EL Rincón de Yanka: junio 2016

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jueves, 30 de junio de 2016

EL ARTE (VALOR) DE EDUCAR




Decálogo 
1- No es lo mismo procesar información que comprender información. 2-  La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa. 3-
El primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes. 
4- El aprendizaje más humano va ligado a la interacción con los semejantes. 5- El ser humano nace sin ser humano del todo, a través de la educación puede llegar a serlo. 6- Ensenar es siempre ensenar al que no sabe y quien no indaga, constata y deplora la ignorancia ajena no puede ser maestro, por mucho que sepa.7- Ser humano consiste en la vocación de compartir lo que ya sabemos entre todos, de ensenando a los recién llegados al grupo cuanto deben conocer para hacerse socialmente válidos.8- No es tanto la sociedad quien ha inventado la educación sino el afán de educar y e hacer convivir armónicamente maestros con discípulos durante el mayor tiempo posible… 9- Pero lo propio de la humanidad es la compleja combinación de amor y pedagogía. 10- A través del aprendizaje (no sólo sometiéndose a él sino también rebelándose contra él e innovando a partir de él) se fraguará su identidad personal irrepetible.

"En el doble sentido de la palabra «valor»: 
quiero decir que la educación es valiosa 
y válida, 
pero también que es un acto de coraje, 
un paso al frente de la valentía humana".


Síntesis de los capítulos

CAPÍTULO 1.- EL APRENDIZAJE HUMANO

Como Fernando Savater afirma, el ser “humano” es también un deber, la solidaridad es un rasgo propio de las personas”muy humanas”. Habrá pues quien ni siquiera intente ser humano o quien lo intente y no lo logre, junto a los que triunfen en ese noble empeño. Nacemos humanos pero no basta: tenemos también que llegar a serlo, y podemos fracasar en el intento o rechazar la ocasión misma de intentarlo. Graham Greene utiliza la palabra “humano” como una especie de ideal y no sencillamente como la denominación específica de una clase de mamíferos. Los demás seres vivos nacen ya siendo lo que definitivamente son, mientras que los humanos nacimos para la humanidad. Hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito. Llegar a ser humano del todo es siempre un arte. Todos los nacimientos humanos son en cierto modo prematuros: nacemos demasiado pequeños hasta para ser crías de mamíferos respetables. Desmond Morris, denomina la humano como “mono desnudo” es decir, mono inmaduro.

El primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.

CAPÍTULO 2.- LOS CONTENIDOS DE LA ENSEÑANZA

El aprendizaje a través de la comunicación con los semejantes y de la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos es proceso necesario para llegar a adquirirla plena estatura humana. Ni siquiera en todos los animales basta con la mera herencia biológica para conseguir un ejemplar cuajado de la especie. Quizá no resulte inevitable contraponer abruptamente el programa genético al aprendizaje social, lo que heredamos por la biología y lo que nos transmiten nuestros semejantes.

Lo primero que la educación transmite es que no somos únicos, y lo segundo es que no somos los iniciadores de nuestro linaje. El tiempo es nuestro invento más característico mas determinante y también mas intimidatorio. La panorámica temporal es el contrapeso de nuestra conciencia de la muerte inexorable que nos aísla aterradoramente entro los seres vivos. Por vía de la educación no nacemos al mundo sino al tiempo.

CAPÍTULO 3.- EL ECLIPSE DE LA FAMILIA

En la familia el niño aprende, o debería aprender aptitudes tan fundamentales como hablar, asearse, vestirse, obedecer a los mayores, etc. Todo ello conforma la socialización primaria. Después las escuela, los grupos de amigos, el lugar de trabajo, etc., llevan a cabo la socialización secundaria, en la que adquirirá conocimientos y competencias de alcance más especializado. En la familia las cosas se aprenden de un modo bastante distinto a como luego tiene lugar el aprendizaje escolar. Los niños felices, no son los niños mimados o súperprotegidos.

El protagonismo de la familia en la socialización primaria de los individuos atraviesa un indudable eclipse en la mayoría de los países, lo que constituye un serio problema para la escuela y los maestros.

CAPÍTULO 4.- LA DISCIPLINA DE LA LIBERTAD

Savater comienza este capítulo comentando un hecho que le sucedió a George Steiner, que afirma q ningún niño quiere aprender o por lo menos no quieren aprender aquello que le cuesta trabajo asimilar y que le quita el tiempo precioso que desea dedicar a sus juegos.

¿Es cierto que obligamos a los niños a estudiar por su propio bien?, los niños ven este hecho como una tiranía. En otro sentido la educación responde antes a los intereses de los educadores que a los de los educados. Para que la sociedad siga funcionando es necesario que aseguremos el reemplazo en todas aquellas tareas sin las cuales no podríamos subsistir. Si la educación implica cierta tiranía, es una tiranía de la que sólo pasando por la educación podremos en alguna medida más tarde librarnos.

Según Savater la educación es siempre un intento de rescatar al semejante de la fatalidad zoológica o de la limitación agobiante de la mera experiencia personal. El objetivo explícito de la enseñanza en la modernidad es conseguir individuos auténticamente libres, “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. La libertad no es la ausencia original de condicionamientos, sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje.


