"En Chile, la presión por la libertad política, que fue [en parte] generada por la libertad económica y los exitosos resultados económicos, terminó en un plebiscito que introdujo la democracia. Ahora, luego de largo tiempo, Chile tiene las tres cosas: libertad política, libertad humana y libertad económica. Chile seguirá siendo muy interesante de observar, para ver si puede mantener las tres simultáneamente, o ahora que tiene libertad política, ésta no vaya ser usada para destruir o reducir la libertad económica". Milton Friedman, 1991
Medio siglo después de la puesta en marcha del Plan de Recuperación Económica (1975-2025), la inquietud del economista norteamericano y Premio Nobel de Economía sigue plenamente vigente. De esta reflexión surge una profunda interrogante:
¿seremos un nuevo caso de desarrollo frustrado? o por el contrario, ¿construiremos un nuevo consenso de Chile y avanzaremos hacia un Plan de Recuperación 2.0?
Los milagros económicos no existen, y por el contrario el éxito o fracaso de un país en su camino al desarrollo se explica por una serie de factores. Se trata en definitiva de las consecuencias que tienen las ideas y de su impacto de largo plazo en una sociedad. Chile es una de las tantas muestras de ello, y en materia económica, quizás puede ser el caso ejemplar.
Prefacio
¿Puede el historiador escribir sobre su propio tiempo? ¿Es legítimo salir del ámbito propiamente académico y entrar en la plaza pública de la discusión coyuntural?
Ambas preguntas pueden tener respuestas diversas y obedecerán a las aproximaciones que cada uno tenga. Sin embargo, creemos, es legítimo al tiempo que nos preguntamos ¿por qué no? Hasta puede que sea necesario.
Especialmente cuandoconpreocupaetonobservamos un Chile detenido, de regreso a un "crecimiento mediocre" con las consecuencias diarias que eso conlleva para millones de personas.
Lasdospreguntasquenosconvocaronfueron ¿será Chileel tercercaso de desarrollo frustradoen Latinoamérica?, tras Argentina y Venezuela.¿Perderemos la segunda oportunidad histórica de alcanzar el progreso?
Creemos que es plenamente válido aportar a la discusión pública desde un estilo más ensayístico donde confluyen lecturas, reflexiones, hipótesis, documentos, miradas del mundo determinadas por contextos propios de cada uno y en una forma más simple. Sin los requisitos del "papel". Totalmente opinable y en uso de la libertad de pensamiento.
Ese es nuestro objetivo. A cincuenta años de la puesta en marcha del Plan de Recuperación Económica Chileno, 1975-2025, nos pareció oportuno no solo recordar uno de los momentos fundantes de lo que concordamos es la "Última revolución económica chilena", resultado de que las ideas tienen consecuencias. Sino que junto a una serie de documentos que permitan al lector conocer de primera mano que las ideas tienen consecuencias,es un relato del recorrido que nos puso a las puertas de alcanzar el desarrollo.
Quisimos aportar con una reflexión desde la situación del Chile actual. Estamos conscientes que es incompleta, criticable y nos faltan muchos elementos que enriquecerían una mirada más "total", pero era necesario comenzar. Lo hacemos sólo con el ánimo de contribuir a que los chilenos iniciemos la conversación para la construcción de un nuevo Plan de Recuperación Económica 2.0, acorde a los nuevos tiempos, moderno y con una visión de futuro en el que nadie sobra.
Agradecemosatodosquienesnoshananimadoa escribir este ensayo y a quienes apoyaron en la búsqueda de material y estadísticas, en especial a Josefa Calderón, pasante del Equipo de Contenidos del Instituto Res Pública.
Especial menciónmerece el historiador Alejandro San Francisco, quien con la generosidad intelectual que le caracteriza, tanto desde la dirección general del proyecto "Historia de Chile 1960-2010" de la Universidad San Sebastián, como en sus años de colaboración en el Instituto Res Pública en roles claves como investigador senior, director de extensión y director de formación, nos permitió el acceso a libros, documentos y sobre todo, largas jornadas de conversación e inspiración.
Finalmente, queremos agradecer al Instituto Res Pública y a su Director Ejecutivo, José Francisco Lagos, que en el marco de su visión institucional de promover la formación intelectual de gente joven en las ideas de la libertad y la dignidad de la persona humana, ha decidido publicar este ensayo.
Todos ellos están libres de los errores que este texto pueda contener.
Nunca he querido ocultar, camuflar ni justificar la derrota de los ejércitos y milicianos realistas en el reyno de Chile. No obstante, ya no puedo aceptar que en los libros de estudio se siga mintiendo, al borrar a los sureños e indígenas de su fidelidad a la monarquía española. El punto nuclear de esta farsa histórica es que no hubo una guerra contra la madre patria. Cómo podría haber sido si nosotros éramos parte de España, por tanto españoles de América. Chile no era un país independiente antes de la llegada de los peninsulares para aspirar a una independencia, como pudiera ser el caso de Irlanda, respecto de Inglaterra. El pueblo chileno no existía. éramos cristianos, súbditos del rey, como todos los pueblos americanos. No existían las nacionalidades. España como república tampoco existía. Vale aclarar, más tarde que nunca, de manera enfática y viril los hechos acontecidos. No hubo independencias en América, sino secesiones instadas por Inglaterra, a través de logias masónicas, en la que destacó la “Lautaro”.
El trato con los indígenas en América siempre fue deferente y proteccionista. Las leyes de Indias son un ejemplo único en el mundo. Sólo basta mirar, con mediana agudeza, a quienes tienen enfrente para constatar que no fueron arrasados como sucedió en África con las colonias inglesas y holandesas. ¿Acaso el mismo hijo del Virrey O’Higgins no fue educado con hijos de caciques? En estos tiempos, alguien se imaginaría que los hijos del presidente de turno estudien bajo la misma instrucción. Un criollo, araucano o un huilliche en 1812 tenía los mismos derechos y beneficios de un madrileño. Por tanto, también el término “Colonias” no se ajusta a la realidad. Se puede asegurar, además, que la labor de conformar los idiomas de los indígenas americanos, que tenían una cultura ágrafa, fue gracias a la llegada de los españoles, y a las congregaciones de los jesuítas y franciscanos. Los indígenas se alistaron por el rey porque no eran ingenuos. Sabían perfectamente que las nuevas autoridades no respetarían los acuerdos que habían logrado con los reyes católicos.
¿Acaso alguien pelea por su opresor tantos años de puro ingenuo? La desgracia de la América española fue la separación forzada de su madre patria. Deformada de su estado original, fue balcanizada en pequeños países que pasaron a manos británicas y norteamericanas, casi inmediatamente. De cuatro prósperos virreinatos, pasamos a estas desgraciadas naciones que, siguiendo el plan de nuestros enemigos históricos, permanecen distanciadas por insistentes políticas de odio de sus gobernantes.
Entonces, nada de raro es que casi todos los presidentes de Chile hayan sido miembros de la masonería. Qué tipo de motivación habrán tenido Rondizzoni, O’Carroll, Beauchef, Miller, Tupper, Brayer y Cochrane por “liberar” a Chile después de haber combatido en las guerras napoleónicas. Dejo la reflexión. En cambio, los ejércitos realistas de Chile, casi en su totalidad, estuvieron constituidos por criollos, milicianos e indígenas del sur. Y, no se debe olvidar, que los peninsulares apenas llegaron en forma de un par de batallones. “Curiosamente” se obvia que desde Lima también vino ayuda para las tropas realistas.
