EL Rincón de Yanka: julio 2024

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domingo, 7 de julio de 2024

ERES HIJO DE LA CIVILIZACIÓN CRISTIANA 🕂

 

Eres hijo de la civilización cristiana
🕂
 
En cada pueblo y ciudad de Europa hay iglesias porque miles de tus ancestros se resguardaron en Cristo. 
Hasta el calendario empieza al nacer Él. 
No olvides esto, por más deconstruido y sin rumbo que te hayan dejado.



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sábado, 6 de julio de 2024

CONTRA LOS HISTORIADORES ANTIESPAÑOLES ENDOFÓBICOS SUBVENCIONADOS 👥


Contra los historiadores 
antiespañoles subvencionados
o historiadores autonomistas 
subvencionados.
 

Los pasos que hoy se están dando en España amenazan con dinamitar de forma acelerada al propio estado y a la nación española. Lo hemos dicho muchas veces el estado de derecho se está rompiendo porque el estado de hecho se está rompiendo. El principio de igualdad jurídica entre españoles se está rompiendo porque la soberanía nacional se está recortando en función de la lengua, del lugar de nacimiento, o del sentimiento, que es peor todavía. 
En efecto, a medida que profundizábamos en los defectos estructurales propios del régimen del 78 y, en los errores coyunturales propios de cada uno de nuestros  equipos de gobierno. Se han ido derivando funciones del estado para crear protoestados, "protoestaditos".

En otras palabras, se está desestructurando al Estado de referencia que es España para estructurar nuevos estados. Basta observar que todas las exigencias de los secesionistas, sobre todo de Cataluña y de país Vasco que están ya muy adelantados pues todas sus exigencias se refieren a cuestiones como fiscalidad, sistema educativo, control de la inmigración, con todo lo que eso comporta de cara a las fronteras, sistema sanitario, políticas lingüísticas, caja única de las pensiones, policía, Renfe, empresas, ejército, diplomacia con sedes en el extranjero y, por supuesto, plurinacionalidad y señas de identidad para reivindicar que son una nación singular y que tienen derecho a un estado propio, para ellos solitos. 

Tal acometida se está profundizando, entre otras razones, gracias a la apelación constante a una historia ficción escrita por ciertos historiadores subvencionados, una historia deliberadamente falseada, despreciada y a la postre esclavizada hasta extremos inauditos, por unas élites políticas que dicen actuar en nombre de sentimientos identitarios, verdad, y de clamores populares, es que el pueblo lo reclama, verdad, pero resulta que cuando uno se pone a analizar estas cuestiones, pues ve claramente que estas ideologías secesionistas eran prácticamente insignificantes hasta hace poco más de 10, 15 años y que si ahora tienen tanta fuerza es gracias a que se han administrado desde arriba, desde ciertas élites, hacia abajo. 

Lamentablemente son muchos los historiadores empeñados en recrear el pasado en función de los intereses particularistas de ciertas élites políticas y económicas, a estos historiadores los llamamos historiadores antiespañoles subvencionados. 
Las inútiles concesiones que a lo largo de los años se han ido poniendo en marcha para calmar la voracidad Insaciable de los nacionalismos fraccionarios, esperando ingenuamente que de este modo pues se podrían embridar sus ansias secesionistas; pues bien, todas estas inútiles concesiones no solo han resultado infructuosas sino que han agravado la situación, dado que el reivindicacionismo etnolingüístico pues ha generado un proceso de mímesis imparable que ahora se replica por otras regiones españolas, engendrando nuevos separatismos: el balear, el leonés, el valenciano, el andaluz, el asturiano, etcétera, esto es un sin parar... 

Los rasgos y la dimensión agravada de este proceso, así como las apelaciones constantes a la historia, pero claro, a una historia ficción, a una historia deformada ideológicamente. Pues bien, todo esto ha superado ya el límite de lo ridículo y hasta de lo grotesco para convertirse en una amenaza objetiva para España, como estamos, viendo todos en los últimos tiempos. No es ya un problema de los juristas ni de los constitucionalistas sino que es un problema del común de la ciudadanía española y, entre ellos, hoy el historiador, en tanto ciudadano, está obligado a redoblar su compromiso con toda la sociedad para denunciar que la razón política, la razón histórica y la razón filosófica están siendo gravemente agredidas, así que todos los historiadores de bien o patriotas; pues en pie, la realidad es más amarga aún cuando se advierte el sectarismo que que se ha instalado en las propias universidades españolas para acallar al disidente. 

Y esto no ocurre únicamente en los ámbitos académicos del país Vasco y de Cataluña porque resulta que las ideologías disolventes, particularistas e identitarias atraviesan todo el sistema educativo español, de arriba a abajo, en todos los niveles y en todos los territorios; vamos que estamos hechos un Cristo.

Permítanme ahora que les lea una cita del politólogo francés Alain Minc escribió: "que el suyo, es un país cuyos historiadores son sus reyes y que su auténtica riqueza, la auténtica riqueza de Francia consiste esencialmente en preservar nuestro estado-nación; evitar cualquier desmembramiento y salvaguardar su eficacia" -cerramos comillas-, y nosotros decimos que sí, que efectivamente ese es el objetivo de la política, la conservación de la sociedad política en su conjunto a lo largo del tiempo, tal y como la definió el filósofo español Gustavo Bueno.

