EL Rincón de Yanka: GUARDAR LAS FORMAS NO ES LO MISMO QUE MANTENER LAS APARIENCIAS

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viernes, 19 de junio de 2015

GUARDAR LAS FORMAS NO ES LO MISMO QUE MANTENER LAS APARIENCIAS



LO FORMAL TIENE SU FONDO 

COMO CIVILIZACIÓN

Definitivamente, lo importante del fondo es la forma.

LA BARBARIE NO GUARDA LAS FORMAS NI LA DEMOCRACIA



No solo hay que serlo sino parecerlo

Forma, del latín forma. Forma, figura, imagen, configuración, hermosura. Palabra que aparece ya en las Glosas de Silos (una de las primeras manifestaciones escritas del español), según Corominas. De esa etimología deviene también horma, derivado popular de forma, y que sigue usándose hasta nuestros días como medida, límite. 
Forma, entonces, no es solo externalidad y menos banalidad. Es elemento constitutivo de sentidos, conductas e instrucción social ¿A qué viene todo esto? A resaltar la importancia de la forma y a tener claro que no es cierto que “la forma no importa, lo que importa es el fondo”. La forma es tan importante como el fondo, pues es parte del todo y es a través de ella que llego al “fondo”. El “fondo” está influido por la forma y viceversa. La primera percepción de algo es –además- a través de la forma. 

Guardar las formas significa comportarse correctamente.

¿Qué utilidad tiene en las relaciones humanas el cumplimiento de las formas? 

Para ordenar las interacciones con los otros, para favorecer la convivencia y evitar (o resolver) los conflictos, los diversos grupos han establecido una serie de pautas culturales de comportamiento. Estas pautas nos dicen cómo obrar en cada momento; constituyen un modo de obrar, y también actúan como una norma. Nos orientan y nos obligan. Las llamadas 'normas de educación' son protocolos sobre cómo actuar en cada situación. Así, por ejemplo, en nuestra cultura, será muy criticado por infringir la norma quien eructe en la mesa, y también se indicará que no es correcto preguntar a un desconocido a qué partido ha votado o cuánto gana al mes. Si nos comportamos según las formas consensuadas dirán que somos educados, si no respetamos esas normas nos llamarán maleducados o brutos. La familia y la escuela han sido tradicionalmente las instituciones que han enseñado las normas de educación; además, el grupo que está en el poder trata de imponer lo que es correcto y lo que no lo es, y utiliza el manejo de las formas como instrumento de distinción y de dominio. Así, en nuestra cultura, la burguesía ha prescrito cuál es la ropa elegante, cómo se debe saludar y qué expresiones deben o no utilizarse (este grupo ha organizado escuelas especiales para que sus hijos adquirieran los 'buenos modales' y ha redactado manuales de cortesía y protocolo).

Infringimos el cumplimiento de las formas, perdemos los papeles, olvidamos cuál es el comportamiento correcto, debido a factores muy diversos: la personalidad, la trascendencia del asunto, la pasión del momento o los antecedentes de la relación interpersonal habida con nuestro interlocutor. Hay individuos vehementes que casi siempre se expresan de forma exagerada; otros se exaltan cuando se tratan ciertos temas; hay quien se enciende sólo cuando está frente a determinada persona; también hay quien posee algún rasgo de personalidad autoritaria y no sabe admitir que otros le lleven la contraria. Algunos, ante su falta de argumentos, creen que por levantar la voz van a tener más razón.

Pero aunque todo el mundo admite que ciertas formas son fundamentales para que las relaciones puedan llevarse a cabo de manera armónica, también la generalidad denuncia las situaciones en que las formas esconden una falsedad: refranes como: 'Las apariencias engañan' y 'el hábito no hace al monje' aluden a la utilización de las formas como mecanismo para ocultar, disimular o engañar. Con gran dureza los Evangelios se refieren a los 'sepulcros blanqueados' y a los hipócritas que de cara al exterior, al juicio de los otros, se dan golpes en el pecho pero que realmente sólo se mueven por el egoísmo personal. 
Por supuesto, estoy de acuerdo con la idea de que en cualquier ámbito de las relaciones personales debe atenderse al fondo y a las formas (en el punto medio está la virtud dice la sabiduría popular)



SOBRE EL FONDO Y LAS FORMAS

Guillermo Zapata de PODEMOS Madrid:
Un antisistema... por sistema





Canción bárbara de los que no guardan las normas: 
los violentos, los antisistema, los incivilizados, los liberticidas

Arpaviejas 
Guardando las formas

Vigila que vas a decir 
hay que guardar las formas, 
la chusma es fácil de ofender 
en su mundo de rosas... 

los listos siempre están ahí 
saben guardar las formas, 
no me esperéis para aplaudir 
otro discurso idiota. 

voy a vivir como me salga del coño 
no seguiré a otros que siguen a otros 
escupiré a los de arriba del todo 
despreciare también a todos los otros, 
hay que guardar las formas!! 

bendición no es para mi 
no creo en tus putas normas, 
nadie nos tiene que decir que toca hacer ahora, 
sin limites quise vivir no hay que guardar las formas, 
di lo que tengas que decir se joda quien se joda...