¿Alguien sabe que soldados del Perú pelearon en la gloriosa batalla de Rancagua, en 1814, collereando junto a chilotes, valdivianos y chillanejos? Por esto, las celebraciones del Bicentenario en 2010 pasaron sin pena ni gloria. Ningún cristiano puede celebrar separaciones, muerte y destrucción. La Hispanidad es nuestra lengua y la fe, lo más sagrado de un pueblo. Por este motivo, tras 1818, en el episodio llamado “La guerra a muerte”, el cura Ferrebú, de Rere, tomó las armas junto a más de mil vecinos en defensa de sus valores sacros. En el sur de Chile, tuvimos resistencia hasta 1832 con los caudillos Benavides, Picó, Seguel, Senosian, los hermanos Pincheira y los caciques de la zona de Arauco, Los Ángeles y Chillán.
Creo, firmemente, que todavía podemos volver a unirnos para proteger la Hispanidad. Con alegría, veo que todavía los niños de por acá, inconscientemente, ponen una cruz al enterrar una mascota. Nuestros muertos de las batallas por la Hispanidad, sin bustos de bronce en las plazas, hoy saludan, mediante estas cartas para emerger del olvido. Tras 200 años pueden leerlas sus descendientes, que hoy sucumben a la propaganda gringa cibernética, pero que cada noche rezan un padre nuestro y un ángel de la guarda. Si bien los personajes de estas cartas no son reales, las historias son verídicas y contadas por sus protagonistas en autobiografías o crónicas, como son las de Antonio de Quintanilla y Santiago y José Rodríguez Ballesteros, o las obras de Mariano Torrente “Historia de la revolución hispanoamericana” y Fray Melchor Martínez “Memoria histórica sobre la revolución de Chile desde el cautiverio de Fernando VII Hasta 1814”. De esta manera, bajo la luz de la providencia, aparecieron estas cartas que la historiografía oficial, dirigida por la oligarquía, se encargó de sepultar. Lo que no sabían, en su ateísmo fanático, es que la resurrección de la memoria también existe. Los genocidios en América, contra criollos e indígenas, partieron con las repúblicas. Como muestra...
Guerra civil 1829, Guerra contra la Confederación peruano- boliviana (1836- 1839), Revolución de 1851, Revolución de 1859, Ocupación de la Araucanía (1861- 1863), Guerra contra España 1865, Guerra del Pacífico (1879- 1884), Guerra civil de 1891 y múltiples matanzas de obreros a principios de 1900. Dios guarde en su gloria a estos trece héroes, que son nada más que unos representantes de los miles que brindaron su vida por su Dios, Rey y Tradición.
No eran de España, fueron sureños, los que lucharon por el rey.
Contó la historia el que ganó y a su antojo nos mintió.
Hizo de héroes al bando traidor.
Sólo oficiales y un par de regimientos eran de España y otros de Lima.
Para reforzar a la tropa del sur.
Los mapuches también lucharon unidos a los realistas.
Eso tampoco lo sabías, ya lo sé.
Sabían que con la independencia perderían todas sus tierras.
Por eso pelearon fieros por el rey.
No eran de España, fueron sureños, los que lucharon por el rey.
La hispanidad, su religión, la tierra y tradición.
Supieron los chilotes siempre defender, con Quintanilla como su líder.
Defendieron bravos a la isla hasta 1826.
En 1818 no hubo independencia hasta el 32 dieron batalla.
Benavides y los Pincheira por Chillan,
este suelo no ha olvidado a Sánchez, Ferrebú y Ordoñez
y a nuestros ancestros que murieron con honor.
No eran de España, fueron sureños, los que lucharon por el rey.
CARTAS DE BATALLAS POR LA HISPANIDAD DE CHILE.
A ngelo Guíñez Jarpa es poeta, ajedrecista, editor, músico —de rock hasta donde entiendo- guionista y no sé si católico. Vale. Pero, es, ante todo, nativo del Biobío, que es lo mismo que decir la vieja frontera, la de las guerras aquellas, libradas y perdidas. Las de Arauco y las de independencia. Es además osado y de planteamiento iracundo. En Sureños a las armas viene a decirnos con desparpajo —y agradecemos ese desparpajo- que el sur chileno peleó por el rey, incluidos los araucanos, y en esa lucha el territorio y su gente no traicionaron a nadie. Ni a la patria, ni a la república, que no existía. En tanto fueron fidelistas y fernandistas, esto es leales a la monarquía y a su titular, Fernando VII, El Deseado. Estaban, sugiere Guíñez, del lado correcto de la historia. El mismo lo declara mejor que yo: El punto nuclear de esta farsa histórica es que no hubo una guerra contra la madre patria. Cómo podría haber sido si nosotros éramos parte de España, por tanto españoles de América. Chile no era un país independiente antes de la llegada de los peninsulares para aspirar a una independencia, como pudiera ser el caso de Irlanda, respecto de Inglaterra. El pueblo chileno no existía. Éramos cristianos, súbditos del rey, como todos los pueblos americanos. No existían las nacionalidades. España como república tampoco existía.
Y luego este brulote: No hubo independencias en América, sino secesiones instadas por Inglaterra, a través de logias masónicas, en la que destacó la “Lautaro”. Lo de Guíñez no tiene que ver con el intento de fundar una provocación. Los camorristas, particularmente los que usan la historia con fines populacheros y mercantiles (ventas y fama súbita), adoran pero no creen. Nuestro sureño sí. Cree, y no abjura de su creencia en la tradición, la identidad hispana y en valores que aparentemente se han perdido, y no terminan nunca de morir. Y en cosas que van, vienen y, contra mareas y temporales desechos, permanecen en nosotros, así sea como puro ideal o semilla que jamás brotará. Las llamamos rectitud, honra, apego a la legalidad, Dios, acatamiento de la autoridad bien establecida, devoción y amor por el pago que habitas (donde antes lo hicieron nuestros padres y las generaciones extinguidas). Menos primorosamente que el autor, sus personajes lo expresan con la inocencia salvaje del combatiente voluntario: No sé si puede haber perdón para quienes pretendan destruir al imperio que nos enseñó de “diosito ”y el castellano, dice por ahí Sebastián Provoste, soldado “fijo” de Valdivia, al referirle al padre lejano, las peripecias de la guasábara de Yerbas Buenas.
Para Guíñez, que no tiene dudas —algo riesgoso en un hombre en la raya de los cuarenta años- el panorama histórico tiene la transparencia de un cielo nocturno entrevisto desde las elevaciones de un altiplano. La desgracia de la América española fue la separación forzada de su madre patria. Deformada de su estado original, fue balcanizada en pequeños países que pasaron a manos británicas y norteamericanas, casi inmediatamente. De cuatro prósperos virreinatos, pasamos a estas desgraciadas naciones que, siguiendo el plan de nuestros enemigos históricos, permanecen distanciadas por insistentes políticas de odio de sus gobernantes. Antes de decirnos esto ha deslizado otro artefacto incendiario. Un criollo, araucano o un huilliche en 1812 tenía los mismos derechos y beneficios de un madrileño. Por tanto, también el término “Colonias” no se ajusta a la realidad. A Angelo lo tienen sin cuidado, a lo que parece, la tromba de agravios y juramentos que, comprensiblemente, le van a endilgar los medios liberales y la crítica bien pensante. Un novelista dedicado a ensalzar a los héroes que se lanzan a sable y bayoneta calada a caer por su Dios, Rey y la Tradición, suena a reacción colonial pura. Tiene un retinte de Fiducia; un gajo que pudieron haber escrito Vásquez de Mella o Jaime Guzmán Errázuriz.