CAPÍTULO 5.- ¿HACIA UNA HUMANIDAD SIN HUMANIDADES?

Según afirma el catedrático, los planes de enseñanza general tienden a reforzar los conocimientos científicos o técnicos a los que se supone una utilidad práctica inmediata. Es mas seguro quedarse en la zona templada de la instrucción sobre los medios y en el sólido territorio del pragmatismo calculador, en el que la gran mayoría suele coincidir.

La separación entre cultura científica y cultura literaria es un fenómeno que no se inicia hasta finales del siglo pasando para luego consolidarse en el nuestro, por razones de abarcabilidad de saberes cada vez más técnicos y complejos.

Las facultades que el humanismo desarrolla son la capacidad crítica de análisis, la curiosidad, el sentido de razonamiento lógico, etc…

La principal cuestión no es el qué, sino el cómo enseñar. ¿Y qué decir de la filosofía, cuyos manuales de bachillerato ofrecen ristras de nombres agrupados en equipos opuestos que parecen a menudo la guía telefónica de grandes filósofos salvo que no figura ningún número.

Para despertar la curiosidad de los alumnos hay que estimularla con algún cebo, quizá anecdótico o aparentemente trivial. Lo principal es abrir el apetito cognoscitivo del alumno, pero sin agobiarlo.

CAPÍTULO 6.- EDUCAR ES UNIVERSALIZAR

La educación no es nada nuevo, los primeros grupos humanos de cazadores-recolectores educaban a sus hijos. Ese proceso de enseñanza nunca es una mera transmisión de conocimientos objetivos o destrezas y de un proyecto de sociedad. John Dewey señalo “los que recibieron educación son los que la dan; los hábitos ya engendrados tienen una profunda influencia en su proceder.

La sociedad prepara a sus nuevos miembros del modo que le parece más conveniente para su conservación, no para su destrucción. La educación es siempre en cierto sentido conservador, por la sencilla razón de que es una consecuencia del instinto de conservación.

Savater afirma que los aprendizajes humanos siempre se ven desbordados por lo que podríamos llamar el entusiasmo simbólico. Hegel dice que “el hombre no es lo que es y es lo que no es”. Hubert Hannoun dice que “la escuela no transmite exclusivamente la cultura dominante, sino más bien el conjunto de culturas en conflicto en el grupo del que nace”.




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miércoles, 29 de junio de 2016

LOS VALORES EN LA POLÍTICA Y EPICTETO: CRITERIOS MORALES


Los valores en la política


Algunos de nosotros hemos dedicado la vida a transmitir a las nuevas generaciones aquellas cualidades que tienen las personas o las cosas y que denominamos valores. Una educación en valores éticos, morales, religiosos… Siempre contemplando la parte positiva de las personas, especialmente de los servidores del pueblo, como servidores del bien común y provistos de generosidad en servir al progreso de los pueblos y al bienestar de las personas.

Entendíamos con Aristóteles que nuestros políticos trataban de gobernar o dirigir el Estado, las ciudades o las colectividades ayudando al progreso y bienestar de las personas. Pero, ¡oh desatino!, un día y otro también nos desayunamos con la miseria de la corrupción. E, ingenuamente, algunos nos preguntamos: ¿qué valores profesan estas personas? ¿Qué ética, moral, o lo que ustedes quieran, tienen? ¿Cómo se atreven a salir a la calle, por la televisión y aparecer como si nunca hubiesen roto un plato, a pedir nuestro voto? ¿Cuánto se han enriquecido con los recortes que he sufrido en mi salario, en mi pensión, en mi asistencia sanitaria, en mi educación…? ¿Si no se hubiesen llevado mi dinero a paraísos fiscales en beneficio propio? ¿Cuántos comedores sociales se habrían evitado porque, de no haberme retirado o disminuido mi corta paga, hubiese podido comer con dignidad en mi propia casa?
Y, ¿todavía pides mi voto? ¿Todavía sigues buscando un sillón en el Parlamento o en el Senado para dormitar dulcemente mientras te está cayendo un buen salario y sigues enriqueciéndote con lo que me pertenece?


"Una vida sin examen 
no merece ser vivida". 
Sócrates
La única vida que merece ser vivida es una buena vida. Una buena vida es la que distingue entre el bien y el mal. Al bien y al mal se llega mediante preguntas y razonamientos. Moralidad y conocimiento van de la mano. Una vida sin preguntas es una vida de ignorancia y sin moral. Una vida, pues, sin plantearse exámenes no merece ser vivida.
Un grupo de miembros del Foro de la Sociedad Civil integrados en un comité de trabajo para la regeneración ética y moral de España, preocupados por algunos fenómenos colectivos de nuestra sociedad, quieren dar a conocer sus reflexiones bajo el nombre de Epicteto, porque comparten con el estoico la necesidad del análisis racional frente a la meras opiniones y la defensa de la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace.

