A la manera de Dios
"My way" (a mi manera) o a la manera de Dios
"- Yo soy el camino, la verdad y la vida -le contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mí." Juan 14:6
Por las buenas o por las malas, es una lección que todo cristiano debe de aprender tarde que temprano. Por las buenas no hay desesperación, miedo ni fracasos. Pero por las malas, pasa todo lo contrario. Todos nosotros antes de conocer al Señor, vivíamos a nuestra manera. Y el "My way" (a mi manera) era intocable. Era impensable que alguien nos dijera cómo dirigir nuestras vidas, después de tanto tiempo cuidando de nosotros mismos. Pero dadas las circunstancias muchos aceptaron al Señor en su corazón mas no de todo corazón. Una vez que Jesús les ha librado, y la humildad se ha olvidado, vuelven a tomar el control de sus vidas, ¿y qué sucede? nada menos que fracasos. Pues Dios es tan celoso que por las buenas o por las malas, nos dará un final feliz.
"My way" es fácil, pues no exige mucho. La manera de Dios no es fácil, pero da en abundancia. "My way" es cobarde, pues no le gusta enfrentar sus temores. La manera de Dios es enfrentar nuestros temores . Pero una vez que lo hacemos, Él manifiesta Su gloria. "My way" busca el reconocimiento personal, sin embargo nunca habrá suficiente para llenarle. La manera de Dios no busca reconocimiento personal. Pero solo prescindiendo de nosotros mismos, encontraremos plenitud. "My way" cree saberlo todo y no necesita ayuda. Pero esta creencia lo lleva solo a fracasos. En ocasiones la voluntad de Dios no pareciera lo que esperamos, no por eso significa que Dios no esté actuando, solamente que no lo está haciendo a nuestra manera. La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Sin embargo, muchas veces lo olvidamos. Y al no mirar lo que queremos mirar, volvemos a "My way".
Contrario a lo que dice las letras de la canción “A mi manera” hoy canto en voz muy alta que mi fortaleza y mi confianza están en Cristo y Su Palabra y que mi determinación la dirige Él, y que hacer lo que “siento” es falta de sabiduría tanto como decir lo que pienso sin antes llevarlo al trono de la gracia y pedir la orientación de mi Señor.
Indudablemente muchas veces siento temor, pero el amor perfecto de Dios lo echa fuera, y que nunca más quiero resolver mis situaciones a mi manera sino a la manera de Dios, Quien me garantiza la victoria. Todavía no estoy donde desearía estar, mis luchas son enormes. Lucho con mi orgullo, mi naturaleza competitiva y aún mantengo, aunque cada vez menos, la necesidad de llamar la atención, de la aprobación y de ser halagada.
Pero sé en Quién he creído y sé que cada día por medio de Él iré avanzando metros en esta carrera para crecer y cambiar hasta llegar a ser una mujer conforme al corazón de Dios.
¿Te encuentras en una lucha por el control de tu vida y de los que están cerca de ti, que te mantiene estancada en tu crecimiento espiritual? Nuestras vidas pertenecen a nuestro Creador, permite que Él tome el timón y te aseguro que podrás sentir de manera sobrenatural la paz que Él nos ha prometido que sobrepasa todo entendimiento.
A tu manera, Señor
Florentino Ulibarri
Saliste, Señor, en la madrugada de la historia
a buscar obreros para tu viña.
Y dejaste la plaza vacía –sin paro-,
ofreciendo a todos trabajo y vida
-salario, dignidad y justicia-
Saliste a media mañana, saliste a mediodía
y a primera hora de la tarde
volviste a recorrerla entera.
Saliste, por fin, cuando el sol declinaba,
y a los que nadie había contratado
te los llevaste a tu viña,
porque se te revolvieron las entrañas
viendo tanto trabajo en tu hacienda,
viendo a tantos parados que querían trabajo
-salario, dignidad y justicia-
y estaban condenados todo el día a no hacer nada.
Al anochecer cumpliste tu palabra.
A todos diste salario digno y justo,
según el corazón y las necesidades te dictaban.
Quienes menos se lo esperaban fueron los primeros
en ver sus manos llenas;
y aunque algunos murmuraron,
no cambiaste tu política evangélica.
Señor, sé, como siempre, justo y generoso,
compasivo y rico en misericordia,
enemigo de prejuicios y clases,
y espléndido en tus dones.
Gracias por darme trabajo y vida, dignidad
y justicia a tu manera... no a la mía.
Ulibarri Fl.
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