VIA-MACIS
(Camino de la Inclinación)
Etimológicamente "HUMILDE" significa inclinado hacia la tierra
Nosotros conocemos ahora que aquella entrada triunfal fue, para muchos, muy efímera. Los ramos verdes de marchitaron pronto. El hosanna entusiasta se transformó, cinco días más tarde, en un grito enfurecido: ¡Crucifícale, crucifícale!
Que diferentes son los ramos verdes y la cruz. Las flores y las espinas. A quien antes le tendían por alfombra sus propios vestidos, a los pocos días lo desnudan y se los reparten en suertes.
La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén nos pide a cada uno de nosotros coherencia y perseverancia. Ahondar en nuestra fidelidad para que nuestros propósitos no sean luces que brillan momentáneamente y pronto se apagan. Comencemos la Semana Santa con un nuevo ardor y dispongámonos a ponernos al servicio de Jesús.
Tratemos de mantenernos con coherencia entre la fe y la vida. Que nuestro grito de júbilo de hoy, no se convierta en el ¨crucifíquenlo¨ del Viernes.
Que nuestro ramos, que son brotes nuevos de propósitos santos, no se marchiten en la manos y se conviertan en ramas secas..
Caminemos hacia la Pascua con Amor Por eso esta semana, vivamos la Semana Santa. Vivir la semana Santa es acompañar a Jesús desde la entrada a Jerusalén hasta la resurrección.
Vivir la semana Santa es descubrir qué pecados hay en mi vida y buscar el perdón generoso de Dios en el Sacramento de la Reconciliación.
Vivir la Semana Santa es afirmar que Cristo está presente en la eucaristía y recibirlo en la comunión.
Vivir la Semana Santa es aceptar decididamente que Jesús está presente también en cada ser humano que convive y se cruza con nosotros.
Vivir la Semana Santa es proponerse seguir junto a Jesús todos los días del año, practicando la oración, los sacramentos, la caridad.
Semana Santa, es la gran oportunidad para detenernos un poco. Para pensar en serio. Para preguntarse en qué se está gastando nuestra vida. Para darle un rumbo nuevo al trabajo y a la vida de cada día. Para abrirle el corazón a Dios, que sigue esperando. Para abrirle el corazón a los hermanos, especialmente a los más necesitados.
Domingo de Ramos "olvidado"
El Domingo de Ramos no fue, como muchos piensan, un día triunfal para Nuestro Señor. Al contrario, si se lee con atención el Evangelio, puede adivinarse que fue uno de los días en que el Señor se sintió más solo y triste.
Bueno es saberlo para acompañar a Cristo en esta Semana santa y aprender a no ser cristianos superficiales. Con este motivo hemos recuperado este fragmento del libro "El Evangelio olvidado", escrito por el Padre Miguel de Bernabé.
“… En la mañana luminosa del Domingo de Ramos, rodeado de gente que le aclamaba agitando palmas y ramas de olivo, el Señor, al torcer el recodo del camino del Monte de los Olivos, vio desplegarse ante sí a Jerusalén, brillante de mármol y dorados a la luz del mediodía.
Fue entonces cuando aquel Hombre «inflexible y severo», que había pronunciado palabras tan duras contra incrédulos y fariseos, detuvo su humilde cabalgadura y miró fijamente a la amada ciudad. Debió producirse un gran silencio entre los más cercanos que, estremecidos, vieron atónitos como por las mejillas de Cristo resbalaban lágrimas ardientes que luego se transformaron en sollozos, a la vista de sus emocionados y confusos discípulos y en medio de un penoso silencio.
Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella (Lc 19, 41).
Después, lentas y entrecortadas, pronunció las amargas palabras: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita» (Lc 19,42-44).
Los apóstoles, y los demás que le rodeaban, debieron sentir sus ojos llenos de lágrimas, y acongojárseles el corazón ante aquel Cristo tan abatido y desolado.
Y, sin embargo, creo que el peor momento de la mañana no fue éste, sino el que sobrevino algún tiempo después, cuando «recobrado» el Señor (a lo menos para los que le rodeaban) se reanudaron las aclamaciones y el júbilo de todos, y Cristo hubo de proseguir su camino «triunfal».
