EL Rincón de Yanka: febrero 2023

inicio














martes, 28 de febrero de 2023

MARÍA EUGENIA, LA SIN HOGAR DE LA PLACITA. ¿LOCA YO?

MARÍA EUGENIA, 
LA SIN HOGAR DE LA PLACITA. 
¿LOCA YO?


¡Hola a todos! Mi nombre es Gumersindo Pedroza, venezolano de este domicilio con número de cédula tal, tal, y cual, caraqueño asimilado, en este momento marzo de 2021, por circunstancias que yo no he pedido debido a la pandemia que azota a la humanidad, estoy viviendo en la Av. Miguel Ángel de Bello Monte, en Caracas. Soy una persona entradita en años, y como muchos de nuestros habitantes de este sector, tengo la costumbre de caminar por el vecindario, para asolearme un poco, y estirar las piernas; esto es un decir de manera coloquial, porque mis piernas flacas siguen todavía del mismo tamaño.

Esta mañana estaba cumpliendo con mi rutina diaria; siempre hago una parada en la plaza Oberón, llamada popularmente "Los Chorritos". Estaba muy acomodado en una de sus bancas de concreto observando la circulación de los vehículos, el color fresco y verdoso que emanaba de los
árboles, su frondosidad corpulenta. Contemplaba a las personas que iban y venían, sabiendo que yo también era observado por ellas. A pesar del bullicio que genera una calle transitada como esta, el día era tranquilo y muy bonito.

No me di cuenta cuando una señora, sorpresivamente ocupaba la banca vecina; ella me miró de frente y me obserquió una sonrisa tierna e inocente, volteó a mirar a otro lado con disimulo, quizás para no propiciar conversación conmigo. De repente, la miré y pude vislumbrar parte de su humanidad, sin duda, que era una señora realenga de la calle, su apariencia la delataba. Me llamó poderosamente la atención de que en su mano derecha, cargaba un pequeño libro amarillento y deteriorado, tenía un dedo metido dentro de sus páginas, haciendo como de marcador, para no perderse la página que estaba leyendo.

La curiosidad se avivó en mi mente inquisitiva por ese hecho en particular. Traté de abordarla con mucho tacto y delicadeza, tomando en cuenta el personaje que tenía frente a mí. Ella levantó la vista perdida hacia la nada, y yo aproveché el momento que me dio esa oportunidad, libre de juicios, le pregunté respetuosamente con con decisión, ¿Señora, disculpe, ¿qué está leyendo? Ella levantó la vista con desenfado, pero al instante reaccionó sin sacar el dedo de dentro del libro y me contestó: ¡Ah, sí! es un librito que me encontré en aquel basurero que está allá, en aquella esquina, -y volteándose lentamente para señalarmelo con su mano desocupada-.

- ¿Y de qué se trata, señora?, y discúlpeme la indiscresión. - Me entusiasmé apreguntarle sin reservas y con mucho interés.
- No se preocupe señor, me dijo ella, su pregunta no me incomoda, lo que sí me incomoda.... es que nadie me pregunte nada. - Y usted, ¿cómo se llama? interrogó ella con plena libertad. Yo le contesté muy tranquilo y con seguridad, ¡me llamo Gurmersindo!
- ¡Ah, qué bien! continuó ella, ¡mucho gusto! y agregó: - Este es un librito de historia de Venezuela, -lo levantó y me lo enseñó, y pude ver su portada en colores amarillentos-.
- Pero apenas he leído algunas líneas, aclaró, pero ud. sabe... se trata de aquellos sucesos que ocurrieron en 1830, cuando se disolvió la Gran Colombia, un sueño del Libertad no cumplido. - Cruzó las piernas con delicadeza femenina, como una dama de la alta sociedad, arrimó su mochila deshilachada con sumo cuidado y mucho celo hacia su cuerpo, como protegiéndola, tomó aire, oxigenó sus pulmones, y continuó diciendo: bueno, las locuras históricas de Santander y Páez. - Se sonrió una vez más con ganas enseñando su escasa denturadura, pero, que con su sonriza franca y sincera, hacían olvidar su carencia dental.

Yo no podía dar crédito, a lo que estaba escuchando sobre esos sucesos de nuestra historia, como los conocemos a través de los libros escritos por insignes conocedores de esos episodios de nuestra patria, y ella los relataba de una manera pulcra y con conocimiento didáctico. Las palabras, su verbo fluído, su léxico, su elocuencia, la manera encendida de discernimiento y por supuesto, digo yo... ella no pudo haber leído todo lo que me dijo en aquellas escasas líneas de ese viejo libro que cargaba en sus manos, en tan poco tiempo.

Mi asombro era tal, que yo trataba de escudriñas a través de sus harapos, y en su cara que se dejaba ver, y me preguntaba con asombro, ¿quién será esta señora?, - ¿y cómo es su nombre, señora? me atreví a preguntarle, ella se hizo la desentendida, miró a los lados como buscando una respuesta pronta y la soltó:

- ¡Yo me llamo María Eugenia!, respondió con vigor y seguridad. Una sonrisa inocente se escapó de sus labios, me miró fíjamente mientras se recogía el cabello color ceniza y se peinaba con sus dedos, las greñas que se le escapaban de su cabellera para unirlos y fijarlos finalmente con una peineta metálica verdosa brillante con forma de mariposa.

Después de una larga pausa, le pregunté más animado: 
- ¿Dónde vive usted, mi señora? Ella me respondió sin reservas: 
- cerca de Parque Central.
- ¿Parque Central? le pregunté sin miramientos, pero, eso está muy lejos de aquí, le comenté.
- Sí, estoy por aquí porque vine a ver una hija mía que está muy enferma, - me contestó con un dejo de tristeza. Ella tiene cuarenta y dos años, y supe que está muy mal, pero esa gente no me permite verla, porque dicen que yo estoy loca, ¿loca yo? - y se toca repetidamente con la mano abierta su pecho, y exclamaba con énfasis, ¡y qué loca!

Bueno, esa "gente" como ella decía, tendrá sus razones, para calificarla así, yo no conozco esa historia, pero en las condiciones que ella se muestra ante la gente común y corriente, no son las mejores, y por eso levanta dudas de un comportamiento someramente de lucidez mental. Hubo un ínterin de silencio mezclado en el ambiente, que propició una apertura elocuente, tomando hacia la nada dijo con un largo suspiro:

- Yo trabajé por muchos años en la administración pública como correctora, estudié letras hasta el cuarto semestre en la UCV (Universidad Central de Venezuela), - me contó entre otras cosas, temas variados de educación superior, que yo no dudé de su certidumbre, ya que todo lo que me contaba, lo decía con una base intelectual convincente, sin lugar a dudas.