Aquí muchos de nuestros historiadores orientan sus investigaciones hacia el proyecto de la Europa de los pueblos, como ya saben ustedes, y desde ahí, pues interpretan a España como una estructura artificial y opresora, una prisión de naciones puras y cristalinas, poseedoras de una cultura profunda y eterna o cuasi eterna que solo podrá expresarse plenamente cuando consigan un "estado propio".

España se encamina hacia la fragmentación, poniendo la soberanía al alcance de "CUALQUIER TRIBU", al alcance de "CUALQUIER TRIBU", repetimos, orientando a España hacia una era neofeudalizante donde las ideologías sentimentaloides y las pulsiones egoístas más primarias se imponen sobre el bien común de la nación y en provecho de los poderes particularistas, y todo esto se está haciendo en nombre del progreso. Por mucho que insistan tantos y tantos historiadores, autonomistas, antiespañoles, subvencionados. 
La labor del historiador no consiste en reconstruir psicológica e ideológicamente la historia con fines sectarios y propagandísticos, eso es propio de comisarios políticos. 
La herramienta del historiador debe ser la razón crítica, no la memoria. 
Debemos hacer todo lo posible para evitar que la fabulación sobre el pasado quiebre nuestro futuro como nación y, en ese sentido también, los historiadores deben alertar del riesgo extremo que corre España.

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El Cid, prototipo de hidalgo castellano, nunca fue tal, sinoun linaje catalán. Un linaje que pasaba de padres a hijos. O sea, el Cid no existió. Y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, tampoco era tal, sino un individuo llamado Ferran Ramon Folch de Cardona. En una delirante historiología, algunos pseudohistoriadores catalanes agrupados en el seno del Institut Nova Història (INH) han rebautizado la Guerra de Sucesión, que acabó con la caída de Barcelona el 11 de septiembre de 1714, como Guerra de Sumisión. ¡Ahí es nada! Mayor épica, imposible. Y mayor falsificación, tampoco.

Las últimas teorías son incluso más hilarantes. Ni los Monthy Pyton lo hubiesen hecho mejor: la reconquista no fue una cosa de Don Pelayo. Ni mucho menos. La reconquista fue llevada a cabo por nobles catalanes que habían ocupado “el territorio astur-leonés a cargo de fuerzas católicas procedentes de los territorios catalanes. Unas fuerzas dirigidas por unos señores feudales que aún tenían en la cabeza la división romana de la península Ibérica y que se impusieron la tarea de expandir sus feudos y su credo a toda la antigua demarcación de la Tarraconensis”.

Contra los historiadores antiespañoles subvencionados. V Encuentros Forjados. FORJA 262


CÓMO DIFUNDEN EL RELATO HISTÓRICO CATALANISTA


CONFERENCIA VIRTUAL REPENSAR ESPAÑA, CON FERNANDO PAZ

viernes, 5 de julio de 2024

LIBRO "LA PSIQUIATRÍA BAJO SOSPECHA": CORRUPCIÓN INSTITUCIONAL Y COLEGIAL, PERJUICIO SOCIAL Y RECETAS DE REFORMA 💰😵

 
LA PSIQUIATRÍA BAJO SOSPECHA
CORRUPCIÓN INSTITUCIONAL Y COLEGIAL, 
PERJUICIO SOCIAL Y RECETAS DE REFORMA

La Psiquiatría bajo Sospechas investiga cómo la influencia del dinero farmacéutico y los intereses gremiales han corrompido el comportamiento de la Asociación Americana de Psiquiatría y la psiquiatría académica durante los últimos treinta y cinco años. Este libro documenta cómo la institución psiquiátrica engañó regularmente al público estadounidense sobre lo que se sabía acerca de la biología de los trastornos mentales, la validez de los diagnósticos psiquiátricos y la seguridad y eficacia de sus fármacos. También examina cómo estas dos influencias corruptoras fomentaron la ampliación de los límites del diagnóstico y la creación de directrices sesgadas para la práctica clínica.

«Este libro presenta un análisis cuidadoso y reflexivo sobre las influencias institucionales y políticas en la manera en la que funciona la psiquiatría hoy en día, proporcionando una exploración erudita de un problema que tiene consecuencias para todos y todas. La apasionada crítica de Whitaker y Cosgrove nos proporciona los recursos para desarrollar soluciones y movilizar las voces a favor de una respuesta auténticamente liberadora a las cuestiones de salud mental».

– Ian Parker, catedrático de Gestión, Universidad de Leicester, Reino Unido.

«La Psiquiatría bajo Sospechas es una exposición reflexiva y bien documentada del actual encuadre de la salud y las enfermedades mentales, que utiliza la lente de la corrupción institucional para examinar la doble influencia de los vínculos financieros de la psiquiatría con la industria farmacéutica y el proteccionismo profesional. Se trata de una crítica profundamente humanista sobre cómo las pruebas científicas que respaldan los nuevos tratamientos con fármacos psiquiátricos pueden ser tan pobres y, sin embargo, tener crédito;. Una lectura obligada sobre la medicalización de la vida moderna».

– Barbara Mintzes, Facultad de Farmacia, Universidad de Sydney, Australia.