Fue entonces cuando debió sentir su corazón desgarrado al ver como hasta los apóstoles, sus más íntimos amigos, se olvidaban del amargo instante (es trágico ver como el hombre, aun instintivamente, se sacude el dolor y la desgracia, llegando a ser -en el caso de los buenos- inconscientemente crueles) para unirse a la alegría y el júbilo de todos (mejor dicho, de «casi» todos) y aclamar al triunfador, al héroe de la mañana. ¡Qué ironía!
Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el rey de Israel, el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Paz en el cielo; hosanna y gloria en las supremas alturas!» (Lc 19,38).
Pero más sarcasmo debió parecerle «al que todo lo ve y para el que todo es presente» que, veinte siglos después, muchos lectores de estas amargas páginas se conmuevan y reprochen su superficialidad a los apóstoles, pero ellos, cerrado el libro, no se sientan interpelados por este Cristo herido, y sigan cometiendo las mismas faltas que los discípulos del Domingo de Ramos”.
Semana Santa, es la gran oportunidad para morir con Cristo y resucitar con Cristo, para morir a nuestro egoísmo y resucitar al amor.
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Salmo, 118
1. Den gracias al Señor, pues él es bueno, pues su bondad perdura para siempre.
2. Que lo diga Israel: ¡su bondad es para siempre!
3. Que lo diga la casa de Aarón: ¡su bondad es para siempre!
4. Que lo digan los que temen al Señor: ¡su bondad es para siempre!
5. Al Señor, en mi angustia, le clamé, y me respondió sacándome de apuros.
6. Si el Señor está conmigo, no temo, ¿qué podrá hacerme el hombre?
7. Cuento al Señor entre los que me ayudan, y veré a mis enemigos a mis pies.
8. Más vale refugiarse en el Señor que confiar en los poderosos.
9. Más vale refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.
10. Todos los paganos me rodeaban, pero en el nombre del Señor los humillé.
11. Me rodeaban, me tenían cercado, pero en el nombre del Señor los humillé.
12. Me rodeaban como avispas, cayeron como zarza que se quema, pues en nombre del Señor los humillé.
13. Me empujaron con fuerza para botarme, pero acudió el Señor a socorrerme.
14. El Señor es mi fuerza, el motivo de mi canto, ha sido para mí la salvación.
15. Clamores de alegría y de triunfo resuenan en las tiendas de los justos: "¡La diestra del Señor hizo proezas,
16. la diestra del Señor lo ha enaltecido, la diestra del Señor hizo proezas!"
17. No, no moriré sino que viviré y contaré las obras del Señor.
18. El Señor me corrigió mucho, pero no me entregó a la muerte.
19. "¡Ábranme las puertas de justicia para entrar a dar gracias al Señor!"
20. "Esta es la puerta que lleva al Señor, por ella entran los justos".
21. ¡Te agradezco que me hayas escuchado, tú has sido para mí la salvación!
22. La piedra rechazada por los maestros pasó a ser la piedra principal;
23. ésta fue la obra del Señor, no podían creerlo nuestros ojos.
24. ¡Este es el día que ha hecho el Señor, gocemos y alegrémonos en él!
25.¡Danos, oh Señor, la salvación, danos, oh Señor, la victoria!
26."¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! desde la casa del Señor los bendecimos:
27. el Señor es Dios, él nos ilumina". Formen la procesión con ramos en la mano hasta los cuernos del altar.
28. Tú eres mi Dios, te doy gracias; ¡Dios mío, te digo que eres grande!
29. Den gracias al Señor, pues él es bueno, pues su bondad perdura para siempre".
SALMO 150
Salmodiad con el espíritu,
salmodiad con toda vuestra mente,
es decir, glorificad a Dios
con el cuerpo y con el alma
(Hesiquio)
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor.
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"Mientras él avanzaba, extendían sus mantos por el camino.
Cerca ya de
la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, llenos de
alegría, se pusieron a alabar a Dios a grandes voces, por todos los milagros que
habían visto.
Decían: = «Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!
=
Paz en el cielo y gloria en las alturas.»
Algunos de los fariseos, que
estaban entre la gente, le dijeron:
«Maestro, reprende a tus discípulos.»
Respondió: «Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.»"
Lc 19, 36-40
BENDITO EL QUE VIENE
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
EL REY DE ISRAEL.
