CARLOS SAURA Y LOPE DE AGUIRRE
Aquellos aventureros heroicos que con un solo compás y sin mapa, impulsados por la Fe descubrieron y conquistaron un nuevo mundo...
España ha sido vilipendiada durante mucho tiempo por culpa de la leyenda negra, mentiras que la envidia propagó por todo el mundo, pero que han encontrado acomodo y se han asentado más rápidamente en los países hispanos y sobre todo en España, gracias al desprecio que la izquierda tienen hacia su país.
¿Es El dorado una película llevada por la leyenda negra? Pues yo creo que algo lleva, pero no mucho.
El dorado cuenta la historia de Lope de Aguirre, traidor confeso y personaje que Coppola usó como inspiración para crear al coronel Kurtz en Apocalypse now.
¿Cómo es que habiendo tantas historias y tantos personajes en la conquista de América eligieron a un traidor?
Creo que es por eso por lo que la rodaron. España para la izquierda española es algo, aparte de discutido y discutible, malo y cualquiera que se rebele contra ello para esa gente es buena.
Pero el caso es que la película es buena, muy buena. Y creo que sin quererlo pega un cierto palo a la leyenda negra sobre la conquista.
¿Por qué?
Porque cuenta, más o menos verazmente cómo era la vida de aquellos españoles. Las calamidades, la tensión, las intrigas que sucedían. Desmitifica la mentira que mucha gente cree de que la conquista fue cosa de españoles de la península, españoles eran todos los habitantes de América, y de Filipinas y de Guinea y del Sahara, y en el descubrimiento participaron gentes de todas las razas.
En 1987 Carlos Saura filma El Dorado, una película de dos horas y treinta y siete minutos acerca de la expedición de Pedro de Ursúa por el Amazonas y la rebelión de los maraftones; el tema lo tenía obsesionado, según dijo en una entrevista, desde que había leído La aventura "equinoccial" de Lope de Aguirre (1962), de Ramón J. Sender más de veinte años antes. Esa novela es por eso el principal antecedente de su película, pero él se había dado cuenta de que en ella "faltaban muchas cosas y que no dejaba de ser, como es natural, una interpretación personal de los hechos que se narran en las crónicas históricas," por lo que había tenido que "rebuscar en ellas de forma concienzuda".
En una nota que escribió acerca de su película, Carlos Saura señala que Si bien en esta historia hay violencias que son difíciles de justificar, otras se explican intergrando al personaje en su época y conociendo los lugares donde sucedieron los hechos: la selva tropical, la lluvia, la humedad, el calor sofocante, los ríos interminables flanqueados por una vegetación impenetrable, el hambre y el aburrimiento que fueron minando a los españoles hasta convertir la expedición en un infierno de envidias y traiciones".
En esa forma, Saura retoma la principal tesis de Sender, que para situar los hechos rellenó su novela de información zoológica y entomológica, botánica y etnológica sobre la región amazónica.
De la historia misma, Saura observó que En ella confluyen todos los elementos de una gran tragedia sobre la lucha por el poder, con numerosos temas accesorios y personajes muy fuertes.
Saura le da la mayor dimensión posible a un personaje que había ido creciendo en las novelas de Sender y Otero Silva, y éste es el principal acierto de su versión. Acerca de la hija de Aguirre no se dice mucho en las crónicas, y Sender lo que había hecho era explicar que Aguirre se haya mostrado indulgente con Pedrarias de Almesto, que era el escribano de la expedición, pues supone que Lope tenía esperanza de que se casara con su hija y la protegiera.
Al parecer, Saura no sólo quiso restablecer la verdad sobre la Conquista en contra de la historia oficial española, sino también en relación con la película que Werner Herzog ya había filmado sobre Aguirre, pues el alemán manejó los datos históricos a su antojo. Para empezar, confunde la expedición de Ursúa con la de Orellana cuando al principio de su película menciona que de ella sólo sabemos por el diario de Fray Gaspar de Carvajal. Además hizo varios arreglos. El gobernador no es asesinado, sino que sus hombres lo someten a juicio y lo sentencian a muerte, pero don Fernando de Guzmán interviene y conmuta la pena por un castigo ridículo:
Ursúa no recibirá parte alguna del tesoro de los omaguas. Más tarde, Aguirre ordena que se cumpla la sentencia, y el gobernador es ahorcado. Doña Inés se interna en la selva y en esa forma se suicida en vez de morir acuchillada. Tampoco Elvira es apuñalada por su padre sino que la mata una flecha disparada por los indios, y todo termina en la desembocadura del Amazonas y no en lo que ahora son tierras venezolanas. Por si todo esto fuera poco, la película incluye otro anacronismo tal vez involuntario que los críticos no dejaron de señalar, pues después de saquear un pueblo de indios los marañones aparecen cargando pencas de plátanos, aunque esa fruta no se introdujo al continente americano sino mucho después. En cambio, Saura se toma menos libertades con los hechos registrados por los cronistas: por un lado condensa varios episodios cuando Aguirre manda matar a Guzmán, Montoya, Gonzalo Duarte, Salduendo y el padre Henao, pues estos asesinatos no ocurrieron el mismo día; por otro, llena algunos huecos que había en las crónicas cuando desarrolla personajes como Elvira y doña Inés.
Es cierto que Saura nos da una versión contraria a la de la historia oficial, pero se limita a reinterpretar los hechos aceptados y a iluminar algunas "áreas oscuras" de las crónicas, mientras que Werner Herzog reemplaza esos hechos, pues al parecer no le interesaba realmente lo que pasó en el Amazonas en 1560 con la expedición a Omagua sino lo que pasó en Alemania con el nazismo.
En mi opinión, la película debería terminar en el momento en que Aguirre despierta horrorizado, pero una voz fuera de cuadro nos entera de la derrota de Aguirre en lo que ahora es Venezuela durante tres pesados minutos.
La expedición de Aguirre acabó en una guerra civil entre españoles,' dice Saura.