PRÓLOGO
 LAWRENCE LESSIG *

En 2010, el Centro de Ética Edmond J. Safra de Harvard inauguró un "laboratorio" para estudiar la "corrupción institucional". Nuestro objetivo no era conseguir que las almas malas hicieran cosas malas. En cambio, la corrupción que nos interesaba era más ordinaria o regular. Fue producto de un conjunto de influencias, dentro de economías de influencia, que debilitan la eficacia de la institución en particular, especialmente al debilitar la confianza pública.

Me atrajo esta concepción de la corrupción a través de mis propias reflexiones sobre la disfunción del Congreso. El Congreso no está lleno de criminales. Sin embargo, parece bastante claro que la institución ha permitido que la influencia del financiamiento de campañas debilite su efectividad y ciertamente debilite su confianza pública. Mi propio trabajo desarrolló el análisis del Congreso como un ejemplo de "corrupción institucional". De hecho, en mi opinión, el ejemplo fue paradigmático.

Pero al principio de la vida del laboratorio, la profesora Lisa Cosgrove describió una dinámica similar dentro del campo de la psiquiatría. Como lo explicó en presentaciones y en sus escritos, la psiquiatría también se había dejado afectar por una influencia que había corrompido su misión principal: ayudar a los pacientes. La dinámica de esa corrupción fue diferente a la dinámica en el Congreso. Pero, según ella creía, la historia podría entenderse en términos similares. El campo había sido vulnerable, describió, a la influencia comercial de las compañías farmacéuticas. Y la historia de esa influencia, argumentó, podría ser otro caso paradigmático de "corrupción institucional".

Este libro demuestra que ella tenía razón. En un relato increíblemente convincente y convincente, Lisa Cosgrove y Robert Whitaker muestran cómo y por qué la psiquiatría ha sido corrompida por la influencia de la industria farmacéutica. Y al hacerlo, bien podrían haber descrito un caso de corrupción institucional aún más claro que el del Congreso. Los actores de esta historia no son malvados, ni siquiera Si hay algunos, uno estaría tentado a utilizar ese término para describirlos. En cambio, están respondiendo a presiones comprensibles, aunque vulgares. Pero a través de un progreso lento, aunque pronunciado, el objetivo mismo del campo queda vinculado a una influencia que entra en conflicto con el propósito central de cualquier institución dentro de la medicina: ayudar al paciente. Y la consecuencia de ese conflicto es una práctica y una industria que consume el 6,3 por ciento de los costos de atención médica, con, excepto en los casos más extremos, muy pocos beneficios demostrables para el paciente.

Sin duda, este libro atraerá un escrutinio increíble. Y, de hecho, dados los intereses en juego, es seguro que será atacado, al igual que sus autores. Pero la experiencia académica y profesional de Cosgrove, combinada con el poderoso reportaje de investigación de Whitaker, proporciona un relato que asombrará al lector justo. Y cuando los argumentos que presentan sean aceptados, como lo serán, inducirán un cambio fundamental en la forma en que abordamos el problema. campo de la salud mental. Independientemente de si hubo o no una excusa para lo que se convirtieron en amplios sectores de la psiquiatría, ahora puede haber pocas excusas para dejarla intacta.

* Roy L. Furman, Profesor de Derecho y Liderazgo, Facultad de Derecho de Harvard; Director, Centro de Ética Edmond J. Safra, Universidad de Harvard.





