UNA NACIÓN SIN HONOR
Cuando un asesino marroquí entra en dos Iglesias buscando sacerdotes para matarlos mientras cita El Corán y asesina a una personas hiriendo a cuatro, todos los medios woke se esfuerzan en decir que es un caso aislado, que no pertenece a grupo alguno, que no hay que relacionarlo con nada. Me pregunto si hubiera sido al revés qué dirían. Me pregunto si habrá un comunicado del gobierno alauí lamentando el asesinato. Leo enormes diferencias en las generalizaciones que hacen los opinadores cuando se habla de otro tipo de asesinatos.
Dedican más tiempo a tratar de justificar que al fondo del asunto.
Desconocen las culturas, no dicen que hoy ese individuo es un héroe para muchos de sus compatriotas.
Otros culpan a las religiones, en general, igualando a la del asesino con la de las víctimas, que es de paz y amor; como si la culpa fuera compartida por el ejecutor y los católicos que estaban en misa sin meterse con nadie. Y ahora saldrán aquí los del discurso del odio, como si la culpa fuera también mía por escribir la verdad que todos sabemos.
Detrás de este asesinato hay un ambiente social creado por esos mismos periodistas y políticos que se la agarran con papel de fumar cuando hay un musulmán implicado, y sin embargo se ceban si el culpable es un pijo cristiano.
Un ambiente de impunidad moral. Si leyeran a Richard Francis Burton entenderían la forma de pensar de nuestros vecinos; hoy lo celebrarán en Marruecos, tratarán al asesino como un héroe, pero seguramente no nos lo mostrarán nuestros medios bajo la excusa de no provocar racismo ¿racismo? Entrar en dos Iglesias buscando sacerdotes y sacristanes ¿cómo se llama? Nadie mencionará la catolicofobia, pero la veremos en las respuestas a este mismo escrito.
A los cristianos se nos puede hacer cualquier cosa, y si abrimos la boca seremos acusados, además, de defendernos. Cualquier simple mención de judíos o musulmanes es atajada de inmediato, pero insultar a cristianos es gratis, es woke, es lo moderno.
Hoy nos caerán palos a los pocos que hablemos con libertad
El padre Antonio recibió machetazos en cabeza y cuello.
En la parroquia de San Isidro entró el miserable diciendo “por Alá, no se muevan”, se fue y volvió con un machete para matar al sacerdote. Después, entró en otra iglesia y mató al sacristán delante de su mujer.
Nadie menciona el nombre del asesino, gran respeto, nadie dice musulmán, todos “la religión”, es decir, como si las víctimas fueran también culpables. No, no son las “religiones”, es una de ellas la que pone el machete y la otra la que puso los muertos.
No no es discurso de odio, lo es de justicia.
No, no se estigmatiza a todos, pero sí a un ambiente creado por la cobardía y la corrección política que nos ha convertido en una sociedad acomplejada incapaz de defendernos de amenazas evidentes, orquestadas y financiadas por los de siempre, por los mismos que las falsas vacunas, la guerra de Ucrania, la lerdez climática y la alianza de civilizaciones.
Pero lo cierto es que la civilización del sur no nos respeta porque nos hemos convertido en un pueblo de gilipollas acomplejados que ni siquiera cuando nos matan somos capaces de decir “¡ay!”.
Comparen ustedes con la llamada violencia de género, o cuando un asesino que no sea de etnias favorecidas por el relato globalicista es el que mata. Entonces sí es el machismo, entonces sí es el fascismo, entonces sí es la ultraderecha o los hombres o lo que haga falta.
Pero cuando un musulmán marroquí entrado ilegalmente en España y que anda por la calle libre, entra con premeditación y alevosía en dos iglesias matando y citando frases de El Corán, no son los musulmanes, no son los marroquíes, no son los inmigrantes ilegales, no son las leyes blandas, no es el buenismo woke… en estos días leeremos barbaridades sobre los católicos, los cristianos y todo el entorno de las víctimas. Aprovecharán para atacarnos a los de siempre, a los que ante los leones rezábamos, a los que nos dejábamos crucificar sonriendo, a los que creemos en el amor y el perdón.
Y quede claro que estoy atacando a los periodistas, a los políticos y a la sociedad cobarde que no sabe defender a sus hijos, junto a las ideas asesinas del miserable y los que lo defiendan, aquí y en el mundo musulmán.
Se llama Yasin Kanza, y entro gritando “¡Alá es grande!”; cuando fue detenido trataba de entrar en una tercera iglesia con su cimitarra ensangrentada “¡muerte a los cristianos!”, no es un presunto, decenas de fieles lo vieron.