"Venid, subamos juntos al monte de los Olivos y salgamos al encuentro de Cristo, que vuelve hoy desde Betania, y que se encamina por su propia voluntad hacia aquella venerable y bienaventurada pasión, para llevar a término el misterio de nuestra salvación.
Viene, en efecto, voluntariamente hacia Jerusalén, el mismo que, por amor a nosotros, bajó del cielo para exaltarnos con él, como dice la Escritura, por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación, y de todo ser que exista, a nosotros que yacíamos postrados.
Él viene, pero no como quien toma posesión de su gloria, con fasto y ostentación. No gritará -dice la Escritura-, no clamará, no voceará por las calles, sino que será manso y humilde, con apariencia insignificante, aunque le ha sido preparada una entrada suntuosa.
Corramos, pues, con el que se dirige con presteza a la pasión, e imitemos a los que salían a su encuentro. No para alfombrarle el camino con ramos de olivo, tapices, mantos y ramas de palmera, sino para poner bajo sus pies nuestras propias personas, con un espíritu humillado al máximo, con una mente y un propósito sinceros, para que podamos así recibir a la Palabra que viene a nosotros y dar cabida a Dios, a quien nadie puede contener.
Alegrémonos, por tanto, de que se nos haya mostrado con tanta mansedumbre aquel que es manso y que sube sobre el ocaso de nuestra pequeñez, a tal extremo, que vino y convivió con nosotros, para elevarnos hasta sí mismo, haciéndose de nuestra familia.
Dice el salmo: Subió a lo más alto de los cielos, hacia oriente (hacia su propia gloria y divinidad, interpreto yo), con las primicias de nuestra naturaleza, hasta la cual se había abajado Impregnándose de ella; sin embargo, no por ello abandona su inclinación hacia el género humano, sino que seguirá cuidando de él para irlo elevando de gloria en gloria, desde lo ínfimo de la tierra, hasta hacerlo partícipe de su propia sublimidad.
Así, pues, en vez de unas túnicas o unos ramos inanimados, en vez de unas ramas de arbustos, que pronto pierden su verdor y que por poco tiempo recrean la mirada, pongámonos nosotros mismos bajo los pies de Cristo, revestidos de su gracia, mejor aún, de toda su persona, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo; extendámonos tendidos a sus pies, a manera de túnicas.
Nosotros, que antes éramos como escarlata por la inmundicia de nuestros pecados, pero que después nos hemos vuelto blancos como la nieve con el baño saludable del bautismo, ofrezcamos al vencedor de la muerte no ya ramas de palmera, sino el botín de su victoria, que somos nosotros mismos.
Aclamémoslo también nosotros, como hacían los niños, agitando los ramos espirituales del alma y diciéndole un día y otro: Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel".
De las Disertaciones de San Andrés de Creta, obispo
(Disertación 9, Sobre el domingo de ramos: PG 97, 990-994)
Himno:
EL PUEBLO QUE FUE CAUTIVO
El pueblo que fue cautivo
y que tu mano libera
no encuentra mayor palmera
ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo
para enramar tu victoria,
y no te ha visto en su historia,
Dios de Israel, más cercano:
ni tu poder más a mano
ni más humilde tu gloria.
¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: «¡Hosanna!», y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.
¡Gloria y honor
al que viene en el nombre del Señor! Amén.
SALMODIA
ANT. 1. Una gran cantidad de gente, que había ido a la fiesta, aclamaba al Señor: "Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Paz a Dios en el cielo y gloria en lo alto".
ANT. 2. Con los ángeles y los niños cantemos al triunfador de la muerte: "Hosanna en el cielo".
ANT. 3. Aclamemos con palmas de victoria al Señor que viene, y salgamos a su encuentro con himnos y cantos, dándole gloria y diciendo: «Bendito eres, Señor».
CÁNTICO
QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR
Dn 3, 52,57
¡Bendito el Creador por siempre! (Rm 1, 25)
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres sobre el trono de tu Reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
BENEDICTUS
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Adoremos a Cristo, que al entrar en Jerusalén fue aclamado por las multitudes como rey y mesías; acojámosle también nosotros con gozo, diciendo:
Bendito el que viene en nombre del Señor.
ORACIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se anonadase, haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos nosotros imitáramos su ejemplo de humildad, concédenos seguir las enseñanzas de su pasión, para que un día participemos en su resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
PREPARACIÓN
· Enunciado de la estación;
· Presentación o monición que encuadra la escena;
· Texto evangélico correspondiente
· Oración que pretende tener un tono de súplica
. Canción, poema o danza
Si se desea, después del enunciado de cada una de las estaciones, se puede decir:
V/ ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en El Nombre del Señor, el rey de Israel!
R/ Como anunciaron las Escrituras. ¡Aleluya!
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Nuestra disposición inicial
El Via Macis es el camino de la humildad del pueblo de Dios que proclama el Señorío de Jesús y el camino de La humildad de Jesús para cumplir la voluntad del Padre. Vamos a vivir como pueblo que recibe a su rey con alegría desbordante que sabe contagiar a todos. Vamos a alabarle, a glorificarle, a adorarle como Salvador, con todos los sentidos corporales de nuestro ser.
Oración Preparatoria
Señor Jesús, te queremos recibir en nuestro corazón, en nuestra mente y en nuestra alma como ese Domingo de Ramos para que reines para siempre. Te queremos adorarte Santo, Santo, Santo. Santo Bendito Sea (Kadosh Baruj Hu).
Hosanna en el cielo. Bendito El que viene en Nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
“BENDITO, ALABADO, CELEBRADO, EXALTADO, ADORADO, VENERADO, GLORIFICADO, SEA EL NOMBRE DEL SANTO DE LOS SANTOS.
BENDITO SEA EL NOMBRE DEL QUE ESTÁ POR ENCIMA DE TODA BENDICIÓN, DE TODOS LOS CÁNTICOS, DE TODAS LAS ALABANZAS QUE PUEDAN SER EXPRESADAS EN TODOS LOS MUNDOS, EN TODOS LOS TIEMPOS...
AUN CUANDO NUESTRA BOCA ESTUVIERA INUNDADA POR EL CANTO COMO EL MAR, NUESTRA LENGUA HENCHIDA POR LOS HIMNOS COMO LA MULTITUD DE LAS OLAS, NUESTROS LABIOS LLENOS DE ALABANZA COMO LA INMENSIDAD DEL FIRMAMENTO.
AUN CUANDO NUESTROS OJOS BRILLARAN COMO EL SOL Y COMO LA LUNA, Y NUESTRAS MANOS ESTUVIERAN EXTENDIDAS COMO LAS ÁGUILAS EN LOS CIELOS.
AUN CUANDO FUESEN NUESTROS PIES LIGEROS COMO LOS CIERVOS, NO DARÍAMOS ABASTO, DIOS ETERNO, A DARTE GRACIAS NI A BENDECIR TU NOMBRE POR UNO SOLO DE LOS MILLONES DE BENEFICIOS QUE NOS CONCEDES. AMÉN”. (Bendición del Canto)
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I ESTACIÓN:
SALIERON A SU ENCUENTRO, ACLAMÁNDOLO. (Jn 12, 12-13)
“Al día siguiente, la gran multitud que había venido para la fiesta, se enteró de que Jesús se dirigía a Jerusalén.
Y, tomando hojas de palmera, salieron a su encuentro y lo aclamaban diciendo: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel!»”.
· II ESTACIÓN:
CONFORME A LO QUE ESTÁ ESCRITO, JESÚS MONTÓ UN BORRICO (Jn 12, 14-15)
“Al encontrar un asno, Jesús montó sobre él, conforme a lo que está escrito:
«No temas, hija de Sión; ya viene tu rey, montado sobre la cría de una asna»".
· III ESTACIÓN:
AL COMIENZO LOS DISCÍPULOS NO COMPRENDIERON ESTO (Jn 12, 16)
“Al comienzo, sus discípulos no comprendieron esto. Pero cuando Jesús fue glorificado, recordaron que todo lo que le había sucedido era lo que estaba escrito acerca de él”.
· IV ESTACIÓN:
LA MULTITUD SALIÓ A SU ENCUENTRO DANDO TESTIMONIO DE ÉL POR EL SIGNO QUE HABÍA REALIZADO (Jn 12, 17-18)
“La multitud que había estado con Jesús cuando ordenó a Lázaro que saliera del sepulcro y lo resucitó, daba testimonio de él.
Por eso la gente salió a su encuentro, porque se enteraron del signo que había realizado”.