Muchas veces tuve la tentación de preguntarle el por qué había caído en esa situación de abandono, pero no lo hice por no herir susceptibilidades.
Hubo una ligera pausa que ella aprovechó para decirme que, en la cafetería de enfrente, más temprano, tres jóvenes le brindaron una empanadilla y un jugo, cosa que tampoco puse en duda, porque después de que alguien escuche la manera tan locuaz y culta de expresarse, ¿quién le puede negar algo para comer?

- Yo voy por la vida en mi Señor, Dios, continuó, y por eso, a mi, ¡todo me sale bien! - ¿Bien?, me pregunté a mi mismo, ¿Cuántas personas como ella, anda vagando por el mundo, como seres amorfos, transparentes, cargados con sus propios sueños, como el sueño de María Eugenia de que estaba muy bien...

Una garúa sorpresiva se presentó en el ambiente saludando con su frescura, pero rápidamente se convirtió en una lluvia pertinaz, la gente se iba protegiendo de la lluvia en los locales comerciales. Volteé a todos lados y María Eugenia había desaparecido, ya no estaba, se disolvió en la nada. ¡Se hizo invisible!

Escrito en Caracas en el mes de marzo de 2021
Miguel Ángel Abreu (Apolo)


"Cuando los pueblos crecen y llegan a la edad de la razón, sus mandatarios dejan de ser fuentes causales para convertirse en el propio efecto de la voluntad colectiva". José Manuel Díaz Márquez "Joselo".

Perolito Y Escarlata

VER+:


lunes, 27 de febrero de 2023

LA REVOLUCIÓN ES GRANDE Y GENEROSA: TE PROMETEN EL CIELO Y TE LLEVAN AL INFIERNO

La revolución es grande y generosa
DR

- La revolución nos enseñó a leer y escribir y después nos dijo lo que podíamos escribir y lo que estaba prohibido leer, creando de esta forma el peor tipo de analfabeto que existe, el que cree que lo sabe todo y no necesita escuchar a nadie.

- La revolución convirtió los cuarteles en escuelas y el país en un cuartel.

- La revolución llevó la electricidad a los lugares más apartados y después trajo los apagones a todos los lugares.

- La revolución terminó con los burdeles de barrio y convirtió al país en un burdel.

- La revolución nos dió un sistema de salud gratis para que podamos atendernos las enfermedades que ella nos causa con su stress constante, pésima higiene y mala alimentación crónica; si protestas te romperán la cabeza pero los puntos de sutura serán gratis.

- La revolución nos asegura un trabajo digno con un salario que nos garantiza una vida indigna.

- La revolución eliminó la explotación del hombre por el hombre y estableció la explotación de el hombre por el estado.

- La revolución eliminó la burguesía y estableció la monarquía.

- La revolución cambió los muertos en las calles por los muertos en el mar (de 4 que se lanzan al mar desde el 59-60 hasta hoy, solo 1 llegó vivo)

- Dividió los panes y desapareció los peces.

- Nos enseñó que la libertad no se mendiga mientras nos vestía como limosneros.

- Convirtió chivatos en héroes. [ y todavía y siguen decepcionando algunos (ex)amigos].

- Nos dijo que la familia no era importante, que el que se fuera de Cuba jamás volvería a ver su cielo; no los queremos, no los necesitamos; hoy nos dice que el imperialismo quiere separar a la familia cubana. También para mí ese Imperio es bochornoso en su política internacional como esa Doctrina Monroe.

- La revolución prohibió a Camilo Sesto, los Beatles, Roberto Carlos, Julio Iglesias etc; hoy nos dice que el arte es el arte y la política es la política y no se deben mezclar. Pregúntenmelo a mí (Francisco Cépedes).

- La revolución fusiló un héroe de Cuba por narcotráfico sin pruebas; hoy son los mejores amigos de Maduro y Evo.

- La revolución creó el hombre nuevo, un ser con los defectos más antiguos al que es más fácil escuchar
le una grosería que un saludo.

- La revolución eliminó los reyes magos y los cambio por los comandantes reyes.

- La revolución nos prometió que los frutos del sistema serían para nuestros hijos; ya muchos van por los bisnietos y siguen esperando los frutos.

- La revolución formó un ejército al que llamó "" El pueblo uniformado"" y que está integrado por hombres y mujeres que se ponen un uniforme y se olvidan de el pueblo.

En fin, la revolución tiene más posiciones que el Kamasutra y sus principios son mas moldeables que la plastilina, nos prometió un sueño y nos regaló una pesadilla de la que ni siquiera nos deja despertar.

(Comentario de un usuario en YouTube 
con añadidos de Francisco Cépedes)


LA REVOLUCIÓN TE PROMETE EL CIELO 
Y TE LLEVA AL INFIERNO

domingo, 26 de febrero de 2023

LIBRO "LA FRAGILIDAD de la LIBERTAD" por FRANCISCO JOSÉ CONTRERAS 🗽


LA FRAGILIDAD
DE LA 
LIBERTAD

FRANCISCO JOSÉ CONTRERAS

Este libro reflexiona sobre la pulsión autodestructiva de la sociedad más libre y próspera de la Historia. Occidente interpreta su pasado como una larga noche de machismo, clasismo y superstición. Se cree en deuda con otras civilizaciones, y por tanto sin derecho a afirmarse frente a ellas (por ejemplo, defendiéndose de la inmigración). Ha dimitido de la reproducción, y se encuentra al borde de un abismo demográfico de difícil salida. Y ha propiciado la fragilización de la célula social que servía para transmitir la vida: el matrimonio de hombre y mujer.
La fragilidad de la libertad se ocupa de cuestiones como: la alarmante situación demográfica de España; la importancia del matrimonio, y cómo la sociedad ya no entiende su sentido; la maternidad subrogada; el aborto; el matrimonio gay; el transhumanismo… 
La sección histórica aborda asuntos como el ethos de la era victoriana y su disolución en la contracultura de los 60; la degeneración relativista-libertaria del liberalismo; la relación de amor-odio entre fascismo y comunismo. Los capítulos religiosos analizan la intolerancia creciente hacia los cristianos y la indiferencia occidental frente a la persecución de los cristianos de Oriente.