Pero ¿quién fue Epicteto? No se conocen muchos datos sobre su vida, pero sí se sabe que nació en la ciudad griega de Hierápolis (actualmente Pamukkale, en Turquía) en el año 50 d.C. Llevado de niño a Roma como esclavo, sabemos que, siendo Epicteto todavía esclavo, estudió filosofía con el estoico Gayo Musonius Rufus, y que, después de su emancipación, se convirtió en maestro de filosofía en Roma. Expulsado de Roma junto a otros filósofos por el emperador Domiciano a comienzos de la última década del siglo I, abrió una escuela de filosofía en la ciudad griega de Nicópolis, donde murió en el año 138.

Epicteto no dejó ninguna obra escrita, pero sus enseñanzas fueron recogidas por su discípulo Arriano de Nicomedia (actualmente Izmit, en Turquía) en dos libros. El más extenso y detallado lleva el título de Disertaciones, y un resumen de éste fue publicado con el nombre de Manual (Enquiridion).

Los dos libros se ocupan de filosofía práctica, es decir, de reflexiones y razonamientos para poder llevar una vida guiada por criterios morales. La base de la doctrina de Epicteto es una estricta separación entre las cosas que dependen de él y aquellas otras que caen fuera de su poder, como escribe en el capítulo I del Manual. Recuerda ahí que lo que depende de nosotros es por naturaleza libre y no está sometido a ningún impedimento, mientras que lo que no depende de nosotros es algo débil y esclavo.

Directamente relacionada con esta diferenciación básica está la práctica de la “prohaíresis”, término que podemos traducir por “elección” o “decisión”, con el que Epicteto denomina la actividad del entendimiento que decide qué acción hacer en una situación concreta por considerarla buena y conveniente. Se trata, por tanto, de la actividad intelectual que examina críticamente las “impresiones” del entendimiento procedentes de la percepción del mundo o generadas por el propio espíritu humano, y que permite emitir juicios de valor sobre las cosas. En esto precisamente consiste para Epicteto el “arte de vivir la vida de uno” (Disertaciones I, 15), en tener listo un argumento racional como “un arma reluciente lista para ser usada” en cada situación (Disertaciones I, 27). De lo que se trata en el razonamiento es de “establecer lo verdadero, suprimir lo falso, dejar en suspenso lo incierto”, de aceptar “lo que se sigue de lo que tú hayas propuesto correctamente”, de “saber cómo una cosa se sigue de otras y que, algunas veces, una consecuencia lo es de una premisa y, otras veces, de muchas a la vez” (Disertaciones I, 7). El razonamiento, por tanto, va más allá del mero “parecer”, de la mera opinión. No basta lo que a uno le parezca para que sea así, por lo que existe la necesidad de hallar un canon o modelo, “al igual que descubrimos la balanza para tratar con pesos y la regla para tratar con cosas rectas y curvadas” (Disertaciones II, 11). Pero lo más significativo en el planteamiento de Epicteto es la necesidad de coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace. Por eso denuncia como hipócritas a aquellos filósofos que no actuaban de acuerdo con sus propias enseñanzas (Disertaciones II, 19).

Para terminar esta breve presentación de la figura de Epicteto, se puede recordar que, aunque no ha sido recibido en la historia de forma continua, tampoco ha sido olvidado. Gozó de reconocimiento en su propio siglo y fue alabado por el emperador Marco Aurelio (161-180) en sus Meditaciones. En el siglo XVI, después de no haber sido conocido en la Edad Media, fue editado su Manual en varias ocasiones. Tuvo especial influencia sobre el profesor flamenco Justus Lipsius (1547-1606), que mantuvo un estrecho contacto intelectual con pensadores españoles de la época. Francisco de Quevedo tradujo el Manual con el título Epicteto y Focílides en español con consonantes (1635). El filósofo y matemático Blaise Pascal (1623-1662) valoraba a Epicteto como representante de una escuela de racionalismo filosófico. Al final del siglo XIX, Friedrich Nietzsche contaba a Epicteto entre los grandes moralistas y lamentaba que su obra fuera poco leída. También la filósofa alemana Hanna Arendt le dedica a Epitecto unas páginas en La vida del espíritu. El pensar, la voluntad y el juicio en la filosofía y en la política (1971). En la novela del estadounidense Tom Wolfe Todo un hombre (1998), la doctrina de Epicteto desempeña un papel importante para uno de sus personajes centrales (capítulos 17, 29).

Bajo su nombre, y sin que se deduzca de ello una identificación completa ni, mucho menos, un seguidismo de la Estoa, iniciamos la andadura de poner en negro sobre blanco nuestras reflexiones acerca de lo que nos sucede y nos rodea.


martes, 28 de junio de 2016

EL TESTAMENTO DE SU EXCELENCIA EL LIBERTADOR DE COLOMBIA GENERAL SIMÓN BOLÍVAR




«Amo a mi país, y creo que lo comprendo... Cuando Colombia era presa del despotismo español, arriesgué mi vida y mi fortuna por la victoria de la independencia. He ido aún más lejos.. He llevado el nombre de Colombia a las laderas del Chimborazo y de Pichincha... La dictadura que detento no tiene la omnipotencia de la tiranía que aborrezco; es el sacrificio que ofrezco al orden público...Este país pasará por todas las formas de gobierno hasta que nazca el día en que la raza anglosajona invada a Hispanoamérica de modo democrático y se forme una inmensa nación que un día conquistara el mar americano y traerá la riqueza y la civilización de Europa a este gran continente. El destino de América es profundo y sublime, pero antes que se cumpla, América experimentará todas las etapas de las naciones medievales.No he logrado otro bien que la independencia. Esa fue mi misión. Las naciones que he fundado, luego de prolongada y amarga agonía, sufrirán un eclipse, pero después surgirán como estado de una gran república: AMÉRICA.»  
Simón Bolívar, 1829 en el libro homónimo de Gergard Masur

Simón Bolívar nació rico, 
libertó América Latina y murió pobre! 
Chávez nació pobre, dividió a Venezuela 
sometiéndola a Cuba en alta traición, y murió rico.
El testamento de su excelencia 
El Libertador de Colombia 
General Simón Bolívar

En nombre de Dios todo Poderoso, Amén. Yo, Simón Bolívar, Libertador de la República de Colombia, natural de la ciudad de Caracas en el Departamento de Venezuela, hijo legitimo de los señores Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, difuntos, vecinos que fueron de dicha ciudad, hallándome gravemente enfermo, pero en mi entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, creyendo y confesando como firmemente creo y confieso el alto y soberano misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo tres personas distintas y un solo Dios verdadero: y en todos los demás misterios que cree, predica y enseña nuestra Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana, bajo cuya fe y creencia he vivido y protesto vivir hasta la muerte, como Católico fiel Cristiano, para estar prevenido cuando la mía me llegue con disposición testamental, bajo la invocación divina, hago, otorgo y ordeno mi Testamento en la forma siguiente:



1° Primeramente encomiendo mi Alma a Dios nuestro Señor que de la nada la crió, y el cuerpo a la tierra de que fue formado, dejando a disposición de mis albaceas el funeral y entierro, y el pago de las mandas que sean necesarias para obras pías, y estén prevenidas por el gobierno.



2° Declaro: fui casado legalmente con la Sra. Teresa Toro, difunta, en cuyo matrimonio no tuvimos hijo alguno.

3° Declaro: que cuando contrajimos matrimonio, mi referida esposa, no introdujo a él ningún dote, ni otros bienes, y yo introduje todo cuanto heredé de mis padres.

4° Declaro: que no poseo otros bienes más que las tierras y minas de Aroa, situadas en la provincia de Carabobo, y unas alhajas que constan en el inventario que debe hallarse entre mis papeles, las cuales existen en poder del Sr. Juan de Francisco Martín, vecino de Cartagena.

5° Declaro: que solamente soy deudor de cantidad de pesos a los señores Juan de Francisco Martín y Powles y Compañía, y prevengo a mis albaceas que estén y pasen por las cuentas que dichos Señores presenten y las satisfagan de mis bienes.

6° Es mi voluntad: que la medalla que me presentó el Congreso de Bolivia a nombre de aquel pueblo, se le devuelva como se lo ofrecí, en prueba del verdadero afecto, que aún en mis últimos momentos conservo a aquella República.

7° Es mi voluntad: que las dos obras que me regaló mi amigo el señor general Wilson, y que pertenecieron antes a la biblioteca de Napoleón tituladas "El Contrato Social" de Rousseau y "El Arte Militar" de Montecuculi, se entreguen a la Universidad de Caracas.

8° Es mi voluntad: que de mis bienes se le den a mi fiel mayordomo José Palacios la cantidad de ocho mil pesos, en remuneración a sus constantes servicios.

9° Ordeno: que los papeles que se hallan en poder del señor Pavageau, se quemen.

10° Es mi voluntad: que después de mi fallecimiento, mis restos sean depositados en la ciudad de Caracas, mi país natal.

11° Mando a mis albaceas que la espada que me regaló el Gran Mariscal de Ayacucho, se devuelva a su viuda para que la conserve, como una prueba del amor que siempre he profesado al expresado Gran Mariscal.

12° Mando a mis albaceas se den las gracias al señor general Roberto Wilson por el buen comportamiento de su hijo el Coronel Belford Wilson, que tan fielmente me ha acompañado hasta los últimos momentos de mi vida.

13° Para cumplir y pagar éste mi testamento y lo en él contenido, nombro por mis albaceas testamentarios, fideicomisarios, tenedores de bienes a los señores general Pedro Briceño Méndez, Juan de Francisco Martín, Dr. José Vargas, y el general Laurencio Silva, para que de mancomún et insolidum entre en ellos, los beneficien y vendan en almoneda o fuera de ella, aunque sea pasado el año fatal de albaceazgo pues yo les prorrogo el demás tiempo que necesiten, con libre, franca, y general administración.

14° Y cumplido y pagado este mi testamento y lo en el contenido instituyo y nombro por mis únicos y universales herederos en el remanente de todos mis bienes, deudas, derechos y acciones, futuras sucesiones en el que haya sucedido y suceder pudiere, a mis hermanas María Antonia y Juana Bolívar, y a los hijos de mi finado hermano Juan Vicente Bolívar, a saber, Juan, Felicia y Fernando Bolívar, con prevención de que mis bienes deberán dividirse en tres partes, las dos para mis dichas hermanas, y la otra parte para los referidos hijos de mi indicado hermano Juan Vicente, para que lo hayan, y disfruten con la bendición de Dios.

Yo revoco, anulo, y doy por de ningún valor ni efecto otros testamentos, codicilos, poderes y memorias que antes de este haya otorgado por escrito, de palabra o en otra forma para que no prueben ni hagan fe en juicio, ni fuera de él, salvo el presente que ahora otorgo como mi última y deliberada voluntad, o en aquella vía y forma que más halla lugar en derecho. En cuyo testimonio así lo otorgo en esta hacienda San Pedro Alejandrino de la comprensión de la ciudad de Santa Marta a diez de diciembre de mil ochocientos treinta.

Y S. E. el otorgante, a quien yo el infraescrito, Escribano Público del Número, certifico que conozco, y de que al parecer está en su entero y cabal juicio, memoria y entendimiento natural, así lo dijo, otorgó y firmó por ante mí en la casa de su habitación y en éste mi Registro Corriente de Contratos Públicos siendo testigos los señores general Mariano Montilla, general José María Carreño, coronel Belford Hinton Wilson, coronel José de la Cruz Paredes, coronel Joaquín de Mier, primer comandante Juan Glenn y el Dr. Manuel Pérez Recuero, presentes.

SIMÓN BOLÍVAR
Ante mí 
José Catalino Noguera, 
Escribano Público. 
Es copia.-Cepeda, Secretario. 
Es copia.-Cartagena, Enero 12 de 1831. 
El Secretario de la Prefectura. 
Juan B. Calcaño






























BOLÍVAR
Ernesto Luis Rodriguez



Raíz de pueblo. Semilla
que arborizó libertades.
Brazo de izar tempestades.
Mente de fúlgida arcilla.
El Chimborazo le brilla
de eternidad en la piel.
Llega en heroico tropel
al corazón de la historia.
No debe nada a la gloria:
¡la gloria es hecha por él!

Viril, gallardo, valiente,
hijo del sol y del rayo,
un relámpago a caballo
que va por el continente.
Del ventisquero la frente
resuena bajo su planta;
el tricolor de la manta
sabe de ignotos confines,
y en pedestal de clarines
la voz de siglos levanta.

Volcán de nervios. Mirada
que pone luz en el viento.
Llama de cálido acento
deja en el aire sembrada.
Vibrante cruza la espada
por llanos y cordilleras;
inspira audacias guerreras
a cinco pueblos hermanos,
y le florecen las manos
¡con un rosal de banderas!

Símbolo fiel, trayectoria
de libertad en el hombre,
con el fulgor de su nombre
relampaguea la historia.
Palpita bajo su gloria
de plenitud Venezuela,
nos ilumina la estela
del libro que se repasa;
vive en la luz de la casa
y en el amor a la escuela.






lunes, 27 de junio de 2016

SIEMPRE ESTÁS VINIENDO...

SIEMPRE

Siempre estás viniendo 
siempre que te vas 
siempre estás lejos 
siempre cerca estás

Siempre eres viento 
siempre en brisa vas 
siempre arde tu llama 
siempre luz nos das

Siempre eres joven 
siempre sin edad 
siempre estás hablando 
siempre vas actuar

Siempre eres Otro 
siempre eres igual 
siempre te buscamos 
siempre vas a estar

Siempre eres hermano 
siempre eres papá 
siempre con nosotros 
siempre eres mamá

Siempre eres sorpresa 
siempre a empezar 
siempre eres asombro 
siempre te escapas

Siempre es tu nombre 
siempre vas a amar 
siempre siempre siempre 
eres vida a dar.

Juan Damián




domingo, 26 de junio de 2016

CUERPO Y SANGRE. PESADILLA NARRATIVA DEL TEÓLOGO SIRO LÓPEZ

Pesadilla narrativa:
El teólogo Siro López, un sacerdote salesiano al que su postura crítica con la jerarquía eclesiástica le ha apartado del púlpito. Bajo el título Cuerpo y sangre, el libro muestra aspectos de en lo que él cree que se ha transformado la religión. Todos los cuadros siguen el esquema del cáliz y la sagrada forma, sólo que éstos aparecen representados por elementos tan dispares como el envase de un refresco o una calavera. 
Tengo la sensación de que los sacerdotes hemos hecho de la “Mesa compartida” lo que las empresas de hoy en día, han hecho con la fruta. Nos hemos servido del fruto de la vida para comercializarlo de forma etiquetada y perfectamente embalada.