jueves, 4 de julio de 2024

MI JURAMENTO ANTIMODERNISTA por SAN PIO X 🙋

El Papa San Pío X estableció el JURAMENTO ANTIMODERNISTA el 1 de septiembre de 1910 impuesto en el Motu proprio: “Sacrorum Antistitum”, con objeto de neutralizar la herejía modernista desenmascarada, definida y condenada en su encíclica “Pascendi”, que se había infiltrado en todos los estratos de la Iglesia (alto y bajo clero). Mandó que «todo el clero, los pastores, confesores, predicadores, superiores religiosos y profesores de filosofía y teología en seminarios» debían prestarlo. Este juramento, del yo fui testigo durante mi estancia en el seminario Conciliar de Madrid de múltiples de aquellos juramentos, se mantuvo vigente desde esa fecha hasta julio de 1967 cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe lo suprimió, durante el «pontificado» del Papa Montini, y decía así:
“Yo…abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado, principalmente los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de estos tiempos.
  • En primer lugar, profeso que Dios, principio y fin de todas las cosas puede ser conocido y por tanto también demostrado de una manera cierta por la luz de la razón, por medio de las cosas que han sido hechas, es decir por las obras visibles de la creación, como la causa por su efecto.
  • En segundo lugar, admito y reconozco los argumentos externos de la revelación, es decir los hechos divinos, entre los cuales, en primer lugar, los milagros y las profecías, como signos muy ciertos del origen divino de la religión cristiana. Y estos mismos argumentos, los tengo por perfectamente proporcionados a la inteligencia de todos los tiempos y de todos los hombres, incluso en el tiempo presente.
  • En tercer lugar, creo también con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de la palabra revelada, ha sido instituida de una manera próxima y directa por Cristo en persona, verdadero e histórico, durante su vida entre nosotros, y creo que esta Iglesia esta edificada sobre Pedro, jefe de la jerarquía y sobre sus sucesores hasta el fin de los tiempos.
  • En cuarto lugar, recibo sinceramente la doctrina de la fe que los Padres ortodoxos nos han transmitido de los Apóstoles, siempre con el mismo sentido y la misma interpretación. Por esto rechazo absolutamente la suposición herética de la evolución de los dogmas, según la cual estos dogmas cambiarían de sentido para recibir uno diferente del que les ha dado la Iglesia en un principio. Igualmente, repruebo todo error que consista en sustituir el depósito divino confiado a la esposa de Cristo y a su vigilante custodia, por una ficción filosófica o una creación de la conciencia humana, la cual, formada poco a poco por el esfuerzo de los hombres, sería susceptible en el futuro de un progreso indefinido.
  • Consecuentemente: mantengo con toda certeza y profeso sinceramente que la fe no es un sentido religioso ciego que surge de las profundidades tenebrosas del “subconsciente”, moralmente informado bajo la presión del corazón y el impulso de la voluntad, sino que un verdadero asentamiento de la inteligencia a la verdad adquirida extrínsecamente por la enseñanza recibida ex catedra, asentamiento por el cual creemos verdadero, a causa de la autoridad de Dios cuya veracidad es absoluta, todo lo que ha sido dicho, atestiguado y revelado por el Dios personal, nuestro creador y nuestro Maestro.
  • En fin, de manera general, profeso estar completamente indemne de este error de los modernistas, que pretenden no hay nada divino en la tradición sagrada, o lo que es mucho peor, que admiten lo que hay de divino en el sentido panteísta, de tal manera que no queda nada más que el hecho puro y simple de la historia, a saber: El hecho de que los hombres, por su trabajo, su habilidad, su talento continúa a través de las edades posteriores, la escuela inaugurada por Cristo y sus Apóstoles. Para concluir, sostengo con la mayor firmeza y sostendré hasta mi último suspiro, la fe de los Padres sobre el criterio cierto de la verdad que está, ha estado y estará siempre en el episcopado transmitido por la sucesión de los Apóstoles; no de tal manera que esto sea sostenido para que pueda parecer mejor adaptado al grado de cultura que conlleva la edad de cada uno, sino de tal manera que la verdad absoluta e inmutable, predicada desde los orígenes por los Apóstoles, no sea jamás ni creída ni entendida en otro.
  • Todas estas cosas me comprometo a observarlas fiel, sincera e íntegramente, a guardarlas inviolablemente y a no apartarme jamás de ellas sea enseñando, sea de cualquier manera, por mis palabras y mis escritos”.
Todos los sacerdotes a partir de 1910 lo juraron de esa manera al recibir las órdenes sagradas. Al traicionar este juramento queda manifiesto que son herejes y con su herejía pública son suspendidos ipso facto de todo oficio eclesiástico conforme al Canon 188.4, el cual fue tomado de la Bula Cum ex apostolatus de Pablo IV y San Pío V, como refieren las distintas ediciones del CIC 1917

El juramento antimodernista, por tanto, estaba vigente aquel 13 de octubre de 1962, aniversario del Milagro del Sol, en Fátima, y todos los asistentes y participantes del Concilio vaticano II lo habían jurado; sin embargo la Historia de la Iglesia y del Mundo fueron profundamente alteradas por un acontecimiento que parecía no tener importancia alguna, consistente en recusar los candidatos propuestos por la Curia Romana para el cargo se Secretarios de las Comisiones preparatorios del Concilio, eligiéndose, por contra, a muchos de los liberales que formaban parte de aquellos “innovadores” desacreditados por el Papa Pío XII, y que a renglón seguido rechazaron los esquemas preparatorios según la Tradición para el Concilio y le dirigieron sin agenda alguna escrita, dejando así el camino despejado para que los liberales redactasen documentos totalmente originales, acomodando la doctrina de la Iglesia a las nuevas ideas, en espacial a la filosofía y a la crítica bíblica moderna.

A partir de ahí, los progresistas proclamaron, con júbilo, que el Vaticano II sería una Revolución, el fin de una era y el inicio de otra, al convertirse en el año cero de la Iglesia “neocatólica”. ¿Y se equivocaron?

El Concilio se desarrolló como querían aquellos a los que anteriormente Pio XII había considerado inadecuados para transitar por las avenidas del catolicismo, y que ahora detentaban el control de la ciudad. Concluido éste, fue reconocido por todos los mismos Padres Conciliares: los “conservadores”, que no aceptaban que el Vaticano II representase una ruptura en la Tradición, o que contradijese doctrinas anteriores, y los progresistas, promotores y agitadores del Concilio, que cínicamente reconocían esa realidad. El modernismo estaba servido.

Y como si fuera el coronamiento de sus realizaciones, tanto el Juramento Antimodernista como el Índice de los Libros Prohibidos fueron discretamente suprimidos poco después de la clausura del Concilio.