Nos hemos convertido en una nación sin honor.
Un aullido.
Fernando Lopez-Mirones.
UN PUEBLO SIN DIGNIDAD NO ES RESPETADO. Un aullido
LO MÁS GRAVE DE TODO SON LAS DECLARACIONES
DE LA CONFERENCIA (ANTI)EPISCOPAL ESPAÑOLA:
UDS. SON SEPULCROS BLANQUEADOS. UDS. SON FARISEOS.
¿QUÉ CRISTIANO SOMOS? HEMOS RENEGADO
DE NUESTRAS PROPIAS CRUZADAS,
DE NUESTRA PROPIA HISTORIA.
VER+:
Federico a las 7:
Para la Conferencia Episcopal el atentado islamista "no tiene que ver con la religión".
Para la Conferencia Episcopal el atentado islamista "no tiene que ver con la religión".
PORQUÉ SOY CRISTIANO”,
por Antonio Gil-Terrón Puchades
“En su disculpa, podía haberme dado mil excusas diferentes, y todas ellas creíbles. Sin embargo la historia que me contó me pareció tan kafkianamente absurda e irreal, que decidí creerle”.
Y es que cuando alguien miente, racionaliza su mentira de modo que esta sea creíble. Porque ser mentiroso no implica ser tonto; aunque también los hay.
El otro día un amigo me preguntó por qué era cristiano y no de otra religión.
Le dije que, experiencias místicas aparte (de las que personalmente tendría material para escribir un libro), en primer lugar era cristiano porque posiblemente el cristianismo sea la más absurda de todas las religiones, y por ello, la más creíble.
En segundo lugar, le dije que era cristiano porque me daba la gana, y no porque ningún Estado teocrático (que haberlos, ´haylos´) me lo impusiera a la fuerza, mediante el terror o la amenaza.
En tercer lugar, por lo ´poco comercial´ (humanamente hablando) de aquello que podríamos llamar el Génesis del Nuevo Testamento: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fue hecho tenía vida en ella, y para los hombres la vida era luz. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron”. Juan, 1: 1-5.
Un texto poco populista, complicado y de difícil asimilación, que escapa a la comprensión racional y que durante casi dos mil años, nadie ha sabido explicar racionalmente; o por lo menos, si alguien lo ha hecho, yo no lo he leído.
En cuarto lugar porque el cristianismo predica el amor al prójimo, y el desprendimiento de las riquezas materiales; dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar al enfermo… y, el perdón y el amor hacia nuestros enemigos. Toda una doctrina que es antinatural al ser humano, a pesar que de un tiempo a esta parte ha sido copiada por todo un aluvión de ONGs y Agendas laicistas, cuyo denominador común ha sido el apropiarse de un ideario ajeno, prescindiendo maliciosamente del nombre de su Autor.
Así pues, soy cristiano porque la filosofía cristiana no responde a una lógica humana, ni lo pretende. El cristianismo confiesa sin pudor su origen divino, y yo creo que lo tiene, ya que a ningún ser humano se le hubiese ocurrido inventar una filosofía tan incomprensible como poco atractiva, y que sin embargo funciona y no ha parado de crecer desde hace dos mil años.
Tal vez sea por ese éxito de la Palabra de Jesucristo que muchos mercaderes se han animado, de un tiempo a esta parte, a montar sus propias ONGs, simplemente copiando al cristianismo, pero sin el cristianismo. Religiones artificiales a la carta. ‘business is business´. Y ello por no hablar de lo chirriante que resulta ver las movidas ´pseudo-solidarias´ de los banqueros, el segundo oficio más viejo del mundo, (el primero es la prostitución), en su afán nada desinteresado de blanquear su imagen.
Nota: Si nos molestamos en estudiar la Historia de las Religiones, veremos que, salvo el cristianismo, prácticamente todas están construidas en base a la lógica terrenal, como fórmula que dé respuesta a todo aquello que escapa a nuestra comprensión. Porque para que las religiones funcionen y ganen adeptos, hace falta que sus mandatos sintonicen con la naturaleza humana, y no olvidemos que lo natural en el hombre no es precisamente la bondad, el pacifismo, la austeridad, la humildad, la generosidad, el sacrificio gratuito por los demás, y el amor al enemigo.
Tal vez por ello es que Jesucristo fue crucificado, y sus seguidores llevan siendo perseguidos y martirizados desde hace 2.000 años, como Diego Valencia, el sacristán de la Iglesia Nuestra Señora de la Palma, recientemente martirizado en Algeciras
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