EL Rincón de Yanka: FAMILIA

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jueves, 4 de septiembre de 2025

FOXFIRE 1987 (EL RESPLANDOR DEL CARIÑO): LOS VIEJOS SE AFERRAN COMO EL FUEGO A LA MADERA PODRIDA 🔥💕

 FOXFIRE (1987) 
(EL RESPLANDOR DEL CARIÑO)

“Los viejos se aferran como 
el fuego a la madera podrida”.
Una anciana apache se enfrenta al dilema de vender sus tierras a un promotor e irse a vivir con su hijo o permanecer en su casa hasta el día de su muerte rodeada de los recuerdos del pasado y en compañía de la única comunidad y familia que ha conocido.
Me gustó la premisa de la historia. Foxfire no solo trata sobre una cultura al borde de la extinción, sino también sobre la vejez, el amor, la muerte y la renuencia de las personas a seguir adelante. Annie, interpretada por Jessica Tandy, es una luchadora y una superviviente, pero su identidad está tan entrelazada con la de su difunto esposo que cualquier conversación sobre el futuro la abruma. Imagino que este es un dilema al que se enfrentan quienes han perdido a sus parejas de toda la vida. Además, dado que la discriminación por edad es más frecuente que nunca, me alegró ver una película que explora los problemas del envejecimiento. También me gustó que Foxfire no tuviera miedo de hablar de la muerte. La brillante actuación de Jessica Tandy y de su esposo también, en la vida real Hume Cronyn es otra razón para darle una oportunidad.

Foxfire | English Full Movie | Drama

domingo, 24 de agosto de 2025

MANTENER LA FE ANTE LAS LLAMAS: CONSEJOS DE UN BOMBERO 💥🔥🚒 (BENJAMIN O´BRIEN) SOBRE VIRILIDAD, GRACIA Y UNA FAMILIA UNIDAD

Durante años, Benjamin O'Brien vivió su vocación de bombero 
con una marcada fe a la que no quiso renunciar: 
este es su manual para vivirla con coherencia.

«Estar en gracia es fundamental. Hay mayor paz al entrar recién confesado», dice Benjamin O'Brien
💥🔥🚒

Mantener la fe ante las llamas: 
consejos de un bombero sobre virilidad, 
gracia y una familia unida

Benjamin O'Brien tenía unos 37 años cuando vivió una de las muchas situaciones límites a las que podría llevar su profesión de bombero. Llevaba cinco ejerciendo, y aquel día acababa de intervenir en un gran rascacielos en llamas donde un residente resultó fallecido. Aquel día le llevaría a documentar sus memorias como un bombero de fe, publicadas este 2025 bajo el título "The Proving Grounds (EL CAMPO DE PRUEBAS): A Catholic on Ladder 17" (Un católico en la escalera 17ª).
Un titular que hace referencia a su puesto en la histórica unidad que recientemente celebró su 150 aniversario y que es conocida por la gran escalera que emplean en el día a día ascendiendo hasta casi 30 metros de altura. En esos momentos, con frecuencia veía ponerse a prueba no solo su integridad física, sino también su propia fe, que debía afianzar ante no pocas amenazas.
Defender y vivir la fe en el cuerpo de bomberos

Al principio, cuenta a Catholic World Report, “el libro era simplemente una colección de recuerdos, pero a medida que profundizaba en mis propias experiencias, se hizo imposible contar la historia sin un análisis serio del papel que mi fe católica ha desempeñado en mi carrera".
“Sentí la necesidad de relatar las diversas ocasiones en que las agendas [del laicismo] chocaron con la fe, explorando temas como la pornografía en el trabajo, la agenda LGBT, las exigencias de vacunación, los compañeros de trabajo hostiles o los desafíos de mantener la fe en un entorno sin fe”, cuenta el bombero.
A partir de entonces, sus memorias pasaron a ser un manual dirigido a “ayudar a otros cristianos en circunstancias similares”, ofreciendo las herramientas necesarias para participar con éxito en labores de apologética, tratar y manejar a quienes acosan empleados cristianos por su fe o para no dejarse intimidar ni desanimar por encontronazos. También destaca algunos de sus errores cometidos, "no solo como advertencia, sino para mostrar que no somos perfectos”.

En estas conmovedoras y perspicaces memorias, un bombero veterano relata su lucha por sortear las dificultades de su peligroso trabajo, manteniéndose firme en su fe católica. Esta no es solo una ventana emocionante a la vida como trabajador de emergencias, sino también una historia conmovedora de la lucha de un hombre por superar los desafíos espirituales de un entorno laboral secular, una batalla que resonará con los católicos de todo el mundo. 
¿Cómo se puede preservar la fe y compartirla con los demás en una sociedad que ha abandonado a Dios? Más concretamente, ¿qué hay de los mandatos de vacunación y las banderas arcoíris?
Con gracia y humildad, Benjamin O'Brien relata cómo abordó estas preguntas y muchas más. Al abordar temas como la salud mental, el acoso escolar, el autocontrol, la valentía, la madurez y la resolución de conflictos, su historia de la vida cotidiana en la estación de bomberos y en el campo, con todas sus virtudes y sus cruces, es un relato conmovedor de la búsqueda de la fidelidad de un hombre en medio del dolor, el miedo, la confusión y, a veces, la intolerancia. El lector se pone en la piel de un hombre común que se esfuerza por comprender los traumas y las bellezas de la vida, y por servir a Dios en su trabajo diario.
The Proving Grounds revela cómo la gracia está siempre trabajando detrás de escena, purificando nuestro entendimiento y nuestros motivos y perfeccionando nuestro carácter hacia una mayor madurez, a veces de maneras muy sorprendentes.
Un manual práctico para recuperar la virilidad