Los conservadores y progresistas, no solo mal interpretaron el Concilio, sino que siguiendo el derrotero modernista pretendieron la tentativa de reconciliar a la Iglesia con los principios de la Revolución Francesa, y la aventura del movimiento ecuménico condenado por la encíclica “Mortalium Animos” de Pío XI afloró de tal manera que, poniendo la fe debajo del celemín no tratan de “convertir” sino de “convergir”, amparándose en el embrollo creado por el documento conciliar “Lumen Gentium”, al definir que la Iglesia de Cristo “subsiste” en la Iglesia católica. ¿Sorprendiendo el por qué consintieron que no se proclamara el documento de forma cristalina definiendo que la única y verdadera Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica?

Así mismo, se intentó una transformación general para llevar a cabo un aggiornamento de la Iglesia al mundo, para lo que fue necesario renovar todo sin excepción desde los obispos hasta los fieles, pasando por los clérigos y religiosos, poniéndose al día, al tiempo que se cambiaba la Liturgia, el Derecho Canónico, el Ritual de los Sacramentos, etc. La tempestad fue tan repentina como universal sus resultados. Llegando tal la conmoción que no se sabemos si se trataba de una reforma o de una deformación.

En cualquier caso, la realidad es que todos esperábamos una primavera con una aurora radiante de juventud. Pero el resultado del cambio ha sido una amarga decepción. La duda, la autocrítica y la inestabilidad se han establecido en todas partes, conduciendo a una autodemolición. Durante esos años cruciales, las naciones se han rebelado como nunca antes contra el Decálogo y contra Jesucristo. Ejemplo de ello lo tenemos nuestra patria por la aplicación la libertad religiosa, nacida del Vaticano II, por la que se nos privó, primeramente de la Confesionalidad Católica del Estado y consecuentemente de la Unidad Católica y a renglón seguido nos involucró en una Constitución atea. Es de destacar también, que las vocaciones disminuyeron peligrosamente, y los fieles han comenzado a abandonar las iglesias para afiliarse a las sectas más extrañas o a la religión del propio gusto, por la enseñanza subjetivista modernista. Los sacerdotes y los religiosos de ambos sexos han colgado sus hábitos con una frecuencia inusitada. Los obispos, custodios de la fe y de los tesoros de la Iglesia, en vez del Evangelio del Crucificado, están predicando una doctrina edulcorada sobre el amor fraterno, una misericordia que a todos salva; y algo muy importante, con un discurso social insulso, planteando propuestas por el diálogo interreligioso con cristianos y paganos se ha abandonado la firme enseñanza sobre el Reinado Social de Jesucristo, según la cual tanto los individuos como las naciones están obligados a someterse a Cristo y adaptase a su doctrina, ya que la paz del mundo, entérense de una vez por todas señores modernistas, es y será siempre la paz de Cristo y no el “dialogo” con los incrédulos.

Para entender mejor la actual crisis que existe y perdura en nuestros días. Hay que resaltar, en la Iglesia de hoy, que todo el mundo permanece callado y sin levantar la voz de alerta, para que no sepamos cuales son los puntos de referencia de nuestra fe y podamos discernir con seguridad lo verdadero de lo falso, y ello es debido, digámoslo claro, a que todos en la actual Iglesia, tanto los autodefinidos conservadores como los progresistas, están, olvidados muchos de ellos de su juramento, impregnados del modernismo.

En el “Avvenire” del 19 de marzo de 1999, en la página 17, el Cardenal Ruini trazó el perfil de Pablo VI, el Papa que cambio la Iglesia, y que previamente había dicho:
“Yo prometo No cambiar nada de la Tradición recibida, en nada de ella; tal como la he hallado guardada antes que yo, por mis predecesores gratos a Dios; no inmiscuirme, ni alterarla, ni permitirle innovación alguna.
Juro, al contrario, con afecto ardiente, como su estudiante y sucesor fiel de verdad, salvaguardar reverentemente el bien transmitido, con toda mi fuerza y máximo esfuerzo. Juro expurgar todo lo que está en contradicción con el orden canónico, si apareciere tal, y guardar los Sagrados Cánones y Decretos de nuestros Papas como si fueran la ordenanza divina del Cielo, porque estoy consciente de Ti, cuyo lugar tomo por la Gracia de Dios, cuyo Vicariato poseo con Tu sostén, sujeto a severísima rendición de cuentas ante Tu Divino Tribunal, acerca de todo lo que confesare.” Juro a Dios Todopoderoso y Jesucristo Salvador que mantendré todo lo que ha sido revelado por Cristo y Sus Sucesores y todo lo que los primeros concilios y mis predecesores han definido y declarado. Mantendré, sin sacrificio de la misma, la disciplina y el rito de la Iglesia.

Pondré fuera de la Iglesia a quienquiera que osare ir contra este juramento, ya sea algún otro, o yo. Si yo emprendiere actuar en cosa alguna de sentido contrario, o permitiere que así se ejecutare, Tú no serás misericordioso conmigo en el terrible Día de la Justicia Divina. En consecuencia, sin exclusión, sometemos a severísima excomunión a quienquiera —ya sea Nos, u otro— que osare emprender novedad alguna en contradicción con la constituida Tradición evangélica y la pureza de la Fe Ortodoxa y Religión Cristiana, o procurare cambiar cosa alguna con esfuerzos opuestos, o conviniere con aquellos que emprendieren tal blasfema aventura.».

