EL Rincón de Yanka: LIBRO "INFILTRACIÓN: EL COMPLOT PARA DESTRUIR LA IGLESIA DESDE DENTRO" 👿

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viernes, 30 de octubre de 2020

LIBRO "INFILTRACIÓN: EL COMPLOT PARA DESTRUIR LA IGLESIA DESDE DENTRO" 👿

INFILTRACIÓN:
EL COMPLOT PARA DESTRUIR 
LA IGLESIA DESDE DENTRO
La Iglesia ha padecido las acometidas de numerosos enemigos a lo largo de su historia. La mayor parte de ellos han tratado de dañarla desde fuera con persecuciones, difamaciones y ataques de diversa índole, pero el enemigo que hoy la fustiga ha aprendido de los errores pasados y, por eso, la va erosionando desde dentro.
Infiltración narra este cambio de estrategia de los enemigos de la religión católica, urdido a fuego lento durante los últimos dos siglos. Desde el advenimiento de la modernidad, que trajo consigo la Ilustración y las revoluciones, las logias masónicas han ido poco a poco infiltrándose en la Iglesia con la finalidad de destruirlo. El proceso ha sido gradual; sus frutos comenzaron a recogerse en el siglo XX, con la elección de papas afines a ideas progresistas y con las reformas emanadas del Concilio Vaticano II. Hoy, ante la atónita mirada de muchos católicos, los frutos de este plan son más visibles que nunca.
"Napoleón dijo un día al cardenal Cosalvi: "voy a destruir la Iglesia Católica del la faz de la tierra". El cardenal le contestó: "No, no podrá". Napoleón, dijo otra vez: "¡Voy a destruir su Iglesia!". El cardenal con sus 150 cm. de altura dijo confiado y sonriente: "No, no podrá, General. ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo! Ni los malos papas, ni los sacerdotes infieles y los miles de pecadores en la iglesia no han tenido éxito en destruirla, ¿comó cree que ud va a poder hacerlo?"
PRÓLOGO 

En Infiltración: el complot para destruir la Iglesia desde dentro, Taylor Marshall trata un tema que hoy se ignora deliberadamente. El asunto de una posible infiltración en la Iglesia por fuerzas externas a ella no cuadra con la imagen optimista que el papa Juan XXIII y, particularmente, el Concilio Vaticano II dibujaron, de manera irreal y acrítica, del mundo moderno. 

En los últimos sesenta años ha habido una continua y creciente hostilidad hacia la Divina Persona de Jesucristo y su postulado de ser la única Redención y el único Maestro de la humanidad. Esta hostilidad del mundo moderno, considerado como “bueno”, “tolerante” y “optimista”, se expresa en eslóganes tales como “no queremos que Cristo reine sobre nosotros”, “queremos ser libres de cualquier exigente verdad doctrinal o ley moral” y “jamás reconoceremos una Iglesia que no acepte incondicionalmente la mentalidad del mundo moderno”. 

Esta hostilidad ha llegado a su culmen hoy en día. Son muchos los altos miembros de la jerarquía católica que, no sólo han capitulado ante las estériles demandas del mundo moderno, sino que están colaborando, con o sin convicción, en la implementación de estos principios en la vida cotidiana de la Iglesia, en todas las áreas y en todos los niveles. 

Muchos se preguntan cómo ha podido suceder que la doctrina de la Iglesia, su moral y su liturgia se hayan desfigurado hasta este punto. ¿Cómo es que hay tan poca diferencia entre el espíritu predominante en la vida de la Iglesia en nuestros días y la mentalidad del mundo moderno? El mundo moderno, después de todo, se inspira en los principios de la Revolución francesa: la libertad absoluta del hombre respecto de cualquier revelación divina o mandamiento; la absoluta igualdad que abole no sólo la jerarquía, sino también las diferencias entre sexos; y una hermandad del hombre tan acrítica que incluso elimina las distinciones basadas en la religión. 

Sería deshonesto e irresponsable señalar únicamente la crisis presente dentro de la Iglesia y dedicarse sólo a lidiar con los síntomas. Debemos examinar las raíces de la crisis, que puede ser identificada de forma decisiva (como ha hecho Taylor Marshall en su libro) como una infiltración del mundo no creyente, y especialmente de la masonería –una infiltración que, según los estándares humanos, podría tener éxito simplemente siguiendo un proceso largo y metódico. 

Como señaló el papa León XIII cuando abrió los Archivos Secretos Vaticanos, cuando se investigan y se exponen hechos históricos –incluso si estos son comprometidos y problemáticos– la Iglesia no tiene nada que temer. Este libro revela las significativas raíces históricas de la actual crisis global de la Iglesia y arroja luz sobre otros hechos intrigantes del pasado.

Debido a la falta de suficientes recursos materiales y dado que los relevantes Archivos Vaticanos permanecen cerrados a los investigadores, algunos asuntos tratados en este libro (como las circunstancias que rodean la muerte de Juan Pablo I) no deben ser consideradas más que hipótesis. Otros argumentos aquí presentados, sin embargo, señalan la existencia de un notable hilo rojo que recorre sistemáticamente la historia del pasado siglo y medio de la historia de la Iglesia. 

La Iglesia de Cristo siempre ha sido y siempre será perseguida. Y siempre estará infiltrada por sus enemigos. El problema es sólo el de la extensión de esta infiltración, y esto está determinado por el grado de vigilancia ejercido por aquellos en la Iglesia que son designados como “vigilantes”, que es el significado literal de la palabra episcopos –esto es, obispo. El mayor vigilante en la Iglesia es el Romano Pontífice, el supremo pastor tanto de los obispos como de los fieles. La primera infiltración en la Iglesia sucedió con el apóstol Judas Iscariote. Desde entonces ha habido en la Iglesia intrusos –sacerdotes, obispos e incluso, en casos muy raros, papas– a los cuales Nuestro Señor llamó “lobos con pieles de cordero”. 

Es noble y meritorio dar la voz de alarma cuando los ladrones y otros intrusos penetran secretamente en la casa y envenenan la comida de sus habitantes. En los pasados cincuenta años esta alarma ha sido dada numerosas veces por obispos, sacerdotes y fieles laicos valientes. Sin embargo, quienes ocupan los altos cargos de la Iglesia no han prestado atención a estas voces de alarma y así, los intrusos –lobos con piel de cordero– han podido causar estragos sin ser molestados en la casa de Dios, la Iglesia.

Con la devastación y la confusión de la Iglesia a la vista de todos, ha llegado el momento de mostrar las raíces históricas y de señalar a los autores del daño. Podría ayudar a la Iglesia a despertar de su letargo y a dejar de actuar como si todo estuviese bien. El libro de Taylor Marshall es una importante contribución al trabajo de crear conciencia de la situación y, a la vez, tomar medidas preventivas y contramedidas en el futuro. 