Un libro que también se preocupa por abordar la crisis presente de la virilidad y la sustitución de una masculinidad sana por otra determinada por el consumo de pornografía o el rechazo al pudor y la castidad.
Sin Dios, O'Brien explica que la consecuencia lógica es la pérdida de la identidad como hombres, habiendo muchos “confundidos y en busca de una identidad y ética masculinas en lugares equivocados”.
“Tratar a las mujeres como objetos, ver pornografía, convivir antes del matrimonio o los actos homosexuales son ejemplos de cosas que se consideran aceptables, incluso saludables”, explica. “Cualquiera que no siga la corriente o no apruebe estos comportamientos, puede ser rápidamente etiquetado”.

Frente la hostilidad a la fe, puede bastar con un "no"

¿Es posible cambiar una cultura hostil a la fe de la noche a la mañana? O'Brien sabe que no, pero, por el contrario, considera que “cada uno, con su pequeña aportación, está llamado a generar cambios dentro de su ámbito de influencia”.
Menciona que hacerlo “podría ser tan simple como decirle "no" a un compañero de trabajo que quiere mostrar una imagen inapropiada en su teléfono, o marcharse cuando la conversación se vuelve subida de tono. La gente entenderá el mensaje. No se trata de ser frío ni distante. Debemos intentar ser una presencia cálida y amigable siempre que sea posible. Pero también hay ciertos límites que no podemos cruzar.

"La verdadera batalla": cambiar para cambiar el mundo

En este sentido, se muestra convencido de que “cambiar el mundo debe comenzar con la propia conversión personal”.
Especialmente porque apenas se tiene control sobre la persona que puede tenerse al lado. Mucho menos que sobre uno mismo, pudiendo siempre tratar de dominarse, esforzarse por tener una mayor castidad, ser mejor esposo, padre, trabajador o amigo… “Ahí es donde reside la verdadera batalla: en mi propio corazón, mente y decisiones”.
Entre otros consejos, llama a buscar en la propia Iglesia a sus múltiples ejemplos de auténtica masculinidad, así como a rodearse de una comunidad católica que promueva una auténtica masculinidad basada en la moral cristiana.
“Los hombres necesitan hermandad y responsabilidad, y es importante rodearnos de buenos amigos, hombres que puedan guiarnos e inspirarnos a ser virtuosos”, recuerda.

El objetivo, mantener a la familia unida

También observa que, con una fe y visión cristiana arraigadas, es posible encajar más los golpes o “fracasos” que puedan sufrirse en un entorno laboral muchas veces hostil a la virtud.
En su caso, recuerda intervenir en un accidente de coche y ver a una niña herida a consecuencia de un padre conduciendo bajo los efectos de las drogas. Aquello fue para él un desafío y una advertencia, reforzando su convicción de que, como esposo y padre, “era mi responsabilidad mantener unida a mi familia y nunca permitir que mis decisiones egoístas la llevaran a una situación como aquella”.
También llegó el momento en que se planteó la pregunta de “cómo Dios ha podido permitir que esto ocurra”. Especialmente cuando cometió sus primeros errores y sufría las risas de sus compañeros.
“Mirando atrás, veo que Él me estaba despojando de mi orgullo. Ser católico no me hace mejor que nadie. Tengo que aprender mi trabajo, superar mis defectos y desarrollar mis habilidades como todos los demás. Sin embargo, nuestras debilidades no quitan nada a la bondad de Dios; de hecho, pueden ser una oportunidad para crecer en la confianza”, observa O'Brien.

Frente a las llamas o el peligro, no estaba solo

También la fe ha aportado al bombero una confianza y aplomo que, debido a su empleo, podría faltar en muchas ocasiones.
De hecho, admite que fue su fe lo que “infundió una profunda paz ante la posibilidad -del peligro- sabiendo que, pasara lo que pasase, Dios cuidaría de mi familia”.
Una fe y confianza que “no significa ser irresponsable ni correr riesgos innecesarios”, pero sí le lleva a saber que, “cuando uno se ha entrenado duro, ha seguido los protocolos de seguridad y ha contratado un seguro, llega un momento en que se da cuenta de que ha hecho todo lo posible y de que el resto está en manos de Dios”.
Y para ello, “estar en estado de gracia, por supuesto, siempre es fundamental. Hay una mayor sensación de paz al entrar en la estación de bomberos, recién salido de confesarse y recibir la comunión”.

