárcel de las fieras, 
No habrían de yacer noches enteras 
en el blando pajar de sus colchones, 
sin esperanzas ya, sin reacciones 
lo mismo que dos plácidos horteras; 
Cual Napoleones pensativos, graves, 
no como el tigre sanguinario y maula, 
escrutarían palmo a palmo su aula, 
buscando las rendijas, no las llaves... 
¡Seas el que tú seas, ya lo sabes: 
a escrutar las rendijas de tu jaula! 

VERA VIOLETA 

En pos de su nivel se lanza el río 
por el gran desnivel de los breñales; 
el aire es vendaval, y hay vendavales 
por la ley del no fin, del no vacío; 
la más hermosa espiga del estío 
ni sueña con el pan en los trigales; 
el más dulce panal de los panales 
no declaró jamás: yo no soy mío. 
Y el sol, el padre sol, el raudo foco 
que fomenta la vida en la Natura, 
por calentar los polos no se apura, 
ni se desvía un ápice tampoco: 
¡Todo lo alcanzarás, solemne loco, 
siempre que lo permita tu estatura! 

LA YAPA 

Como una sola estrella no es el cielo, 
ni una gota que salta, el Océano, 
ni una falange rígida, la mano, 
ni una brizna de paja, el santo suelo: 
tu gimnasia de cárcel, no es el vuelo, 
el sublime tramonto soberano, 
ni nunca podrá ser anhelo humano 
tu miserable personal anhelo. 
¿Qué saben de lo eterno las esferas; 
de las borrascas de la mar, la gota; 
de puñetazos, la falange rota; 
de harina y pan, la paja de las eras?... 
¡Detente, por piedad, pluma no quieras 
que abandone sus armas el idiota! 


ALMAFUERTE - 1949