San Agustín nos dio la siguiente descripción, realista aunque consoladora, sobre la verdad de que la Iglesia siempre sería perseguida: 
Frecuentemente me combatieron desde mi juventud (Sal 128, 1). ... La Iglesia existe desde antiguo... En algún tiempo existía sólo la Iglesia en Abel, el cual fue vencido por el perverso... hermano Caín (Gén. 4, 8). En algún tiempo existió sólo en Enoc, el cual fue arrebatado de los inicuos (Gén 5, 24). En algún tiempo existió sólo en la casa de Noé, el cual soportó a todos los que perecieron en el diluvio al nadar sola el arca en las aguas y quedar en lugar seco (Gén 6-8). En algún tiempo existió la Iglesia sólo en Abrahán, de quien sabemos las cosas que soportó de parte de los enemigos. Existió en sólo Lot, hijo del hermano de Abrahán, en su casa de Sodoma, el cual soportó las iniquidades y perversidades de los sodomitas hasta que Dios le sacó de en medio de ellos (Gén 13-20). También comenzó a existir la Iglesia en el pueblo de Israel, que soportó al faraón y a los egipcios... Por fin se llegó a nuestro Señor Jesucristo, se predicó el Evangelio, como se había dicho en los salmos. Para que la Iglesia no se admire ahora o para que nadie se admire en la Iglesia al querer ser miembro bueno de la Iglesia, oiga a la misma Iglesia, su madre, que le dice: “Hijo, no te admires por estas cosas; frecuentemente me combatieron desde mi juventud, pero no pudieron conmigo1 ” (Exp. Sal 128)2
Ni siquiera el más pérfido de los complots para destruir a la Iglesia desde dentro tendría éxito. Por lo tanto, nuestra Madre Iglesia contestará con la voz de sus niños inocentes, de sus hombres jóvenes y puros, de sus vírgenes, de sus padres y madres de familia, de sus valientes y caballerescos apóstoles laicos y apologetas, de sus castos y celosos sacerdotes y obispos, de sus religiosas y, especialmente, de sus monjas de clausura, joya espiritual de la Iglesia: “¡No podrán conmigo!”. Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat! 

+ Athanasius Schneider 
Obispo Auxiliar de la Archidiócesis de Santa María 
en Astana 11 de abril de 2019 

1 Añadido del texto original pero no presente en la traducción de san Agustín. [N.d.T.] 


VER+:


Una y otra vez hemos oído que la masonería es compatible con el cristianismo.
Que es una organización caritativa y a lo sumo de ayuda mutua a sus integrantes. Pero no es así.
La masonería es incompatible con el cristianismo. Y ha llevado una estrategia permanente de infiltración de la Iglesia católica.
Con el objetivo de cambiar su doctrina y su pastoral.
Y por eso ha apoyado diversos eventos legítimos dentro de la Iglesia Católica, pero que han tratado de torcer a través de la comunicación, como por ejemplo el Concilio Vaticano II.
El papa Pío IX llamó a la masonería la sinagoga de satanás. 
El papa Pío XI declaró a la masonería el enemigo mortal de la iglesia. 
Y el papa León XIII llamó a los católicos a evitar la masonería porque si no perderán su alma ahora y por toda la eternidad. 
La condena de la Iglesia Católica sigue hasta hoy a pesar que los masones quieren hacer creer que se levantó. 
La logia masónica actuado siempre en las sombras y ha logrado unir fuerzas anticatolicas apoyando innumerables herejías dentro de la Iglesia. 
Pero sobre todo hay diversos documentos donde se planea penetrar la Iglesia Católica y deshacerla desde adentro.
LA INCOMPATIBILIDAD DEL CRISTIANISMO 
Y LA MASONERÍA

Los principios de la Iglesia Católica y la masonería son opuestos.
El cristianismo enseña que es la fe verdadera, pero la masonería sostiene que todas las religiones igualmente válidas.
El cristianismo sostiene que se salvaran para la vida eterna aquellos que estén en gracia de Dios en el momento de su muerte.
Mientras que la masonería sostiene que la salvación es universal que todo se salvan, independientemente de la moral que hayan practicado.

Pero se pueden mencionar muchas más diferencias.
Una de ellas es el odio perdurable que las logias masónicas han desarrollado frente a la iglesia
Y no porque los masones sean odiosos sino porque hay una incompatibilidad de base
Por eso el papa Pío IX la llamó la sinagoga de satanás,
El papa Pío XI declaró a la masonería el enemigo mortal de la iglesia
Y el papa León XIII llamó a los católicos a evitar la masonería porque si no perderán su alma ahora y por toda la eternidad.
La condena de la Iglesia Católica sigue hasta hoy a pesar que los masones quieren hacer creer que se levantó.

La logia masónica actuado siempre en las sombras y ha logrado unir fuerzas anticatólicas apoyando innumerables herejías dentro de la iglesia.
Pero sobre todo hay diversos documentos donde se planea penetrar la Iglesia Católica y deshacerla desde adentro.
En 1806 el abate Agustín Barruel denunció que en Italia Los masones habían reclutado más de 800 eclesiásticos, incluyendo algunos obispos y Cardenales
Y una declaración de 1908 de una logia dice que la meta, ya no es la destrucción de la iglesia sino más bien hacer uso de ella al infiltrarla
Esta declaración consolida la Instrucción Permanente comúnmente llamada Alta Vendita, qué detalla un plan masónico para infiltrarse dentro de la iglesia y difundir las ideas liberales.

Este plan fue producido por la alta logia de los Carbonari italianos en las primeras décadas del siglo XIX.
Y es tan explícito que los Papas Pío IX y León XIII solicitaron su publicación para sensibilizar a los católicos de las amenazas masónicas.
El objetivo básico es la destrucción final del catolicismo y de la idea cristiana.
Y el documento propone la infiltración asegurando una cabeza de playa en la Iglesia.
Establece una campaña de difamación contra cualquiera de los fieles que se oponga, especialmente del clero.
También la corrupción de los sacerdotes por los infiltrados, que significará también la corrupción de los laicos por extensión
Establece que la clave del éxito sería la capacidad de los agentes infiltrados para fingir piedad y ortodoxia y ganarse la confianza y la estima de los católicos.

Esta reputación de los infiltrados permitiría abrir camino a las nuevas doctrinas dirigidas al clero joven.
Sostiene que en pocos años el clero joven será invadido.
Y reclamarán un Concilio donde se pedirá que todo el cuerpo clerical elija el pontífice.
Y que se dé prioridad a los principios humanitarios como forma de evaluar la piedad.plo el Concilio Vaticano II.
También el Concilio este que se reclama tendría como objetivo la anulación de las diversas condenas pronunciadas por los papás a la masonería.
Su orientación sería llegar a la jerarquía superior de la iglesia.
Su objetivo no era nombrar un Papa masón sino crear el clima dentro de la iglesia para que tarde o temprano se produzca una jerarquía católica y un Papa imbuido por las ideas liberales masónicas.

Entonces los líderes católicos ya no se opondrían a las ideas de la Revolución Francesa por ejemplo.
Los tres indicadores del éxito de la operación serían la producción de un cambio en la iglesia que cualquier observador externo hubiera identificado una gran revolución interna, para actualizar la iglesia a las ideas modernas.
También la introducción de una nueva teología que reformará las enseñanzas anteriores.
Y una apertura hacia las otras religiones y pluralismo incluso con los masones.
Este es uno de los documentos sobre el plan de la masonería.
Pero también hay una carta del arzobispo de Colonia cardenal Félix Von Hartmann dirigida al nuncio apostólico en Alemania que en ese momento era Eugenio Paccelli, que más tarde se convertiría en el papa Pío XII.

