Que la lengua humana
cante este misterio
El Pange Lingua es un himno eucarístico escrito por Santo Tomás de Aquino (siglo XIII) para la festividad del Corpus Christi.
Si bien estamos acostumbrados a escucharlo en las exposiciones y bendiciones con el Santísimo Sacramento (en la festividad del Corpus, el Jueves Santo, en los cultos de las Hermandades...), resulta significativo señalar que su letra es desconocida por muchos feligreses, especialmente por los más jóvenes (nótese que no se acostumbra a enseñarse en las catequesis).
Es por ello que desde aquí queremos hacernos eco de este maravillo himno que expresa de manera concreta la doctrina de la Transubstanciación.
El inicio del himno (Pange Lingua) se canta en el momento de la exposición del Santísimo y sus últimas estrofas (Tantum Ergo) justo antes de la bendición solemne.
Pange, lingua, gloriosi
Córporis mystérium
Sanguinísque pretiósi,
Quem in mundi prétium
Fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.
Nobis datus, nobis natus
Ex intácta Vírgine,
Et in mundo conversátus,
Sparso verbi sémine,
Sui moras incolátus
Miro clausit órdine.
In supremæ nocte coenæ
Recumbens cum frátribus,
Observata lege plene
Cibis in legálibus,
Cibum turbæ duodenæ
Se dat súis mánibus.
Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.
Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.
Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Que la lengua humana cante este misterio:
la preciosa sangre y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen Rey del universo,
por salvar al mundo, dio su sangre en precio.
Se entregó a nosotros, se nos dió naciendo
de una casta Virgen; y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado la palabra al pueblo,
coronó su obra con prodigio excelso.
Fue en la última cena -ágape fraterno-,
tras comer la Pascua según mandamiento,
con sus propias manos repartió su cuerpo,
lo entregó a los Doce para su alimento.
La palabra es carne y hace carne y cuerpo
con palabra suya lo que fue pan nuestro.
Hace sangre el vino, y, aunque no entendemos,
basta fe, si existe corazón sincero.
Adorad postrados este Sacramento.
Cesa el viejo rito; se establece el nuevo.
Dudan los sentidos y el entendimiento:
que la fe no supla con asentimiento.
Himnos de alabanza, bendición y obsequio;
Por igual la gloria y el poder y el reino
Al eterno Padre con el Hijo eterno
PANGE LINGUA - MOCEDADES
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