EL Rincón de Yanka: LIBRO "VENEZUELA: LA REVOLUCIÓN COMO ESPECTÁCULO" por RAFAEL UZCÁTEGUI 💥💥💥💥💥💥💥

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viernes, 1 de marzo de 2024

LIBRO "VENEZUELA: LA REVOLUCIÓN COMO ESPECTÁCULO" por RAFAEL UZCÁTEGUI 💥💥💥💥💥💥💥

Venezuela: 
la Revolución 
como espectáculo

Una crítica anarquista al régimen bolivariano

"Venezuela: La revolución (ROBOLUCIÓN) como espectáculo" ofrece una investigación de 10 años sobre la política energética, la vida cotidiana y los movimientos sociales en este país latinoamericano bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez y su proyecto denominado como "bolivariano". Lejos tanto de las mitificaciones de izquierda como de las críticas liberales de los principales partidos políticos opositores, el texto ofrece una detallada y rigurosa sistematización de hechos y cifras que complejizan la maniquea visión que ha imperado sobre este país latinoamericano, registrando testimonios de diferentes luchas de base que sostienen que en el país con las reservas de petróleo más grandes de la región, y una cultura política caudillesca y populista, es poco lo que ha cambiado. Este libro es una apasionante mezcla de análisis sociológico, periodismo y crónicas en primera persona, realizadas por un activista libertario que ha acompañado, desde adentro, a los principales movimientos sociales autónomos de su país, cuya argumentación influirá en lo que usted pensaba sobre Venezuela.
Prólogo 

Apuesta a la apertura de un debate sin autocensuras ni censuras “Hay horteras y burócratas que pasan toda su vida aguantando injusticias y hay rebeldes tan susceptibles que reaccionan ante el más leve abuso de poder: están aquellos que pasan sus vidas marcando el paso y vistiendo uniformes y están los otros que no aceptan imposiciones si no están basadas en la lógica, que no es siempre compatible con la naturaleza humana”. 
Osvaldo Bayer Cuando a finales del siglo XX, apareció en el escenario político venezolano la figura del Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, la mayoría de la población de este país caribeño vio en su persona y en su discurso una esperanza de cambio. 

El proceso democrático venezolano iniciado el 23 de enero de 1.958, cuando el pueblo tomó las calles y acabó con diez años de dictadura ejercida por el General Marcos Pérez Jiménez, había entrado en una crisis estructural a partir de febrero de 1.983. Las dos últimas décadas del proceso democrático habían destruido los avances sociales y políticos de las dos primeras décadas post dictadura, reinando para ese entonces: la exclusión social con el consiguiente aumento de la pobreza y la marginalidad, la corrupción generalizada y la concentración del poder en los “cogollos1 partidistas”. En ese contexto, las propuestas y el discurso esperanzador de Chávez que pregonaba la inclusión social y la protección a los sectores más pobres de la población; la investigación y el castigo a los responsables de la corrupción; y la democratización y la participación popular en la vida política, sumaron a sus filas a partidos políticos de la izquierda parlamentaria y extraparlamentaria, personalidades e intelectuales democráticos, organizaciones sociales de base populares y también religiosas, y desde luego a la mayoría del electorado nacional que lo llevó a la presidencia en las elecciones de diciembre de 1.998.

Desde ya que no fui ajeno a ese contexto, ya que como militante político formado en el nacionalismo popular revolucionario y el marxismo crítico, viviendo en Venezuela donde llegué exilado y luego de sobrevivir al cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), no estaba al margen de las luchas sociales del pueblo venezolano. Para esa época, como activista de derechos humanos participaba como miembro de la organización Provea2 en el fortalecimiento y apoyo a grupos y sectores populares que luchaban contra las políticas neoliberales que pretendían imponer los Planes de Ajuste Estructural (PAE) diseñados por los organismos internacionales de crédito, donde tuve la oportunidad de compartir espacios de lucha con muchos militantes que posteriormente se sumaron activamente al movimiento liderado por Chávez y otros que mantuvieron posturas críticas a sus propuestas. Incluso tuve la oportunidad de conocer personalmente al Presidente Chávez, en oportunidad de la realización de unas mesas de trabajo realizadas en la compaña electoral de 1998, en las cuales el movimiento de derechos humanos le presentó una propuesta de políticas públicas denominada Agenda por la Vida, que posteriormente en 1.999 se reestructuró como propuesta de redacción del capítulo de derechos humanos de la constitución que debatía la Asamblea Constituyente. 