INTRODUCCIÓN

No ocultaré que este libro es una recopilación de trabajos independientes. Los recorre, sin embargo, una inspiración de fondo que sirve de hilo conductor: la preocupación por los crecientes síntomas de debili­dad y autodestrucción discernibles en la civilización liberal-democrática del Occidente moderno, a la que tengo por la mejor de la historia. Todavía somos un oasis de bienestar, libertad y seguridad en el que mi­llones de inmigrantes sueñan con establecerse. Pero hemos olvidado hasta qué punto son frágiles esas conquistas. Hemos convertido la libertad en un absoluto, descuidando las condiciones que la hacen posi­ble y le confieren sentido. Un absoluto autodestructivo e insostenible a medio plazo.

La nuestra es una sociedad de "huérfanos voluntarios" que reniega de sus raíces y caricaturiza su pro­pia historia, representándola como una larga noche de machismo, racismo, superstición y represión1. Una sociedad estéril que ha abdicado de la reproducción y será castigada con un invierno demográfico de­solador. Una sociedad de familias volátiles, en la que cada vez menos niños se crian con su padre y su ma­dre. En la que un Estado hipertrofiado lo regula todo, asumiendo funciones que antes cumplían las fami­lias y supliendo imperfectamente las carencias de una sociedad civil en regresión. Una época que, mien­tras proclama la tolerancia como único imperativo, impone una grotesca dictadura de lo políticamente correcto que uniformiza las conciencias y anatemiza comoodiador -homófobo, xenófobo, racista- a quien defienda la familia natural o advierta sobre el fracaso del multiculturalismo. Una sociedad en la que, mientras el Estado ejerce un cuasi-monopolio sobre servicios -como la sanidad o la educación- que podría resolver el mercado, se someten a compraventa, o están a punto de hacerlo, bienes que deberían perma­necer extra commercium, como la procreación y la gestación. Una época en la que la biotecnología hará pronto posible la manipulación del genoma humano y, por tanto, el fin de la humanidad tal como la co­nocemos. En la que el vientre materno ya no es seguro y la etapa intrauterina se ha convertido en la más peligrosa de la existencia (uno de cada cinco embarazos termina en aborto).

El primer bloque temático está dedicado a lo más básico: cómo el Occidente contemporáneo ha descui­dado la transmisión de la vida, poniendo así en peligro la conservación social. La de la vida individual, con la aceptación general del aborto, cuestión tratada en el capítulo 7, en el que resumo los que me pare­cen mejores argumentos sobre el derecho a la vida del no nacido. Y la de la vida colectiva: el capítulo 1 ex­pone la inquietante situación demográfica de España y las razones por las que políticos, opinadores y sociólogos evitan mirarla de frente. El 2 sitúa la crisis demográfica española en un contexto europeo y mun­dial, y se pregunta si cabe sensatamente esperar una repetición del baby boom de 1945-70.

La transmisión de la vida requiere una determinada organización de las relaciones humanas: de ahí que el siguiente bloque temático esté dedicado a la familia. El 3 ("Una teoría sexual del matrimonio") exa­mina el proceso de desinstitucionalización de la noción de matrimonio: lo que siempre fue entendido como una "forma social" objetiva e indisponible que estructuraba las relaciones hombre-mujer en fun­ción de las necesidades de los hijos y de la comunidad pasa ahora a ser visto como la mera certificación de una relación emocional entre dos (¿o más?) adultos, que tendrá las condiciones y la duración que deseen éstos. El 4 ("La Manif Pour Tous, una revolución conservadora") pone la lupa sobre el sorprendente fenó­meno de La Manif Pour Tous francesa, que ha sido capaz de movilizar a cientos de miles de personas en defensa de la familia y de la maternidad natural, en lo que ha sido interpretado por muchos como un Mayo del 68 al revés. El 5 ("Matrimonio gay y transhumanismo") analiza más en profundidad lascuestiones antropológicas que están enjuego en el debate francés sobre la familia y la naturaleza humana. La ex­tensión del matrimonio a las parejas del mismo sexo tiene una relevancia conceptual que va más allá del reducido porcentaje de parejas directamente concernidas. Por otra parte, al "derecho al matrimonio" le si­gue inevitablemente el "derecho a la paternidad", que obliga a la liberalización de técnicas de reproduc­ción artificial como la inseminación artificial y la maternidad subrogada, para que puedan tener hijos los gays y lesbianas. Y eso no es sino el primer paso de un proceso posible de alteración biotecnológica de la condición humana, que podría continuar con el "bebé a la carta", la clonación o el human enhancement mediante la manipulación del genoma. Es la vertiginosa perspectiva del "transhumanismo", que ya es ob­jeto de debate abierto -y de cuantiosas inversiones- en laboratorios, universidades y empresas de Silicon Valley, y que podría llevarnos a un mundo con dos o más "humanidades", como en la época en que coexis­tieron -parece que no muy pacíficamente- Neanderthales y Cromañones2. El capítulo 6 ("Contra la gesta­ción subrogada") expone mis argumentos contra esta práctica que cosifica a la mujer, mercantiliza la reproducción y priva al niño del amor de una madre.

El siguiente bloque temático nos lleva a la historia de las ideas, y más concretamente al análisis de la gran distancia que media entre el liberalismo clásico y su degeneración libertaria actual. El capítulo 8 ("Virtud y libertad: De la Inglaterra victoriana a la revolución familiar") examina cómo el liberalismo se desarrollóen el siglo XIX en un contexto socio-cultural caracterizado por el respeto (al menos nominal, y a menudo también efectivo) de ciertas virtudes. Se estimaba que la libertad era indisociable de la digni­dad: tenía que ser merecida y utilizada responsablemente. La libertad no era concebida como arbitrio de indiferencia, sino como libertad para la excelencia. La revolución cultural de los años 60-70 cortó esa vinculación, arrojando al basurero histórico la noción de virtud y desdeñando cualquier faro moral que no sea el "ser fiel a sí mismo". Las consecuencias sociales han sido muy negativas, especialmente para los más pobres.