Que lo detallamos más abajo.
Es por esta razón que los masones han visto con buenos ojos el clima que se generó en el Concilio Vaticano II.
No estamos hablando de la mayoría de los documentos que se produjeron en el Concilio.
Sino del espíritu que se creó en toda la sociedad e incluso dentro de la Iglesia.
Y que fue manipulado por los medios de comunicación, haciendo creer incluso a los sacerdotes de parroquia, que había habido una gran Revolución en la Iglesia.
Y aún hoy los masones siguen operando a favor del espíritu del Concilio Vaticano II.
No bien asumió el pontificado el Papa Francisco el gran Oriente italiano salió a comunicar su apoyo el Concilio Vaticano II lanzando una campaña con folletos y conferencias como veremos abajo.

¿Que tienen que hacer los masones apoyando un evento católico si no es una forma de intervención?
Hay otros documentos como por ejemplo el supuesto Master Plan para destruir a la Iglesia que supuestamente fue olvidado en un portafolio por un paciente en el consultorio del doctor Jerónimo Domínguez en Nueva York, en el año 1973.
Después de un tiempo en que nadie lo reclamo él lo abrió y se encontró con este Master Plan.
Que en términos generales planteaba el tema masónico de sustituir la Iglesia Católica por una iglesia universal.
Difundir que el objetivo del cristianismo es el amor al prójimo relegando el amor a Dios en segundo lugar.
Producir cambios internos como que los sacerdotes se casen, sacar a las monjas de los claustros, desvalorizar los sacramentales como medallas, rosarios, escapularios. Y también no apoyar las oraciones.
Modificar el criterio de la misa proponiendo que es un banquete y no un sacrificio.
Fortalecer la misa de cara al pueblo, quitar el sagrario de frente al altar, disminuir la reverencia con qué se toma la comunión.
Eliminar las exposiciones al Santísimo Sacramento y desvalorizar la imagen de la Virgen y de los Santos.
De este último documento no tenemos seguridad de su autor, pero es compatible con los otros que mencionamos.

UN HISTORIADOR CUENTA 
EL PLAN DE LOS MASONES

El Dr. Michael Hesemann, un alemán, Historiador de la Iglesia Católica, dio una entrevista a Robert Moynihan del Inside The Vatican Magazine.
El Dr. Hesseman ha escrito más de 40 libros y que ha ganado mucho reconocimiento por su importante investigación sobre el genocidio armenio
En esta entrevista, que se ocupa del 100 ºaniversario de las apariciones de Fátima, el Dr. Hesseman habló sobre la masonería.
Porque también en 1917, la masonería celebra el 200 aniversario de la fundación de la primera Gran Logia en Londres en 1717.
La ideología masónica no sólo está basada en el deísmo, sino también en la herejía gnóstica de la auto-salvación y la “iluminación”, y tiene un programa decididamente anti-católico.
En 1917, Maximilian Kolbe, uno de los más grandes santos del siglo XX, fue testigo de una procesión masónica en Roma, portando pancartas con el lema
“Satanás debe reinar en el Vaticano. El Papa será su esclavo”.

Un año más tarde, el emperador alemán Guillermo II fue advertido por los masones alemanes que el Gran Oriente planeaba obligar que todos los monarcas soberanos en Europa abdicaran.
También destruir la Iglesia Católica y poner a Europa bajo el control de las grandes empresas americanas, de acuerdo con un documento que encontró en el Archivo Secreto Vaticano.
El bolchevismo sería el instrumento de la masonería para alcanzar este objetivo.
De hecho, 1917 fue el año de la revolución bolchevique rusa que terminó en una persecución masiva de la Iglesia.
También 1917 fue el año de la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
El año en que nacieron las dos superpotencias, y que tomó forma la historia del siglo XX por los próximos 74 años.

EL DOCUMENTO SECRETO QUE ENCONTRÓ 
EN EL ARCHIVO VATICANO

Inspirado por su afirmación de que él mismo había encontrado inesperadamente un documento importante en el Archivo Secreto Vaticano, Maike Hickson editor de One Peter Five entró en contacto con el Dr. Hesseman y éste se ofreció a compartir con él el documento original.
El Dr. Hessemann ha llevado a cabo una amplia investigación en el Archivo Secreto Vaticano desde 2009.
Y en marzo de 2017 y en preparación para el 100 º aniversario de la Virgen de Fátima, el Dr. Hesseman publicó un artículo sobre este documento histórico.
En el que cita la mayoría de las partes importantes de ese documento.
El documento lo encontró en los archivos del Vaticano de la Nunciatura Apostólica de Múnich.
Es una carta escrita a mano escrita el 8 de noviembre 1918 por el arzobispo de Colonia, cardenal Felix von Hartmann, y dirigida al Nuncio Apostólico en Alemania, monseñor Eugenio Pacelli; que más tarde se convertiría en el Papa Pío XII.
En esa carta, el cardenal von Hartmann informó al arzobispo Pacelli sobre una información que el emperador Guillermo II había recibido y que quería transmitir al Papa, con la ayuda de su amigo personal, el cardenal von Hartmann.

Lo que sigue son los extractos más importantes de la histórica carta:

“Su excelencia,
Su Majestad el emperador acaba de hacerme saber
‘Que, según la noticia que le llegó ayer, el Gran Oriente acaba de decidir:
Primero, deponer a todos los Soberanos – en primer lugar él, el emperador.
A continuación, destruir Iglesia Católica, encarcelar al Papa, etc.,
Y por último, establecer sobre las ruinas de la antigua sociedad burguesa una república mundial bajo la dirección del gran capital estadounidense.
Los masones alemanes son supuestamente leales al emperador [alemán] (lo que ha de ser puesto en duda)
Y le informaron al respecto.
También Inglaterra quiere preservar el orden burgués actual.
Francia y Estados Unidos, sin embargo, se dice que están bajo la plena influencia del Gran Oriente [Freemasonic Logia].
Dicen que el bolchevismo es la herramienta externa para establecer las deseadas condiciones.
Estamos en la cara de un gran peligro que amenaza a la Monarquía y también a la Iglesia Católica.
Por lo que es importante que el episcopado alemán sea informado y que también sea advirtido el Papa’
Hasta aquí el mensaje de Su Majestad.

He creído el deber de transmitirlo a su excelencia, y tengo que dejar a su juicio si desea transmitir este mensaje a Roma.
La demanda de los social demócratas [alemanes] que el Emperador debe abdicar da una cierta confirmación a este mensaje.
¡Que Dios nos proteja y a su Santa Iglesia en esta terrible crisis! [….]
Con la mayor devoción y estando a disposición de su excelencia, Cardenal Félix de [von] Hartmann”.
(Fuente:…. ASV, Arch Nunz Monaco dB 342, fasc 13, p 95-96)

Como el propio Dr. Hesseman señala en un manuscrito, esto fue sólo un día después de que la Revolución de Noviembre estallara en Alemania.
Con la consecuencia de que el emperador alemán Guillermo II tuvo que abdicar.
De modo que la advertencia se había hecho realidad.
El documento del año 1918 parece casi profético.
Sin embargo, no describe las visiones de un vidente, sino, más bien cita un plan premeditado.
¿Era un plan masónico del Gran Oriente para implantar en la Europa del XX y principios del XXI?
Tal vez parezca una simplificación o una teoría de la conspiración.
Sin embargo, no se puede negar que la masonería previó, hace casi cien años, lo que después se ha hecho realidad, y de una manera casi misteriosa.
Esto puede ser a su vez corroborado en lo que respecta a la Iglesia Católica.
Mencionaremos sólo un hecho que surgió en Italia en el 2014.