Más no. Guíñez Jarpa es apenas un godo, un realista tardío, al que la única teoría que le conmueve es la del ajedrez. Carece de afanes corporativistas y militantes. Lo suyo son los soldados campesinos y los sectores populares que embriagados de fe monárquica se jugaron por la conservación del antiguo régimen y lo perdieron todo, menos el honor, en la brega infame. Es nada más que un hombre, de a poco menos joven, volcado sobre un pasado regional enterrado vivo por la República. Uno que cree ver en la cruz alzada por un par de crios encima de la tumba en que duerme su mascota recién muerta un signo de resistencia y continuación. He afirmado antes que Angelo G. J. es novelista ¡En hora buena! En 1966 Orbe imprimió ¡Que vienen los montoneros!, de Edmundo Vega Miquel, una informada, vivaz y equilibrada narración sobre la Guerra a Muerte (merece leerse), cuyo acento está puesto en las guerrillas fernandistas de la provincia de Concepción y en la figura atormentada de Vicente Benavides, el montonero nacido en Quirihue, uno de los personajes de Guíñez.
Después de ese avance prometedor no hemos vuelto a ver una ficción con base histórica y de altura sobre las luchas de emancipación en la frontera. La invención de Angelo retoma el impulso truncado de Vega Miquel, con frescura, pundonor y (que bien suena) ¡humor! Grave comisión este de la cargar con el peso de una rutina nacida con Durante la reconquista, de Blest Gana, la primera gran novela histórica de la nación. Guíñez, versión hispanista de Liborio Brieva, nos retrotrae en 13 capítulos, asociados cada uno a una carta dirigida por los milicianos realistas a sus querencias -progenitores, hermanos, abuelos, esposas, padrinos, amistades y hasta a desconocidos- contando las vicisitudes de la guerra, desde la toma de Talcahuano (1813) a la victoria española en Mocopulli (1824), la última de cierta magnitud antes del apagamiento de la resistencia fidelista en Chiloé, todo mediante una prosa limpia, bien articulada, risueña y atrapante.
Pese a la época que busca ilustrar -los “caracteres”, según dicen los críticos anglosajones- Guíñez soslaya acudir al español-chileno de finales del periodo borbónico y hace contar y maldecir a sus protagonistas en un castellano actualizado hasta en sus modismos y giros idiomáticos, para cuyo entendimiento ha destinado, al final del breve texto, una tabla aclaratoria. Es el habla de estos godos convertidos en montoneros, infantes, cazadores, húsares y otras yerbas, entregados a combatir con alegría y veras y burlas a la muerte -esto muy chileno- contra los batallones “insurgentes” (patriotas, para nosotros). Fiel con las convicciones y el enfoque autoral de la obra, el escritor finca sus datos históricos, que domina sin titubeos, en los escritos del general Quintanilla, el defensor de Chiloé, baluarte español, y en el diligente José Rodríguez Ballesteros. Presupongo que hay otras fuentes inconfesas.
Con todo, que el narrador sabe la historia de lo que cuenta y recuenta, no hay sospecha. Sureños a las armas cierra con una tanda de cuecas y valses impensables, piezas ofrendadas por este novelista sarraceno (el general San Martín hubiera puesto maturrango) al general Quintanilla, a la hazaña de Mocopulli, a los cabecillas y “glorias realistas e, inclusive, para conmoción y espasmo nervioso de los buenos republicanos, a Vicente Benavides y Llanos. Pienso en qué pensaría don Tomás (Ladrón de) Guevara de este gesto folk en conmemoración de quien, aseguraba, era, por lo bajo, un loco extraviado y criminal “degenerado”. Que protesten al cielo, parece pensar Angelo Guíñez J. El sencillamente escribe para su fe inalcanzable, resignado a la lluvia y al incienso que saldrá de los bosques de su queda provincia, en cuanto, una vez más en la vida, escampe.
Dr. Eduardo Téllez Lúgaro (*)
Facultad de Filosofía y Humanidad Universidad de Chile.
(*)Antofagasta, 1954. Profesor de Estado en Historia y Geografía y Educación Cívica por la Universidad Católica del Norte; Magíster y Doctor en Historia, con mención en Etnohistoria por la Universidad de Chile.
LOS REALISTAS:
DE LA HISTORIA NO OFICIAL A LA NUEVA LITERATURA
Sureños a las armas constituye un valiente esfuerzo de Angelo Guíñez por desentrañar la historia no contada de las llamadas guerras de independencia, cuyos relatos siguen impregnados por las lucubraciones míticas y retóricas de los historiadores decimonónicos que, tanto en Chile como en el resto de nuestra América, sentaron las bases del estudio de este periodo.
En este sentido, la presente obra no es solo un ejercicio artístico y literario en torno a uno de los momentos matrices de la historia de Chile —como ocurrió con la literatura costumbrista de mediados del siglo XIX- sino que se yergue a contracorriente de aquellas visiones tradicionales, que insisten en caracterizar dicho periodo como parte de un proceso inevitable, de cara a la construcción de los modernos estados naciones. Los relatos de Guíñez, por el contrario, establecen una operación inversa en la que los otrora asesinos, villanos y antihéroes monarquistas adquieren una dimensión positiva, al ser representados como sujetos de carne y hueso.
Es precisamente en este último punto en el que su autor se esfuerza por establecer una cierta separación con el universo historiográfico y literario de las independencias. Así, por ejemplo, las distintas representaciones que se han hecho en torno a los líderes y proceres monarquistas -desde las crónicas de Melchor Martínez, Mariano Torrente y José Rodríguez Ballesteros, hasta nuestros días- aparecen aquí desdibujadas en función del quehacer y las vivencias íntimas de soldados, milicianos y guerrilleros. Un tema no menor -aunque ciertamente cuestionable- es la tendencia a replicar los relatos teleológicos y los discursos esencialistas heredados de la tradición decimonónica y la prosa nacionalista. De ahí la insistencia en situar a estos actores al interior de un marco político preexistente -la insurrección o la lealtad- sin tomar en consideración el elemento circunstancial que subyace tras la crisis del sistema imperial y la necesidad de entender el protagonismo de aquellos sujetos en el contexto de una cultura política en constante movimiento. En este mismo sentido, se percibe también un cierto sesgo regionalista, muy común en obras de este tipo. Así, se supone la preexistencia de dichas comunidades obviando el carácter mismo de los tejidos sociales del Antiguo Régimen, con conglomerados profundamente fragmentados, regímenes políticos concentrados en pequeñas oligarquías y relaciones de poder fundadas en dichas deficiencias y desigualdades.
