EL Rincón de Yanka: PELÍCULA Y LIBRO DE UNA OBRA MAESTRA "EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS" por DINO BUZZATI

inicio














jueves, 17 de julio de 2025

PELÍCULA Y LIBRO DE UNA OBRA MAESTRA "EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS" por DINO BUZZATI


El Desierto de los Tártaros, 
de Dino Buzzati
La fascinación que desde su aparición en 1940 ha despertado "El desierto de los tártaros", la más célebre novela de DINO BUZZATI (1906-1972), proviene del paisaje formal de la fábula que narra, no de su significación oculta. Con todo, la historia del oficial Giovanni Drogo, destinado a una fortaleza fronteriza sobre la que pende una amenaza aplazada e inconcreta, pero obsesivamente presente, se halla cargada de resonancias que la conectan con algunos de los más hondos problemas de la existencia: la seguridad como valor contrapuesto a la libertad, la progresiva resignación ante el estrechamiento de las posibilidades vitales de realización, la frustración de las expectativas de hechos excepcionales que cambien el sentido de la existencia.
"El desierto es el reflejo de nuestra propia soledad". 

El existencialismo se hace presente en esta novela, plagada de nostalgia por el tiempo perdido, por el cuestionamiento sobre las decisiones tomadas, por la certidumbre terrible de la huída del tiempo, por lo ridículos que resultan algunos de nuestros hábitos.

Como dice Borges en el prólogo “hay nombres que las generaciones venideras no se resignarán a olvidar. Uno de ellos es, verosímilmente, el de Dino Buzzati. Este libro es, acaso, su obra maestra”.

Literatura de la espera, de autores como Kafka o Beckett, más reconocidos. Entre ellos, se yergue indudablemente Dino Buzzati con El desierto de los tártaros (1940). El protagonista, Giovanni Drogo, como sus compañeros de armas, aguarda su acontecimiento heroico en la Fortaleza Bastiani. Mientras tanto, la vida transcurre. La indeterminación del lugar y la época en que sucede le dan a la Fortaleza carácter de símbolo. Y la espera consume la vida humana hasta el final de cada uno en soledad. Allí reside lo heroico.

Recomendable novela para leer detenidamente y acompañar un tiempo de reloj de arena:

“Hasta entonces, había avanzado por la despreocupada edad de la primera juventud, un camino que de niño parece infinito, por el que los años transcurren lentos y con paso imperceptible, por lo que nadie nota su marcha. Caminamos plácidamente, mirando en derredor con curiosidad, no hay necesidad alguna de apresurarse, nadie apremia por detrás y nadie nos espera, también los compañeros avanzan sin pensar y se detienen con frecuencia a bromear. Desde las casas, en las puertas, los mayores saludan, comprensivos, y hacen señas para indicar el horizonte con sonrisas de inteligencia; así, el corazón empieza a latir con deseos heroicos y tiernos; se saborean, la víspera, las cosas maravillosas que se esperan para más adelante; aún no se ven, no, pero es cierto, absolutamente cierto, que un día llegarán ¿Falta mucho aún? No, basta con cruzar aquel río allí en el fondo, sobrepasar aquellas verdes colinas, pero, ¿no habremos llegado ya? ¿No serán tal vez esos árboles, esos prados, esa casa blanca lo que buscábamos? Por un instante tenemos la impresión de que sí y nos gustaría detenernos. Después oímos decir que lo mejor está más adelante y reanudamos la marcha sin preocupación. Así continuamos el camino con una espera confiada y las jornadas son largas y tranquilas, el sol brilla alto en el cielo y parece que no tenga ganas de bajar nunca al ocaso.

Pero en determinado momento, casi instintivamente, volvemos la vista atrás y vemos que una verja ha quedado cerrada a nuestras espaldas y corta el camino de regreso. Entonces sentimos que algo ha cambiado, el sol ya no parece inmóvil, sino que se desplaza, ¡ay!, rápidamente, apenas hay tiempo de mirarlo cuando ya se precipita hacia el confín del horizonte, nos damos cuenta de que las nubes no se estancan en las azules ensenadas del cielo, sino que huyen amontonándose unas sobre otras, con su ansiedad; comprendemos que el tiempo pasa y que el camino deberá acabar algún día”.

Novela del silencio y de lo no dicho. Para quienes esperan todavía.

Decidí ponerme con una obra maestra. Ultra-recomendada por decenas de personas a las que sigo, decenas de personas que leen mucho y decenas de personas que escriben…, así que, ¿qué podría salir mal? Pues nada. NADA. No esperéis sarcasmo porque El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati, no es una novela sola, es un poema largo y magnífico con un personaje que esplenderá en tu corazón. Eso es lo que sentí porque Giovanni será y estará para siempre dentro de mí. Ya es universal. Él soy yo aquí; él eres tú (y cualquiera que lo quiera. Um, que me voy…). Un personaje que encarna nuestros deseos, arrepentimientos, vagabundeos y una vida que podría ser nuestra mientras disfrutamos perversamente del placer de desperdiciarla. Por un amplio rango (para eso, las ideas nunca faltan), este tiempo precioso, que se desmorona y se escapa como la arena de nuestra playa de vacaciones, se desliza entre nuestros dedos despreocupados y, sin embargo, una desventaja para mí es que ya he pasado mucho tiempo en este planeta sin haberlo aprovechado. Dice:

La vida no es esperar a que pasen las tormentas,
es aprender a bailar bajo la lluvia.

En El desierto de los tártaros, Giovanni Drogo espera, en la fortaleza fronteriza, un ataque de la tribu salvaje del norte, una invasión de los «tártaros», una batalla increíble, digna de los anales de la historia, una batalla que quedará en la memoria de la humanidad. Pero el ataque se retrasa, los tártaros no llegan, todo es sólo una idea de los de la fortaleza (idea que Drogo también va aceptando poco a poco), una «oscura premonición de acontecimientos fatales», destinada a justificarlos, a darles una razón para vivir o una especie de salvación profana. La espera vacía nunca da un sentido positivo a la vida, ni siquiera la espera de la muerte o del Torneo de Doha. Al igual que John Marcher, el protagonista de La bestia en la jungla, de Henry James, Drogo desperdicia su vida esperando… No obstante, decide amar a alguien.

Llegas con un personaje maravilloso a un apoteósico final.
La última batalla de Giovanni Drogo.
Desafortunadamente, no puedes salir victorioso de ello.
Nadie sale.

En definitiva, debo admitir que, aunque no necesariamente quiero abordar constantemente un tema tan pesado como la Muerte, ha sido otra cosa abordarlo con Dino Buzatti. Porque ahí lo tienen: la indiferencia está bien escrita, dominada e impresiona. Disfruté demasiado leyéndola. Esta novela es una obra maestra. Este es el mejor libro escrito sobre «la espera». Y he leído y venía enamorado de otras maravillas como Esperando a Godot, de Samuel Beckett, Esperando a los bárbaros, de J. M. Coetzee o el libro antes mencionado del siempre genial Henry James. Pero sólo este libro duele de lo bueno que es. Insisto. Acabo de leer y reseñar una obra maestra.

Buzzati Dino - El Desierto de Los Tartaros by Nicol Ovi