La fe, lo que mantuvo unido su matrimonio

En sus memorias como bombero, también aborda las situaciones “especialmente duras” para las esposas, siendo frecuentes elevadas tasas de divorcio en el conocido como “sector quinario”.
Por ello, se muestra orgulloso al afirmar que su fe “fue el pegamento que nos mantuvo unidos durante esos años” y que, aunque necesitan “más que nunca la ayuda de Dios para tener un matrimonio exitoso” agradece cada día a Dios por su matrimonio.
Un matrimonio que fue lo que le llevó en último término a renunciar como tal a su carrera en el cuerpo de bomberos después de que diagnosticasen a su esposa, Katelyn, una enfermedad crónica aún sin diagnóstico.
“Dios fue muy misericordioso. Su enfermedad me obligó a desviar mi atención obsesiva de mi carrera y a dedicarme más a mi matrimonio y vida familiar. La carrera requiere dedicación, pero la familia siempre debe ser lo primero. Mi esposa y yo hemos visto los resultados de ese cambio Y ha sido muy fructífero”, asegura O'Brien, que se despide llamando al vigor espiritual: 
“Espero que los lectores encuentren el aliento para mantenerse firmes en la fe, que mi historia les recuerde que no están solos y que es posible vivir, y no solo sobrevivir, en el ámbito laboral”.


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domingo, 3 de agosto de 2025

LA MESA COMO TRINCHERA: 👪 LA COMENSALIDAD O SOBREMESA FAMILIAR, EL ARTE PERDIDO DE COMER EN FAMILIA PARA COMBATIR EL INDIVIDUALISMO EGOTISTA

 

LA MESA COMO TRINCHERA:

EL ARTE PERDIDO DE COMER EN FAMILIA
PARA COMBATIR EL INDIVIDUALISMO EGOTISTA.
Si hay un complot para atomizar la sociedad y dejar inermes a los ciudadanos, entonces ese complot tiene que pasar sí o sí por destruir las comidas en familia y las sobremesas con amigos. Frente al ritmo vertiginoso de la vida actual, la mesa de la cocina o del comedor son trincheras contraculturales que sostienen vínculos, sanan heridas emocionales y reconstruyen el sentido de comunidad desde lo cotidiano. Lo dice la experiencia. Y también la ciencia.

NILO VIEJO 

(Revista "LA ANTORCHA" Nº 8: LA MESA)

No es casual que en el castellano antiguo, hogar y cocina fuesen sinónimos. La mesa -ese altar cotidiano donde se cruzan miradas, se comparten historias y se transmite la vida- ha sido durante siglos el corazón palpitante de la familia. Y España ha dado al mundo un nombre propio para ese espacio en el que la comida se digiere mejor, porque lo nutritivo son los lazos que se construyen en torno a ella: la sobremesa. Un tiempo suspendido, ajeno al reloj, en el que tanto los comentarios como los silencios saben a complicidad, y las palabras tejen pertenencia. Hoy, sin embargo, ese reloj se ha roto en demasiados hogares.
La cultura de la prisa, los horarios fragmentados, la omnipresencia de pantallas y la crisis de sentido han desplazado las comidas familiares al terreno de lo ocasional. Ya no cocinamos juntos ni conversamos con lentitud. Se come de pie, se cena viendo una serie o se pica algo sin mirar a nadie. Y sin darnos cuenta, en ese proceso hemos perdido algo más que un hábito: hemos extraviado un a de las columnas invisibles que sostenía nuestra salud emocional y nuestra vida en común.

La mesa como protección

Puede parecer una exageración, pero las investigaciones más recientes lo confirman: comer juntos no es solo una costumbre entrañable, es una herramienta con la capacidad de prevenir enfermedades mentales -ese gran mal de nuestros días-, proteger la infancia y reconstruir el maltratado tejido familiar.
Un estudio de la Universidad de Oxford demuestra que quienes comen en compañía con frecuencia se sienten más felices, conectados y satisfechos con su vida. El dato, lejos de ser trivial, apunta a una de las raíces del malestar contemporáneo: el aislamiento afectivo y la soledad encubierta, incluso dentro de la familia.
España ha tenido históricamente un antídoto contra ese fenómeno: la sobremesa. A diferencia de otras culturas, aquí la comida no termina cuando se recoge el plato, sino que continúa en la conversación, la risa, el debate o la confidencia. Es un rito que enseña a esperar, a escuchar y a mirar a los ojos. Y ese pequeño milagro diario ha demostrado ser, además, un factor protector frente a trastornos como la ansiedad, la depresión o los comportamientos adictivos.
"Comer en familia es un acto profundamente contracultural. Y, por tanto, profundamente cristiano"
Cómo como, cómo comemos

La antropóloga Margaret Mead decía que uno de los signos más reveladores de una civilización es cómo y con quién se come. Comer en familia es, en este sentido, un acto de civilización: nos humaniza, nos pone en relación, nos recuerda que no somos autosuficientes.
En muchas familias, además, la comida es también un espacio sagrado, iniciado con una oración y vivido como un momento de gratitud y entrega. Así lo vivieron generaciones enteras, donde el pan se partía como se partía el tiempo: para darlo. Ese espíritu de donación está en la raíz de toda mesa cristiana. No en vano, la eucaristía -centro de la vida católica- es, al fin y al cabo, una cena.
La crisis de la mesa es también una crisis espiritual. Cuando los padres comen solos en la cocina, los adolescentes cenan en su cuarto y los niños aprenden a entretenerse con la tableta mientras mastican, se rompe la cadena de transmisión. No solo de la fe, sino del idioma afectivo, de la historia familiar, de la experiencia compartida. Y sin eso, ninguna comunidad resiste.