¿LOS MASONES CONSPIRANDO 
A FAVOR DEL CONCILIO VATICANO II?

En el 2014, al inicio del pontificado de Francisco, vimos que la Gran Logia del Gran Oriente de Italia lanzó una operación para ponerse cercana al Papa Francisco.
Y reivindicar el espíritu del Concilio Vaticano II, del que apuesta a que Francisco implementará en su pontificado.
La organización masónica más grande e influyente en Italia es el Gran Oriente de Italia [Grande Oriente d’Italia].
Es la misma Gran Logia cuyos Grandes Maestres han trabajado siempre por la humillación de la Sede Apostólica.
Desde las batallas contra Pío IX a los actos simbólicos como la estatua de Giordano Bruno en el Campo dei Fiori, una respuesta a León XIII.
También fue la Gran Logia que una vez tuvo jurisdicción sobre la conocida logia Propaganda Due, la P2, incluso durante los años cruciales del Concilio Vaticano II y el período inmediatamente posterior.
Esta Gran Oriente de Italia fue el anfitrión de una conferencia el 12 de junio de 2014, en el Palazzo delle Esposizioni, Via Milano, Roma, para promocionar el libro «Il Concilio Segreto« (El Concilio Secreto), escrito por Ignazio Ingrao.

En el panel de invitados para presentar el libro estuvieron:

-Marco Politi, periodista y vaticanista de «La Repubblica» y «Il Fatto Quotidiano»;
-Alberto Melloni, historiador muy influyente y líder de la famosa «Escuela de Bolonia», fundada por Giuseppe Alberigo, cuyo propósito era establecer para siempre el «espíritu del Concilio» como la interpretación oficial de los documentos conciliares;
-Marinella Perroni, teóloga, profesora en el Pontificio Ateneo de San Anselmo, Roma (el Anselmianum, la Pontificia Universidad Benedictina en Roma), que se especializa en estudios del Nuevo Testamento;
-y, por último pero no menos importante, Stefano Bisi, el nuevo Gran Maestre electo de la Gran Logia.

El autor, Ignazio Ingrao, un vaticanista de gran relevancia, hizo la presentación del libro.
La reunión fue grabada y se puede encontrar aquí en Radio Radical en su totalidad.
Para dar la idea de un ambiente festivo y relajado, el Gran Maestre Bisi en su discurso remarcó con orgullo que un sacerdote consultado por él le dijo que sin duda «podía recibir la comunión.»
Y obviamente no fue contradicho por ninguna persona presente.

EL FOLLETO ES REVELADOR

Esto es una traducción del folleto que el Gran Oriente de Italia produjo para promocionar el evento:

La Iglesia de Diálogo,
desde el Concilio Vaticano II al Papa Francisco

«Hay un Concilio del que nunca se ha hablado, el que se llevó a cabo lejos de los focos, en las conferencias secretas entre los obispos y los cardenales, en las reuniones de los diplomáticos, en reuniones entre el personal editorial de los periódicos, en las secciones de los partidos políticos y aun entre «007» […]
Hay huestes de rusos, polacos, ingleses, americanos y por supuesto – espías italianos, que se camuflan entre los prelados y los oyentes, compilando expedientes e incluso capaces de influir en el cónclave que elige a Pablo VI.
Cartas de sacerdotes que piden a Montini abolir el celibato sacerdotal se materializan.
Hay un teólogo que denuncia, con valentía, el escándalo de la pedofilia en la Iglesia, pero su grito de alarma, sigue siendo, por desgracia, algo inaudito».
Y sigue el folleto de la masonería:
Para entender un hecho tan innovador y paradigmático como el Concilio Vaticano II, hay que hacerlo a través de una lectura no oficial.
Basada, sin embargo, en los testimonios y muchos documentos inéditos, lo que significa tener la oportunidad de llegar al corazón de lo que está sucediendo en la Iglesia de hoy.
El acto revolucionario de Benedicto XVI, el Papa que abdicó, al renunciar al trono, hace de él [el Papa] un obispo entre los obispos y cumple ese espíritu colegial que había impregnado fuertemente el Vaticano II.
La elección «sorpresa» del Papa Francisco, el primer obispo en la historia de la Iglesia en venir de América del Sur para guiar al pueblo de Cristo – predicador de la renovación espiritual, en la humildad y la pobreza, una figura estratégica –, en una Iglesia que parece haber perdido su centro en la vieja Europa.

Pero que está volviendo a descubrirse, viva y fecunda, en «el sur del mundo».
Son todos acontecimientos cuyos orígenes son generalmente reconocibles en el evento sin precedentes, que marcó la vida de la Iglesia universal entre los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI.
Por desgracia, la «puesta en marcha» del Concilio Vaticano II, en el transcurso de los últimos cincuenta años de historia de la Iglesia ha encontrado obstáculos y dificultades.
La Iglesia que se describe en las reuniones conciliares, como saliente y abierta al mundo, dispuesta al diálogo y sensible a aquellas semillas positivas de la modernidad, no siempre ha tenido una vida fácil.
El temor, la resistencia y la miopía, a veces, han frenado esta evolución necesaria.
Muchas de las reformas en la agenda del pontificado de Bergoglio se refieren de nuevo a los temas ya discutidos en el Concilio: desde la familia hasta el papel de la mujer, desde el celibato sacerdotal a la «pobreza» de la Iglesia, por citar sólo algunos.
En resumen, el estudio del Concilio de ayer nos ayudará a anticipar la Iglesia del mañana.

El Papa Francisco ha reunido el testimonio de sus predecesores y se ha comprometido firmemente y de manera decisiva a la puesta en práctica y la implementación del Concilio.
La Iglesia en un diálogo que se centra en las periferias, como quiere el Papa argentino, re-propone el modelo que los padres conciliares querían.
Por lo tanto, se ha abierto una nueva temporada de confrontación de temas que quedaron colgados.
Un punto importante del diálogo, incluso con los secularizados y no creyentes, es el de los derechos humanos.
El compromiso con la justicia, basado en el reconocimiento de los principios fundamentales del derecho natural, caracteriza la acción de la Iglesia en todas las latitudes e implica, no pocas veces, un alto precio que pagar, incluso en términos de ataques y persecuciones.
La defensa de los derechos humanos y el reconocimiento de los principios de la ley natural que guían el bien común, pueden ser, por tanto, una plataforma útil para confrontar y discutir, para todos aquellos que tienen la promoción de la persona humana en el corazón.
[El último párrafo es una breve presentación de Ignazio Ingrao.]