Cuando llega a la boca de alguien un supuesto fruto, éste ya ha perdido todo su sabor. Por fuera tiene una imagen inmaculada, perfecta, recién salida del paraíso. Genéticamente se han eliminado sus semillas; siempre resultaron molestas y peligrosas. Apenas hemos dejado que los rayos del sol lleguen a la piel, no sea que madure unida al árbol y corra el peligro de desprenderse. Por si fuera poco, bautizamos continuamente los frutos con sulfatos para impedir la hospitalidad a otros mal queridos inquilinos, llámense gusanos o mariquitas.

No se duda en introducir la fruta en congeladores a bajas temperaturas, para que una vez lleno el depósito se pase a clasificarlo por peso y tamaño. Son desechadas las que creativamente han desarrollado otras formas y colores que no se corresponden con el canon establecido.

En cambio, aquellas que han superado la prueba son impregnadas de brillo y sello. Una vez encajonadas, son bellamente precintadas con precio de salida. ¡Están preparadas para alimentar al pueblo! Sin embargo…, añoro los días de mi infancia en los que, junto a mis amigos, podía saborear la fruta madurada en el árbol. Si nuestras iglesias se vacían, no acusemos a nuestros fieles de cambiar de dieta; más bien, preguntémonos… qué hemos hecho del Dios de la vida.

Tras ver y contemplar una exposición en el “Museo Nacional de Arte Reina Sofía” (Madrid), con la mente hurgada por preguntas sin respuestas, me vino al corazón una imagen: un cáliz y el símbolo de la arroba (@). En principio ni sabía el porqué ni quise conceder importancia al asunto. Al cabo de dos días, acudieron a mí más imágenes que coincidían en una misma cosa: todas abordaban el tema de la eucaristía. Ya no me podía resistir. Me puse a trabajar… fascinado por la fuerza de lo simbólico. Durante varios meses estuve consagrado a la elaboración de los bocetos, fotos y diseños. Mis preguntas -más que expresadas- estaban siendo azuzadas y exprimidas por imágenes.

Me preguntaba si cuanto tenía ante mí era un conglomerado de símbolos, un tratado de teología sacramental o una campaña publicitaria. Comencé a contrastarlo con diferentes personas: amigos, jóvenes, teólogos… Todos coincidían en sentirse sorprendidos e interpelados. Algunas imágenes se abrían paso, lograban adentrarse, intimar, demandar, transgredir, profundizar… No obstante, otras permanecían ocultas.

Surgió entonces la idea de buscar diferentes personas que escribiesen un texto a cada imagen. No se trataba tanto de comentar cuanto de escribir a partir de la imagen. Las condiciones: máxima libertad y no más de una página por extensión. Para muchos de los autores, curiosamente, las dificultades mayores surgieron con la segunda cláusula; arrastrados, habrían querido escribir todo un artículo a partir -a raíz- de la imagen. El dato quizá termine por remitir a un segundo proyecto.

Las imágenes junto con los textos pretenden ser un material de reflexión, de meditación, de renovación, de desecho, de crítica, de frescura…

Siempre me he sentido interrogado, preocupado e interpelado por cuanto me rodea y configura la celebración de la eucaristía. Las iglesias se vacían y seguimos sin reaccionar. Hemos pervertido -con precio y normas- lo que no es otra cosa que amor compartido. ¿Qué nos sucede para que algo tan vivo lo anunciemos como muerto? ¿Cómo podemos afirmar que la eucaristía es el acto central de nuestra vida cristiana, sin que suceda nada que lo confirme? Hemos consentido y allanado el paso a roedores que -con el formulismo, la jerarquía y jerarquización, la exclusividad y el tedio…- han cercado la viña de la nueva vida. De ese modo, la carcoma de la rutina ha prostituido lo más sagrado.
Necesitamos abrir las ventanas para que entre un aire fresco, respirar de nuevo el Ruah que nos inspire, ser comunidad en comunión, escuchar la palabra profética con una fe renovada, buscar al hermano hambriento para compartir el pan y dar gracias a Dios sin descanso. ¡No es poco! Necesitamos…
Necesitamos encontrar alguien a quien amar,
Alguien con quien compartir,
Alguien con quien cenar,
Alguien con quien celebrar.

Necesitamos celebrar 
para sentirnos vivos,
para amar, 
para creer, 
para crear.

Necesidad tenemos,
Dios, 
te necesitamos.

Siro López
Gracias por creer en los sueños,
en las utopías,
en la belleza,
en la locura de un Dios que se hizo niño.
GRACIAS.

De corazón a corazón.



sábado, 25 de junio de 2016

FORJADORES DE LIBERTADES PARA VENEZUELA

FORJADORES DE LIBERTADES
Carlos Blondell Tineo: 

“Vi al Hugo Chávez cobarde, 

derrumbado y llorando”
Forjador de Libertades, ese es el lema de nuestro ejército venezolano, un lema que le fue otorgado por su papel de herederos del legado de los Libertadores. Pero hoy por hoy, es justo preguntarse si estos soldados le hacen honor a la frase que es su estandarte, y si de verdad son dignos herederos de la sangre derramada por aquellos soldados que con valentía dieron todo por la libertad de nuestra nación y de las naciones hermanas a las cuales ayudaron a independizar.

Forjadores de Libertades es un ibro de la transcripción de varias entrevistas realizadas en Tenerife, lugar de residencia de Carlos Blondell Tineo, un ex capitán del Ejército Venezolano. Como testigo directo y actor principal en los hechos del 11, 12 y 13 de abril de 2002 y posteriormente en los pronunciamientos militares de Altamira, su testimonio arroja luz sobre ambos acontecimientos. También es una buena explicación de las tristes circunstancias que ha atravesado tan alegre país en los últimos años y, sobre todo, en la actualidad. Su condición de exiliado no le ha permitido contar su experiencia hasta ahora, ya que su única ocupación desde que saliera hacia Uruguay en el año 2004, en calidad de asilado político, ha sido trabajar para sobrevivir y, como dicen en su país, echar pa' delante.

Ahora que cuenta con la estabilidad necesaria ha decidido sentarse a narrar como le cambió la vida la simple orden, dictada por sus superiores, de custodiar al difunto Hugo Chávez Frías en los días mencionados, después de que este firmase la renuncia al cargo de Presidente de la República que él mismo rebautizó como bolivariana —en referencia a su primer Forjador de Libertades— presionado por un alto mando militar que desobedeció sus órdenes fraticidas pero que, según el ex capitán Blondell, luego no supo gestionar la transición del país por la necesaria vía democrática. Es destacable que su testimonio se apoya en fotos, recortes de periódico y distintos documentos jurídicos.


Carlos Blondell Tineo fue uno de los militares que custodió al expresidente de Venezuela Hugo Chávez en el golpe de Estado que se produjo del 11 al 13 de abril de 2002, cuando “renunció públicamente a la presidencia”. El capitán de las Fuerzas Armadas tuvo que abandonar el país yha rehecho su vida en Tenerife. Ahora cuenta en un libro, Forjadores de libertades, su experiencia en aquel instante decisivo para “arrojar luz” sobre un acontecimiento que pudo cambiar el rumbo del país, escrito por el periodista canario Daniel Bozzetto y que se presentará el lunes en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna. Por aquellas fechas, Venezuela era una olla a presión. El país vivía una profunda crisis económica y social. En plena huelga general, el 11 de abril, una marcha ciudadana se dirige al palacio presidencial de Miraflores y acaba en graves disturbios. El entonces presidente Chávez “renunció al poder la madrugada del 11 de abril y el nuevo mando militar me designó a mí y a cuatro capitanes más para custodiarlo”, recuerda Blondell, quien señala que “la misión era proteger su vida para llevarlo a Cuba”. Aunque recuerda que “había otros militares que querían que se quedara en Venezuela para juzgarlo”.

Así, Blondell permaneció junto al líder de la autoproclamada Revolución Bolivariana en esas horas decisivas, de la que dio cuenta también en el libro "Yo lo vi llorar", otro de los militares que lo custodiaban, Otto Gebauer, escrito por el historiador venezolano Agustín Blanco. Durante el tiempo que estuvo retenido, vio “al Hugo Chávez cobarde, derrumbado y llorando”. Una imagen que contrasta con el otro Chávez, “autoritario, arrogante, malo, que cuando regresó al poder persiguió a medio mundo”. “Era un resentido social”, sentencia.

El golpe de Estado, en el que se autoproclamó presidente el dirigente de la patronal, Carmona Estanga, fracasó y Chávez retomó el poder. Entonces comenzó el calvario de Blondell, porque junto con Gebauer se negaron “a que compraran” su “silencio”. “A Otto y a mí nos mandó a buscar para que diéramos una rueda de prensa a favor de él y no aceptamos”. Entonces fue detenido, torturado (“me arrancaron las uñas”) y tuvo que permanecer escondido cerca de un año hasta que Uruguay le reconoce el asilo político.

Para Blondell, Chávez protagonizó “un autogolpe al estilo de Fujimori en el Perú para saber quién estaba con él y quién no”. Pero “todo se le viene abajo cuando el alto mando militar y los políticos le quitan el piso, se ve solo y renuncia”. Y se produce “un vacío de poder”, que también sorprende a los opositores, que estaban “en el Palacio de Miraflores peleando la tarta”, relata.
Criticado por no aprovechar la ocasión para matar al exdirigente.Blondell también ha tenido que soportar la incomprensión de quienes le echan en cara no haber matado a Chávez durante esos tres días. Esta circunstancia, confiesa, le ha hecho replegarse sobre sí mismo y convertirse en “un lobo solitario”. “Yo no soy un asesino. Me prepararon para defender la soberanía del Estado, combatí cuatro años la guerrilla colombiana, contra la delincuencia organizada y otra organizaciones terroristas. Esos eran mis enemigos”, explicó.