La ciencia lo confirma: comer juntos protege

Las evidencias empíricas sobre los beneficios de las comidas familiares son abrumadoras. El Family Dinner Project, una iniciativa académica nacida en Harvard, documenta que los niños que cenan con sus padres de forma regular tienen mayor autoestima, mejor rendimiento escolar, menor probabilidad de consumir drogas o alcohol, y una relación más sana con la comida y con su cuerpo.
En España, un estudio realizado en Terrassa (Cataluña) mostró que los adolescentes que cenaban en familia tenían una menor probabilidad de experimentar inseguridad alimentaria y presentar comportamientos peligrosos o dañinos fuera del hogar. Otro estudio publicado en la revista "Nutrients" concluyó que las comidas familiares frecuentes están asociadas con una menor incidencia de trastornos alimentarios entre los adolescentes.

Comer juntos enseña más que hablar

La mesa no es solo un espacio de conversación. Es también un lugar de silencios respetuosos, gestos que hablan y ru1inas que educan. Sentarse en torno a la mesa implica asumir un ritmo común, respetar turnos, aprender a ceder y a comportarse de forma cívica. Son aprendizajes pequ eflos, pero necesarios. Como lo son también las tareas de poner la mesa, servir al otro, recoger juntos. Pequeñas liturgias domésticas que enseñan el arte de vivir en comunidad.
En este sentido, la comida conjunta es una escuela de humanidad en la era de la tecnocracia y la fascinación adolescente de la Inteligencia Artificial.
"La sobremesa es un gesto de abundancia interior: cuando ya no queda comida, queda el tiempo"
Un acto contracultural que reconstruye 

Recuperar las comidas en familia puede no parecer una pequeña revolución. Pero lo es. En un tiempo que glorifica la productividad la velocidad y el rendimiento individual detenerse para cocinar, servir, pone la mesa y comer en común es un acto profundamente contracultura!. Y, por tanto profundamente cristiano.
Porque una cultura sin vínculos estables, sin memoria y sin raíces no puede generar hombres fuertes, capaces de amar, venía a decir Benedicto XVI en Caritas in veritate. Y lo decía de forma expresa en Spe Salvi

"Ningún ser humano es una mónada cerrada en sí misma. Nuestras existencia están en profunda comunión entre entrelazadas unas con otras a través de múltiples interacciones. Nadie vive solo. Ninguno peca solo. Nadie se salva solo. En mi vida entra continuamente la de los otros: en lo que pienso, digo, me ocupo o hago. Y viceversa, mi vida entra en la vida de los demás, tanto en el bien como en el mal".


La mesa es precisamente uno de los espacios donde se cultivan las raíces, se genera memoria común y se aprende el arte del amor concreto: servir, escuchar, compartir, esperar.
Las consecuencias sociales son evidentes. Allí donde se pierde la mesa común, se multiplican las patologías del alma. El aumento de los problemas de salud mental en niños y adolescentes no es ajeno a la disolución del vínculo familiar cotidiano. Tampoco lo es el auge de la polarización social, el vacío espiritual o la banalización del sufrimiento.

La sobremesa: patrimonio emocional

No existe en inglés una palabra para sobremesa. Ni en francés. Es un invento español -como el tapeo, la siesta o la tertulia- que dice más de nuestra alma que los tratados de sociología o la cocina del CIS. La sobremesa es un gesto de abundancia interior: cuando ya no queda comida, queda el tiempo. Cuando ya no hay platos, hay historias.
En muchas familias, es el espacio donde los hijos escuchan relatos de sus abuelos, donde se comentan las noticias, donde se debaten temas de fe o de actualidad, donde se pregunta al otro cómo está. Donde se construye un "nosotros" que no nace de la sangre, sino del encuentro.
Big Think, una plataforma que difunde investigaciones sobre  desarrollo humano, subraya que la sobremesa representa un sistema de valores: prioriza la conexión personal frente al aislamiento digital, el tiempo compartido frente a la eficiencia técnica, la escucha frente al monólogo.

Claves prácticas para restaurar la mesa familiar

Volver  a  la  mesa  requiere  intención. No ocurre solo porque se desee. Hace falta orden, renuncias, decisiones pequeñas pero firmes. Algunas claves prácticas, señala el Family Dinner Project, pueden ayudar:
  • Establecer una comida diaria común. Aunque sea solo una, que tenga horario fijo y sea prioridad. La cena suele ser la más viable.
  • Involucrar en la preparación. Que los niños ayuden a poner la mesa, que se planifique el menú en familia, que cada uno tenga una responsabilidad.
  • Eliminar distracciones. Sin televisión, sin móviles, sin pantallas. Solo personas.
  • Cultivar el arte de conversar. Hacer preguntas abiertas, evitar discusiones innecesarias, escuchar con atención.
  • Valorar la sobremesa. Aunque sea breve, que no se levante nadi e hasta compartir al menos unos minutos de charla o agradecimiento.
Una mesa que sostiene a las familias 

Porque en última instancia, la mesa no es solo un lugar donde se alimenta el cuerpo. Es, o puede ser, un santuario cotidiano donde se alimenta el alma, se refuerza la identidad y se cultiva la pertenencia. Es uno de los pocos espacios donde  todavía  se  puede  resistir al desarraigo, al individualismo, a la prisa. Donde se puede enseñar a vivir.
Tal vez por eso, como señalaba Chesterton: "el hogar sigue siendo la última fortaleza de la civilización. Y en el centro del hogar, siempre, hay una mesa.