Sin embargo, a pesar de reconocer el papel progresivo que significaba la apuesta de cambio que representaba el “chavismo”, no logró convencerme como para participar políticamente en el mismo, y decidí seguir aportando críticamente a la lucha por la contraloría social y al fomento de la participación protagónica de los sectores populares en la defensa de sus derechos desde el movimiento de derechos humanos. Es evidente que el proceso desarrollado e impulsado desde 1.999 por el Presidente Chávez ha tenido impactos positivos para la población más pobre del país –en particular, el descubrimiento de su identidad como clase popular y su potencionalidad transformadora de la realidad– y en mucho menor medida en el cambio de sus condiciones de vida; pero también efectos negativos relacionados con el arrinconamiento y desprecio a la disidencia social y política, incluso de aquella que milita en la filas del chavismo y asume posturas críticas. Por ello, cuando el autor me distingue con la propuesta de que prologue su obra, no dudé un momento en aceptar, porque creo que como afirmó hace unos años el intelectual anarquista argentino Osvaldo Bayer: “en este país hace falta el debate”. 

En Venezuela y también en Hispanoamérica (América Latina), es una necesidad imperiosa abrir un debate sobre el denominado “proceso bolivariano”, ya que hasta ahora lo que uno puede apreciar es que más allá de nuestras fronteras, la militancia antiglobalización, la izquierda en general y la intelectualidad, conoce más que nada el discurso y la retórica antiimperialista y anticapitalista del gran comunicador que es Chávez, pero poco conoce y menos debate acerca de su ejecutoria y acción interna. Este ensayo analítico y testimonial realizado por el joven sociólogo y activista anarquista, Rafael Uzcátegui, en mi humilde opinión es un aporte muy importante para ayudar a crear un espacio libre para el debate, donde las ideas fluyan sin autocensuras ni censuras, con la finalidad de dar respuestas a las innumerables preguntas, dudas, afirmaciones y contradicciones que genera el “proceso revolucionario bolivariano”. 

¿Cuál es la ideología de Chávez: marxista, maoísta, socialdemócrata, peronista, bolivariana, cristiana? ¿Qué modelo de socialismo propone el “socialismo del Siglo XXI”? ¿Qué tipo de movimiento es el “chavismo”: policlasista, obrerista, cívico-militar? ¿Qué tan antineoliberal son las políticas económicas del chavismo si entrega vía la constitución de empresas mixtas con las trasnacionales petroleras la producción y extracción de nuestro principal recurso económico? ¿Son las “misiones sociales” del gobierno bolivarianas políticas públicas fundadas en la garantía de derechos o son acciones asistenciales necesarias basadas en la lógica del clientelismo populista? ¿Qué diferencia hay entre flexibilizar las relaciones laborales mediante las microempresas del neoliberalismo o hacerlo mediante la constitución de cooperativas bolivarianas? ¿El culto a la personalidad del líder es compatible con la participación protagónica del pueblo y sus organizaciones? ¿La revolución y la condición de revolucionario sólo son posibles dentro del “chavismo”? ¿La criminalización de la protesta popular y la disidencia política es compatible con la democracia participativa y protagónica? 

En el presente ensayo hay suficiente información y un razonado análisis que permitirá a los lectores formarse una opinión o confrontar su opinión con la del autor, para poder hacer realidad el debate necesario sobre esta experiencia histórica que se desarrolla en Venezuela, y que sin duda tiene influencia en el ámbito regional. Sin duda el trabajo no pretende ser perfecto ni abarcar todos los temas que se desprenden de la realidad venezolana actual, pero es un intento sistematizador que ofrece el anarquismo venezolano al resto de las corrientes de opinión, para debatir hoy y ahora un proceso que marcará el destino de la patria de Bolívar en las próximas décadas. 

La hipótesis central del trabajo de Uzcátegui se resume en que la autodenominada “revolución bolivariana” es un espectáculo para el auditorio global sin mejoras estructurales en la vida cotidiana de la población. Vale destacar, que el autor se esfuerza por brindar un marco histórico sobre el desarrollo del proceso de producción petrolera, imprescindible para entender la historia moderna de Venezuela, al tiempo que analiza las condiciones de vida de la población y los cambios progresivos o regresivos que se ha dado durante la década del gobierno de Chávez, y finalmente presenta la situación de los movimientos sociales y su posicionamiento durante este proceso político. 