LO QUE SE LEE ENTRE LÍNEAS

Al parecer, esta es la posición de la Gran Logia: el Concilio Vaticano II fue un acontecimiento «innovador y paradigmático» altamente positivo, que no fue «puesto en práctica» muy bien.
Pero la «abdicación revolucionaria» de Benedicto XVI que hizo al Papa «un obispo entre los obispos», sentó las bases para su aplicación fuerte y decidida por el Papa Francisco.
El Gran Maestre Gustavo Riffi, líder de la Gran Logia en el momento, había fijado el tono en su mensaje de felicitación sobre la elección del Papa Francisco:

«Con el Papa Francisco, nada volverá a ser como antes.
La elección de la fraternidad para una Iglesia del diálogo es claro, no contaminado por la lógica y la tentación del poder temporal». (14 de marzo de 2013)
Este fue el mismo Gran Maestre que había criticado a la Conferencia Episcopal Italiana, en la campaña electoral italiana de 2006, en el pontificado anterior, por haberse atrevido a hablar en contra del aborto, la eutanasia, el matrimonio durante la campaña.
El dato objetivo es que la intención de la masonería italiana es promocionar el ‘espíritu’ del Concilio Vaticano II.
Y el por qué el gran enemigo de la Iglesia hace esto es para que cada lector discierna.

Fuentes:




COMPLOT CONTRA LA IGLESIA
Cuarta Parte
LA QUINTA COLUMNA JUDÍA EN EL CLERO
Capítulo Vigésimoquinto

UN CARDENAL CRIPTOJUDÍO USURPA EL PAPADO

El judaísmo estuvo a punto de lograrlo en el año de 1130, hace aproximadamente ochocientos treinta y dos años. Para el estudio de este escalofriante capítulo, nos hemos servido de fuentes de seriedad reconocida, así como de fuentes hebreas, insospechables por lo mismo de antisemitismo.
El célebre historiador del siglo pasado Fernando Gregorovius, de fama mundial como lo saben todos los eruditos, y además en extremo favorable a los judíos, se refiere a estos hechos históricos en su obra monumental titulada "Historia de la Ciudad de Roma en la Edad Media", cuya primera traducción italiana fue oficialmente costeada por el Ayuntamiento de Roma, que además honró al autor con el título de ciudadano romano.

De dicha obra tomamos los siguientes datos:
"Volumen II. Tomo 2. capítulo III.- Los Pierleoni. Su origen judío. La Sinagoga. Pedro León y su hijo Pedro cardenal. Cisma entre Inocencio II y Anacleto II. Inocencio en Francia. Carta de los Romanos a Lotario. Rogerio I. Rey de Sicilia".
Un cisma de origen y de índole puramente civil, debió dar a conocer al mundo que los reyes alemanes no tenían siempre la culpa de las divisiones eclesiásticas. La riqueza y el poder de los Pierleoni y más todavía, los grandes méritos que habían alcanzado cerca de la Iglesia, les daban una buena esperanza de elevar al Papado a uno de su familia. El hecho extraño de descender ésta de origen judío y de haber llegado a ser tan ilustre, nos permite la oportunidad de dar una ojeada a la sinagoga de Roma".
Continúa Gregorovius haciendo historia de la comunidad hebrea de Roma desde tiempos de Pompeyo, para luego mencionar que Benjamín de Tudela, el célebre viajero hebreo que anduvo por medio mundo visitando todas las organizaciones judías existentes en su época, afirmó, con respecto a los israelitas de Roma, que en tiempo del Papa Alejandro III los había de gran influencia en la corte pontificia, lo mismo que rabinos sapientísimos como lo eran Daniel, Geiele, Joab, Natán, Menahem y otros del Trastévere. Dice también Gregorovius que los judíos de la Ciudad Eterna habían sufrido persecución sólo una vez y aunque reducidos a esclavitud, su raza supo defenderse contra los que la hacían sufrir gracias a su astucia, al ingenio y a la potencia del oro acumulado en secreto; en sus casas miserables prestaban dinero con usura y en su libro de deudores escribían los nombres de los más ilustres cónsules de Roma y hasta de los Papas que estuviesen angustiados por falta de dinero. Y de aquella despreciada sinagoga judía salió una familia senatorial que debía su fortuna y su potencia a sus grandes usuras.
El abuelo del referido Pedro León, que tuvo una intervención considerable en la controversia de las investiduras, tuvo también, en su carácter de banquero, tratos comerciales con la corte pontificia, socorriendo muchas veces sus estrecheces financieras Por último, se hizo bautizar tomando el nombre de Benedictus Cristianus.

Muy pronto su hijo León, que tomó en el bautismo el nombre del Papa León IX, pudo abrirse una magnífico camino como convenía a un hombre riquísimo, provisto de ingenio, audaz y ambicioso. Se emparentó con magnates romanos que ambicionaban dar a sus hijos a las ricas hijas de Israel como esposas o que casaban sus propias hijas con los hijos bautizados de los judíos (245). Afirma Gregorovius que uno de sus hijos llamado Pedro León, que fue el primero que ostentó el apellido Pierleoni, llegó a ser en Roma de enorme influencia y consultado en toda ocasión.
Además de la fortaleza, situada junto al teatro de Marcelo, que sin duda había erigido su padre León, Pedro León dominaba también la próxima isla Tiberina. Urbano II le confió también la custodia del castillo de Sant´Angelo y murió en la casa de su acreedor y protector, usando las palabras del propio Gregorovius. Sus sucesores –sigue diciendo- se afanaban por obtener el patrocinio del poderoso Pierleoni. Pero el pueblo lo aborrecía porque era un usurero, la nobleza lo odiaba, y podemos ver que a pesar de ser amigo del Papa Pascual, no pudo obtener la prefectura para su hijo por ser "noble nuevo".
Mas la amistad de los pontífices, el esplendor de la parentela, las riquezas y el poder, borraron muy pronto la mancha de su origen judío y en muy poco tiempo los Pierleoni fueron enaltecidos como la más grande de las familias principescas de Roma. León y sus sucesores se ornaron con el título de "cónsules de los romanos" y lo tuvieron, según afirma Gregorovius, "con orgullo y con dignidad magistral, como si fuesen patricios muy antiguos". Añade el famoso historiador que los Pierleoni fueron güelfos, es decir, tomaron decididamente el partido de los Papas contra los emperadores alemanes, pues no debemos olvidar que ya para estos tiempos eran, al menos en apariencia, devotos cristianos.

Lo que en seguida narra Gregorovius es también muy ilustrativo: afirma que Pierleoni murió el 2 de junio del año de 1128 cubierto de honores que nunca tuvo un cónsul de la Roma antigua, y que aunque se destruyeron los sepulcros de los papas de aquel tiempo, está todavía en pie "el mausoleo de este craso israelita", como lo llama aquí Gregorovius, a pesar de ser oficialmente muy católico. Comenta que

"...dejó mucha descendencia y que tan maravillosa como una fábula fue la fortuna de estos vástagos del guetto, que uno de sus hijos llegó a ser Papa, otro fue hecho patricio de Roma y una hija se casó con Rogerio de Sicilia. Este potente señor había destinado a su hijo Pedro a un puesto en la Iglesia. ¿Acaso el vestuario pontificio era un deseo demasiado temerario para el hijo de Pierleoni? El joven Pedro fue enviado a París, para que completara su erudición y ahí, sin duda, fue de los oyentes de Abelardo; terminados sus estudios tomó en Cluny el hábito monástico que sin duda era la vestimenta más recomendable para los candidatos al pontificado...Condescendiendo a un deseo de su padre, Pascual lo llamó a Roma y lo hizo cardenal de San Cosme y San Damián...Junto con su hermano acompañó después a Gelasio a Francia y volvió con Calixto, llegando a ser Cardenal cura de Santa María en aquel mismo Trastévere del que era originaria su familia. Después fue como legado a Francia donde reunió concilios y a Inglaterra donde fue recibido por el rey Enrique con magnificencia de príncipe" (246).

