Charles Chaput pide a los hombres
ser los «nuevos caballeros» templarios
que necesitan la Iglesia y el mundo
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ser los «nuevos caballeros» templarios
que necesitan la Iglesia y el mundo
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“Darnos totalmente a Dios”. Esta es la única manera para convertirse en un genuino hombre nuevo, “en el nuevo hombre que necesitan nuestras familias, nuestra cultura y nuestro mundo”.
El ‘nuevo caballero’ que San Bernardo elogió realmente nunca desaparece. Es nuevo y se va renovando en cada generación de hombres cristianos fieles”. Esta vocación –insiste- “nos pertenece a nosotros y a nadie más”.
Erasmo publicó "El Manual de un caballero cristiano" en 1501
La tarea de los hombres cristianos
“La masculinidad, hermanos, es una cuestión de biología. La virilidad debe aprenderse, ganarse y enseñarse. Esa es nuestra tarea. Así que mi oración para todos nosotros hoy es que Dios sembrará la semilla de un nuevo título de caballero en nuestros corazones, y nos convertirá en el tipo de ‘hombres nuevos’ que necesitan nuestras familias, nuestra Iglesia, nuestra nación y nuestro mundo”.
Como regalo, el arzobispo de Filadelfia adapta las 22 reglas del caballero cristiano que escribió hace ya 500 años Erasmo de Rotterdam en su libro El manual de un caballero cristiano:
"Enquiridion" significa «libro manual» que resume la enseñanza de un maestro. Con este título nos dio Epicteto sus famosas sentencias morales. Hoy lo traduciríamos por «libro de bolsillo», fácilmente manejable y que se puede llevar a todas partes. Un compañero y amigo inseparable. "Enquiridion" significa también «arma manual y personal de defensa», fácilmente manejable, como una daga, un puñal, un machete. El "Enquiridion del caballero cristiano" ("Enchiridion militis christiani") fue concebido en el siglo XVI como manual de doctrina, «de cristianismo interior», por Erasmo de Rotterdam (1467-1536). En él se ensaya un método nuevo de defensa del cristianismo frente a sus enemigos. Se proponen las estrategias de lucha: el conocimiento y seguimiento de Cristo como Maestro y Capitán, la lectura y la experiencia de la Escritura Sagrada y la oración personal.
El Enquiridion, concebido como manual de doctrina'y método de defensa del cristiano de a pie, descubre la «philosophia Christi», lo que es el cristianismo, e invita a vivirlo en su verdadera esencia. Hay un cristianismo exterior de prácticas añadidas que se ha de superar para llegar a un cristianismo interior. Un cristianismo abierto a todos y no exclusivo de nadie. Este es el mensaje nuclear que contienen las páginas del presente volumen: hay que abrazar la verdadera sabiduría, que es Cristo. En Cristo «todas las cosas sufren un trueque maravilloso». De este modo se convierte en el prisma a través del cual hay que verlo y juzgarlo todo. El soldado de Cristo ha de elegir y optar por la sabiduría del Evangelio y rechazar la sabiduría mundana. La crítica demoledora que Erasmo hace de las desviaciones y corrupciones introducidas en la conducta de los cristianos ha de entenderse desde esta visión de la auténtica esencia del vivir cristiano.
El Enquiridion demostró ser en su tiempo —sobre todo en España— un instrumento de renovación de la vida y de la piedad cristianas.
Regla 1: Profundiza y aumenta tu fe.
Regla 2: Actúa en FE y con tu fe; conviértete en un testigo viviente para los demás.
Regla 3: Analiza y comprende tus miedos; no seas gobernado por ellos.
Regla 4: Haz de Jesucristo tu único guía y el único objetivo de tu vida.
Regla 5: Alejarse de las cosas materiales; no ser esclavo de ellos.
Regla 6: Distingue la verdadera naturaleza del bien y el mal.
Regla 7: Nunca permitas que cualquier fallo o retroceso te aleje de Dios.
Regla 8: Planta cara a la tentación siempre guiado por Dios.
Regla 9: Siempre preparado para los ataques de aquellos que temen al Evangelio.
Regla 10: Siempre preparado para la tentación. Y haz lo que puedas para evitarlo.
Regla 11: Alerta a dos peligros especiales: la cobardía moral y el orgullo personal.
Regla 12: Enfréntate a tus debilidades y conviértelas en fortalezas.
Regla 13: Trata cada batalla como si fuera la última.
Regla 14: En una vida de virtud no hay lugar para el vicio; los pequeños vicios que toleramos se vuelven los más mortales.
Regla 15: Toda decisión importante tiene alternativas; piense en ellos clara y honestamente a la luz de lo que es correcto.
Regla 16: Nunca, nunca renuncies o cedas en cualquier asunto de sustancia moral.
Regla 17: Siempre ten un plan de acción. Las batallas a menudo se ganan o pierden antes de que comiencen.
Regla 18: Siempre piensa detenidamente, por adelantado, las consecuencias de tus elecciones y acciones.
Regla 19: No hagas nada, en público o en privado, que pueda dañar a las personas que amas
Regla 20: La virtud es tu propia recompensa; no necesitas aplausos.
Regla 21: La vida es exigente y breve; hacer que cuente.
Regla 22: Admite y arrepiéntete de tus errores, nunca pierdas la esperanza, alienta a tus hermanos, y luego comienza de nuevo.