NOS MIRAN Y NOS VEN Y SÓLO LOS NIÑOS LOS VEN COMO SIRO LÓPEZ




Nos miran
No son pocas las personas que se sienten molestas al encontrarse con un trabajo artístico de contenido social. Consideran que el arte nunca puede ser un medio sino un fin en sí mismo. Se me ha reprochado, en más de una ocasión, carecer de libertad de creación, estar dominado por una ideología que mediatiza mi trabajo estético. El arte se convierte así en un panfleto mediático ya sea político, social o religioso.

Son reflexiones que siempre me han ayudado a interiorizar lo que vivo y siento… a confirmar con mayor ímpetu, si cabe, la necesidad de expresar aquello que me remueve por dentro, a gritar desde el silencio la belleza maltratada.

Al desempolvar la incidencia de algunos cuadros en la historia del arte, uno se encuentra con que lo formal es cimentado por el contenido. Si tomamos como ejemplo una de las obras más emblemáticas del siglo XX nos encontramos con el Guernica que, a su vez, es la obra más representativa de este artista tan demoledor: Picasso. No es casualidad. El arte se convierte así en profético en un mundo desangrado de Belleza.

Me considero libre al pintar aquello que nadie desearía tener colgado en la pared de su salón o dormitorio. Libre al no ser canalizado por los cánones de compra-venta de las galerías de arte. Libre de ser sincero en el sentir. Pero reconozco que es una libertad acompañada de torpezas, de interrogantes, de cansancios. Todavía me falta mucho por aprender, por crecer, por escuchar, por pintar. Este catálogo no es más que un primer apunte de lo que me espera por descubrir. Ese es el placer de la vida, deshacerse para integrarse en aquello que te rodea. Dar imagen a lo que uno siente es desnudarse de dentro a fuera, salir de sí. Cuando pinto doy a luz lo engendrado en mis entrañas y es entonces, cuando deja de ser yo lo nacido en mí.

El primer cuadro del catálogo, Viendo Jugar (pág. 8), es mi primer dibujo nacido de las entrañas. Lo realicé en un folio a lápiz mientras atendía el teléfono de una residencia de estudiantes. En un primer momento quería medir mis posibilidades expresivas y mis recursos en la técnica del dibujo. Al finalizar comprobé desconcertado la intensidad del rostro, de la mirada… y su fragilidad en la ejecución: con un simple papel y un simple lápiz.

A partir de este dibujo, me nació la necesidad de iniciar una exposición ramificada en tres etapas: infancia, mujer y ancianos. Nacemos, somos y recogemos.

Como podéis comprobar en este catálogo me encuentro en las dos primeras etapas aún no terminadas. En cuanto a los ancianos estoy elaborando ideas, bocetos, reflexionando, escuchando y sintiendo experiencias. Hay realidades que necesitan un largo proceso de síntesis. Me seduce abordar temas como el silencio, el tiempo, la enfermedad, la muerte, la soledad, la vida vivida con intensidad, la sabiduría,… en definitiva, realidades que se adentran en el mundo ilimitado de las personas.
Desobedeciendo las indicaciones del tradicional profesor de pintura, a la hora de comenzar a pintar un cuadro, siempre empiezo por los ojos. Hasta que no tengo coloreada totalmente la mirada no continúo con el resto del cuadro. Necesito mantener una comunicación directa desde el primer momento, de tal modo que durante todo el tiempo que me lleva pintar el cuadro establezco una íntima mirada con la imagen. Son esos rostros los que me hablan, los que me miran, los que me interpelan. Como artista no hago otra cosa que compartir las miradas de seducción que me han ido alentando, inspirando, amando. Me he encontrado con miradas que gozan, que lloran, que iluminan, que se apagan, que buscan, que llaman, que miran, que nos miran.
No recuerdo el día en que me decidí a pintar en material de desecho, pero sí el hechizo de la belleza de los objetos y materiales que me han ido conquistado y que para otros dejaron de tener valor o utilidad. Objetos recogidos en contenedores, cunetas de carreteras, estercoleros, desvanes, edificios demolidos, papeleras,… Toda una labor arqueológica de apropiarse de lo que para muchos es despreciable, para luego ennoblecerlo gracias al arte. Resucitar lo condenado. Pervertir la idolatría del consumo voraz. Cada objeto adueñado tiene su historia, su momento, su encuentro. Ello me ha condicionado poderosamente a decidirme por el motivo a pintar en dicho objeto. Cada material está íntimamente ligado a la imagen que contiene. Es un abrazo de máxima intimidad entre la forma y el soporte.
Al mismo tiempo, los materiales suelen estar en procesos de descomposición que, con el paso del tiempo, hacen que los colores se alteren proporcionando texturas, formas y densidades de las que el propio material carecía. La misma naturaleza es siempre creadora en su proceso de reciclado.
Contemplar dichos procesos allí donde voy, me maravilla: la transformación de la madera a la intemperie, la belleza de la oxidación, el descascarillado de las pinturas, el agrietado de las paredes, las geometrías de los cristales rotos… la lista sería interminable. ¡Cuánta belleza se silencia ante nuestros ojos!

Espero estar posibilitando un espacio para la contemplación. Desearía que mi trabajo fuese un agradecimiento a la Belleza y una denuncia de aquello que vulnera la dignidad de la persona.