Con la experiencia de una lucha de siglos contra la Sinagoga de Satanás, la Santa Iglesia fue construyendo sus defensas a través de las leyes canónicas antijudías, cuya aplicación fiel garantizaba a la misma la manera de defenderse eficazmente de su mayor enemigo. Desgraciadamente, ya vimos cómo hubo monarcas como Witiza, Luis el Piadoso o Pedro el Cruel que cayendo bajo la influencia de los israelitas convirtieron en letra muerta los sagrados cánones antihebreos, brindando protección al enemigo capital de la Cristiandad y permitiéndole encumbrarse en la gobernación del estado, con resultados trágicos tanto para la Santa Iglesia como para los pueblos que cayeron en las garras de los israelitas. Sin embargo, estas tragedias fueron por su naturaleza de carácter local, pues mientras un Witiza o un Luis el Piadoso entregaban a sus pueblos en garras del enemigo, el papado y otros estados cristianos seguían con ardor la lucha en defensa de la Iglesia y de la catolicidad. La nueva situación era, sin duda, el preludio de una tragedia ya no local, sino universal, que abarcaría a la Cristiandad entera, ya que el enemigo estaba infiltrándose en la más alta jefatura de la Santa Iglesia y la crisis tenía que afectar necesariamente a todo el mundo cristiano.

En esta ocasión, la enconada pugna entre el papado y el imperio con motivo de las investiduras y del problema de la supremacía, iba a presentar al judaísmo la magnífica oportunidad de infiltrarse en la Santa Sede, ofreciéndole valiosos servicios y haciendo méritos indudables. En el fragor de aquella lucha surgida entre Papas y emperadores, los hebreos, y también los judíos conversos, empezaron por tomar resueltamente el partido de los güelfos, es decir, el del Sumo Pontífice que en aquellas circunstancias difícilmente podía rehusar tan inesperado como al parecer valioso apoyo, mayor éste todavía por venir unido al financiamiento económico que en esos tiempos, con frecuencia, necesitaba urgentemente la Santa Sede.
Ante el apremio de las circunstancias olvidáronse de momento las leyes canónicas que habían sido fruto de la experiencia de siglos; y los hebreos, con su interesada adhesión al partido de los Papas, pudieron infiltrarse en un terreno que les había sido antes vedado. Las luchas fratricidas entre los cristianos han sido siempre el mejor aliado de la Sinagoga de Satanás para lograr que sus planes imperialistas hagan gigantescos avances.

Y así como ahora lo lograban apoyando al poder eclesiástico contra el civil, después, en el siglo XVI, o sea cuatrocientos cincuenta años más tarde, desgarrarían definitivamente a la Cristiandad apoyando entonces a los reyes contra el papado.
En el presente caso se hicieron imprescindibles como banqueros y a ellos tenía que recurrir el papado para solucionar sus problemas económicos.
El célebre rabino, poeta e historiador Louis Israel Newman, en su interesantísima obra titulada "Influencia judía en los movimientos de reforma del cristianismo", refiriéndose al cisma provocado en la Santa Iglesia por el Cardenal Pedro Pierleoni, da a éste (Pierleoni) una importancia decisiva en el desarrollo de la llamada herejía judaica en la edad Media, que con toda razón fue llamada por Papas, concilios e inquisidores "la madre de todas las herejías", ya que el Santo Oficio llegó a comprobar que eran los judíos clandestinos, es decir, los herejes judaizantes, los organizadores y propagadores de los demás movimientos heréticos. Asevera el mencionado rabino que:

"El principal factor para la preparación del estallido de la herejía judaizante durante el siglo doce, fue la elección de Anacleto II, un miembro de la casa judía de los Pierleoni, a la silla pontifical en el año de 1130" (247).

Esta confesión es de capital importancia por venir de un dirigente destacado del judaísmo y porque además se ajusta por completo a la realidad, pues un golpe de audacia de ese tipo, además de sembrar la desmoralización en la Cristiandad, debió de haber alentado en extremo a los israelitas que pudieron considerar que de allí en adelante todo era ya posible para ellos.
El referido rabino confirma lo anterior en otro pasaje de su interesante obra, donde afirma:

"Pruebas adicionales en relación con el profundo impacto hecho por la carrera de Anacleto sobre las mentes judías, pueden encontrarse en la copiosa literatura del mítico Papa judío, que en la leyenda hebrea es llamado Andreas o Elchanan. Es por completo digno de aplauso, que la elevación al poder de un miembro de una antigua familia judía, haya dado ímpetu a la actividad de las comunidades judías italianas locales y a una vigorosa reafirmación de sus propias tradiciones y opiniones" (248).
Aquí el ya citado rabino va demasiado lejos sacando a relucir uno de los grandes argumentos que emplean los hebreos en sus conventículos secretos para tratar de demostrar que su religión, y no la cristiana, es la verdadera. Dicen que el hecho de lograr infiltrarse en las jerarquías de la Iglesia, sin perdonar los obispados y el cardenalato, cometiendo toda clase de sacrilegios, y poder incluso escalar el trono de San Pedro, aunque sea por medio de antipapas, que ellos llaman Papas, reafirma sus opiniones y sus tradiciones, es decir, demuestra que son ellos y no los cristianos quienes tienen razón al creer que su religión es la que cuenta con el apoyo divino.
Nosotros contestaríamos a este sofisma con un argumento elocuente: de no ser por la asistencia divina, cualquier institución humana habría podido ser controlada ya, desde hace muchos siglos, por la satánica quinta columna judía introducida en el clero, que hace ochocientos treinta y dos años creyó haber capturado por fin al Sumo Pontificado y pensó tener a la Santa iglesia en sus garras; pero entonces fracasó su intento demoníaco, como sigue fracasando ocho siglos después en que se contempla esa conquista como una simple ansiada ambición, todavía no lograda. Si la Santa Iglesia no tuviera la asistencia de Dios Nuestro Señor, habría ya sucumbido ante el empuje infernal del judaísmo, considerado por muchos, con razón, como el más poderoso instrumento del Anticristo.
Cristo Nuestro Señor llamó al judaísmo la Sinagoga de Satanás y denominó a los judíos hijos del Diablo, no sólo por su maldad, sino quizá por el poder extraordinario que recibirían del demonio. Por algo, también el santo Concilio XII Toledano afirmó que los clérigos que ayudaban a los judíos en perjuicio de la fe formaban parte del cuerpo del Anticristo, llamando a los hebreos ministros del Anticristo, denominación que les confirmaron ilustres Padres y santos de la Iglesia.
Este poder para hacer el mal, que se antoja a veces sobrenatural, les viene del dragón, como lo profetizó San Juan en su Apocalipsis; pero la bestia y el dragón serán vencidos después de su temporal supremacía. Así está dispuesto por Dios, pero recordemos que San Juan en el capítulo XIII del Apocalipsis lo profetizó:

"1. Y vi salir de la mar una bestia, que tenía siete cabezas, y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y sobre sus cabezas nombres de blasfemia... 2. Y le dio el dragón su poder, y grande fuerza. 3. ...Y se maravilló toda la la tierra en pos de la bestia. 4. Y adoraron al dragón, que dio poder a la bestia: y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién hay semejante a la bestia? ¿Y quién puede lidiar con ella? 5. Y le fue dada boca con que hablaba altanerías y blasfemias...7. Y le fue dado que hiciese guerra a los santos, y que los venciese. Y le fue dado poder sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nación" (249).
El poder que le había sido dado a la bestia por el dragón, coincide en forma asombrosa con el que ha sido dado a la Sinagoga de Satanás para hacer el mal; además, está profetizado su poder temporal para vencer a los buenos. Ese vomitar blasfemias de la bestia, sobre todo en los países comunistas, está bien profetizado. Parece pues, muy acertada la interpretación que han hecho en diversas épocas algunos Padres de la Iglesia, teólogos y jerarcas del catolicismo, al considerar que el judaísmo postbíblico es la bestia del Apocalipsis. Los hechos coinciden en forma tan asombrosa con la profecía que parece no haber lugar a duda.

Pero también está profetizado por Dios que la bestia y el dragón, después de sus triunfos temporales, serán definitivamente vencidos y arrojados al fuego. El Apocalipsis en su capítulo XX dice:

"9. Y Dios hizo descender fuego del cielo, y los tragó. Y el diablo, que los engañaba, fue metido en el estanque de fuego, y de azufre: en donde (estará) también la bestia. 10. Y el falso profeta será atormentado día y noche en los siglos de los siglos".
La profecía bíblica menciona también una segunda bestia, cuyas características coinciden en forma sorprendente con la quinta columna judía introducida en el clero, ya que tiene la apariencia del Cordero y, sin embargo, actúa como el dragón y su misión es ayudar a la primera bestia, como la misión de la quinta columna es facilitar los triunfos de la Sinagoga de Satanás. En el capítulo XIII dice:

"11. Y vi otra bestia que subía de la tierra, y que tenía dos cuernos semejantes a los del Cordero, mas hablaba como el dragón. 12. Y ejercía todo el poder de la primera bestia en su presencia: e hizo que la tierra, y sus moradores, adorasen a la primera bestia, cuya herida mortal fue curada. 14. Y engañó a los moradores de la tierra con los prodigios que se le permitieran hacer delante de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra, que hagan la figura de la bestia, que tiene la herida de espada, y vivió" (250).

A muchos parece en realidad sorprendente que el judaísmo, herido de muerte por la Inquisición y por la acción de los buenos, haya sobrevivido y curado sus heridas. Por otra parte, esa misión de la bestia con apariencia del Cordero, consistente en lograr que los hombres adoren a la primera bestia, coincide también en forma admirable con la labor que hacen los clérigos quintacolumnistas para que los fieles casi adoren a los judíos, pretendiendo que son de la sangre de Cristo Nuestro Señor, siendo que El los llamó hijos del Diablo y además son el enemigo capital de la Santa Iglesia.
Recordemos que quienes siguen a la bestia "cuyos nombres no están el libro de la vida" (Apocalipsis Cap. XVII, Ver. 8), "y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue lanzado en el estanque de fuego" (Ap. Cap. XX, Ver. 15).
Después de este paréntesis, necesario para impedir que la tragedia que se está analizando debilite y abrume a los medrosos, seguiremos narrando sintéticamente el desarrollo del espantoso drama

A las claras se veía que el cardenal Pierleoni y sus secuaces lo estaban preparando todo para su elevación al pontificado al morir el Papa reinante; y los cardenales y clérigos mejor orientados, más fieles a la santa iglesia, estaban justamente alarmados, ya que se encontraban convencidos de que el cardenal Pierleoni practicaba el judaísmo en secreto y de que con su elevación al trono de San Pedro, la Santa Iglesia caería en las garras de su enemigo secular, la sinagoga. Al efecto, contra dicho cardenal se lanzaban, entre otras, las siguientes acusaciones:

1ª. Que bajo la máscara de un cristianismo aparentemente fervoroso y sincero, Pierleoni practicaba el judaísmo en secreto, disimulándolo con el velo de elocuentes y piadosos sermones, ya que fue él uno de los mejores oradores sagrados de su época. Disimulaba su judaísmo con buenas obras y con una labor impresionante como administrador y organizador de las cosas de la Iglesia, demostrada en el puesto de Nuncio de Su Santidad, como organizador de concilios en Francia y como cardenal.
2ª. Que al margen de su riqueza particular estaba acumulando otra, mediante el despojo de iglesias, que había realizado con la colaboración de otros judíos, dinero que luego empleaba para intentar la corrupción del cuerpo cardenalicio y lograr el encumbramiento de los suyos a los obispados y al cardenalato por medio de intrigas e influencias, comprando incluso, a precio de oro, el voto de algunos cardenales para la siguiente elección papal.

Ante el peligro mortal, fue formándose en el Sacro Colegio Cardenalicio un grupo de oposición a Pierleoni de tendencias fuertemente antijudías, encabezado por el cardenal Gregorio de Sant´Angelo, por el Cardenal Aimerico y por Giovanni de Crema. Sin embargo, el cardenal Pierleoni llevaba en la enconada lucha, visible ventaja, por que contaba con el apoyo de la nobleza –muy infiltrada de judaísmo- y del pueblo, ganado por el oro y el poderío del cardenal criptojudío. Además, había tenido el cuidado de ir controlando las fuerzas armadas.
Sabiendo que los cardenales opositores lo acusaban de practicar el judaísmo, Pierleoni trataba de desmentir tales acusaciones con sus sermones piadosos e impecablemente ortodoxos, con una magnífica actuación en distintos campos, y hasta se dice que incluso construyó templos. Con todo esto, lograba desorientar a clérigos y seglares, haciéndoles creer que las acusaciones lanzadas contra él eran calumniosas y que en realidad el Cardenal Pierleoni era un sincero cristiano, atacado injustamente por los envidiosos y los antijudíos, propensos a ver israelitas hasta donde no los hay (251).