Reflexionando sobre este juramento observamos primeramente, que es su ley y principal mandato guardar la Tradición y la doctrina de los papas predecesores.

En segundo lugar se presta atención a la necesidad de este juramento supone que los papas pueden fallar. Más aun, que pueden estar muy lejos de la fe católica o mediatizados por compromisos contrarios al bien de la Iglesia. Por eso, ahora lo comprendemos, en las letanías menores de Pascua de los antiguos misales se incluía esta rogativa:

“Que te dignes mantener en tu santa religión al Soberano Pontífice y a todas las órdenes de la jerarquía eclesiástica, te rogamos nos oigas.”(Misal completo para los fieles, Vicente Molina, S.J., Edit. Hispania S.A. Valencia, 1947) Sea dicho sin oponernos al dogma de que por delegación divina, en materia de fe y costumbres, se vuelven infalibles apoyados en la Tradición de los Apóstoles.

No debemos dejar en el tintero, que después del Vaticano II el Reinado Social de Jesucristo fue sustituido por algo llamado “la civilización del amor”. Una expresión forjada por el Papa Pablo VI para describir la utópica idea de que el “diálogo con el Mundo” llevaría a una fraternidad universal de religiones, que de ningún modo sería explícitamente cristiana. Este eslogan ha venido repitiéndose incesantemente como el ideal para servir de inspiración de la vida cultural, social, política y económica en nuestro tiempo, y sin embargo a puesto al descubierto el modernismo actual de conservadores y progresistas, quienes habiendo abandonado el Reinado Social de Jesucristo para buscar la paz del mundo, se ejercitan en encuentros interreligiosos de oración, como los de Asís y en otros atrios, presuntamente válidos para realizar aquella idea. No obstante, la mera contemplación de tales espectáculos sería suficiente para horrorizar al Papa Pío XI y a cualquiera de sus Predecesores. Mientras tanto, el Reinado Social de Cristo dentro de un orden social católico ha sido excluido, de facto, de la nueva orientación.

Sí, de hecho, se ha abandonado la firme enseñanza sobre el Reinado Social de Jesucristo, según la cual tanto los individuos como las naciones están obligados a someterse a Cristo y adaptase a su doctrina, ya que la paz del mundo, entérense de una vez por todas señores modernistas, es y será siempre la paz de Cristo y no el “dialogo” con los incrédulos.

El eslogan de “la civilización del amor” viene siendo repetido incesantemente. En su discurso para el Día Mundial de la Paz, Juan Pablo II describió la civilización del amor y de la paz como el ideal para servir de inspiración de la vida cultural, social, política y económica en nuestro tiempo.

“… Las diversas religiones también pueden y deben contribuir decisivamente a este proceso. Mis numerosos encuentros con representantes de otras religiones – recuerdo especialmente el de Asís en 1986 y el de la Plaza de San Pedro en 1999 – me han confirmado la esperanza de que la mutua apertura entre los seguidores de las diversas religiones puede contribuir muchísimo para la causa de la paz y para el bien común de la familia humana. Olvidándose de la Realeza Social de nuestro Señor Jesucristo.

Verdaderamente ese jubilo era extremadamente arrogante si se tiene en consideración que los Concilios de Trento y del Vaticano I, entre otros, son Concilios dogmáticos, cuya doctrina nunca se puede alterar, ignorar ni reinterpretar, en nombre de una “más alta inteligencia”.

Sin embargo, los modernistas – tal como lo advirtiera el Papa San Pío X – no aceptan nada como fijo o inmutable. Su más importante principio es “la evolución del dogma”. Defienden la idea de que la religión debe cambiar según cambian los tiempos. Algo que había predicho el Papa San Pío X con toda exactitud: la desidia de las autoridades había provocado el retorno del Modernismo con extrema virulencia.

La moderna afirmación, que hoy mantienen progresistas y conservadores de que los no católicos no necesitan convertirse, porque (de algún modo misterioso) ya son parte integrante de la Iglesia de Cristo, menosprecia la Doctrina perenne de la Iglesia sobre la necesidad que tienen los no católicos de abandonar sus errores y regresar a la única y verdadera Iglesia de Jesucristo, conforme lo han enseñado unánimemente los Papas anteriores al Concilio.

Es puro modernismo la pretensión de considerar “eclesiología obsoleta” la Doctrina perenne del Magisterio sobre el retorno de los disidentes (herejes y cismáticos) a la única Iglesia verdadera, como el único medio de alcanzar la unidad cristiana; y eso se debe a que esta pretensión contradice no sólo la Doctrina de la Iglesia sobre el retorno de los disidentes, sino también el dogma infalible de que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación.

Para aprovechar la ocasión, no sólo voy a incluir el juramento antimodernista, sino que voy a proclamarlo como bloguero católico, orgulloso de la fe de la Iglesia. Es más, invito a otros blogueros a que también lo hagan en sus blogs, para gloria de Dios, confusión del demonio, crecimiento de la Iglesia y bien de sus almas.
“Yo, Juan Carlos Vázquez Castro, abrazo y recibo firmemente todas y cada una de las verdades que la Iglesia por su magisterio, que no puede errar, ha definido, afirmado y declarado, principalmente los textos de doctrina que van directamente dirigidos contra los errores de estos tiempos.