Si bien estas consideraciones más complejas no constituyen los pilares centrales de un trabajo de ficción histórica, su omisión resta autenticidad al propio relato inventado. Por lo demás, habría que destacar la existencia de cientos de registros en los que personajes reales -y todavía olvidados- registraron sus vivencias, miedos y esperanzas. Los hay de distinta naturaleza. Desde las comunicaciones oficiales, en las que los comandantes y jefes militares van dando forma a los discursos hegemónicos en torno a la guerra, hasta los epistolarios personales, en los que el deber se entremezcla con los nacientes intereses y rivalidades que trajo consigo la conflagración. Los escasos relatos de los soldados y los sujetos subalternos, frente al monopolio de la tinta por parte de los sectores patricios, ha sido siempre una constante para el estudio del periodo colonial. Sin embargo, los juicios civiles y criminales, así como los abundantes expedientes militares, forman una importante veta para conocer sus historias. En el Fondo Ministerio de Guerra, del Archivo Histórico Nacional, es posible consultar directamente varios expedientes con correspondencia civil y militar para prácticamente todo el periodo de la guerra, destacando la enorme y aún inexplorada documentación relativa a las últimas campañas, durante la llamada “guerra a muerte”.
Hace una o dos décadas atrás, siquiera referirse a la posibilidad de historiar a los monarquistas era sinónimo de críticas y rechazo por una parte considerable de la comunidad de historiadores chilenos, quienes bebían y aún beben de los imaginarios decimonónicos. De ahí que, una de las consecuencias insospechadas de los bicentenarios, fue la visibilización de aquellos actores olvidados y sus historias. De ahí que la presente obra constituya no solo un salto de la historiografía a la literatura, sino una invitación para que los historiadores desarrollen el enorme potencial que sigue ofreciendo el estudio de la guerra y sus protagonistas.
Manuel Ramírez Espíndola (*)
Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile
(*)Profesor de Historia y Geografía por la Universidad de Concepción (2004) y Doctor en Historia por El Colegio de México (2018). Desde 2013 es académico de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. A lo largo de su carrera ha publicado diversos artículos sobre los ejércitos coloniales, las guerras de independencia y sus consecuencias en la antigua frontera del Biobío, entre las que destacan: “Huasos, frailes y soldados. El último bastión monarquista en la frontera hispano-mapuche, 1818-1823” (2010); “Ejército regular y élites criollas en la Intendencia de Concepción a fines del periodo colonial. Una aproximación desde la prosopografía y el análisis de redes sociales” (2012) y “Violencia y guerrillas durante la independencia de Chile. El sitio de Talcahuano, 1817-1818” (2014).
LIMINAR
La «monarquía hispánica», rectius la «monarquía católica», pues así era conocida, se corresponde a la Cristiandad. Quizá no a la cristiandad mayor de los siglos llamados con toda (y perversa) intención «medios». Pero por lo menos a otra de radio menor que, en el seno de un mundo no tan pequeño, quería continuar el surco de aquélla con la civilización del Barroco. Se trataba, pues, de una realidad de inequívoco signo político. La rompió, en ambas orillas de la común nación, la revolución liberal en la más oriental y en la occidental - además- la secesión deseada por Inglaterra. Quienes se opusieron a la primera fueron llamados realistas y finalmente serían los carlistas. Pero el pleito dinástico no oculta su entraña moral y doctrinal. Que quienes resistieron a la segunda no siempre acertaron a calibrar. Fue el éxito de la empresa impía el que descoyuntó la comunidad cultural y política. Sólo el tiempo fue restañando las heridas: surgió así —como término de sustitución— la hispanidad. Que, excluyendo la dimensión política, se asentó sobre profundas bases religiosas, morales y culturales. De ahí que los llamados «patriotas» continuaran siendo objeto de culto general. Y también que los «otros», los realistas criollos, fueran olvidados.
Es cierto que el novogranadino Luis Corsi Otálora, el peruano Fernán Altuve-Febres o el rioplatense Manuel González nos han dejado en los últimos decenios algunos testimonios valiosos sobre ellos. Pero el tenor general de los estudios sobre el tema sigue siendo contrario a su reconocimiento. Queda mucho terreno que desbrozar y mucho camino que recorrer. Bienvenido sea cuanto esfuerzo se sume a esta tarea piadosa. La Comunión Tradicionalista, adelantada de la herencia hispánica, junto con su brazo cultural el Consejo Felipe II, saludan pues gozosos el surgimiento de unos estudios que siempre han impulsado y que hoy comienzan a cubrir todo el mundo hispánico.
Miguel Ayuso Torres (*)
(Madrid, 1961)
*Jurista y filósofo del derecho español, catedrático de Ciencia Política y Derecho Constitucional en la Universidad Pontificia Comillas y presidente de la Unión Internacional de Juristas Católicos entre 2009 y 2019.
Por qué los indígenas fueron REALISTAS Y CATOLICOS
EN LA GUERRA CIVIL HISPANOAMERICANA
DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XIX
Las líneas que componen este libro son como venas ocultas en el cuerpo de nuestra historia, y que empiezan a aparecer bajo la piel de nuestras patrias. Un día, el profesor Carlos Pesado Palmieri me decía: “nadie cuenta la historia de los derrotados, pero ¿¡qué habrán sentido esos hombres y esas mujeres fieles al rey y a la unidad de América y España?! ¿¡Cuántos sufrimientos habrán padecido?!” Por eso, el mérito de esta obra es ahondar en las almas, en los sentimientos ocultados de estos bravos realistas, sometidos por los vencedores y tirados bajo la alfombra de una historia inventada, y cuyos recuerdos son el verdadero testimonio de lo que nos pasó en estas tierras. Nos ayuda a entender el hoy tan incomprensible para los hispanoamericanos.
Los pueblos, cualquiera sea su desarrollo, se sostienen por sus tradiciones, hábitos y costumbres. Los que nos antecedieron, en nuestras tierras americanas antes de la llegada de España, lograron gracias a esta, constituirse en una parte importantísima de la civilización cristiana, como firmes guardianes de sus límites en el confín del mundo. Los primeros encuentros, como pasó siempre en la historia, tuvieron sus altercados, pero luego de conocerse construyeron durante tres siglos, un imperio americano de paz y prosperidad. Los pueblos indígenas accedieron al mejoramiento de la siembra y de cultivos, al manejo de aguas que es imperioso para pasar del estado tribal al civilizatorio. Aprendieron a escribir y a enriquecer sus lenguas nativas. Enriquecieron al castellano convirtiéndolo en español, en lengua universal. En la fragua envolvente de aquellos tiempos fue que esos pueblos liberados de las tribus más poderosas, eligieron pertenecer a esa nueva forma de ver y sentir la vida, a la civilización de Jesús, “el Dios bueno”, como lo llamaban los primeros indígenas que se liberaban del despotismo sanguinario de los aztecas y otras tribus.
En esos tres siglos, la monarquía católica española, que nunca se llamó imperio español, pues la fe unificaba en sus diversidades a todos los pueblos que pertenecían a ella, logró mantener una empresa imposible en un larguísimo período de tiempo, que solo se puede entender como un milagro germinado en una voluntad de acero. La unidad de estos pueblos por medio de una corona que representaba un salto en su desarrollo y una elevación espiritual, fusionó en sus almas el ethos y el tellus, el ser de sus almas con su tierra, les dio el significado final a sus vidas, les consolidó el pathos que es el entendimiento con el otro. Si hay filosofía aborigen es una heredera de Grecia y España pues esta los había integrado al mundo.
