1ª Estación: Jesús resucita.
Mt 28, 5-7
"Yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, sino que ha resucitado como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Vayan pronto y digan a los discípulos: "Ha resucitado, y va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán."
2ª Estación: Jesús resucitado se aparece a María Magdalena.
Jn 20, 11-18
"María se quedo afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro, y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús; uno a la cabecera y otro a los pies. Los ángeles le preguntaron: -Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo: -Porque se han llevado a mi Señor, y no sé donde lo han puesto.
Apenas dijo esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era él. Jesús le preguntó: -Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo: -Señor, si usted se lo ha llevado, dígame donde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo.
Jesús entonces le dijo: -¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo: ¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro).
Jesús le dijo: -No me retengas, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y dí a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y Padre de ustedes, mi Dios y Dios de ustedes.
Entonces María Magdalena fue y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también les contó lo que él le había dicho."
3º Estación: Jesús se aparece a las mujeres.
Mt 28, 8-10
En aquel tiempo, las mujeres se fueron rápidamente del sepulcro, con miedo y mucha alegría a la vez, corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús se presentó ante ellas y las saludó. Ellas se acercaron a Jesús y lo adoraron, abrazándole los pies, y él les dijo:
-No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos que se dirijan a Galilea, y que allá me verán.
4º Estación: Los soldados vigilan el sepulcro vacío.
Mt 28, 11-15
Mientras iban las mujeres, algunos soldados de la guardia llegaron a la ciudad y contaron a los jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Estos jefes fueron a hablar con los ancianos, para ponerse de acuerdo con ellos. Y dieron mucho dinero a los soldados, a quienes advirtieron:
- Ustedes digan que durante la noche, mientras ustedes dormían, los discípulos de Jesús vinieron y robaron el cuerpo. Y si el gobernador se entera de esto, nosotros lo convenceremos, y a ustedes les evitaremos dificultades.
Los soldados recibieron el dinero e hicieron lo que se les había dicho.
5º Estación: Pedro y Juan legan al sepulcro vacío.
Jn 20, 3-9
Pedro y el otro discípulo salieron corriendo y fueron al sepulcro. Los dos iban corriendo juntos; pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se agachó a mirar, y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él llegó Pedro, entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas; y además vio que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo que había pasado, y creyó. Pues todavía no habían entendido lo que dice la Escritura, que él tenía que resucitar.
6° Estación: Jesús en el Cenáculo muestra sus llagas a los apóstoles.
Lc 24,36-40
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: -Paz a ustedes. Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu.
Pero Jesús les dijo: - ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo. Al decirles esto, les enseñó las manos y pies.
7° Estación: Jesús en el camino de Emaús.
Lc. 24,13-32
Dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús... Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quien era... Al llegar al pueblo adonde se dirigían... Jesús entró, pues, para quedarse con ellos. Cuando ya estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús.
8° Estación: Jesús da a sus apóstoles el poder de perdonar los pecados.
Jn 20,21-22
Jesús les dijo a los discípulos otra vez: - ¡Paz a ustedes! Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Y sopló sobre ellos, y les dijo: -Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedaran sin perdonar.
9° Estación: Jesús fortalece la fe de Tomás.
Jn 20,27-28
Jesús dijo a Tomás: -Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae t mano y métela en mi costado. No seas incrédulo; ¡cree!
Tomás entonces exclamó: -¡Mi Señor y mi Dios!
10° Estación: Jesús resucitado en el Lago de Tiberíades.
Jn 21,1. 12-13
Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del Lago de Tiberíades y les dijo: -Vengan a desayunarse. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Luego Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se los dio a ellos; y lo mismo hizo con el pescado.
11° Estación: Jesús confirma a Pedro en el amor.
Jn 21,17
Por tercera vez Jesús le preguntó a Pedro: -Simón, hijo de Juan,¿me quieres?
Pedro, triste porque le había preguntado por tercera vez si lo quería, le contestó: -Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo: -Cuida de mis ovejas.
12° Estación: En su despedida, Jesús encarga a los apóstoles la misión de evangelizar.
Mt 28, 16-20
Así pues, los once discípulos se fueron a Galilea, al cerro que Jesús les había indicado. Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó a ellos y les dijo:
-Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
13° Estación: Jesús asciende a los cielos.
