VIÉNDOME AL ESPEJO🔎
Desconozco autor
Hoy como todos los días
me paré frente al espejo.
Haces de melancolía
me dijeron "ya estás viejo".
No creía lo que veía,
me puse a reflexionar
en cuantiosas lejanías
que me hicieron sollozar.
Me vi arrugado, gestoso (gestudo),
con muchas limitaciones,
obeso, pelón, canoso,
sin aplausos ni ovaciones.
Un enorme escalofrío
le llegó a todo mi ser,
sentí que lo que era mío
tendía a desaparecer.
El pensamiento voló
y se ubicó a los ayeres
que mi juventud vivió
disfrutando los placeres.
Hinché mi pecho dormido,
luego empecé a suspirar...,
tantas cosas que no olvido
que quisieron despertar.
Las imágenes pasaron
como duendes de algún cuento,
y de repente pararon
al revivir el momento.
Entonces dije al espejo:
me quieres echar mentiras,
reconozco que estoy viejo
pero tengo ánimo, la vida.
Ya no soy el gladiador
que ganaron las peleas.
Tuve lindas, ni una fea
que compartiera mi amor.
Todos aquellos placeres
tienden a desfallecer.
Y que hablar de las mujeres
que siempre supe escoger.
Todo el calor femenino
que me ardía en los entresijos
serán próximo camino
pero ya, para mis hijos.
Admiro mujeres, quieto.
me relamo los bigotes,
tengo una idea que mis nietos
sepan aguantar el trote.
El que fuera león en brama,
con el culea emociones,
le molesta hasta la cama,
teniendo buenos colchones.
Aquel altivo, orgulloso,
envidia de mis amigos,
hoy con dolor quejumbroso,
tiene su cuerpo abatido.
Las bohemias, trasnochadas,
las fiestas y algarabías
son durmientes policías
que mi alma dejan helada.
Me hace daño la comida,
el alcohol me causa mal,
mis amigos de la vida
se fueron sin regresar.
Las patadas, los trompones,
y aquellas cejas partidas
más aquellos descontones (golpes imprevistos),
hoy me hicieron barriga.
Ya no brinco, ya no corro,
mis músculos que eran tensos
hoy son mi cuentas de ahorro.
se hicieron laxos y lentos.
La espalda ya se me encorva
cuando escucho algunos gritos,
me tiemblan hasta las corvas
y las broncas las evito.
La vida me está cobrando
con su interés natural
ni yo me estoy escapando,
pero ni modo, es normal.
Cuando practiqué deportes,
nunca acusaba cansancio,
mi cuerpo ¡era un gran resorte!,
hoy enmohecido y muy rancio.
Mi espejo tiene razón,
pero yo no quiero darme,
deseo a la vida, enfrentarme.
pero hoy con más reflexión.
Usted que ha escuchado esto,
no le haga caso a su espejo,
y póngase siempre presto,
pero no diga "estoy viejo".
Cuide mucho su salud",
como hicieren sus albores,
y téngale fe a Jesús,
no enriquezca a los doctores.
Arrugado no es ser viejo,
ni torpeza ni poca acción,
no le haga caso al espejo,
joven tenga el corazón.
Me revuelvo en mis entrañas,
pero debo de seguir,
que alguien cuente mis hazañas
cuando deje de existir.
Y tú, y tú espejo pesimista,
si la muerte del fin, me abres,
hoy cambié, soy optimista,
y me digo viejo, viejo..., madre...
POEMA CON CORRIDO MEXICANO: VIÉNDOME AL ESPEJO
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