En primer lugar, profeso que Dios, principio y fin de todas las cosas puede ser conocido y por tanto también demostrado de una manera cierta por la luz de la razón, por medio de las cosas que han sido hechas, es decir por las obras visibles de la creación, como la causa por su efecto.

En segundo lugar, admito y reconozco los argumentos externos de la revelación, es decir los hechos divinos, entre los cuales en primer lugar, los milagros y las profecías, como signos muy ciertos del origen divino de la religión cristiana. Y estos mismos argumentos, los tengo por perfectamente proporcionados a la inteligencia de todos los tiempos y de todos los hombres, incluso en el tiempo presente.

En tercer lugar, creo también con fe firme que la Iglesia, guardiana y maestra de la palabra revelada, ha sido instituida de una manera próxima y directa por Cristo en persona, verdadero e histórico, durante su vida entre nosotros, y creo que esta Iglesia esta edificada sobre Pedro, jefe de la jerarquía y sobre sus sucesores hasta el fin de los tiempos.

En cuarto lugar, recibo sinceramente la doctrina de la fe que los Padres ortodoxos nos han transmitido de los Apóstoles, siempre con el mismo sentido y la misma interpretación. Por esto rechazo absolutamente la suposición herética de la evolución de los dogmas, según la cual estos dogmas cambiarían de sentido para recibir uno diferente del que les ha dado la Iglesia en un principio. Igualmente, repruebo todo error que consista en sustituir el depósito divino confiado a la esposa de Cristo y a su vigilante custodia, por una ficción filosófica o una creación de la conciencia humana, la cual, formada poco a poco por el esfuerzo de los hombres, sería susceptible en el futuro de un progreso indefinido.

En quinto lugar: mantengo con toda certeza y profeso sinceramente que la fe no es un sentido religioso ciego que surge de las profundidades del subconsciente, bajo el impulso del corazón y el movimiento de la voluntad moralmente informada, sino que un verdadero asentimiento de la inteligencia a la verdad adquirida extrínsecamente, asentimiento por el cual creemos verdadero, a causa de la autoridad de Dios cuya veracidad es absoluta, todo lo que ha sido dicho, atestiguado y revelado por el Dios personal, nuestro creador y nuestro Señor. Más aún, con la debida reverencia, me someto y adhiero con todo mi corazón a las condenaciones, declaraciones y todas las prescripciones contenidas en la encíclica Pascendi y en el decreto Lamentabili, especialmente aquellas concernientes a lo que se conoce como la historia de los dogmas.

Rechazo asimismo el error de aquellos que dicen que la fe sostenida por la Iglesia contradice a la historia, y que los dogmas católicos, en el sentido en que ahora se entienden, son irreconciliables con una visión más realista de los orígenes de la religión cristiana.

Condeno y rechazo la opinión de aquellos que dicen que un cristiano bien educado asume una doble personalidad, la de un creyente y al mismo tiempo la de un historiador, como si fuera permisible para una historiador sostener cosas que contradigan la fe del creyente, o establecer premisas las cuales, provisto que no haya una negación directa de los dogmas, llevarían a la conclusión de que los dogmas son o bien falsos, o bien dudosos.

Repruebo también el método de juzgar e interpretar la Sagrada Escritura que, apartándose de la tradición de la Iglesia, la analogía de la fe, y las normas de la Sede Apostólica, abraza los errores de los racionalistas y licenciosamiente y sin prudencia abrazan la crítica textual como la única y suprema norma.

Rechazo también la opinión de aquellos que sostienen que un profesor enseñando o escribiendo acerca de una materia histórico-teológica debiera primero poner a un costado cualquier opinión preconcebida acerca del origen sobrenatural de la tradición católica o acerca de la promesa divina de preservar por siempre toda la verdad revelada; y de que deberían interpretar los escritos de cada uno de los Padres solamente por medio de principios científicos, excluyendo toda autoridad sagrada, y con la misma libertad de juicio que es común en la investigación de todos los documentos históricos ordinarios.

Declaro estar completamente opuesto al error de los modernistas que sostienen que no hay nada divino en la sagrada tradición; o, lo que es mucho peor, decir que la hay, pero en un sentido panteísta, con el resultado de que no quedaría nada más que este simple hecho—uno a ser puesto a la par con los hechos ordinarios de la historia, a saber, el hecho de que un grupo de hombres por su propia labor, capacidad y talento han continuado durante las edades subsecuentes una escuela comenzada por Cristo y sus apóstoles.

Prometo que he de sostener todos estos artículos fiel, entera y sinceramente, y que he de guardarlos inviolados, sin desviarme de ellos en la enseñanza o en ninguna otra manera de escrito o de palabra. Esto prometo, esto juro, así me ayude Dios, y estos santos Evangelios".

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miércoles, 3 de julio de 2024

PELÍCULA "ESTRELLAS EN LA TIERRA (Taare Zameen Par)": CADA NIÑO ES ÚNICO Y ESPECIAL ☆☆☆☆✨🌍

 

ESTRELLAS  EN  LA  TIERRA
CADA  NIÑO   ES   ESPECIAL

Hermosa película, sin duda tendría que ser vista por todo el mundo, especialmente padres y profesores, el mundo necesita altas dosis de empatía para seguir evolucionando.
"Taare Zameen Par" es una película de la India que narra la historia de un niño llamado Ishaan Awasthi quien tiene necesidades especiales debido a dislexia (dificultad especifica en el aprendizaje de la lectura y escritura de un niño que no presenta ningún otro déficit intelectual o sensorial, y que está sometido a un régimen de escolarización normal), lo cual le impide progresar en el colegio; y de Ram Nikumbh, su maestro.

