Wilberforce, un desafío al optimismo
en la lucha por la justicia
en la lucha por la justicia
“Sencillamente, la codicia”. Esa es la razón que llevó a deportar a miles de personas para ser usadas como esclavos. La lucha para acabar con esta práctica fue durísima y tuvo en Europa un protagonista destacado: William Wilberforce. Su vida se explica ahora en su nueva biografía, escrita en castellano por José Moreno Berrocal.
“La Historia de la Esclavitud es la historia de la codicia humana”, argumenta José Moreno, que ha publicado “William Wilberforce:
Durante siglos, el tráfico de seres humanos ha sido alimentado por “un deseo desordenado y pecaminoso de ilícitas riquezas, en el altar del cual muchos estuvieron dispuestos a sacrificar la vida, la dignidad y la libertad de millones de seres humanos”. Las sociedades antiguas basaron gran parte de su poder económico en la explotación de seres humanos. La esclavitud era parte del sistema económico, lo cual hizo mucho más difícil su abolición en el siglo XIX.
“En los Estados Unidos fue necesaria una sangrienta Guerra Civil para acabar con la institución de la esclavitud en el Sur”, explica Moreno. En Gran Bretaña, país del que era Wilberforce, la decisión de acabar con la trata de personas vino acompañada de esfuerzos económicos enormes. Se quería extender la libertad de los esclavos a otros países. “Se sabe que el Reino Unido entregó grandes sumas de dinero a España y Portugal a cambio de su decisión de acabar con el tráfico de esclavos”. Así, “en 1817, España recibió 400.000 libras de Inglaterra a cambio de la promesa de abolir la esclavitud en sus dominios”.
El 1833, el año el Imperio Británico acabó con la esclavitud, el propio Wilberforce “agradeció a Dios el haber vivido lo suficiente para, en sus propias palabras, ‘contemplar el día en el que Inglaterra está dispuesta a pagar 20.000.000 de libras para abolir la esclavitud’”, explica Moreno. Esto es lo que el gobierno británico pagó a los dueños de los esclavos extendidos por todo su Imperio. Se trataba de “una profunda conciencia social de los parlamentarios y del gobierno inglés de la época, dispuestos a perder dinero por una causa justa”.
WILBERFORCE Y SUS ACCIONES
¿Cómo concienció a la población Wilberforce y su grupo de apoyo? Y después, ¿cómo convenció a los políticos?Había que empezar explicando por qué la esclavitud no era aceptable, explica el autor. “Aunque parezca sorprendente, pocos sabían los grandes desmanes que se cometían, por ejemplo, en los barcos negreros, o la gran pérdida de vidas del viaje a través del Atlántico”.
También se informaba de la “inenarrable crueldad de la captura de los esclavos en África, o las espantosas condiciones de vida en América”. Tan pronto como estas denuncias generaron el rechazo de los ciudadanos británicos, se empezaron a llevar a cabo recogidas de firmas para presentar ante el Parlamento. Más adelante, “se pretendió también influir en todas las naciones que traficaban con esclavos, e incluso, se recurrió al boicot de los productos que habían sido fabricados con el derramamiento de la sangre de muchos esclavos”.
LA FE QUE IMPULSÓ SU LUCHA SOCIAL
Wilberforce era cristiano, pero muchos olvidan ese aspecto de su vida, por considerarlo secundario.Moreno, sin embargo, considera que el conocimiento de la Biblia fue la base sobre la que llevó a cabo su lucha. “Si dejamos que sea Wilberforce el que hable por sí mismo, la respuesta es obvia. La motivación para enfrentarse a una tarea que parecía imposible de alcanzar, le vino de su experiencia de conversión a Cristo por un lado, y de un renovado estudio de las Escrituras por otro”. Tanto Wilberforce como sus contemporáneos apuntaron a la importancia de la fe en varias ocasiones.