Hch 1, 9-11
Mientras los apóstoles estaban mirando, , Jesús fue levantado, y una nube lo envolvió y no lo volvieron a ver. Y mientras miraban fijamente al cielo, viendo cómo Jesús se alejaba, dos hombres vestidos de blanco se aparecieron junto a ellos y les dijeron: -Galileos, ¿por qué se han quedado mirando el cielo? Este mismo Jesús que estuvo entre ustedes y que ha sido llevado al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse allá.
14° Estación: Pentecostés, la venida del Espíritu Santo.
Hch 2, 1-4
Cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos los creyentes se encontraban reunidos en un mismo lugar. De repente, un gran ruido que venía del cielo, como de un viento fuerte, resonó en toda la casa donde ellos estaban. Y se les aparecieron lenguas como de fuego qu se repartieron, y sobre cada uno de ellos se asentó una.. Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablaran.
El Via Lucis, "camino de la luz" es una devoción reciente que puede complementar la del Via Crucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos. Incluímos también la venida del Espíritu Santo porque, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El día de Pentecostés, al término de las siete semanas pascuales, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina".
En el verano de 1988, el Padre Sabino Palumbieri, Profesor de Antropología en la Universidad Salesiana de Roma, propuso la creación de un nuevo conjunto de las estaciones, centrado en la Resurrección y los acontecimientos posteriores de la misma, a fin de hacer hincapié en lo positivo, la esperanza de la historia cristiana que, aunque no ausentes de las Estaciones de la Cruz, está oculto por su énfasis en el sufrimiento. La primera gran celebración pública de esta devoción fue en 1990, tras lo cual ganó un mayor valor.
En diciembre de 2001, la Santa Sede promulgó un Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, que elogió el Via Lucis de la siguiente manera:
Un piadoso ejercicio del llamado vialucis se ha desarrollado y extendido a muchas regiones en los últimos años. Siguiendo el modelo del VIA CRUCIS, los fieles meditan sobre las diversas apariciones de Jesús - de su Resurrección a su Ascensión - en las que muestra su gloria a los discípulos que esperaban la venida del Espíritu Santo (cf. Jn 14, 26, 16, 13-15; Lc 24, 49), el fortalecimiento de su fe, sometidos a la finalización de su enseñanza sobre el Reino y definirse con mayor precisión la estructura sacramental y jerárquica de la Iglesia.
A través del vialucis, los fieles recuerdan el acontecimiento central de la fe - la Resurrección de Cristo - y su discipulado en virtud del Bautismo, el sacramento pascual por el que han pasado de las tinieblas del pecado a la brillante luminosidad de la luz de la gracia (Cf. Col 1, 13; Ef. 5, 8).
Durante siglos, el viacrucis involucraba a los fieles en la Semana Santa, sobre todo en la Pasión, y ayudó a fijar los aspectos más importantes en su mente. Análogamente, el vialucis, cuando se celebra con fidelidad al texto evangélico, puede transmitir eficazmente a los fieles la comprensión del segundo momento del evento pascual, es decir, la Resurrección del Señor.
El Vialucis es potencialmente una excelente pedagogía de la fe, ya que "per crucem ad lucem" [a través de la cruz (uno viene) a la luz]. Usando la metáfora de un viaje, el vialucis pasa de la experiencia del sufrimiento, que en el plan de Dios es parte de la vida, a la esperanza de llegar al verdadero fin del hombre: la liberación, la alegría y la paz que son esencialmente valores de la Pascua.
El Vialucis es un estímulo potencial para la restauración de una "cultura de la vida", que está abierta a la esperanza y la certeza que ofrece la fe, en una sociedad que a menudo se caracteriza por una "cultura de la muerte", la desesperación y el nihilismo.
La devoción del Via Lucis se recomienda en el Tiempo Pascual y todos los domingos del año que están muy estrechamente vinculados a Cristo resucitado.
Para rezar el Via Lucis, en que compartimos con Jesús la alegría de su Resurrección, proponemos un esquema similar al que utilizamos para rezar el Via Crucis:
• Enunciado de la estación;
• Presentación o monición que encuadra la escena;
• Texto evangélico correspondiente, con la cita de los lugares paralelos (en las dos últimas estaciones hemos tomado el texto de los Hechos de los Apóstoles);
• Oración que pretende tener un tono de súplica
Si se desea, después del enunciado de cada una de las estaciones, se puede decir:
V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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