El Papa Honorio II, ya enfermo, se veía sujeto a las encontradas y fuertes presiones de ambos grupos. Viendo los cardenales antijudíos que el bloque filosemita de Pierleoni adquiría cada vez más fuerza y que tenía asegurado el voto de la mayoría de los cardenales, dio un golpe de audacia debido a la energía y resolución del cardenal francés Aimerico, canciller de la iglesia Romana, quien súbitamente hizo trasladar al Papa moribundo al monasterio de San Gregorio, ubicado en un monte. En medio de los forcejeos de ambas facciones, convinieron con Honorio en que la elección del nuevo Papa la harían ocho cardenales, al parecer designados por el mismo pontífice reinante y entre los cuales figuraba Pierleoni. Dichos purpurados estaban a la cabecera del moribundo esperando el fatal desenlace para proceder a la elección del nuevo Papa.
El fallecimiento de Honorio ocurrió providencialmente en un momento en que Pierleoni se había ausentado en unión de Jonatás; y los otros seis cardenales, estando todavía en el monasterio de San Gregorio, procedieron a enterrar precipitadamente al difunto para llevar a cabo, con gran sigilo, la elección de un nuevo Papa. Que recayó en la persona del virtuoso Gregorio Papareshi, cardenal de Sant´Angelo, de tendencias antijudías y quien al asumir el pontificado tomó el nombre de Inocencio II.
Cuando Pierleoni, que ya se consideraba casi Papa electo, vio que Papareschi, uno de sus rivales, había sido ya electo pontífice, no se dio por vencido, sino que, según dice Gregorovius,

"...asistido por sus hermanos León, Giordano, Rogerio, Uguccione y de numerosos clientes, marchó hacia San Pedro, abrió sus puertas con violencia y se hizo consagrar Papa por Pietro di Porto, tomó por asalto el Laterano, y se sentó sobre los tronos papales que estaban en aquella Iglesia y fue a santa maría Mayor y secuestró el tesoro de la Iglesia. Toda Roma resonó con el estruendo de la guerra civil, ahí mismo donde millares de manos se extendían ávidamente para recoger el oro que Anacleto derrochaba" (252).
Indudablemente este Pierleoni fue, en cuanto a simonía se refiere, un digno discípulo de su antecesor judío Simón el Mago, y quizá hasta le aventajó, iluminado tal vez con la experiencia hebraica de siglos, logrando por diversos medios que más de las dos terceras partes de los cardenales lo eligieran Papa, adoptando el nombre de Anacleto II.
El craso judío se adueñó fácilmente de la situación y le llovieron adhesiones de todos lados, mientras Inocencio II tenía que huir con sus fieles cardenales, refugiándose en el palacio, amparado por la defensa de la fortaleza de los Frangipani. Las tropas de Pierleoni asaltaron el palacio sin éxito, pero como, según dice Gregorovius,

"...viera Inocencio que por sus murallas penetraba el oro de su enemigo, huyó en abril o en mayo al Trastévere donde se escondió en la torre de su familia, mientras Anacleto celebraba tranquilamente en san pedro la fiesta de la Pascua, excomulgaba a su contrincante, destituía a los cardenales que le eran contrarios, y designaba otros en su lugar. La defección declarada de los Frangipani dejó a Inocencio al descubierto y sin defensa, por lo que no le quedó otra alternativa que la fuga" (253).
Todo parecía humanamente perdido para la Santa Iglesia; el triunfo de la quinta columna judía introducida en el clero se antojaba ya definitivo; su sueño secular de conquista del papado parecía al fin realizado. La Cristiandad, al parecer, había sucumbido en la lucha contra la Sinagoga de Satanás.

NOTAS

[245] Ferdinand Gregorovius, Geschichte der Stadt Rom im Mittelalter (Historia de la ciudad de Roma en la Edad Media). Traducción italiana de Renato Manzato. Turín. Vol. II, tomo II, Cap. III, pp. 72, 73.
[246] Ferdinand Gregorovius, obra citada, vol. II. Tomo II, cap. III, pp. 74, 75.
[247] Rabino Louis Israel Newman, Jewish Influence on Christian Reform Movements. Nueva York: Columbia University Press, 1925. Libro II. Cap. IV, p. 248. (Columbia University Oriental Series, no. XXIII).
[248] Rabino Louis Israel Newman, obra citada, libro II, cap. IV, pp. 252, 253.
[249] Biblia, Apocalipsis, Cap. XIII, Vers. 1, 2, 3, 4, 5, 7.
[250] Biblia, Apocalipsis, Cap. XIII, Vers. 11, 12, 14 y Cap. XX, Vers. 9, 10.
[251] Hermán Vogelstein y Pablo Rieger, Geschichte der Juden in Rom (Historia de los judíos en Roma). Berlín, 1896; Jewish Encyclopedia y Enciclopedia Judaica Castellana, vocablos Anacletus y Pierleoni; Elphege Vacancard, Vie de Saint Bernard. París, 1895; Codex Udalrici, no. 240 a 261; F. Gregorovius y Rabino Louis Israel Newman, obras citadas.
[252] F. Gregorovius, obra citada, vol. II, tomo II, Cap. III, p. 76.
[253] F. Gregorovius, obra citada, vol. II, tomo II, Cap. III, p. 76, 77.

Dada la situación de la Iglesia Católica con el papado usurpado tras el golpe de estado a Benedicto, y tras casi 9 años, nos preguntamos si habrá algún católico que sea llamado por Dios para liderar valiente y santamente un enfrentamiento ante el usurpador y que realmente ame a la Iglesia. Empezamos el vídeo mostrando muchos hechos, palabras, evidencias, y testimonios, que nos enseñan a las claras que JMB está vendido a la masonería y al judaísmo, entregado. Que no es católico, como no es Papa. Impresionante el capítulo XXV y el XXVI del libro de Maurice Pinay de su libro COMPLOT CONTRA LA IGLESIA que os comparto en este vídeo, donde se analiza la meta de la quinta columna judía introducida en el clero católico, que "ha sido siempre adueñarse del papado, colocando en la silla de san Pedro a un judío secreto que les permita utilizar a la Iglesia en beneficio de los planes imperialistas revolucionarios de la sinagoga y causar a nuestra santa religión todos los daños que permitan facilitar su destrucción. El judaísmo estuvo a punto de lograrlo en el año 1130, hace casi 900 años. Para el estudio de este escalofriante capítulo nos hemos servido de fuentes de seriedad reconocida, así como de fuentes hebreas, inospechables por lo mismo de antisemitismo".



Los Planes de Infiltración de la Masonería en la Iglesia

13. APOCALIPSIS CANTO DE ESPERANZA - ORDENANDO CONCEPTOS

Infiltración masónica en la Iglesia, con el P. Charles Murr - 
La Sacristía de La Vendée: 04-05-2023

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El modus operandi CONSTANTE de JMB. 
El vive sumergido en una constante estrategia masónica. Te las enumero brevemente:

1. Doble discurso masónico (double mind)
2. Medias verdades
3. Transferencia de culpa
4. Esconderse en el más absoluto descaro
5. Lenguaje confuso y ambiguo como sello de calidad demoníaca, pues el Señor dice: "vuestro lenguaje sea sí, sí, no, no, que lo que pase de ahí, viene del Maligno"
6. Dos pasos adelante, uno atrás (lema revolucionario)
7. Dejar que cada cual pueda interpretar un mismo discurso de formas opuestas para que reine el relativismo.
8. Desvirtuar el evangelio, el depósito de la fe, la tradición, el señorío de Jesús y la autoridad del papado.
En resumen, no confirmar en la fe, y sí en la confusión y el error, permitiendo que la gente  se quede con medias verdades sin sospechar que son las peores mentiras.





Pedro Sánchez le regaló un grimorio (un libro de magia) de una familia que se desconoce (porque cortan el vídeo ahí) y Bergoglio le regala un libro de sus talleres Artesanos Satanistas del Vaticano...
"Es una cosa hecha en nuestros talleres artísticos satánicos". "Todo el problema masónico de indígenas les va a interesar"

LA ADQUISICIÓN MASÓNICA DEL MUNDO