Ser españoles significó para ellos entender lo que es ser dueños de sus tierras y constructores de sus destinos. En esa claridad espiritual que había en sus vidas, un nefasto día se entrometen las nieblas de la revolución, y con ella pierden todos sus derechos. De ser dueños de sus tierras pasan a ser exiliados permanentes, perdiendo así todo señorío en el sentido completo de la palabra. Ya no tienen dominio ni de sus vidas. Por eso le decían los indígenas del sur de Chile a Charles Darwin pocos años después de la secesión de las Españas americanas: “Ud. nos ve pobres ahora, pero no era así cuando teníamos nuestro rey”. Ese es el legado de los libertadores: haber colaborado con poca conciencia política a una estrategia global y extranjera de dominación sobre nosotros. Tal vez, por eso Belgrano, Bolívar, San Martín y Aguinaldo expresaron sus pesares y arrepentimientos posteriores. Todos los habitantes de Sudamérica nos vemos sometidos al mismo poder. La banca no puede perder a Chile y a Argentina en su proyecto global; hasta esta alianza argentinochina en la Patagonia desguarnecida y con secesionismo mapuche, a ambos lados de la cordillera, manejado por Inglaterra, es en conveniencia de intereses ingleses, que (por las dudas) fortalecen su posición militar desde Malvinas. ¿Será nuestra Patagonia y el sur de Chile monedas de cambio entre las potencias? Nos midieron el ataúd a todos los pueblos hispánicos en los Siglos XVIII y XIX y lo vuelven a hacer en el XXI.
En Asia se comercializaba con nuestra moneda, hasta que desaparecimos como imperio y fuimos sustituidos por la libra inglesa que se quedó con el mercado asiático y nosotros con la pobreza disfrazada de libertad. ¿Ahora se ve más claro por qué llevamos dos siglos de retraso con escasos y honrosos períodos de lucha por nuestra dignidad? ¿Entendéis por qué no debemos olvidarnos de aquel 2 de abril de 1982, pleno de dignidad nacional, donde las únicas naciones que nos apoyaron en la guerra de las Malvinas fueron de origen español como Perú, Guatemala, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Panamá, Venezuela y cientos de militares españoles que se ofrecieron de voluntarios? ¿Entendéis que si nos damos cuenta de que somos 600 millones de compatriotas, hijos de la Madre Patria, podríamos construir una potencia? Ahora se entiende por qué se trabaja tanto en destruir a nuestra identidad y cuál debe ser nuestro accionar. Malvinas alguna vez pertenecieron a la Capitanía de Chile, y esta a su vez al reino del Perú, y abastecían las islas desde el puerto de Maldonado, provincia de Montevideo.
Por eso, debemos dejar de mirarnos como extraños y la recuperación de estas islas debe ser una gesta conjunta de la hispanidad. Y a partir de ella reconstruir nuestro poder como estados hispánicos confederados. Nuestras fronteras son solo imaginarias y alimentadas por un chauvinismo revolucionario. Este libro es una noble bisagra para abrir los corazones de chilenos y argentinos, y de ambos con los otros estados que alguna vez conformarón el virreinato del Perú, para volver a vernos como hermanos, como compatriotas que somos por el legado que compartimos y por los enemigos que todos juntos debemos enfrentar. La mayoría de los indios eran realistas leales, porque confiaban más en sus pactos de reino a reino, que en las promesas de los criollos. ¡Y no se habían equivocado! Las consecuencias nefastas de la revolución están hoy a la vista.
“Que este libro nos ayude a entender mejor el origen de nuestros males y sirva para sentar un entendimiento entre los pueblos hijos de la Madre Patria”.
Por Patricio Lons
(Docente, periodista y columnista en numerosos programas de televisión, articulista y conferencista dedicado a la historia y director del portal de historia patriciolons.com)
En la presente obra, el escritor Nicolás Márquez repara y cuestiona la glorificación que tanto en Chile como en el exterior, se ha hecho de un sujeto cuya verdadera acción política ha sido escondida o falsificada. Hablamos de Salvador Allende, quien gobernó Chile entre 1970–1973. Es decir, de aquel dictador devoto del genocida Stalin, quien bajo el amparo y subsidio del totalitarismo soviético más el auxilio permanente de legiones terroristas autóctonas y cubanas, impuso a sangre y fuego un despotismo criminal.
No sin la permanente observación del tirano Fidel Castro, Allende avaló y/o impulsó de modo sistemático el crimen político. Persiguió a la prensa libre. Encarceló opositores. Instaló el robo/confiscación masivo de empresas, fundos e inmuebles. Promovió el adoctrinamiento marxista en la enseñanza infantil. Desatendió y despreció todas las instituciones del Estado, las cuales acabaron determinando oficial y expresamente la ilegalidad de su régimen. Todo ello sin contar las hambrunas generalizadas y el desabastecimiento que su empobrecedora gestión engendró.
En este libro, el lector no va a encontrar en Allende al simpático benefactor pregonado por la propaganda hegemónica que lo idolatra de manera automática, sino todo aquello que verdaderamente fue: un dictador que con represión y muerte, llevó a Chile al ostracismo y la postración. Y que cuando sobrevino el hartazgo popular y la adversidad, en vez de enfrentar la situación virilmente, acabó consigo pegándose un tiro, escapándose de sí mismo y de la tremenda responsabilidad política y moral por el terrible daño infligido a su país.
"La dictadura comunista de Salvador Allende", constituye un trabajo que sin duda alguna pondrá en tela de juicio y en jaque los numerosos embustes impuestos por la prevaleciente historieta en boga.
Prólogo
Revisar la historia
En asuntos políticos, revisar el pasado reciente siempre ha constituido una sana costumbre, máxime cuando quienes se "adueñaron "del mismo constantemente se han caracterizado por hacer de la mentira un uso y un abuso sistemático como herramienta política. Ese es el caso de la izquierda, la cual tras fracasar categóricamente en todas y cada una de sus gestiones de gobierno aplicadas a lo largo y ancho del mundo en su tristísimo derrotero, sí se ha ocupado de disfrazar sus desastres al reescribir la historia transmutándola en historieta. Descontextualizando hechos y resignificándolos por medio del embuste y a la vez, distrayendo verdades indispensables mediante el vil ocultamiento de las mismas; pero también incurriendo en la satanización de opositores con la consiguiente canonización de los personeros de su causa: aunque su causa haya sido siempre, en todo momento y en todo lugar un desesperante naufragio.
Cuestionar la prepotente imposición de un falsario relato oficial sobre un intrincado asunto pretérito constituye entonces el objetivo central del libro presente.
Y no es para menos. Aquí buscamos desannar el invento del "éxito político" de una gestión de gobierno que fue en verdad una empobrecedora frustración. O retrucar la construcción imaginativa de un "hombre de paz" pero que se valió del terrorismo homicida para imponer su paradigma. Desmentir también la farsa institucionalizada que edificó a un "Presidente honesto" cuando éste hizo uso del poder para corromper, corromperse y enriquecerse. Y a la vez desarmar la ficción del "estadista valiente", sobre quien fuera un dubitativo y vacilante líder cuestionado por los propios, y que a la hora de la adversidad huyó de sí mismo y sus responsabilidades de la peor de las maneras.
