“He oído que existía una lista de espera para estos libros incluso antes de que se terminaran de imprimir”. — Enea Silvio Piccolomini (más tarde papa Pío II), 12 de marzo de 1455
Considerada el invento más importante del segundo milenio, la Biblia de Gutenberg se publicó en Maguncia, actual Alemania, en la década de 1450, y fue la primera publicación occidental importante que se imprimió utilizando tipos móviles de metal, lo que representó el inicio de una nueva era (la edad de la imprenta) en la distribución del conocimiento con la producción masiva de libros. Antes de Gutenberg, en Asia ya se utilizaba la impresión con tipos móviles, pero esta no había llegado a Occidente. Todos los libros producidos en Europa tenían que copiarse a mano, un proceso largo y laborioso. Con la nueva técnica de Gutenberg se hizo posible acelerar significativamente la producción sin sacrificar la calidad. Aunque el propio Gutenberg no amasó ninguna fortuna con su invento, enriqueció de forma radical el conocimiento público, fue pionero en la comunicación de masas e hizo posible que la gente accediera a las ideas y participara en las discusiones como nunca antes.
La Biblia de Gutenberg es el primer gran libro impreso en Europa occidental a partir de tipos móviles de metal. Es un monumento que marca el punto de inflexión en el arte de hacer libros y en la transición de la Edad Media al mundo moderno. La Biblia fue terminada en Mainz, Alemania, probablemente a fines de 1455. Por lo general, se atribuye a Johannes Gutenberg, quien vivió desde alrededor de 1397 hasta 1468, la invención del proceso de hacer tipos de metal uniformes e intercambiables, junto con el desarrollo de los materiales y métodos para que el proceso de impresión fuera posible.
Esta Biblia, con su noble tipo gótico impreso suntuosamente en la página, es reconocida como una obra maestra de impresión de alta calidad y la artesanía. El texto es la traducción al latín conocida como la Vulgata, que realizó San Jerónimo en el siglo IV. La Biblia está impresa en columnas dobles, con 42 líneas en una página en su mayor parte. Las mayúsculas y los títulos están decorados a mano, a color. Los tres volúmenes están encuadernados en cuero de cerdo blanco, que data del siglo XVI.
La copia de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos está impresa totalmente en vitela (un pergamino fino hecho de piel de animal) y es una de las tres copias perfectas en vitela de las que se tiene conocimiento. Las otras están en la Biblioteca Nacional de Francia y en la Biblioteca Británica. Durante casi cinco siglos, la Biblia estuvo en posesión de la Orden Benedictina y se guardó en la abadía de San Blas, en la Selva Negra, Alemania y, después de 1809, en la abadía de San Pablo en Carintia, Austria. El ex libris de la abadía de San Blas aparece en cada volumen. La Biblioteca del Congreso compró la Biblia, junto con otros libros del siglo XV, al Dr. Otto H. F. Vollbehr por una ley del Congreso de 1930.
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Conocida también como la Biblia de 42 líneas, es de una edición de la Biblia impresa en Maguncia (Alemania) entre 1450 y 1456, el incunable más famoso de la historia.
De los libros impresos antes de 1501 se dice que pertenecen a la era de los incunables, y de ellos, sin duda, los más valiosos son las llamadas Biblias de Gutenberg, que son en la actualidad auténticos tesoros para museos y coleccionistas. La Biblia de Gutenberg, conocida también como la Biblia de Mazarino o la Biblia de 42 líneas, es de una edición de la Biblia impresa en Maguncia (Alemania) entre 1450 y 1456. La primera copia que llamó la atención de los especialistas se descubrió en 1760, entre los libros del político francés Giulio Mazarino. La mejor de las 47 copias existentes fue adquirida por la Biblioteca del Congreso de Washington en 1930. Parece ser que sólo quedan otras dos copias perfectas, una en la Biblioteca Nacional de París y otra en la Biblioteca británica de Londres.
GUTENBERG Y LA IMPRENTA
GUTENBERG Y LA IMPRENTA
Mucho se ha discutido sobre la verdadera aportación de Gutenberg a la industria de las artes gráficas, aunque de ningún modo se le puede atribuir la invención de la imprenta, cuyos principios eran explotados con anterioridad a sus descubrimientos. Ya a comienzos del siglo XV se imprimían naipes y estampas con motivos religiosos, mediante la aplicación de una plancha de madera grabada y embadurnada con tinta grasa, sobre el papel o el pergamino. Este procedimiento de impresión, la xilografía, era originario de Extremo Oriente, China o Corea, y entró en Europa a través de Italia.