Ishaan Awashi es un niño de 8 años cuyo mundo está plagado de maravillas que nadie más parece apreciar: colores, peces, perros y cometas, que simplemente no son importantes en la vida de los adultos, que parecen más interesados en cosas como los deberes, las notas o la limpieza. E Ishaan parece no poder hacer nada bien en clase. Cuando los problemas que ocasiona superan a sus padres, es internado en un colegio para que le disciplinen. Las cosas no mejoran en el nuevo colegio, donde Ishaan tiene además que aceptar estar lejos de sus padres. Hasta que un día, el nuevo profesor de arte, Ram Shankar Nikumbh, entra en escena y se interesa por el pequeño Ishaan.

¡ATENCIÓN PADRES CON NIÑOS 
QUE TIENEN DIFICULTADES DE LECTOESCRITURA!

Me ha llenado el corazón esta película. Me ha hecho volver a la infancia y recordar muchos momentos en los cuales, como el niño protagonista, mi cabeza estaba principalmente ida hacia fantasías, dibujos, juegos e imaginaciones, lo cual era visto por los demás como un problema, como una indisciplina, como un niño no apto para estudiar que había que dejar por imposible.

Entonces, cuando un pequeño (que por ser así no es tonto ni falto de inteligencia, sino simplemente necesitado de un ritmo distinto) siente como la familia, los maestros y los demás niños te recriminan, te miran raro, sin entender que todos los árboles no tienen el mismo ritmo de crecimiento ni de poda, entonces ese niño incomprendido, sufre mucho, se siente afuerado, se ensimisma, se hacia solitario, insociable, incluso puede hundirse y perecer.

La suerte del niño protagonista de esta preciosa y educativa película es que se cruza en su camino un maestro que nada más verlo, comprende qué es lo que le pasa, entiende su proceso y lo que está ocurriendo dentro de su ser. Este maestro resulta un bendito de Dios, un ángel de la guarda, un salvador, un valedor del débil, segregado e incomprendido ante el mundo y la gente que lo habita.

El director Aamir Khan demuestra con esta película que sabe filmar una historia real como la vida misma, tocando con mucha ternura los sentimientos y las contrariedades por las que cualquier marginado ha de pasar, removernos el alma y la fuente de las lágrimas, y además compaginarlo todo con canciones pegadizas al estilo del cine indio actual de Bollywood, e incluso ser un serio aspirante a suceder al magnífico e imperecedero director indio de "El mundo de Apu", Satyajit Ray.

Bellísima película, una desapercibida aguja de oro en un pajar de miles de filmes intrascendentes llenando las carteleras, la cual será encontrada o vista por muy pocos seres humanos. Yo por lo pronto he cumplido escribiendo de forma gratis y desinteresada sobre esta joya cinematográfica "made in India".

Por último les hago una llamada a los padres que tienen niños con dificultades de lectoescritura: ¡Vean esta película! Les será de mucha utilidad, les abrirá ventanas que quizás no conocían, de las que no se habían percatado o que no sabían que se podían abrir. Será una bendición para ustedes y para sus hijos.



¿Cómo papás, mamás, entrenadores, 
maestros, adultos, vecinos, podemos ver más allá?
¿Podemos ver más allá de las apariencias?
¿Podemos ver más allá de los prejuicios?
¿Podemos ver más allá de las etiquetas?
¿Podemos ver más allá de lo pre establecido?
¿Nacimos para volar o para arrastrarnos?


Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su mamá una nota.
Él le dijo a ella: "Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre".
Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando ella leyó en voz alta la carta que le trajo su hijo.
"Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted".
Entonces la madre se dedicó a enseñarle a Edison.
Muchos años después la madre de Edison falleció, y él fue uno de los más grandes inventores del siglo.

Un día él estaba mirando algunas cosas viejas de la familia. Repentinamente él vio un papel doblado en el marco de un dibujo en el escritorio.
Él lo tomó y lo abrió. En el papel estaba escrito:
"Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela".
Edison lloró horas, entonces él escribió en su diario: "Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo".

Qué impresionante la reacción de la mamá, ¿verdad?
En lugar de leer lo que realmente decía la carta, y habiendo podido hacer sentir menos a su hijo, le dió un giro completamente y ¡le inyectó seguridad y certeza a su hijo!
Le hizo creer que era un genio y se lo creyó tanto, que creció y murió siéndolo.
Es asombroso el poder que tienen los padres sobre los hijos.
ES MUY IMPORTANTE RECORDAR SIEMPRE EL PODER QUE TIENEN LAS PALABRAS…
Y como la mamá de Edison, no hay que dejar que las palabras nos afecten, si ya las escuchamos entonces hay que superar las expectativas de los demás y lo más importante…
¡No rendirse nunca!
Autor: desconocido

Taare Zameen Par - Estrellas en la Tierra

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