Fue entonces cuando el previsible marketing progresista convirtió en "líder del pueblo" a quien fue estadísticamente despreciado por las mayorías populares. Entonces la siniestra fabricó a "un demócrata " al mismo hombre que siempre sirvió a los grandes totalitarismos y se convirtiera en un oprobioso dictador de su país. En síntesis, se sacralizó a un presunto "héroe" cuando la realidad confirma que el déspota de marras ha hecho muchos más méritos para ser repudiado que glorificado: desprecio popular consumado y aclamado en el impacto de septiembre de 1973.
Vale decir que fueron muchas las motivaciones gravitantes que nos empujaron a encarar este trabajo, cuyo protagonista es el mítico chileno Salvador Allende, individuo que después del insistente fusilador Ernesto Che Guevara, es el fetiche más representativo que la izquierda hispanohablante ha sabido venderle a la chusma ignorante y comunicadores semicultos, el cual lo celebra religiosamente apoyándose en un sinfín de falacias, sofismas y distorsiones (tanto sea sobre su persona como de su lastimoso régimen), procurando así cambiar la percepción de la realidad de las nuevas generaciones al inducirlos a la infundada fascinación de eventuales gigantes de cartón no sin el uso del engaño, el slogan panfletario y la quimera como recurso insistente del utopismo militante.
No es nuestra meta convertimos en dueño de la verdad, sino procurar ser esclavos de ella. Luego, si este trabajo despierta polémica, dudas, discusión y tras la asimilación del presente texto se logra cambiar en algo la visión que previamente el lector tenía en cuanto al tema abordado, pues nos daremos por plenamente satisfechos.
"La Objetividad no debería existir en el periodismo",
porque "el deber supremo del periodista de izquierda
no es servir a la verdad, sino a la revolución".
Salvador Allende
Lanzamiento - "La dictadura comunista de Salvador Allende"
Ernesto "Che" Guevara en la ONU sobre los fusilamientos en Cuba
Cada vez se extiende más en hispanoamérica la leyenda negra de la conquista española. Cada año, el 12 de octubre -día en el que Cristóbal Colón descubrió América-, la ignorancia sube la voz y los militantes izquierdistas aprovechan para hacer propaganda a su indigenismo. “Vinieron a robarnos y a matarnos”, es la idea básica detrás de las consignas anti españolas.
Quien insulta a los españoles no solo desconoce que los conquistadores fueron verdaderos libertadores que nos salvaron de prácticas aterradoras como la antropofagia, sino que insulta a sus ancestros. Tenemos herencia española e indígena, mucho más lo primero que lo segundo. Quienes emiten alaridos en contra de la madre patria en realidad se insultan a sí mismos, todo lo que somos los hispanoamericanos es herencia española.
El 12 de octubre es un día maravilloso para recordar lo que era América antes de la llegada de Colón y lo que lograron los españoles en las nuevas Españas. Porque no éramos de España, éramos España.
Por ejemplo, el canibalismo ritual -el que se hace creyendo que es un mandato de los dioses- no era algo extraño en América antes de la llegada de los españoles. En general en toda América Central, donde tenía presencia la civilización Azteca se realizaban rituales espantosos. A Huitzilopochtli, el dios Azteca del sol y la guerra, le ofrecían sacrificios humanos que terminaban en banquetes caníbales. Estas horrendas carnicerías se repetían con los diferentes dioses. Los conquistadores españoles quedaron aterrorizados con los rituales y la antropofagia de los aztecas.
“Estos palos hacían muchas aspas por las vigas, y cada tercio de aspa o palo tenía cinco cabezas ensartadas por las sienes. Andrés de Tapia, que me lo dijo, y Gonzalo de Umbría las contaron un día, y hallaron ciento treinta y seis mil calaveras en las vigas y gradas”. Escribió Francisco López de Gómara sobre lo que encontraron los hombres de Hernán Cortés en Tenochtitlán.
Los españoles vinieron a humanizar a nuestros ancestros indígenas que vivían como bestias.
Pero también recibían “ofrendas” similares los dioses de los Maya y los Chibchas. En general la antropofagia era común en los pueblos indígenas de América. Pablo Victoria cuenta en su libro “El tercer conquistador” cómo Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador del Nuevo Reino de Granada, liberó a muchos pueblos de la opresión y el canibalismo ejercido por tribus más fuertes. Según los registros de la época, el conquistador quedó horrorizado al encontrarse con sacrificios de niños, antropofagia y tributos de sangre que debían pagar los indígenas a los superiores.
“Cortaban el cuello a niñas recién nacidas para echar su sangre en los cimientos de ciertas casas para dar suerte. Una tribu suministraba niños a los caciques al ser entronizados, les abrían el pecho cuando todavía estaban vivos y si el corazón palpitaba era que iba a tener suerte en su reinado y en la guerra y si no, mal augurio. Jiménez de Quesada prohibió esto totalmente”, señala Victoria.
“Vinieron violentos, a matarnos y torturarnos”, dicen hoy muchos hispanoamericanos envenenados con la leyenda negra de la conquista. Todo lo contrario. Los españoles vinieron a humanizar a nuestros ancestros indígenas que vivían como bestias.
Pero no solo los libraron de las masacres y la antropofagia, sino de vivir como cavernícolas, en medio de la desnutrición, en unas condiciones absolutamente miserables. En América no había vacas, no había ganado ovino, no había cerdo, no había caballos, no había burros y tampoco mulas. Además, la mayoría de las frutas que conocemos llegaron de Europa.
Los indígenas tenían una dieta basada en papa, maíz y yuca. Por eso se ha encontrado que tenían serios problemas de desnutrición. Algunos historiadores también atribuyen la práctica del canibalismo a la falta de alimentos. Tampoco contaban con medios de transporte porque animales como el caballo no existían en estas tierras, y los indígenas no habían inventado la rueda. Hay registros de que los aztecas usaban ruedas para los juguetes de los niños, pero curiosamente no se les ocurrió nunca hacerlo en mayor escala y utilizar la rueda para medios de transporte. Tampoco tenían herramientas, su manejo de los metales era demasiado pobre.
En resumen, la forma de vivir de los indios era tan paupérrima en todos los sentidos, material, cultural y espiritual, que sin duda lo que hicieron fue beneficiarse infinitamente de la llegada de los españoles.
Sumado a todas estas razones para agradecer la llegada de los españoles, se equivocan sobremanera quienes aseguran que los indios eran maltratados, en América ni siquiera había colonias en el sentido de las colonias que tenían los franceses o los ingleses, por eso se hablaba de “provincias de indias” o de “las Españas”. Éramos españoles todos.
Incluso cuando se convocó la Asamblea para la Constitución de 1812, todas las provincias de América enviaron representantes con voz y voto para firmar y redactar la Constitución española. Los españoles hacen en 1524 las primeras escuelas para indios, en 1536 se crean imprentas de libros, en 1541 aparece el primer periódico, para 1543 las primeras escuelas industriales para indios, en 1538 se crea la primera universidad en América Latina ubicada en Santo Domingo. Esos son los datos. Esos son los españoles que “solo vinieron a robar y matar indígenas”…
Es una pena enorme que hoy ya no se enseñe historia, que lo que aprendan niños y jóvenes sean los cuentos inventados por comunistas y anti hispanistas.
