EL Rincón de Yanka: "LA ESPAÑA SANCHISTA ES UNA MEZCLA DE PUTICLUB Y POCILGA" por FRANCISCO RUBIALES

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martes, 22 de julio de 2025

"LA ESPAÑA SANCHISTA ES UNA MEZCLA DE PUTICLUB Y POCILGA" por FRANCISCO RUBIALES


La España sanchista 
es una mezcla de 
puticlub y pocilga

Han metido en la cárcel a Santos Cerdán, el verdadero número dos del poder sanchista, y ni siquiera hay conmoción en la inmensa letrina llamada España. El presidente del gobierno está bajo sospecha y a punto de ser llamado por los jueces, mientras que su esposa, su hermano y sus lugartenientes Ábalos y Koldo están en las puertas del presidio Y no pasa nada en el basurero español.

¿Ni un tipo ejemplar en el poder? ¿Nadie a quien deseemos imitar? ¿Ningún modelo para nuestros jóvenes en las alturas? ¿Quién sale en la tele que no produzca náuseas? Los que mandan han llenado España de delincuentes y malvados. Chorizos por todos lados. No gobiernan; sólo roban, dividen y siembran odio para prevalecer.
Han convertido España en un país gobernado por los gorrinos, en una asquerosa mezcla de puticlub y pocilga, en una patria de chorizos, sinvergüenzas y corruptos atiborrados de poder.

Hubo un tiempo en España en el que los ministros y altos cargos eran elegidos por sus brillantes expedientes académicos y por su prestigio profesional, pero hoy parece que el socialismo gobernante los elige por el olor de sus excrementos o por la viscosidad de sus vómitos. Cualquier miserable puede ser ministro y no se le exige otros valores que la sumisión absoluta al líder y su capacidad para mentir, robar y abusar sin que se les note demasiado.

Los políticos españoles han convertido el país en la letrina más sucia de Europa y una de las mas puercas del planeta: impuestos elevados, servicios públicos tercermundistas, retroceso en educación, transportes, sanidad y servicios sociales, divorcio entre políticos y ciudadanos, dinero sucio en abundancia, corrupción galopante, paraíso de mafiosos internacionales, inmigrantes ilegales que invaden las calles y las llenan de delito, policías ineficaces, instituciones prostituidas, un gobierno insaciable de suciedad y poder, endeudamiento, aforamientos masivos, maldad a chorros y una decadencia que hace temblar a los expertos.

¿Alguien ha escuchado a nuestros políticos hablar de valores, de amor, de respeto, de honor o de decencia? Sólo hablan de poder, dinero y de odio, de rencores y de resucitar un pasado de sangre (Guerra Civil) que debemos olvidar.
Son como fieras, pero lo grave es que sus seguidores, depravados y envilecidos, les votan y les defienden.
Tenemos una clase política deleznable que está convirtiendo la nación española en una inmensa letrina y, a pesar de ello, hay millones de fanáticos que votan a los corruptos y los seguirían votando incluso si decretaran el asesinato masivo de ciudadanos de derecha.

¿Qué le ha pasado a España? ¿De dónde han salido tantos canallas y miserables? ¿Cómo han podido caer tan bajo algunos partidos políticos?
Basta analizar la composición del gobierno de Sánchez para echarse a temblar y empezar a vomitar: golpistas que quieren separarse de España y, si es posible, destruirla antes de irse; herederos de los asesinos etarras vascos; comunistas totalitarios con una historia sucia y manchada de sangre; socialistas que no paran de robar y dañar a España desde que fueron fundados y manadas de ministros, jueces, fiscales y altos cargo cercanos al gobierno que parecen haber sido seleccionados en el Chicago de los años treinta.

España no necesita un cambio de gobierno, ni siquiera una regeneración clásica, sino una raspado a fondo con cepillo de púas y un lavado con ácido, que limpie hasta las raíces, que elimine la porquería abundante y que impida que en el futuro vuelvan a colonizarnos gérmenes tan asquerosos como los del presente.

¿Quién y cómo hacer esa limpieza regeneradora que necesitamos con urgencia, sin romper la patria carcomida?
Salvo Cuba, Venezuela y Nicaragua, ningún otro país ha caído tan bajo y a tanta velocidad como la España sanchista.

Si alguien tiene la respuesta, que la diga, por favor.

Francisco Rubiales