El capítulo 9 es el más extenso, y propone una teoría del liberalismo conservador. Mi tesis es que el libe­ralismo clásico presentaba muchos elementos de continuidad con la philosophia perennís aristotélico-to­mista y la concepción clásica del mundo. Pero ese liberalismo conservador está actualmente en peligro de extinción, desplazado por un "libertarianismo" postmoderno caracterizado por el relativismo moral y el ultraindividualismo adanista. Expongo las vetas conservadoras discernibles en el pensamiento de clási­cos del liberalismo como Locke, Adam Smith o Hayek (sí, el autor de "Por qué no soy conservador"). Sos­tengo que la visión del mundo de los Padres Fundadores norteamericanos -y, más genéricamente, lo que podríamos llamar el ADN histórico de EE.UU. -fue liberal-conservadora. Analizo las ideas del llamado "li­beralismo perfeccionista".E introduzco finalmente la hipótesis de que el paso del liberalismo clásico al libertarianismo sea consecuencia inevitable de la transición de una cosmovisión teísta a otra ateo­ materialista.

Los capítulos 10, 11 y 12 tratan sobre "Cristianismo y espacio público". Pues la aparente tolerancia postmoderna excluye de hecho a los conservadores, y muy particularmente a los cristianos, que son apartados del debate público -cuando no llevados a los tribunales por "homofobia" o "discurso de odio"­ con el pseudoargumento de que "no deben intentar imponer sus creencias a los demás". La cristianofobia encuentra una confirmación miserable en la indiferencia general al genocidio de los cristianos de Oriente, cuestión a la que dedico el capítulo 10. El 11 ("Hostilidad anticristiana en España") analiza los obstáculos y riesgos que afronta cualquiera que pretenda defender sin autocensuras la moral cristiana en la España actual. Y el 12 ("El derecho a ser laico") disecciona la "imputación falaz de confesionalidad" como trampa dialéctica que permite a los laicistas silenciar a loscreyentes.

Los capítulos 13 y 14, finalmente, tratan temas históricos. En el centenario de la Revolución soviética, aprovecho el comentario de un libro de Vladimir Tismaneanu para exponer una interpretación personal sobre el origen, éxito y caída -desgraciadamente no total ni irreversible- del comunismo. Y libros recien­tes de Hermann Tertsch y Pío Moa me sirven de punto de partida para hincar el diente al melón del fran­quismo. Haber regalado a la izquierda el monopolio de la interpretación del periodo 1931-1975 es, en mi opinión, una de las principales causas del complejo de inferioridad moral y abdicación ideológica de la derecha española.

He llegado a una edad en la que la tentación del escepticismo y la sospecha de la futilidad del combate intelectual empiezan a ser muy poderosas. El móvil principal para seguir escribiendo es no defraudar a amigos que todavía esperan algo de uno. Así que dejo aquí testimonio público de gratitud a las personas de las que partieron los encargos o sugerencias que dieron pie a algunos de los trabajos de este libro: Elio Gallego, Ignacio lbáñez, Alejandro Macarrón, Mario Noya, Gonzalo Fernández de la Mora, Ignacio Ar­suaga, Gádor Joya, Antonio José Sánchez. Tuve el honor de que Carlos Rodríguez Braun leyera y comen­tase el capítulo sobre Hayek. El artículo sobre la gestación subrogada surgió de un debate con Juan Ra­món Rallo y Santiago Navajas en la prensa digital: les agradezco a ambos la disposición al diálogo. Pepe Quique Rosendo, triste y prematurnmente desaparecido, publicó en Stella Maris el volumen colectivo ¿De­mocracia sin religión?, que incluía el trabajo "Hostilidad anticristiana en España"; también me pidió el co­mentario sobre "El diablo enla Historia", punto de partida del capítulo sobre el comunismo.
Los amigos del grupo Baco, exigentes jueces, leyeron y mejoraron con sus sugerencias varios de estos trabajos. Y el interés común por la época victoriana (capítulo 8) es una gozosa ocasión de complicidad con mi hija Clara.
Sevilla, 12 de Noviembre de 2017
__________________________

1 (Traduciré a) español todas las citas de obras extranjeras) "Aceptando con complacencia caricaturas parciales de nuestra historia, esta falsa Europa sufre la hipoteca de un insuperable prejuicio contra el pasado. Sus partidarios son huérfanos por elección y pretenden que ser huérfano, no tener hogares un noble logro. De este modo, la falsa Europa se felicita a si misma como la precursora de una comunidad universal que no es ni universal ni comunidad" (VV.AA. Una Europa en la que podamos creer: Declaración de París", Octubre 2017)
2 Dado que, presumiblemente, solo una minoría accedería al principio a los caros procedimientos biotecnológicos que permitirían el "mejora­miento" (capacidades multiplicadas, juventud alargada...) de ellos mismos o de su progenie. La especie quedaría así dividida entre los nuevos superhombres y los "hombres viejos", aún atados a la enfermedad y la caducidad. Ya Huxley vislumbró en Un mundo feliz una humanidad divi­dida en varias castas biológicas ("Alfas", "Betas"', etc.). Vid. F.J. Contreras, "De BlaBlaCar al superhombre", Actuall.com, 21 Nov. 2017.

[CONFERENCIA] La crisis de la unidad familiar

sábado, 25 de febrero de 2023

LIBRO "NO ANTEPONER NADA A CRISTO": REFLEXIONES Y APUNTES PÓSTUMOS DEL CARDENAL CARLO CAFFARRA

 NO ANTEPONER NADA A CRISTO

REFLEXIONES Y APUNTES PÓSTUMOS

CARDENAL CARLO CAFFARRA


Cultura de la Verdad 
y Cultura de la Mentira


El Cardenal Italiano Carlo Caffarra, Arzobispo Emérito de Bolonia –fallecido repentinamente el pasado 6 de Septiembre–, señaló en su presentación en el “IV Foro por la Vida”, en Roma, que hay dos fuerzas que se oponen entre sí en singular batalla.
“La historia de la humanidad es una confrontación entre dos fuerzas: la fuerza de atracción, cuya fuente está en el Corazón herido del Crucificado-Resucitado, y el poder de Satanás, que no quiere ser expulsado de su reino”. El Cardenal dijo que el área en la que se desarrolla esta batalla es el corazón humano y tiene dos dimensiones, una interior y otra exterior.
“Esto es lo que está ocurriendo en el corazón del hombre: Jesús, la Revelación del Padre, ejerce una fuerte atracción hacia sí mismo. Satanás trabaja en contra de esto, para neutralizar la fuerza atractiva del Crucificado-Resucitado. La fuerza de la verdad que nos hace libres actúa sobre el corazón del hombre. Es la fuerza satánica de la mentira la que nos hace esclavos”, dijo. Por eso, “dado que el hombre está situado entre dos fuerzas opuestas, la condición en que se encuentra debe necesariamente dar lugar a dos culturas: la cultura de la verdad y la cultura de la mentira”.
Recordó después que “hay un libro en la Sagrada Escritura, el último, el Apocalipsis, que describe la confrontación final entre los dos reinos. En este libro, la atracción de Cristo toma la forma de triunfo sobre los poderes enemigos comandados por Satanás. Es un triunfo que viene después de un largo combate. Los primeros frutos de la victoria son los mártires. «Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él. Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte» (Ap 12, 9.11)”.