“Gente como John Newton, autor de famoso himno Amazing Grace (“Sublime Gracia”), y otros, le animaron”. Fue “la experiencia de la Gracia de Dios en Cristo lo que le motivó para luchar desinteresadamente por el bienestar de los más oprimidos”. El autor remarca lo “fascinante” que le resulta que “un libro tan denostado y desconocido como la Biblia haya sido a lo largo de la Historia, el catalizador de inmensos y profundos cambios sociales”.
“Esta es una de las grandes sorpresas que se lleva uno al estudiar el proceso que llevó a la abolición del tráfico de esclavos, y de la esclavitud misma en el siglo XIX”. “De un renovado estudio de la Biblia surge un dinámico movimiento de transformación social, como fue la lucha contra la esclavitud. Y es que hay una capacidad en las Escrituras para renovar constantemente nuestra visión de las cosas y para indicarnos el rumbo que debemos tomar”. E insiste: “Fue un renovado estudio de las mismas lo que llevó a Wilberforce y su círculo a luchar contra la esclavitud”.
MINORÍAS QUE CAMBIAN LA HISTORIA
¿Sucede a menudo que una minoría consigue cambiar la opinión de la mayoría? “Si, una minoría motivada y determinada, puede hacer mucho bien en la Historia”, opina Moreno. “El Grupo de Clapham, del que formaba parte Wilberforce, es uno de los ejemplos más ilustres de esa capacidad de una exigua minoría para movilizar a toda una sociedad a favor del bien. El cristiano debe participar y tratar de persuadir a la sociedad en general de las bondades que se derivan de la aceptación de la ética que presentan las Escrituras”.
VIZCARRONDO: EL “WILBERFORCE ESPAÑOL”
La historia de WIlberforce es conocida mundialmente, e incluso llegó a las grandes pantallas “Amazing Grace” (2006), que explica su vida. Sin embargo, se conoce menos al que Moreno se denomina “el Wilberforce español”, Julio Vizcarrondo Coronado y su "cruzada periodística" a favor de la libertad y los derechos humanos
En el libro, Moreno le dedica un capítulo para dar a conocer su vida y la lucha que él tuvo para defender dos causas: la abolición de la esclavitud y la libertad religiosa. “Es una figura importante de la que debemos sentirnos orgullosos”, dice Moreno y explica que apenas se conoce su historia en España por “prejuicios ideológicos”.
Vizcarronodo nació en Puerto Rico en 1829, de una familia propietaria de “haciendas”, en las que trabajaban muchos esclavos. Su familia estaba emparentada con sectores de la nobleza y el ejército español, así que recibió una buena educación no sólo en su Puerto Rico natal, sino también en Madrid y en París, donde hizo sus estudios superiores. “Desde muy joven, mostró una gran sensibilidad por la situación social de Puerto Rico. Pronto, hizo suya la causa abolicionista”, por lo que tuvo que exiliarse a Nueva York en 1850. “Allí, conoció a la que sería su esposa, la formidable agitadora social Henriette Brewster y Cornell, de Filadelfia. A través de su mujer, conoció y profesó también la fe evangélica”. Vizcarrondo, como Wilberforce, también destacó por su iniciativa política. Fue elegido diputado por el distrito de Ponce en Puerto Rico y fue miembro fundador de la Sociedad Abolicionista Española. Esta entidad contó con el apoyo de “destacadas figuras políticos y sociales españolas del momento como Práxedes Mateo Sagasta, Emilio Castelar, Francisco Giner de los Ríos y Benito Pérez Galdós”.
“Así que nuestra voz, más bien que a los habitantes de Cuba y Puerto Rico, sabedores y conocedores de sus derechos, habrá de dirigirse al Gobierno, de cuya mano dependen únicamente los destinos de aquellas islas, y cuya indiferencia incalificable en medio de los rugidos que anuncian por todas partes las tempestades, contrasta singularmente con los esfuerzos nobles y constantes, aunque impotentes, de nuestros hermanos de aquellos países que claman y claman sin cesar, sin ser oídos” (REVISTA HISPANO-AMERICANA Madrid, 10 de noviembre 1864-1867. En la Introducción (pp. 5-11)
“Creemos haber probado que el señor Ministro (de Ultramar) apenas ha tocado las leyes existentes contra la trata; que los vacíos que en ella ha advertido, y que todos conocemos, quedan abiertos, y abiertas de par en par las puertas del crimen a los negros y sus cómplices".
Consiguió que su sueño se cumpliera en marzo de 1873, durante la primera República Española, cuando se abolió la esclavitud en Puerto Rico. Cuba seguiría el mismo camino en 1886.
FORMAS DE ESCLAVITUD MODERNA
La abolición de la esclavitud fue clave para generar las nuevas sociedades europeas y americanas. Sin embargo, el siglo XXI sigue siendo un tiempo de tráfico de seres humanos. Moreno aclara: “Es importante resaltar que la esclavitud está oficialmente abolida. Esto podemos darlo por hecho, es el avance que nos permite ahora luchar contra la esclavitud moderna”.
Pero el autor cita a Kevin Bales, profesor del Instituto Roehampton en la Universidad de Surrey (Inglaterra), que dice que “las nuevas formas de esclavitud se apropian del valor económico de las personas y las mantiene bajo control con amenazas, pero sin reivindicar su propiedad ni hacerse responsable de su supervivencia”. Es decir, en este siglo “el esclavo es un objeto de consumo que se añade al proceso de producción cuando hace falta pero que ya no supone un costo elevado”.
La esclavitud actual se muestra de forma muy dura en el “tráfico de personas con fines de explotación sexual”. A ello se añaden “el trabajo infantil y los matrimonios forzados, la extracción de órganos por dinero, la explotación de niños y niñas para la mendicidad, o su empleo como niños soldados, a las que se puede añadir la servidumbre doméstica”.
La iniciativa en la lucha contra estas nuevas formas de abusos la están llevando a cabo organizaciones cristianas, con proyectos como “Stop the Traffik”. En España, Moreno destaca el trabajo de Esclavitud XXI, "que están llevando a cabo una gran labor en esta lucha”. Anima a visitar suweb, donde “se proponen medidas concretas para luchar hoy contra las nuevas formas de esclavitud”.
“UN DESAFÍO A SER OPTIMISTAS”
¿Qué se puede hacer hoy, vista la realidad de que sigue habiendo centenares de miles de personas explotadas? Moreno cree que hay varias lecciones que Wilberforce enseñó. Una de ellas es que “nuestro futuro como sociedad y los desafíos que tenemos, pueden ser afrontados con confianza desde el testimonio de las Escrituras. Los grandes avances sociales han estado también conectados con el descubrimiento del mensaje de la Biblia. No debemos olvidar esto”.
El autor destaca un idea en el libro de Proverbios: “La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones” (14:34). Y añade: “Creo que también como pueblo de Dios debemos hacer nuestro el consejo de Dios a Jeremías para los que debían vivir en Babilonia: “Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz (Jeremías 29.5-7)”.
“Creo que Wilberforce también nos desafía ser optimistas. Aunque no logró todo lo que se propuso, lo que se consiguió fue inmenso. La verdadera fe lleva a la perseverancia en perseguir lo bueno”. Esto incluye tanto el “anunciar las buenas nuevas de salvación en Cristo como la búsqueda de la justicia en este mundo”.
Es clave “la confianza en la realidad del hecho de que Dios reina y que su Hijo tiene en sus manos el destino de todas las cosas”, dice Moreno. “Sabemos que esto significa que, por muchas que sean las dificultades y contratiempos, Dios llevará a cabo sus propósitos en la Tierra, para su gloria”. Y termina recordando que para los cristianos del siglo XXI debería valer la misma máxima bíblica que Wilberforce aplicó en su vida: “Hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios (Miqueas 6.8)”.
AMAZING GRACE
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