La leyenda negra de la conquista surge de los ingleses que propagaron información falsa cuando la verdad es que los españoles eran queridos por los indígenas.
En el Codicilo, que fue añadido al testamento de Isabel la Católica se lee:
“Suplico al rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la princesa, mi hija, y al príncipe, su marido, no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas indias(…) reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, sino que manden que sean bien y justamente tratados”.
Aquellos que salen el 12 de octubre a vociferar en contra de la madre patria asegurando que teníamos en América un paraíso, están absolutamente equivocados. Es una pena enorme que hoy ya no se enseñe historia, que lo que aprendan niños y jóvenes sean los cuentos inventados por comunistas y anti hispanistas. Si en América conociéramos nuestra historia no escucharíamos decir que los indígenas eran pacíficos y los españoles violentos. La gente no creería tonterías como que el ajiaco en una comida “autóctona” y que hace parte de nuestro “rico” legado indígena. Las sopas, así como el pollo, fueron traídos por los españoles.
Si conociéramos la historia estaríamos infinitamente orgullosos de nuestros ancestros españoles que vinieron a acabar con la miseria y la barbarie.
Nuestro idioma, nuestro derecho, nuestra ciencia, la filosofía, la religión y sobre todo la ética sobre la que crecimos es herencia española. Tenemos genes indígenas y españoles, pero somos mucho más españoles que indígenas.
"Más que independencia,
necesitamos civilización".
Andrés Bello
INDEPENDENCIAS de AMÉRICA 🌎
Toda su Historia completa 🌎 Bolívar, San Martín, Hidalgo, Iturbide...
¿Sabías que... los mapuches (indígenas del actual sur de Chile) han sido el pueblo con los que España ha estado más tiempo en guerra, pero que sin embargo, lucharon en su mayoría junto las tropas realistas españolas durante el proceso de independencia de Chile?
La Guerra de Arauco que enfrentó a las fuerzas del Imperio Español y sus aliados indígenas, contra facciones mapuches y otros pueblos nativos aliados, duró más de 200 años. El Parlamento de Negrete de 1803 se considera como el último gran parlamento entre españoles y mapuches, donde ambos bandos solemnizaron sus paces y alianzas.
A partir de entonces, el comercio y la unión entre hispanos e indígenas, generaron un mestizaje que actuó como puente entre ambas culturas.
Así pues, durante el proceso de independencia de Chile, gracias al éxito de los últimos parlamentos, la mayoría de las tribus mapuches lucharon a favor de los realistas, tratando de conservar sus beneficios comerciales.
Sin embargo al alcanzar la independencia, el gobierno chileno llevó a cabo uno de sus principales proyectos de estado: la ocupación total de la Araucanía y la efectiva adhesión a la soberanía del territorio del nuevo Chile.
Los mapuches perdieron todas las tierras que durante el dominio español lograron conservar.
Creo en el Dios de Jesús y de María, el Dios de los bienaventurados, sencillos y sabios humildes como Abraham y Sara; Isaac y Rebeca; Jacob y Raquel. Y no el de los expertos racionalistas e ideologistas teólogos y entendidos escribas de todos los tiempos, El Mismo JesuCristo nunca los eligió ni como apostóles ni como discípulos. Ni antes ni ahora. Soy Venezolano, Maracucho/Maracaibero, Zuliano y Paraguanero, Falconiano; Soy Español, Gallego, Coruñés e Fillo da Morriña; HISPANOAMÉRICANO; exalumno marista y salesiano; amigo y hermano del mundo entero.
La Línea Editorial de este Rincón es la Veracidad y la Independencia imparcial.
¡¡¡ Que El Señor de La Comunicación, de La Amistad, de La Paz con Justicia, te bendiga, te guarde, te proteja, siempre... AMÉN !!! ________________________________
¡La Paz del Señor sea contigo!
¡Shalom aleijem!
¡As Salam ie aleikum!
бо да благословит вас
上帝保佑你
神はあなたに賛美する ईश्वर
Бог да те благослови
ETIQUETAS
BUSCAR EN ESTE BLOG
Código QR (Quick Response)
Seguidores
JesuCristo, Hosana en el Cielo, Bendito el que viene en Nombre Del Señor, Hosana en el Cielo
ORACIÓN A LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS
Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora Tu Espíritu sobre la tierra. Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra. Que la Madre de todos los Pueblos, La Santísima Virgen María, sea nuestra Abogada. Amén
ORACIÓN DE APOYO PARA LA CONSAGRACIÓN DE MIS REDES SOCIALES A SAN JOSÉ, TERROR DE LOS DEMONIOS
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
ARMADURA DE DIOS
ESPADA DE DIOS
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
"EL CRISTIANO HA NACIDO PARA LUCHAR": PAPA LEÓN XIII
“Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan. "La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”. S.S. León XIII, Papa
ORACIÓN Y MEDALLA DE SAN BENITO
EN GAB
EN FACEBOOK
(cuenta sancionada muchas veces y ahora, cancelada por la inquisición globalista)
EN TWITTER
(cuenta habilitada por la nueva dirección)
En YouTube
(cuenta suspendida por la inquisición globalista)
@Yankas (cuenta rehabilitada por la nueva dirección)
Consejos para criar a los hijos
-
*Un águila aconsejó a una mujer sobre la mejor forma de criar a los hijos.*
—¿Estás bien, madre humana? —preguntó el águila.
La mujer, sorprendida, la m...
A vueltas con la apertura del año judicial
-
El ceremonial con que se abre el año judicial no es sino la prolongación
del engaño en el que España permanece desde la fundación de la monarquía de
part...
12 de septiembre: Fiesta del Nombre de María
-
Significado del nombre de María y 2
Y el nombre de la virgen era María
Origen de la fiesta
Recorrido histórico de la celebración
Dulce Nombre de María
Orac...
Otros artículos
-
Mira Milosevich-El Mundo El órdago de Vladimir Putin El episodio de los
drones no es en sí mismo el órdago, pero sí lo es la invasión de Ucrania.
La apue...
AMÉRICA LATINA, EN MANOS DE TIRANOS Y MISERABLES
-
La verdad sobre lo que significó España para los países de América se abre
hoy camino gracias al esfuerzo de investigación y difusión de cientos de
intelec...
Boletín Info-RIES nº 1112
-
*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. La suscripción es gratuita en *
http://www....
Un santo para toda circunstancia
-
Este es un reportaje que preparamos desde Londres sobre Santo Tomás Moro.
Una introducción para los que no lo conocen, y con sorpresas edificantes
para todos.
El legado del Papa Francisco
-
El pasado lunes de Pascua el mundo se despertaba conmocionado por la
noticia del fallecimiento de Francisco. El día anterior lo habíamos visto
en el balcón...
Analizando a los simpatizantes de Hamás
-
El sufrimiento de otros puede justificar la compasión, pero sólo si ese
sufrimiento es inmerecido. Alguien que es encarcelado injustamente puede
provocar t...
“Cumplimos La Mayoría De Edad”
-
18 años en diálisis pero con las mismas fuerzas de vivir. ¡Hola comunidad
de donavida! Hoy estoy aquí, frente a ustedes, compartiendo un capítulo
especia...
Un pequeño aviso personal
-
Queridos amigos y hermanos
Ustedes saben que este blog comenzó en diciembre de 2008. 12 años ya. Y
habrán advertido en los últimos tiempos cierta escasez...