Tampoco fue mérito de Gutenberg la composición de textos con caracteres móviles, es decir, la fabricación de letras o símbolos individuales. Esta práctica surgió de un modo natural, a través de la necesidad de introducir correcciones en los textos de las planchas xilográficas, ya que era necesario extraer la letra a sustituir y reemplazarla por un taquillo o dado de madera que llevase grabado en relieve el nuevo carácter. El verdadero mérito de Gutenberg fue el perfeccionar estas técnicas hasta conseguir un procedimiento tipográfico que ha permanecido sin apenas cambios hasta los primeros compases del siglo XX.
Para ello procedió a sustituir la madera por el metal, fabricando moldes de fundición capaces de reproducir tipos metálicos suficientemente regulares como para permitir la composición de textos. Fue esta invención, la impresión tipográfica con tipos móviles metálicos, la que dio origen al libro moderno.
El hecho de no haber dejado su nombre en ninguno de los libros por él impresos, junto con las sombras que existen en torno a su vida, ha dado pie a atribuir a otros los méritos de su invención. El principal adversario en disputarle el descubrimiento ha sido Laurens Janszoon Coster, un impresor de Haarlem del que se dice que inventó el tipo móvil metálico unas dos décadas antes que Gutenberg. No obstante, lo defectuoso de la impresión ha llevado a muchos eruditos a pensar que Coster se sirvió de punzones de madera y de moldes de arena fina o de arcilla para fabricar los tipos de imprenta, atribuyendo a Gutenberg el punzón metálico y el molde de fundición, sin cuyo concurso la tipografía no hubiese sido posible.
SU TRASCENDENCIA
La invención de la imprenta con caracteres móviles, obra del alemán Johannes Gutenberg, es uno de los grandes hitos de la historia de la cultura. La posibilidad de realizar tiradas de múltiples ejemplares de libros facilitó el acceso de un mayor número de personas en todo el mundo al saber escrito y conllevó radicales transformaciones en la política, la religión y las artes.
El impacto de la invención de la imprenta fue tremendo. La producción de libros durante los primeros cincuenta años después de la decisiva aportación de Gutenberg fue, casi con toda seguridad, mayor que en los mil años precedentes.
La imprenta de Gutenberg provocó una verdadera revolución en la cultura. El saber escrito dejó de ser patrimonio de una élite y se extendió a amplias capas de la población. La escritura fue sustituyendo a la tradición oral como forma privilegiada para transmitir conocimientos, a la par que las publicaciones impresas, como libros o periódicos, se generalizaron. A principios del siglo XX la escritura impresa ya era el medio predominante en Occidente para la difusión del saber. Además de su enorme significado para la religión, la política y las artes en general, fue este un avance tecnológico que facilitó todos los demás que le siguieron.
Los cambios que trajo consigo la imprenta de Gutenberg sólo son comparables a los que está originando la generalización de la informática en el umbral del siglo XXI. Los ordenadores están sustituyendo a los documentos impresos como instrumentos para transmitir y conservar los textos. Sin embargo, el libro, tal como lo hemos entendido hasta la actualidad, continuará siendo de gran utilidad durante mucho tiempo.
Se ha cumplido 558 años de la culminación de su proyecto más ambicioso, la Biblia de 42 líneas.
El impresor alemán Johannes Gutenberg murió el 3 de febrero de 1468, en Maguncia (Mainz, en alemán), su ciudad natal. Hijo de Friele Gensfleisch y de Else Wirich, Gutenberg nació a finales del siglo XIV en el seno de una familia pudiente de la ciudad, que a la sazón tenía entre 5.000 y 10.000 habitantes. La mayor parte de la vida de Gutenberg sigue siendo un misterio, apenas se conservan documentos escritos sobre su biografía.
En 1448 regresó a Maguncia, pidió un crédito e instaló su primera imprenta en su casa natal, que se llamaba Hof zum Gutenberg. Gutenberg no inventó la imprenta, pero sí que ideó el procedimiento de impresión en caracteres móviles, o tipografía, que originó la imprenta moderna. Johannes Fust, su prestamista, le concedió dos créditos de 800 florines cada uno para realizar su proyecto más ambicioso, la Biblia de 42 líneas (se refiere al número de líneas impresas, a dos columnas, en cada página), el incunable más famoso de la historia. La impresión, en latín, finalizó, según algunas fuentes, el 23 de febrero de 1455. Parece ser que se imprimieron menos de 200 ejemplares, más de la mitad de los cuales se hizo en papel y el resto en pergamino. En la actualidad se conoce el paradero de 48 ejemplares originales de la Biblia de Gutenberg, pero sólo 21 están completos. En Maguncia se puede visitar el Museo Gutenberg, que también conserva el célebre incunable.
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