Caffarra se preguntó a continuación: “¿En nuestra cultura occidental hay desarrollos que revelan con particular claridad la confrontación entre la atracción ejercida sobre el hombre por el Crucificado-Resucitado y la cultura de la Mentira construida por Satanás? Mi respuesta es afirmativa, y hay dos avances en particular”.

El Cardenal, ex miembro del Pontificio Consejo para la Familia, dijo que estos avances se dan, en primer lugar, por “la transformación de un crimen [llamado por el Concilio Vaticano II «nefandum crimen»], el aborto, en un derecho. Entiéndase bien: No estoy hablando de aborto como un acto perpetrado por una persona. Estoy hablando de la legitimación más amplia que puede ser perpetrada por un sistema judicial en un solo acto: incluirlo en la categoría del derecho subjetivo, que es una categoría ética. Esto significa llamar lo que es malo como bueno, lo que es sombra como luz”. Y en segundo lugar, se dan también por “el ennoblecimiento de la homosexualidad. Esto de hecho niega enteramente la verdad del matrimonio y la concepción de Dios el Creador con respecto al matrimonio”.
Satanás, al empujar las mentiras del aborto y la homosexualidad, está intentando destruir los dos pilares más importantes de la creación, la “persona humana” creada a imagen de Dios y la “unión conyugal” entre un hombre y una mujer. “La elevación axiológica del aborto a un derecho subjetivo es la demolición del primer pilar. El ennoblecimiento de una relación homosexual, cuando se equipara al matrimonio, es la destrucción del segundo pilar”, dijo Caffarra.


Para combatir las mentiras de Satanás, el Cardenal subrayó que los fieles están llamados a ser testigos: “Testimonio significa decir, hablar, anunciar abierta y públicamente. Alguien que no testifica de esta manera es como un soldado que huye en el momento decisivo de una batalla. Ya no somos testigos, sino desertores, si no hablamos abiertamente y públicamente”. Esto lo podemos hacer a través de acciones tales como la “Marcha por la Vida” en Roma, y también proclamando sustancialmente la Revelación Divina, de modo particular el “Evangelio de la Vida y del Matrimonio”, haciendo esto como “si se estuviera en un juicio”. La falsa alternativa es permanecer en silencio o hablar de cualquier otra cosa.

El Cardenal subrayó que “la medicina, por ejemplo, propone la curación excluyendo la enfermedad”, de manera que la actitud debería ser la que “San Agustín [d]escribió: «Ama al pecador, pero rechaza al pecado»”. ¿Qué significa esto? “Rechaza al pecado. [Quiere decir:] Descubre sus mentiras en los lugares ocultos, y saca a la luz su insustancialidad”, dijo. Y concluyó que “Cristo es Testigo”, “El Testigo” por excelencia a quien debemos imitar.

En un comentario adicional, después de su brillante exposición, el Cardenal Cafarra recordó la carta que recibió de Sor Lucía de Fátima cuando era Presidente del «Pontificio Instituto Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia» (nombrado precisamente por el Papa Wojtyla como su primer Presidente cuando era apenas un joven sacerdote, oficio que desempeñó desde su fundación el 13 de mayo de 1981 hasta el año 1995, cuando el mismo Papa Polaco lo nombró Obispo de Ferrara-Comacchio).
Dijo que “nunca olvidará” las últimas palabras de la carta, “palabras que están grabadas en mi corazón”, con las que Sor Lucía le dijo a principios de los años ochenta del siglo pasado: “vendrá un tiempo en el que la batalla final entre el Reino de Dios y el de Satanás tendrá lugar sobre el matrimonio y la familia”.

A continuación resaltó que, según Sor Lucía, quienes trabajen por el Matrimonio y la Familia “sufrirán tribulaciones y juicios ante tribunales”, pero añadió también: “No teman, Nuestra Señora ya aplastó su cabeza”.
El Cardenal Cafarra dijo a los presentes que sus propias palabras están “basadas en estas palabras de Sor Lucía, y por ende en la convicción de que lo que Sor Lucía me dijo en aquel entonces, se está cumpliendo en nuestros días”.
Para concluir: ¡Vaya esta publicación a modo de humilde pero sentido homenaje del Centro Pieper de Mar del Plata, Argentina, al admirado Cardenal Carlo Cafarra, Testigo del Evangelio de Jesucristo!

 [Traducción de José Miguel Arráiz]


Presentación del libro "Cardenal Caffarra: No anteponer nada a Cristo".

IGLESIA DE CRISTO, 
NO DE NINGÚN PAPA VATICANISTA

Una Trinidad diabólica en vez de afirmar creo en Dios Padre, la razón, de manera orgullosa censura la pregunta por Dios y ha entrado en lo que él llama un colapso de la mente, colapso en el doble sentido, no entendemos que un colapso cuando hay, digamos, abundancia de circulación y no puedes mover el coche y, también cuando fallan las estructuras que hacen permanecer algo en su realidad. Dice que hoy asistimos al colapso de la mente, al colapso de la inteligencia, el colapso de la razón porque se ha movido entre dos alas: el positivismo y el idealismo.  Y ahora, donde nos encontramos, es simplemente con lo que llama una razón instrumental que sabe hacer cosas, que las desarrolla con la técnica, la tecnología y que acaba empoderándose de todo lo que es la realidad social, como única respuesta salvadora, lo que hemos señalado en otras cartas pastorales el tecnolinismo neocapitalista.
El colapso de la mente, simplemente desconoce que la razón no es simplemente la razón instrumental sino que la razón es la que es capaz de preguntarse por la verdadera realidad por la verdad y que llega un momento en que el Cúspide de la razón necesita la luz de la otra ala del espíritu que es la fe. Y una razón sensata se abre a esa segunda navegación que viene con la luz de la fe.
El colapso de la mente vuelve a utilizar simplemente la razón instrumental desde la técnica y la tecnología obviando las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida humana y censurando la pregunta o las últimas preguntas y censurando la pregunta por Dios, ha conducido a lo que siguiendo la Trinidad diabólica, él llama la perversión de la libertad, es algo que está expuesto también, como pensamiento por el papa San Juan Pablo II en el EVANGELIUM VITAE donde los primeros capítulos pues se hace de esta misma realidad con el tema de la secularización o el secularismo y lo que deriva con el nihilismo, etcétera. Y la tercera parte, decir que no reconoce un Logos.