La tertulia de las lechuzas
-
Willie Dixon decía que el blues sucede “cuando tu chica te ha abandonado,
estás solo en la estación de autobuses, sin un céntimo, y ha empezado a
llover”....
MALEVO, VA
-
*De hábitos vulgares, propio de los arrabales. (y 4 más)*
¡Queridos amigos!, el adjetivo que hoy os traemos a esta humilde página es
sin duda una interes...
"Hay una sola manera de degradar permanentemente a la humanidad, y esta es destruir el lenguaje". Nortthrop Frye
SOY LIBRESENTIPENSADOR: "En la razón soy librepensador y, en la Fe, soy libre por Cristo". Yanka
"La Verdad es útil a quien la escucha, pero desventajosa a quien la dice, porque lo hace odioso". Blaise Pascal
DERECHOS HUMANOS A LA LIBERTAD DE MANIFESTAR SU RELIGIÓN Y CREENCIA TANTO EN PÚBLICO Y X ENSEÑANZA
Vote para Celebrar la Fiesta de la Pascua todos en la misma fecha.
FIRMA PARA SINCRONIZAR FECHA DE SEMANA SANTA PARA TODOS LOS CRISTIANOS
LITURGIA DE LAS HORAS DEL DÍA
#YoTambiénSoyCristianoPerseguido
#NoEstánSolos: Ya estamos hartos de que los criminales exterminen a los cristianos solo por su fe. Ha llegado la hora de movilizarse y defenderlos. Basta de cobardía. Se valiente y osado frente a los asesinos y defiende con ardor tu fe y a los que son perseguidos por la horda. Coloca en tu página el símbolo creado por el movimiento en defensa de los cristianos perseguidos para la campaña mundial que se ha iniciado para que no nos olvidemos de todos aquellos que están siendo perseguidos y masacrados por ser cristianos. El símbolo del centro es la letra N del alfabeto árabe, con la que los yihadistas están marcando las casas de los Nazarenos, que es como ellos llaman a los cristianos. Juntos hagamos que no se olviden aquellos hermanos perseguidos en todo el mundo por amar a su Dios. #NoEstanSolos #PrayForthem #ن #YoTambiénSoyCristianoPerseguido #Iglesia #Kenya #Siria #Irak #Afganistán #ArabiaSaudí #Egipto #Irán #Libia #Nigeria #Pakistán #Somalia #Sudán #Yemen y otros...
EL SILENCIO CULPABLE
QUE LA LUZ BRILLE SOBRE TI, TIERRA FÉRTIL #SOSVENEZUELA
VENEZUELA UN PAÍS PARA QUERER Y PARA LUCHAR
“Nací y crecí en un lugar donde dicen ” Pa’lante es pa’llá”, donde se pide la bendición al entrar, al salir, al levantarte y al acostarte, donde se comen arepas, cachapas y espaguetti con diablito, donde se menea el whisky con el dedo, donde se respira alegría aún en las adversidades, donde se regalan sonrisas hasta a los extraños, donde todos somos panas, donde aguantamos chalequeos, donde se trata con cariño sincero, donde los hijos de tus amigos son tus sobrinos, donde la gente siempre es amable, donde los problemas se arreglan hablando y tomando una cervecita, donde no se le guarda rencor a nadie y donde nadie se molesta por tonterías, donde hasta de lo malo se saca un chiste, donde besamos y abrazamos muchísimo, donde expresamos con cariño nuestros sentimientos, donde hay hermosas playas, ríos, selvas, montañas, nieve, llanos, sabana y desierto, un país de gente bella, cariñosa y alegre donde se mezclaron armoniosamente las razas, donde el extranjero se siente en casa y donde siempre encontramos cualquier motivo para celebrar con los amigos. Nací y crecí en VENEZUELA, me siento orgulloso de ser venezolano y seguiré manteniendo mi espíritu venezolano en cualquier lugar del mundo”
¡NO TE RINDAS!
♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Si la angustia te seca, si la ansiedad te asfixia, si la tristeza te ahoga, si el pesimismo te ciega... llora, grita, comunícate, exterioriza tu dolor.... pero JAMÁS te rindas.
Levanta tu mirada, respira hondo... ¡LUCHA..! amig@...lucha ... PORQUE Sí hay salida. Sí hay sentido. Sí hay ESPERANZA. Levanta tus manos y pide ayuda.
No te des por vencid@...y poco a poco verás La Luz. NO te rindas amig@, lucha. NO ESTÁS SOL@.
PORQUE VERÁS QUE SÍ VALIÓ LA PENA... ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥
LA FUERZA INVENCIBLE DE LA FE
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
"Ya veis que no soy un pesimista, ni un desencantado, ni un vencido, ni un amargado por derrota alguna. A mí no me ha derrotado nadie, y aunque así hubiera sido, la derrota sólo habría conseguido hacerme más fuerte, más optimista, más idealista, porque los únicos derrotados en este mundo son los que no creen en nada, los que no conciben un ideal, los que no ven más camino que el de su casa o su negocio, y se desesperan y reniegan de sí mismos, de su patria y de su Dios, si lo tienen, cada vez que le sale mal algún cálculo financiero o político de la matemática de su egoísmo.
¡Trabajo va a tener el enemigo para desalojarme a mi del campo de batalla! El territorio de mi estrategia es infinito, y puedo fatigar, desconcertar, desarmar y doblegar al adversario, obligándolo a recorrer por toda la tierra distancias inmensurables, a combatir sin comer, ni beber, ni tomar aliento, la vida entera; y cuando se acabe la tierra, a cabalgar por los aires sobre corceles alados, si quiere perseguirme por los campos de la imaginación y del ensueño. Y después, el enemigo no podrá renovar su gente, por la fuerza o por el interés., que no resisten mucho tiempo, y entonces, o se queda solo, o se pasa al amor, que es mi conquista, y se rinde con armas y bagajes a mi ejército invisible e invencible...."
(Fragmento de una página del discurso de Joaquín V. González "La universidad y alma argentina" 1918). ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
COMBATE Y DENUNCIA A LOS PEDÓFILOS (PEDERASTAS)
SEÑOR, TE PEDIMOS QUE PROTEJAS A L@S NIÑ@S, TE LO PEDIMOS EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN. ¡Ay de aquel que escandalice a uno de estos pequeñitos! Mejor le fuera que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos....... Lc 17,1-2 -- ÚNETE Y DENUNCIA --
SI LOS MEDIOS CALLAN, EL PUEBLO GRITA...
PARROQUIA VIRTUAL (VIRTUAL CHURCH) EN FACEBOOK
FORO DE CRISTIAN@S CATÓLIC@S LAIC@S SEGLARES EN FACEBOOK
TELÉFONO DE LA ESPERANZA 902 500 002
Cuando existe la esperanza, todos los problemas son relativos
EL SENTIDO COMÚN ES IMPRESCINDIBLE PARA EL BIEN COMÚN Y PARTICULAR
SOMOS ANTI-OBSOLESCENCIA: NUESTRA CALIDAD TIENE VALOR
OBSOLESCENCIA ES LA planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, nos conduce al CONSUMISMO exacerbado, por culpa de algo evitable, destruimos recursos, planeta y dinero por algo que podríamos tener durante mucho tiempo.