· V ESTACIÓN:
LOS FARISEOS SE IRRITABAN Y LO ENVIDIABAN (Jn 12, 19)
“Los fariseos se dijeron unos a otros: «¿Ven que no adelantamos nada? Todo el mundo lo sigue»”.
· VI ESTACIÓN:
UNOS GRIEGOS QUERIÁN VER A JESÚS POR MEDIO DE FELIPE (Jn 12, 20-22)
“Entre los que había subido para adorar durante la fiesta, había unos griegos.
que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús».
Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús”.
· VII ESTACIÓN:
HA LLEGADO LA HORA EN QUE EL HIJO DEL HOMBRE VA A SER SACRIFICADO (Jn 12,23)
“Él les respondió: «Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado”.
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VIA MACIS (Camino de La Inclinación)
VIA CRUCIS (Camino de la Cruz)
VIA LUCIS (Camino de la Luz)
DOMINGO DE RAMOS
Autora:
Alma al aire
Llueven las palmas y los olivos
cubriendo el suelo completo
bajo el andar de un burrito
que a pesar de los gritos
avanza, dispuesto.
La mirada de su jinete,
mansa y penetrante,
conoce a quienes le cantan
vivas y alabanzas
con glorias exuberantes.
Más conoce también
lo que habita en sus corazones
sabe de la traición,
sabe a crucifixión,
más no busca razones.
Sabe, muy dentro de sí,
por ser Dios, por ser tal,
que ha de entregarse inocente
para salvar a toda la gente
y no les desea ningún mal.
Quizás lo más difícil
no fue ser Dios o persona,
sino ser la transición
que no admitía tribulación
para ser cordero que perdona.
Quizás lo más difícil
fue saber lo que iba a pasar
y que siglos después
aunque estemos a sus pies
muchos lo habrían de rechazar.
Pero aún así
burrito y jinete prosiguen
acercándose hacia el destino
que no tiene otro camino,
cruz de amor la que persigue.
Y aquel santo morirá
y sangrará por la humanidad,
cada clavo martillado,
cada miembro mutilado
será sol en la oscuridad.
Por eso, burrito y jinete
se adentran en mansa entrega,
conocen la sangre por correr
pero conocen el final también,
y la resurrección espera.
Cuando haya alcanzado al Padre
volverá con su gloria original,
con corona de rey,
con poder sobre el universo,
y con la misma humildad...
+
Arre burrito, lleva a Jesús
a morir por nosotros, a morir en la cruz
para que esta Pascua una vez más
renazcamos con Él a una vida de paz.
++++++++++++++++++++++++++++++++
Comentario del autor sobre el poema:
Y si nosotros hubiéramos sido los que iban en el burrito? hubiéramos seguido? hubiéramos dado la vida por los demás? hubiéramos perdonado? a pesar de saber lo que pasaría? qué hubiéramos hecho?..lindo tiempo para reflexionar, feliz domingo de ramos! :)
¡HOSANNA EN LAS ALTURAS.
BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.
HOSANNA EN EL CIELO!
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Hosanna in excelsis.
Benedictus qui venit in nomine Domini
Hosanna in excelsis.
Alégrate Jerusalen
ALÉGRATE, JERUSALEN -
Domingo de Ramos
Mi do#
Alégrate, Jerusalén, alégrate,
La fa# Si7
seca tu llanto, que viene ya tu Rey.
Mi do#
Levántate y adórnate, Jerusalén:
La fa# Si7
llega el Señor, nada tienes que temer.
Mi do#
1. Ceniza es mi alimento y es mi pan,
La fa# Si7
mis lágrimas tengo yo para la sed;
Mi do#
pero me repito que tú has de llegar
La fa# Si7
cuando ilumine mi rostro tu amanecer.
2. Hacia ti he levantado mi mirada
porque confío en la ayuda de tu gracia.
Desde el cielo donde tienes tu morada
envíame la paz de tu palabra.
3. Señor, quiero cantar tu gloria,
quiero alabarte con mis obras
mientras viva
quiero cantar a todos tus victorias,
quiero anunciarles a los hombres
tu venida.
Arriba nuestros ramos
cantando al señor (2)
Bendito el que viene
En nombre del señor
¡ Jesús nuestra esperanza
Jesús liberador !
Era un domingo, allá en Jerusalem
Cuando en un burrito, Jesús entra a
padecer.
Todo el pueblo humilde, lo salio a recibir
y con entusiasmo, comenzaron a decir.
Pero el mejor canto, que Jesús quizo escuchar,
fue el canto puro de los niños del lugar.
Ellos Saludaban a Jesús liberador,
Cristo, el esperado de los pobres el señor.
Hoy también nosotros, te queremos recibir,
y por tu camino, serte fieles, hasta el fin.
Cristo, nos conduces hacia el reino de la luz,
Marcas nuestra huella, con la sangre de tu cruz.
Llegan ya los días, de la pascua del señor:
Cristo con su muerte, nos da vida y salvación.
Juntos revivamos, el misterio de la cruz
y compartiremos el gran triunfo de Jesús.
PUERI HEBRAEORUM
Giovanni Pierluigi da Palestrina
(Antífonas: Procesión de las palmas – Domingo de Ramos)
1. Pueri Hebraeorum,
portantes ramos olivarum,
obviaverunt Domino,
clamantes et dicentes:
Hosanna in excelsis.
2. Pueri Hebraeorum,
vestimenta prosternebant in via,
et clamabant dicentes:
Hosanna filio David:
benedictus qui venit
in nomine Domini.
****
1. Los niños de los judíos,
tomando en sus manos ramos de olivos,
salieron al encuentro del Señor;
gritaban y decían:
¡Alegría en el cielo!
2. Los niños de los judíos
extendían sus vestidos en el camino
y gritaban diciendo:
¡Alegría por el Hijo de David;
bendito el que viene en el nombre del Señor!
Baruj Habah Bendito El Que Viene
Bendito el que viene - Baruch Haba
(Danza Hebrea)
🌿
CON RAMOS DE OLIVO TE ACLAMAMOS
Mari Patxi Ayerra
Te aclamamos queriendo unirnos a todos los que sufren.
A tantos enfermos que no pueden con el dolor,
a tantas familias deshechas por la droga,
a todas las parejas rotas por el desamor y la soledad,
a tantos niños llenos de cosas y necesitados de amor.
Te aclamamos pidiéndote nos ayudes a acompañar la vida
de tantos inmigrantes llenos de nostalgia e inseguridad,
de todos los deprimidos, desanimados y sin ganas de vivir,
de los que no tienen valores que merezcan la pena,
de los que tienen penas que nadie consuela,
de los que cumplen penas en cárceles deshumanizadas.
Te aclamamos contentos porque nos llenas de esperanza.
Por eso creemos que este mundo tiene remedio,
que se puede dar la vida como Tú, para crear vida,
que juntos contigo y con los otros, somos una familia,
que poco a poco vamos haciendo tu reino
y que nos juntaremos en tu abrazo final de los días.
Te aclamamos, te felicitamos y te admiramos,
por lo bien que nos explicaste la mejor manera de vivir,
por cómo nos contaste quién es nuestro Dios padre y madre,
porque nos abriste caminos nuevos y nos llenaste de ilusión,
porque, aunque las cosas te fueron difíciles, llegaste hasta el fin,
porque nos invitas a vivir a tu manera y a contar con tu presencia.
Y porque sentimos, que caminas a nuestro lado...
GRACIAS, JESÚS... TU PASIÓN MERECIÓ LA PENA
Mª Patxi Ayerra
VER:
LA ENTRADA TRIUNFAL DE CRISTO EN JERUSALÉN
PREFIGURA EL DÍA EN QUE EL SEÑOR
VENGA EN POTENCIA Y GLORIA
María de Jesús de Ágreda en su obra espiritual y profética " MÍSTICA CIUDAD DE DIOS", siglo XVII, ofrece con gran penetración sobrenatural, las arras de la exaltación universal de Cristo, después de un nuevo pentecostés y, más en la parusía prefigurada en el tránsito del Santo de los Santos por las calles de Jerusalén. La venerable abadesa del convento de las concepcionistas de Ágreda consignó la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén como preludio del gran gozo de la epifanía del triunfo final del reino.
La entrada de Jesús en Jerusalén, el DOMINGO DE RAMOS, con aclamaciones y cantando el fervoroso ¡HOSANNA!, es el presagio del Triunfo del Sagrado Corazón Eucarístico del Señor con el Advenimiento de un NUEVO PENTECOSTÉS.