Vida en Cristo
es una visión sintética de la moral cristiana, basada en lo que podrían llamarse líneas centrales de la predicación moral de la Iglesia. En esta obra se recogen las reflexiones del Prof. Caffarra sobre el camino que la persona humana debe recorrer hacia esa plenitud en Jesucristo, y que se estructura en torno a los siguientes ejes: el fundamento, o exposición de los principios constitutivos de nuestra vida en Cristo (Parte I); la mediación, o exposición de las normas que regulan esa vida (Parte II); y la respuesta, o exposición de la actuación concreta de nuestro vivir en y por Cristo (Parte III). La fidelidad a la tradición moral de la Iglesia y a la reflexión racional, la rica y vasta fundamentación bíblica son, junto a otras, algunas de las características de esta obra.

viernes, 24 de febrero de 2023

BAJO EL YUGO DE LA MENTIRA DEL SISTEMA: ESQUIZOFRENIA HUMANICIDA 👿💥💀 y LA CIENCIA SIN MÉTODO CIENTÍFICO


Bajo el yugo de la mentira

La mentira se ha constituido diabólicamente en régimen de vida


Nos advertía Pemán en una de sus deliciosas terceritas que «el mundo se ha vuelto tan falso, tan artificioso y falto de lógica que todo él viene a ser como una decoración de teatro que, por delante, representa un panorama decidido mentalmente y, por detrás, es un andamiaje de maderas». Pero a Pemán le tocó vivir en una época en la que la mentira era todavía un trampantojo reconocible que quedaba desvelado con tan sólo rodearlo y asomarse al andamiaje que lo sostenía. En esta época tenebrosa y desquiciada, la mentira es un ‘metaverso’ que a todos nos abraza. Hay épocas entregadas al culto monomaníaco del dinero, de la carne, del odio contra Dios o contra el hombre; pero la nuestra ha instaurado el culto totalitario de la mentira, que comprende todos esos cultos protervos y ampara bajo su yugo todos los crímenes. Y así, bajo el yugo de la mentira, se subvierte el orden de las cosas, quedando el mundo convertido en un penoso manicomio.

La mentira se ha constituido diabólicamente en régimen de vida, en fuerza cósmica o poder universal. Se miente por oficio, por sistema, con un satisfecho orgullo que sólo admite una explicación preternatural. Siempre los medios de comunicación habían sido partidistas, sectarios y arrimadizos de tal o cual bando. Pero nunca como en nuestra época se habían convertido en recipientes de las propagandas más burdas, de los infundios más clamorosos, de las incitaciones mendaces más abusivas y grotescas. Nunca como en nuestra época se habían dedicado con tan entusiástico frenesí a sembrar la confusión babélica en el mundo. Y nunca como en nuestra época quienes cultivan la mentira con tesón científico habían obtenido tanto rédito. 

Las intoxicaciones más burdas, los montajes más maniqueos, los bulos más rocambolescos, fabricados y puestos en circulación por los gabinetes de guerra psicológica son divulgados con unánime fervor y aplaudidos con entusiasmo por las masas cretinizadas, que así exorcizan sus miedos, que así olvidan que las están saqueando materialmente y corrompiendo espiritualmente. Y, para imponer su yugo, la mentira se sirve lo mismo del embuste despepitado que de la sensiblería buenista, según le convenga. Ya no se trata de divulgar mentiras como recurso defensivo o como subterfugio; ahora la mentira se pavonea presumida, teoriza, sienta cátedra, sabedora de que ha logrado imponer ese ofuscamiento de las conciencias al que se refería Isaías: «¡Ay de quienes llaman bien al mal y mal al bien, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!».

Es la mentira hegemónica instaurada por doquier, maciza e inexpugnable, convertida en salvoconducto para cruzar las aduanas de la aceptación social. Y quienes se atreven a desenmascarar sus artes o no se resignan a ser víctimas de sus industrias son de inmediato censurados y señalados como réprobos. ¡Ay de la época que se abraza a la mentira y silencia a sus profetas! Acabará encadenada sin remisión a las tinieblas.


“Lo que quiere el sistema es que no tengamos hijos y así seguir pagándonos sueldos bajos, que no llegan para mantener a nadie. Hay marxistas que entendieron eso, por ejemplo Pasolini, que explicaba que la promoción de la libertad sexual era una forma de evitar que se formasen familias fuertes. También lo comprendió Herbert Marcuse, cuyo ‘Eros y civilización’ (1955) habla de la desublimación represiva, que consiste en que el sistema te mete mucho sexo en la cabeza y además lo banaliza, logrando que tu creatividad disminuya. Saturarnos con estímulos sexuales y evitar la fertilidad es la religión del capitalismo. Muchas veces me pregunto por qué la izquierda no es capaz de rebelarse contra eso. Pienso que, sin darse cuenta, se han dejado domesticar”.


LA CIENCIA SIN MÉTODO CIENTÍFICO

Aunque Gramsci pretendía que el hombre moderno «puede y debe vivir sin religión», lo cierto es que al hombre moderno le sucede lo mismo que al hombre antiguo: su vocación hacia el misterio es irrefrenable, porque forma parte de su naturaleza; y cuando la naturaleza se reprime o amputa, esa vocación natural recurre a sucedáneos que alivien la amputación. Entre los sucedáneos que el hombre moderno abraza para suplantar la religión se cuenta, desde luego, la ideología, a través de la cual trata de instaurar un quimérico Paraíso en la Tierra (con los resultados de todos conocidos); y también la ciencia sin método científico, la ciencia convertida en superstición.

En contra de lo que algunos pretenden, la ciencia y la religión no se hallan en 'planos diversos', sino que ambas se hallan en el plano de la verdad (de ahí que no puedan contradecirse, cuando no son imposturas científicas o religiosas). Ocurre, sin embargo, que la ciencia y la religión difieren radicalmente en sus métodos. El método de la ciencia, en concreto, es el método empírico, que exige la observación y el estudio de la naturaleza; y cuando falta el método empírico, cuando se sortea mediante añagazas diversas, cuando se abrevia mediante atajos o falsea para obtener un rédito crematístico, la ciencia deja de ser tal cosa para convertirse en sucedáneo religioso. Por supuesto, ese sucedáneo se puede luego embellecer cuanto se quiera, se puede incluso imponer como dogma religioso inatacable; mas no por ello dejará de ser filfa e impostura.