Caballeros Templarios
"El ser templario implica un salto de fe que hoy en día no se podría dar. Estamos hablando de un nivel de sacrificio que hoy día nadie daría, es un paso muy difícil de dar. Un templario consagraba su vida a un propósito que trascendía a lo dispuesto a la tierra. Renunciabas a tu vida, a tu propio destino y te entregabas por tu propia convicción a un propósito mayor: servir a Dios..." Francisco Javier Illescas Díaz
Código Templario:
Los que son soldados del Temple son soldados de Dios. Como tales deben siempre andar con Dios y ser más que simples mortales. Deben conducirse con humildad y ser los más honorables, los más nobles, los más corteses, los más honestos y los más caballerosos. El templario debe servir a la Orden y no esperar ser servido por ella. Que lo que colabore lo haga en servicio de Dios y no debe esperar recompensa salvo el saber que con ello honra a la Orden por su devoción.
El templario no debe causar a ninguna criatura herida o daño, sea esta una criatura humana u otra, sea por ganancia, placer o vanidad. Al contrario, el templario debe intentar llevar la justicia a todos aquellos que no la reciben porque todos son hijos de Dios y a todos a concedido Dios el don de la vida. Ante todos los seres el templario debe demostrar caballerosidad, cortesía y honestidad, teniendo presente que son testigos de Dios. Un templario debe vivir cada día como un crítico del día anterior, de esta manera cada nuevo amanecer será un paso hacia una mayor nobleza.
Ningún templario deberá ofender de forma alguna a una persona u otro ser. Para todos el templario debe ser un ejemplo de caballerosidad. Ninguna mujer deberá temer nada de un templario, ni de sus palabras ni de sus acciones. Ningún niño deberá padecer tampoco ese temor. Ningún hombre, no importa cuan rudo sea, deberá temer a un templario. Donde hay debilidad allí el templario debe llevar su fuerza. Donde no hay voz allí el templario debe llevar la suya. Donde están los más pobres allí el templario debe distribuir su generosidad. Un soldado del temple no puede estar esclavizado por creencias sectarias u opiniones estrechas.
Dios es la verdad y sin Dios no hay verdad. El templario debe siempre buscar la verdad porque en la verdad está Dios. Jamás un templario debe deshonrar a otro, porque dicha conducta le deshonrará a él y llevará descrédito a la Orden.
"Y no me digas que no quieres combatir; porque en el instante mismo en que me lo dices, estás combatiendo; ni que ignoras a qué lado inclinarte, porque en el momento mismo en que eso dices, ya te inclinaste a un lado; ni me afirmes que quieres ser neutral, porque cuando piensas serlo, ya no lo eres; ni me asegures que permanecerás indiferente, porque me burlaré de ti, como quiera que al pronunciar esa palabra ya tomaste tu partido. No te canses en buscar asilo seguro contra los azotes de la guerra, porque te cansas vanamente; esa guerra se dilata tanto como el espacio, y se prolonga tanto como el tiempo. Sólo en la eternidad, patria de los justos, puedes encontrar descanso; porque sólo allí no hay combate; no presumas, empero, que se abran para ti las puertas de la Eternidad si no muestras antes las cicatrices que llevas; aquellas puertas no se abren sino para los que combatieron aquí los combates del Señor gloriosamente, y para los que van como el Señor, crucificados". José Donoso Cortés
El cristiano debe ser soldado de tiempo completo. No hay tiempo para la remembranza de batallas pasadas, como hacen los generales retirados. La lucha no termina sino hasta que alcancemos la bienaventuranza eterna. No hay tiempo para descansos ni para armisticios con el error y el pecado. Ni niño, ni joven, ni adulto, ni viejo, ni enfermo, puede detenerse. Su lucha puede adecuarse a su momento y circunstancia, pero nunca termina.
«La guerra se dilata tanto como el espacio, y se prolonga tanto como el tiempo. Sólo en la eternidad, patria de los justos, puedes encontrar descanso; porque sólo allí no hay combate; no presumas, empero, que se abran para ti las puertas de la eternidad si no muestras antes las cicatrices que llevas; aquellas puertas no se abren sino para los que combatieron aquí los combates del Señor gloriosamente, y para los que van, como el Señor, crucificados». Donoso Cortés.
LOS MALOS SOLDADOS
"Debo decir algo sobre los malos soldados del Rey Cristo, es decir, los cristianos cobardes. Nada aborrece tanto a un Rey como la cobardía de sus soldados; si sus soldados son cobardes, el Rey está listo. No hacen honor al Rey Cristo los cristianos que tienen una especie de complejo de inferioridad de ser cristianos. [...]
Para que Cristo sea realmente Rey, por lo menos en nosotros, hemos de vencer el miedo, la cobardía, la pusilanimidad; no ser ‘hombres para poco’, como decía Santa Teresa, y ¡pobre de aquel a quien ella se lo aplicaba! ¿Y cómo podemos vencer al miedo? ¡El miedo es un gigante! ‘¿Os olvidasteis que Yo estaba con vosotros?’." Padre Leonardo Castellani
Guerreros de Cristo
TEMPLARIOS, SOLDADOS DE DIOS
"EL CRISTIANO HA NACIDO PARA LUCHAR":
PAPA LEÓN XIII
“Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan.
"La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”. S.S. León XIII, Papa
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