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miércoles, 23 de julio de 2025

PELÍCULA "ALL MINE TO GIVE (TE DOY TODO LO MÍO) LA PROMESA 1957" 👫 BASADA EN "THE DAY THEY GAVE BABIES AWAY" (EL DÍA QUE REGALARON A LOS BEBÉS)


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Llevaba muchos años buscando esta película que había visto cuando era niño por el año 1969. Recuerdo haber llorado como si me hubiera pasado a mí mismo. Ya que también yo era el mayor de los hermanos. Y fue la primera vez que tuve noción y temor de perder a mis padres...
La conmovedora historia de Robert Eunson, un niño de 12 años, demuestra cómo escuchó atentamente las palabras de su madre moribunda y cumplió sus órdenes. Tras el fallecimiento de su padre, dejó a Robert (Robbie), el mayor de la familia, al cuidado de los niños menores. Según relata la historia, el joven Robert se negó a dejarse desviar por las sugerencias de los vecinos y colocó a los niños en hogares donde creía que debían estar.

Robert siempre estuvo pendiente de sus hermanos y hermanas, quienes, en su mayoría, se desarrollaron de maravilla. Todos se parecían mucho, y quienes los conocían reconocían algo conmovedor en su amor mutuo, pues solo tenían amor en común. A medida que cada uno crecía, adoptaba las características y absorbía los puntos de vista de los padres de acogida.
Annabelle se había convertido en una gran viuda con una casa en California y otra en Chicago. Gobernaba a sus hijos con mano de hierro. Elizabeth fue maestra de escuela, se casó, tuvo dos hijos y, tras la muerte de su esposo, se convirtió en madre de familia en una escuela para niñas.

Jane nunca se casó; daba clases de música y cantaba, y ella misma tenía una dulce voz de contralto. Claro que, debido a su corta edad, no recordaba el paseo vespertino en trineo por el hielo del río hasta su nuevo hogar cuando tenía dos años. Pero Jane y Robert siempre fueron muy unidos. De niño, Dale Eunson recordaba las visitas de su tía Jane a su casa en Neillsville. Un recuerdo entrañable era el de Jane sentada al piano cantando "In the Gloaming" y luego a punto de empezar "The Irish Washerwoman", y su padre saltaba de pie con un auténtico "Irish Jig" que hacía vibrar los muebles. (Estoy seguro de que solo nosotros, los mayores, recordamos esas canciones. (Dee Zimmerman (DZ)

James se convirtió en un abogado exitoso en Wisconsin, se casó y tuvo tres hijos. Él y su hermano Robert se escribían regularmente.
Kirk fue la única tragedia entre los seis hijos. La vida era demasiado dura para él y, como decía su hermano mayor, se dio a la bebida. Kirk murió misteriosamente con solo veintiséis años.
El propio Robert sintió que no necesitaba un hogar adoptivo a los 12 años, salvo lo que pudo encontrar en un campamento maderero. Se fue a trabajar al bosque y se convirtió en un hombre muy responsable.
Finalmente, Robert Eunson llegó al condado de Clark con su familia. Al principio, fue agricultor y vivió en lo que más tarde se conocería como la granja Schmidt, al sur de Neillsville. Después, se mudó a la granja Naedler, junto al arroyo Cunningham y junto a las carreteras 95/73.

Poco después, Eunson dejó la agricultura y se mudó a una pequeña casa en la cuadra 300, al sur de la calle Quinta, en Neillsville. La casa estaba al oeste de Goose Creek y al este de la casa de Claude Sturdevant. (Algunos residentes de larga data recuerdan que Goose Creek corría por encima del suelo, comenzando al este del parque Schuster y descendiendo hacia el noroeste a través de la ciudad. En los últimos años, el arroyo se ha desviado bajo tierra, discurriendo por un sistema de alcantarillas desde la calle Segunda Este hasta un corto tramo al oeste del puente de Grand Avenue, donde sus aguas desembocan en O'Neill Creek. DZ)

Eunson se convirtió en socio de Charles Crocker en un negocio de caballerizas ubicado en la esquina noroeste de Grand Avenue y Fifth Street. El edificio fue posteriormente ocupado por el negocio de implementos Stelloh. Tras el cierre del taller de implementos, el edificio fue demolido para construir una nueva tienda de alimentos IGA y ahora es el estacionamiento del negocio IGA de Bob y Caryl.

Dale Eunson, autor de "El día que regalaron los bebés", nació en Neillsville el 15 de agosto de 1904. Su madre falleció cuando él tenía 15 meses. En ese entonces, la familia de Robert Eunson no estaba preparada para cuidar al bebé. Se dispuso que el pequeño Dale se mudara a la casa de los Sturdevant. Los Sturdevant estuvieron encantados con la estancia del pequeño en su hogar desde el principio, deseosos de brindarle los cuidados que necesitaba.