Recientemente, se concedía el premio instituido por un célebre dinamitero a los creadores de las vacunas con 'ARN mensajero'. Desde que se descubriera en los años sesenta del pasado siglo el ARN mensajero, pasaron treinta años hasta que se contemplara la posibilidad de inyectarlo en el cuerpo humano; y otros diez más para que se realizaran los primeros ensayos clínicos, que durarían veinte años más. Después de todo este largo período de tiempo quedó demostrado que las vacunas de ARN mensajero eran un estrepitoso fracaso. Primeramente, allá por el año 2000, se quiso curar el cáncer de próstata con estas vacunas; y tras quince años de experimentación, se probó un fiasco. Posteriormente se intentó curar con vacunas de ARN mensajero el cáncer de piel, el cáncer de pulmón y el cáncer intestinal, se pretendió erradicar el sida y la rabia, se quiso lograr la inmunidad ante la gripe aviar y el zika; y una y otra vez, las vacunas de ARN mensajero se probaron ineficaces, o causantes de efectos secundarios muy variados y peligrosos. El método empírico había demostrado, una y otra vez, que aquella técnica tan promisoria se revelaba a la postre inadecuada. Todos estos experimentos fracasados se detallan en el libro Los aprendices de brujo, de la genetista francesa Alexandra Henrion Caude, publicado por La Esfera de los Libros.

Si la ciencia no hubiese degenerado en sucedáneo religioso, después de cosechar fracasos en el intento de fabricar vacunas con ARN mensajero, se habría descartado esta técnica. Pero los grandes laboratorios farmacéuticos habían invertido ingentes cantidades de dinero en ella; y los inversores deseaban recuperar su dinero (y hasta multiplicarlo ávidamente). Así que, cuando se declaró el coronavirus, volvieron a recurrir a esta técnica que tantas veces el método empírico había desacreditado. Sólo que esta vez decidieron comercializarla sin completar la fase de prueba; es decir, decidieron saltarse el método empírico, abreviarlo o falsearlo. No se estudió debidamente si estas vacunas tenían efectos cancerígenos o producían interacciones peligrosas con otros medicamentos; ni siquiera se explicó debidamente la reacción que podían producir en nuestro organismo. Porque las vacunas habían consistido siempre en inyectar un virus atenuado o una porción de proteína de un virus inactivo que, reconocidos por el sistema inmunitario, provocaban que nuestro organismo empezara a producir anticuerpos. En las vacunas de ARN mensajero, en cambio, se inyecta una sustancia sintética que no provoca esa reacción, sino que se fusiona con nuestras células y las reprograma, incorporándose a nuestro patrimonio genético. Que esto se haya hecho sin respetar el método científico nos sumerge, como a la genetista Alexandra Henrion Caude, en una 'vertiginosa perplejidad'.

También que se estén ocultando la infinidad de efectos secundarios que esas vacunas han generado en una porción nada desdeñable de la población. Pero las falsas religiones son siempre esotéricas y secretistas; y necesitan elevar a los altares a falsos santos. Por eso, no contentas con saltarse el método empírico, conceden a sus taumaturgos el premio instituido por un célebre dinamitero.

Las MENTIRAS del SISTEMA | Juan Manuel de Prada en A la de TRES #55

jueves, 23 de febrero de 2023

¿SI ADÁN Y EVA NO HUBIERAN PECADO? ¿HABRÍA VENIDO CRISTO AL MUNDO SIN PECADO ORIGINAL?


























¿HABRÍA VENIDO CRISTO AL MUNDO 
SI ADÁN Y EVA NO HUBIERAN PECADO?


El gran teólogo Franciscano medieval John Duns Scotus respondió SÍ a esa pregunta.

Para Scotus, la Encarnación es tan central en el plan divino que debe considerarse independiente del pecado humano, es decir, de la caída de Adán y Eva. Las acciones de Dios deben ser iniciativa pura, no reactivas y provocadas por el pecado. Dios se hizo humano porque quiso que fuéramos unidos a Él mismo.

Es por eso que, Scotus se convirtió en el defensor de la Inmaculada Concepción de María, cuya fiesta celebramos este jueves. Articuló sus pensamientos en tres pasos (usando tres palabras latinas originales):

Potuit: Dios podría haber hecho esto, es decir, Dios podría haber hecho a cualquiera libre de pecado original si lo quisiera. 
Decuit: Hubiera sido agradable/adecuado/hermoso de ser el caso. En vista de la finalidad de la Encarnación y de los méritos de Cristo, María estaría protegida de contraer el pecado original en el momento de su concepción. De esta manera, ella estaría sin pecado por la gracia de Dios y los méritos de Cristo, no por los suyos propios. 
Fecit: Dios hizo tal cosa. Dios siempre actuaría en la mejor manera. Preservar a María del pecado es un don mayor que el restaurarla a su integridad después del pecado.

Esto significa que la salvación no depende de la presencia del pecado, ni que la pecaminosidad actual es una condición necesaria para ello. La Encarnación aparece como el mayor acto de iniciativa y amor divino, independiente de la caída humana. María no tenía que haber pecado para tener la necesidad de un salvador.