El esfuerzo intelectual de Uzcátegui, pone en duda y cuestiona el proceso de construcción del socialismo del Siglo XXI, que según el también intelectual venezolano, Haiman El Trudi, se caracteriza por las siguientes claves: 

“1) Se trata de un socialismo de nuevo tipo, que en nada se parece al capitalismo de Estado ni menos a las lógicas totalitarias que en otras latitudes se reprodujeron en otros tiempos; 
2) es un socialismo originario que se está inventando a partir de la interpretación de la realidad venezolana y sus lazos históricos y socioculturales con los demás pueblos latinoamericanos caribeños; 
3) es un socialismo que reivindica los aciertos de otras experiencias del mundo y que contextualiza sus contenidos; 
4) es un socialismo que centra su fuerza y empuje en nuestras propias raíces libertarias, 
5) es un socialismo humanista, ambientalista, pleno de energía espiritual, que reivindica el amor, la paz, la solidaridad, la justicia y la libertad; 
6) es un socialismo desmitificado, que no transgrede las libertades y derechos humanos y que enfoca en el bien común toda su atención; 
7) es un socialismo consustanciado con los tiempos de la historia que se va escribiendo a ritmos acelerados; 
8) es un socialismo que se parece poco a los socialismos del siglo XX; 
9) es un socialismo construido en colectivo y alimentado por diversas vertientes del pensamiento; 
10) es un socialismo que no aplica recetas ni fórmulas doctrinarias elaboradas por preclaros intelectuales; 
11) es filosofía de la praxis animada por el bloque histórico Estado-Sociedad, y; 
12) es la quietud en el ojo del huracán revolucionario. Es el centro de acción transformadora”.3 

El debate está planteado, y creo que muy oportunamente debe darse mientras se están desarrollando los hechos, lo que permitiría que a diferencia de otros procesos que se analizaron y discutieron cuando ya eran historia pasada, lo hagamos en caliente, lo que permitiría –madurez política mediante– poder reconocer los errores, reconocerlos y rectificarlos, así como validar los aciertos y consolidarlos. En este sentido, la dirigencia política debería tomar ejemplo de la militancia de la gente de la base, que sí debate y discute –esto es un legado importante que ha dado este proceso político– mientras ellos hacen cálculos políticos y callan o acatan perdiendo la capacidad crítica esencial de todo militante. Finalmente, parafraseando al Subcomandante Marcos4, pugnemos por alcanzar la Libertad, empecemos a caminar de noche, para que el amanecer del debate necesario sea una realidad. Que el debate que emprendamos no sea parte del espectáculo planteado por el autor, sino una construcción madura, sin chicanas ni provocaciones, que permita a nuestros pueblos extraer conclusiones y experiencias para seguir construyendo un futuro de libertad e igualdad.

Raúl Cubas 
Activista de derechos humanos,
Ex detenido-desaparecido, 
Sobreviviente de la ESMA Caracas, 
enero de 2.010
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1.-  Cogollos: se entiende por las cúpulas de los partidos políticos.
2.- Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), fundada en 1988, dedicada a la defensa de los derechos humanos, en especial los derechos económicos, sociales y culturales.
Consulta del 08.01.10

 
🔴 Lo que NADIE DICE de VENEZUELA 💸 ¿Por qué la ÉLITE de USA creó y financió a la DICTADURA CHAVISTA?

Informe Provea I Desigualdad e impunidad: La pandemia de Venezuela

La desigualdad y la exclusión son dos condiciones que han agravado la situación de pobreza en Venezuela. En su reporte de país, publicado en enero de 2023, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas reportó que, pese a que algunas mejoras económicas habían ayudado a frenar la hiperinflación, la situación de seguridad alimentaria en Venezuela seguía siendo “inquietante”. Más de cinco millones de personas necesitaban asistencia humanitaria, mientras el país importaba más del 70% de los alimentos procesados que consumía, lo que lo hacía vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales. Como consecuencia, el reporte indica que para agosto de 2022 los precios de los alimentos aumentaron en un 30%. Para la fecha en que se emitió el reporte, Venezuela ocupaba el tercer lugar en el mundo en el rubro de inflación en el precio de los alimentos.

En los últimos ocho años, el país ha sufrido una caída acumulada de 80% de su Producto Interno Bruto (PIB), una de las mayores contracciones registradas en las últimas décadas a nivel mundial y que ha ocasionado un severo daño a la capacidad productiva.
Además, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI 2022), “Venezuela es el país más desigual de América, con un indicador de 56.7”, de coeficiente GINI, un indicador que mide la desigualdad, basado en la distribución de la riqueza de los países.
El colapso generalizado de los servicios públicos y los altos precios; han creado las condiciones propicias para un aumento exponencial y generalizado de la pobreza en Venezuela.
En diez años al frente de la conducción del país, Nicolás Maduro extinguió el estado de derecho, pulverizando las conquistas sociales y eclipsando los derechos civiles y políticos, bajo la sombra del autoritarismo.