De su propia infancia, Dale Eunson, mientras era editor de la revista Cosmopolitan, relató que algunos lo consideraban un niño mimado, pensando que pedía limosna a los compradores de Neillsville para comprar dulces. Pero no fue así, según la Sra. Sturdevant. Ella dijo que Dale era un niño muy encantador, de grandes ojos marrones y cabello castaño oscuro, y que todos le tenían cariño. Los habitantes de Neillsville que conocían la situación de la familia Eunson sentían compasión por el niño cuya madre había fallecido.

Expresaron su compasión de una manera que Dale pudo comprender y apreciar: comprándole dulces. Comer dulces en exceso a veces le causaba indigestión y dolores de estómago.
Así como los Sturdevant amaban al pequeño niño de su casa, él los amaba a ellos.
Aunque vivía en casa de los Sturdevant como miembro de la familia, Dale nunca faltó el interés ni la atención de su padre. Robert Eunson fue un gran hombre de familia, que infundía cariño a sus familiares. Se le recordaba por su amabilidad y fidelidad.

Quienes conocieron bien a Robert Eunson lo recordaban como una persona sumamente generosa, un hombre dispuesto a ayudar a los demás. Sin embargo, nunca malgastó dinero en sí mismo, siendo cuidadoso con sus gastos personales. Su generosidad impedía una acumulación considerable de fondos. Su filosofía parecía ser «usar el dinero en lugar de acumularlo».

En 1908, Eunson se dedicó a la política y fue elegido sheriff del condado de Clark. Dejó el negocio de alquiler de caballos y trasladó a su familia de la pequeña casa junto a Goose Creek a la residencia del sheriff en la cárcel del condado.

Además, Eunson se casó de nuevo. Su esposa fue Jesse Romaine, una antigua residente de Loyal, dueña de una sombrerería en la calle South Hewett. Con una mujer de nuevo en casa, Eunson recuperó a Dale en el seno familiar. Dale recordó y veneró a su madrastra en una de sus novelas. Tras la separación de los Sturdevant, la ausencia de Dale dejó un vacío en la vida de la pareja.

Al leer el cuento "El día que regalaron los bebés", la Sra. Sturdevant recordó que Robert Eunson se lo contaba repetidamente. El escritor Dale se apegó a los hechos tal como su padre se los había contado a él y a los Sturdevant.
Robert Eunson se contagió de la fiebre del oeste mientras servía como sheriff. Se dirigió a una finca en Montana unas semanas antes de que su mandato como sheriff terminara en 1910. Dale creció en Montana y a los 17 años se mudó con su familia a California. Eunson se casó dos veces y tuvo siete hijos. Tres de ellos murieron de pequeños. Allí, Robert Eunson falleció en 1937 o 1938.
Antes de que la familia se mudara a California, Dale, su padre y su madrastra regresaron al condado de Clark para visitar a los Sturdevant y a otros amigos.

Fue el gran interés de Dale Eunson por la música y su destreza con el piano lo que lo animó a matricularse en un curso de negocios. Los conocimientos adquiridos en el curso podrían permitirle aprender a conseguir el dinero suficiente para comprar el piano de cola de sus sueños, o eso creía. Encontró una oportunidad en el sector publicitario de la Metro Goldwyn Mayer y más tarde se convirtió en secretario privado del escritor Rupert Hughes. Hughes le dio a Eunson el impulso que lo impulsó a iniciarse en el mundo de la escritura. Mientras trabajaba para Hughes, Eunson escribió el cuento "Sun Dog", que se vendió a la revista Woman's Home Companion. Posteriormente, Dale Eunson se trasladó a Nueva York y se convirtió en secretario de Ray Long, editor de la revista Cosmopolitan. Tras la salida de Long del negocio, Eunson se convirtió en editor asociado, cargo que finalmente abandonó para dedicarse exclusivamente a la escritura.

La mayor parte de la obra de Dale Eunson se dedicó al relato corto. Sin embargo, escribió la novela "Homestead" y escribió "Arctic Adventure" para Peter Freuchaen. Además, fue coautor de tres obras de teatro: "Guest in the House", "Public Relations" y "Leo", esta última con su esposa Katherine Albert.
La obra de Eunson, "El día que regalaron bebés", fue la más aclamada. En 1947, iba por su tercera edición, editada por Farrar, Straus & Co. La historia tuvo un éxito rotundo cuando se publicó por primera vez en el Cosmopolitan, seguida de una versión radiofónica y posteriormente vendida a una productora cinematográfica.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Eunson regresó al Cosmopolitan como editor de ficción. Eunson se casó con Katherine Albert en 1931 y tuvieron una hija, Joan, a quien se dedicó "El día que regalaron los bebés". La familia Eunson regresó a Neillsville cuando Joan tenía tres años. Visitar la casa de los Sturdevant le trajo recuerdos a la Sra. Sturdevant. Fue un reencuentro feliz y un placer para ella ver a Dale de adulto. Ver a Joan, con sus grandes ojos y cabello castaños, se parecía mucho a la bebé que una vez tomó en sus brazos y la trajo a casa.
Un fin de semana de 1983 fue designado como “Días de Dale Eunson” en Neillsville, en honor al autor conocido a nivel nacional que volvió a visitar su ciudad natal.

El momento culminante de la celebración fue una jornada de puertas abiertas en el Museo de la Cárcel de la Sociedad Histórica del Condado de Clark. La unidad local de la Sociedad Histórica patrocinó la celebración y la jornada de puertas abiertas. Eunson autografió sus libros y conoció a gente de la zona.
Al compartir algunos de sus entrañables recuerdos de infancia, recordó y contó cómo viajaba en su trineo Flyer desde la puerta principal de la cárcel, deslizándose por la Quinta Calle, cubierta de nieve durante el invierno, atravesando las intersecciones de Hewett y Grand hasta llegar a Goose Creek. En aquellos tiempos de carruajes tirados por caballos, no había suficiente tráfico en las intersecciones como para causar problemas de seguridad.

Neillsville fue mencionado prominentemente en su novela, "Upon the Rim". Es la historia de las dificultades y experiencias de una familia que se mudó de Neillsville a su hogar en "Upon the Rim", cerca de Billings, Montana, en 1910.
De todos los escritos de Dale Eunson, una historia real que le contó su padre, Robert Eunson, inspiró una obra maestra: "El día que regalaron los bebés". Es una historia que nace del corazón: el corazón de un niño que, a los 12 años, se convirtió en hombre en un día, el día que entregó a sus hermanos y hermanas, una de las tareas más difíciles de su vida.
***

Esta película está basada en una historia de la vida real ambientada en Wisconsin. Robert y Mamie Eunson (Cameron Mitchell y Glynis Johns) son escoceses que acaban de llegar a Estados Unidos (el año es 1856), siendo invitados por el tío de Mamie. Llegan a un pequeño valle en Eureka, sólo para ser informados de que tanto su tío como su cabaña han sido incinerados en un incendio. Los Eunsons son ayudados por los amables locales para reconstruir la casa y Robert se dedica a cortar leña. Se debe hacer notar que Mamie está embarazada cuando llegan a Eureka; da a luz a Robbie poco después de que la cabaña haya sido reconstruida. Robert comienza una exitosa empresa de construcción de botes y Mamie da a luz a cinco hijos más: Jimmy, Kirk, Annabelle, Elizabeth y Jane. Los Eunsons está prosperando y son felices hasta que el pequeño Kirk es diagnosticado con difteria. Mamie y Kirk son puestos en cuarentena mientras Robert lleva a los otros hijos a otro lugar. El niño se recupera, pero el beso de despedida que le da a Dadda antes de partir resulta ser fatal, Eunson sucumbe.

Mamie se pone a trabajar para tener ingresos y Robbie se convierte en el hombre de la casa. Las cosas se estabilizan, pero por un breve período; cansada y acabada por el trabajo Mamie contrae fiebre tifoidea. Sabiendo que no sobrevivirá, le encarga a su hijo mayor que encuentre buenas casas para sus hermanos. Tras su muerte, Robbie hace exactamente lo pedido, despachando a sus hermanos y hermanas a casa de buenos pueblerinos. Esto lo realiza en la Noche Buena, sabiendo que la disposición de las personas es mejor en esta época.



jueves, 10 de julio de 2025

LOS GERIG, UN LEGADO DE GENERACIONES: EL JARILLO Y LA COLONIA TOVAR, PUEBLOS DE ORIGEN ALEMÁN

Los Gerig/Gerik, 
un legado de fortaleza alemana 
en Venezuela. ❤️

El apellido Gerig resuena con el eco de Alemania, trayendo consigo las historias de los primeros valientes que emprendieron la travesía desde Europa hacia Venezuela. Imagina el viaje, la incertidumbre, el dejarlo todo atrás. Llegaron a una tierra nueva, tropical, donde el clima y lo desconocido los desafiaron a cada paso.
Estos pioneros Gerig no solo sembraron cosechas; sembraron un legado de resiliencia. Con sudor y tenacidad, transformaron la adversidad en oportunidad, forjando un futuro en esta tierra bendita. El apellido Gerig es hoy un símbolo de esa inquebrantable voluntad de salir adelante.
¡Todos somos Gerig en espíritu, herederos de esa fuerza que construye el futuro!





El Jarillo y La Colonia Tovar: 
 Pueblos de origen alemán


El tema de la colonización agrícola alemana en la Colonia Tovar en el Edo. Aragua, Venezuela y sus efectos positivos para nuestro país me llevó a escribir el libro “La Colonia Tovar y su gente”, transcribiendo en sus páginas todo el respeto y el amor que tengo por esas personas humildes y trabajadoras que con esfuerzo continuado y con una unidad familiar admirable han hecho posible lo que es hoy la Colonia. 
El Jarillo, del Edo. Miranda, es también un pueblo de origen coloniero, ya que aún antes de que Gregorio y Emilio Breidenbach compraran en 1890 sus tierras a Altagracia de Tovar, estas habían sido cultivadas por familias colonieras pisatarias. Aquí, se han arraigado también esos valores humanos del amor por el trabajo, por la familia y por la religión que han logrado convertir a El Jarillo en un próspero y pujante pueblo agrícola. 
Por estas razones, insistí en que Félix Guillermo debía preparar el libro de “El Jarillo: Un pueblo de origen alemán” y dejar así constancia de su hermosa historia. En este libro él logró compendiar en forma admirable todos los aspectos importantes de su historia y de su geografía, impregnándolos de ese gran amor que siente por su pueblo y sus pobladores. Me siento verdaderamente honrado en prologar este hermoso libro que, como dice Félix Guillermo, es el mejor regalo que un hombre puede hacerle a su pueblo.
Leopoldo Jahn Montauban

Topo El Baúl
Letra y música: 
Vidal González (11-11-90)

En el Topo de El Baúl (bis)
dicen que de noche se oye
un repicar de tambor,
son los guerreros Arbacos
llamando a su reunión.

Cada quién dice su historia (bis)
de heroísmo y de valor
pues entregaron su vida,
antes de entregar su tierra,
su pueblo, al guerrero invasor.

Jarillero, jarillero,
tu tierra es tierra bendita
llena de historias y glorias
de penas y sacrificios
de un gran amor por el Sol,
de un gran amor por la Luna,
pero sobre todo de amor
por la libertad.

Esta noche es luna llena (bis)
suena más fuerte el tambor
pues dicen está llegando Terepaima,
el gran Cacique terror del invasor
pero él está muy arrecho (bis)
por lo de la situación
lo que le está sucediendo,
aquí, en su tierra querida,
al jarillero agricultor.

Jarillero, jarillero
defiende tu duraznero
lucha contra el invasor,
del fruto de tu trabajo
defiende tus petroglifos.

Historia maravillosa
de todos nuestros ancestros,
patrimonio tuyo y mío,
de un pueblo, que nunca murió.
Patrimonio tuyo y mío de un pueblo,
que somos tú y yo.

¿Sabías que la Colonia Tovar nació de una mentira? 😱 Descubre el épico viaje de 389 personas que, contra todo pronóstico, construyeron un legado.

Los Gerig, un legado de generaciones

viernes, 4 de julio de 2025

DOSSIER/DOCUMENTAL "UNA FAMILIA VASCA. LOS BAGLIETTO": EL CENTRO-DERECHA. OBJETIVO DE ETA 👥💥💀



EL CENTRO-DERECHA. 
OBJETIVO DE ETA

Algunas personas, no tantas como sería deseable, conocen algunos de los hechos relacionados con el asesinato de Ramón Baglietto Martínez, exconcejal de UCD en Azcoitia (Guipúzcoa), en el Alto de Azkárate, un 12 de mayo de 1980.

Así, por ejemplo, el hecho de que uno de sus dos asesinos, Cándido Azpiazu, había sido salvado por su víctima dieciocho años antes, cuando un camión arrolló a su madre y su hermano. E igualmente el que el victimario, después de cumplir doce años de prisión, de los cuarenta y nueve a que había sido condenado por la Justicia, abrió un negocio de cristalería en los bajos de la misma casa en que habitaba Pilar Elías, viuda de Ramón Baglietto, y en esos momentos concejala del PP en Azcoitia, una afrenta especialmente cruel.

Todas esas circunstancias serán abordadas en nuestro documental, pero la intención del mismo es mucho más ambiciosa: 
En primer lugar, queremos inscribir ese crimen en un contexto más amplio, el de la sistemática persecución que ETA llevó a cabo en el País Vasco contra los dos principales grupos que representaban a la derecha y al centro-derecha (Alianza Popular y Unión del Centro Democrático) durante los años de la Transición, al objeto de lograr, mediante el terror, que esas opciones políticas quedaran excluidas de las tres provincias vascas. Y para ello entrevistaríamos al periodista Gorka Angulo, autor del libro “La persecución de ETA a la derecha vasca”, y miembro del staff del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y al político Jaime Mayor Oreja, quien, como líder de UCD en el País Vasco en aquellos momentos, vivió de primera mano ese feroz acoso, que tuvo en el militante Luis Candendo, asesinado en Anzuola (Guipúzcoa) en 1978, a su primera víctima.

En segundo lugar, perseguimos aproximarnos a la familia vasca de los Baglietto a través de varias generaciones, con especial hincapié en Ramón y sus hermano Pedromari. Una familia, la que nos ocupa, en la que se da la paradoja de que encontremos incluso a un cabecilla etarra, Eugenio (Antxon) Etxebeste, primo de Ramón Baglietto. Y un crimen que se produjo en una zona especialmente hostil para los demócratas vascos (recordemos, por ejemplo, que en 1980 José María Piris, de solo trece años, había fallecido en Azcoitia a consecuencia de la bomba que ETA había colocado en los bajos del coche de un guardia civil, crimen sobre el que la banda “pediría perdón” cuatro décadas más tarde, y que en la misma localidad los terroristas asesinaron a José Tomás Larrañaga, íntimo amigo de Ramón Baglietto, en su tercer intento.


DOCUMENTAL "UNA FAMILIA VASCA. LOS BAGLIETTO, 
el centro derecha objetivo de ETA"


FUNDACIÓN MIGUEL ÁNGEL BLANCO