Juntas, las posiciones de Scotus sobre la Encarnación y la Inmaculada Concepción apuntan a tres puntos centrales de la perspectiva Franciscana: 
la bondad de la creación, la dignidad de la naturaleza humana y la gracia de Dios. Las tres funcionan armoniosamente para enmarcar esta posición sobre la relación de Dios con la orden creada por el amor divino: tanto las personas como la naturaleza.
En esta visión, es la abundancia de la gracia la que toma el centro del escenario, una gracia que siempre está obrando en la orden creada, porque la presencia amorosa de Dios es dinámica y vivificante.
He aquí el aporte peculiar y la impostación que Escoto hace de toda la teología vigente de la creación y encarnación. Se pregunta sobre el orden de la predestinación de Cristo en relación a las demás predestinaciones: ¿la predestinación de Cristo preexige necesariamente la caída de la naturaleza humana? El responde ¡no! Sino que en todo caso él había de ser el 'Summum Opus Dei' = obra suprema de Dios, Primogénito de toda la creación.
"Digo que la caída no ha sido la causa de la predestinación de Cristo. Al contrario, aunque ni el hombre ni el ángel hubieren pecado y si Cristo fuere el único hombre creado, el hubiese sido predestinado del mismo modo ".
Para analizar mejor este punto Escoto se plantea: "de no haber sido así, la suprema obra de Dios -la encarnación- y por lo tanto Cristo, habría sido ocasionada por el pecado de Adán. Esta obra suprema suya Dios no la habría hecho si Adán hubiese sido fiel... Lo cual parece irracional en grado sumo. Se seguiría que Cristo se debería haber alegrado por la caída de Adán, por causa u ocasión de la cual habría sido predestinado. Y continúa: La encarnación supone, no el pecado de la humanidad, sino la libre voluntad o amor de Dios". No se trata, pues, de una hipótesis, como la han formulado frecuentemente los teólogos: ¿Se habría encarnado el Verbo si el hombre no hubiera pecado? Su planteamiento mira más bien a establecer el pecado y el sufrimiento como las condiciones reales, contingencias o circunstancias concretas de la especie humana en que ocurre la encarnación. De este modo el pecado es claramente un estadio de tránsito, y un mal reparado en el pasado.

Escoto ha puesto como base de toda su reflexión teológica la encarnación de Cristo. Esta es la expresión suprema de la gracia que nos ha sido dada. E incluye la Redención del hombre dentro del marco y como una consecuencia o implicancia de la encarnación. Es decir: 
Cristo no se encarnó a objeto de obrar por el sufrimiento y expiación nuestra redención; sino al revés por su predestinación a encarnarse asumió hasta el sacrificio la contingencia de nuestro existir, pasando por las vicisitudes de la fatiga, el dolor y la muerte.

Escoto no ignora que aún somos creaturas 'vulneradas' o dañadas en su misma naturaleza, con inclinación y riesgo de caer en el mal o pecado. Una existencia ontológicamente limitada, imperfecta o restringida. Dios por cierto está muy por encima de todo ello y a él no atañe; por derivar únicamente de la responsabilidad de nuestro libre albedrío. Pero el Hijo divino la asumió consecuentemente al encarnarse. La misma que eventualmente algunos o muchos hombres resuelven en negación y desbande; mientras él la asumió libremente en fidelidad a ultranza al Padre, esto es por la gracia y la gloria plenas, sin escatimar penalidades, hasta el extremo de la cruz (F.S. Pancheri 69s).

¡Eso, para mí, suena como una muy buena noticia! 

(Parte de esta explicación está tomada de “Understanding John Duns Scotus” por Mary Beth Ingham, CSJ)

San Agustín:
‘¡Feliz culpa!’

La violación o transgresión voluntaria de la ley de Dios -la llamada culpa teológica- origina la caída del hombre. Adán desobedece a Dios en el huerto del Edén, y peca por primera vez. Pasa el pecado a sus hijos, como una enfermedad infecciosa, y la humanidad entera hereda esta inclinación al mal. La paga del pecado es muerte, pero, afortunadamente, la dádiva de Dios es perdón y vida eterna en Cristo Jesús.
San Agustín resumió esta verdad bíblica con la frase “¡Feliz culpa!”. Esta exclamación se refiere a la falta de Adán y Eva, pues esta determinó la venida del Redentor del mundo. Sin ese pecado original de los primeros padres, ¿hubiera conocido la humanidad a Jesucristo? Por eso, el obispo de Hipona nos invita a calificar de feliz el error de Adán -¡feliz culpa!- que nos ha traído a tal Salvador.
La expresión agustiniana, pronunciada en una homilía, está incluida en el himno Exultet o pregón pascual que la Iglesia católica canta el Sábado Santo. He aquí la estrofa: “Necesario fue el pecado de Adán, / que ha sido borrado por la muerte de Cristo./ ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!”.

En ese sentido, San Pablo establece, en la “Epístola a los Romanos” (5: 12-21), un contraste asombroso entre Adán y Cristo. Así como por la infracción de Adán cada hombre es pecador, está condenado a muerte y necesita perdón, de igual modo por la fe en Cristo cada hombre es redimido, perdonado, justificado y salvado, es decir, obtiene más grandes privilegios de los que perdió por la ofensa de Adán. El Apóstol lo dice: “Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación que produce vida. Así como por la desobediencia de un hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno (Jesucristo), muchos serán constituidos justos”.
Yo siento, y que me perdone La Divina Voluntad de Nuestro Señor Jesucristo, lo que voy a tratar de expresar: desearía de todo corazón que Adán y Eva no hubiesen pecado y así, no sufriría  Nuestro Señor. Lo siento, es lo que siento.... Corrígeme, Señor, si estoy equivocado. Y perdóname por cometer la misma tentación que le dijo Pedro a Jesús, y El Señor le corrigió... 

LOS TRES MONJES Y EL DIABLO

El demonio se apareció a tres monjes y les dijo: si les diera potestad para cambiar algo del pasado, ¿qué cambiarían?
El primero de ellos, con un gran fervor apostólico respondió: "Impediría que hicieras caer a Adán y Eva en el pecado para que la humanidad no pudiera apartarse de Dios".
El segundo, un hombre lleno de misericordia, le dijo: "Impediría que tú mismo te apartases de Dios y te condenaras eternamente".
El tercero de ellos era el más simple y, en vez de responder al tentador, se puso de rodillas, hizo la señal de la cruz y oró diciendo: "Señor, libérame de la tentación de lo que pudo ser y no fue".
El diablo, dando un grito estentóreo y estremeciéndose de dolor se esfumó. Los otros dos, sorprendidos, le dijeron: "Hermano, ¿por qué has reaccionado así?".
Él les respondió: "Primero: NUNCA debemos dialogar con el enemigo.
Segundo: NADIE en el mundo tiene poder para cambiar el pasado.
Tercero: el INTERÉS de Satanás no era probar nuestra virtud, sino atraparnos en el pasado, para que descuidemos el presente, el único tiempo en el que Dios nos da su gracia y podemos cooperar con ella para cumplir su voluntad".
De todos los demonios, el que más atrapa a los hombres y les impide ser felices es el de "lo que pudo ser y no fue". El pasado queda a la Misericordia de Dios y el futuro a su Providencia. Pero el presente está en su amor. Vive hoy amando a Dios con todas las fuerzasde tu corazón y a quienes Dios te ha dado.
VER+: