CÁSTOR VISPO VILLARDEFRANCOS,
UN GALLEGO QUE HIZO REÍR A LOS CUBANOS
Cástor Vispo Villardefrancos fue, como tantos otros gallegos, un coruñés (Ortigueira) que con tan sólo dieciocho años emigró a Cuba en donde ya se encontraban algunos de sus familiares.
Vispo aprendió y comprendió las esencias de la cultura popular cubana de aquellos tiempos, se identificó con la idiosincrasia, dichos y modismos del pícaro cubano y supo como volcarlas paulatinamente a través de sus personajes.
Trabajó en la administración del periódico El Universal, en las oficinas de un almacén y en los tiempos libres, se dedicaba a su pasión: escribir. Por ello, no es de extrañar que su historia se fuese vinculando cada vez más con la prensa, la caricatura, el teatro y la radio cubana.
Será en este último medio donde se llegará a convertir en el más cubano de los gallegos que se asentaron en la isla y, aún hoy, es considerado allí como el mejor autor humorístico de todos los tiempos. No en vano, Vispo fue el rey del retruécano y de las situaciones picarescas extraidas de la cotidianeidad del pueblo cubano. Manejaba como nadie los diálogos chispeantes de humor y las frases delirantes que pronto se convertían en señas de identidad de la cultura popular.
Al surgir el semanario “La Semana”, Vispo envió al mismo unos versos que no se publicaron pero que le valieron su ingreso en la redacción y más tarde sus creaciones serían leídas en toda Cuba. En dicha publicación creó el inolvidable personaje denominado “El Barón del calzoncillo encantado” que más adelante adaptó (1948-1949) para RHC Cadena Azul. Ésta era propiedad de Amado Trinidad Velasco desde el año de 1941 que pertenecía a la famosa empresa cigarrera Trinidad y Hermanos ).
En 1937 introdujo en la CMK Radiodifusión O’Shea a uno de sus primeros personajes populares: Rudersindo Rodríguez, Rudy Rod, detective gallego de Santa Marta de Ortigueira con el que parodiaba al chino Chan Li Pó, que por entonces triunfaba en la misma emisora con Las Aventuras de Chan Li Pó concebido por Caignet en 1933
Castor Vispo se expresaba en sus obras de una forma genial y humorística que el dominaba a placer destilando parodia y caricatura en sus personajes lo que fidelizaba a su audiencia radiofónica representada por la gran comunidad española de la isla en ese momento.
Después, en abril de 1940, le tocó el turno a “Pepe el Cortao”; éste programa al igual que el anterior, eran sendas parodias de la referida obra de Caignet y de las ya famosas aventuras de “Pepe Cortés” del también autor de radio Aramís del Real, otro éxito local.
Sin embargo, este español deseaba hacer un espacio radial novedoso, con el cuál saltó a la fama internacional, tal vez sin proponérselo. Algunas caracterizaciones que usaría para su nuevo programa, ya los había utilizado -en cierta forma- en las dos mencionadas series radiofónicas que la precedieron.
Castor jugaba con la sátira, la burla y la ironía. Una simbiosis galaicoamericana del buen guionista que desea conectar con su público, Vispo acogía reflejos de la actualidad política de la isla, a la vez que envolvía a sus personajes que los caracterizaban con la gente de la calle lo que le otorgaba el entrar en el reino del favor del público. El prestigioso actor radiofónico Aníbal del Mar fue uno de los fijos en La Tremenda Corte, la serie que acabaría de consagrar a Castor Vispo como autor cómico a partir de 1941 durante las dos siguientes décadas sin interrupción.
¡Secretario, póngale de inmediato 180 días de arresto!— El Señor Juez al enterarse de la existencia de este artículo.Mira, tu haces así y luego vienes... ¡La cuestión del asunto es...! Esto... ¿Entiendes lo que estoy diciendo?— José Candelario Tres Patines explicando cualquier cosa.Llame a los implicados en este Inciclopedicidio...— El Señor Juez sobre el secuestro de un inciclopedista.
El éxito “La Tremenda Corte”, fue obra de éste ingenioso y prolífico escritor de comedia Cástor Vispo, definitivamente compenetrado con el habla y la psicología popular cubana. Los encargados de la dirección y producción del programa fueron Francisco Álvarez de Lara (Paco Lara) y luego Miguel Yao, unos colaboradores cercanos.
La Tremenda Corte fue un programa radiofónico del género de comedia, producido en La Habana, Cuba. Se transmitió entre 1942 y 1961 de forma ininterrumpida. A mediados de la década de 1960, el programa se resucitó para la televisión en Monterrey, México, aunque relativamente por pocos años (tres temporadas y media, entre 1966 y 1969).
Este conocido programa de radio es considerado por muchos conocedores en la materia, como la mejor comedia radiofónica producida en Latinoamérica en aquella época.
Tanto Vispo como el equipo de producción se dieron a la tarea de buscar cómicos locales con los cuales crear un espacio de corte liviano y de humor blanco, en 1941 (en plena Segunda Guerra Mundial) como una forma de alegrar y hacer olvidar de sus problemas a los habitantes de la isla. Pronto dieron con Leopoldo Fernández , un talentoso comediante que ya era reconocido en espacios radiales y teatrales, así como a su inseparable amigo, Aníbal de Mar, quien ya había trabajado tiempo atrás con el español. El resto del elenco surgió de pruebas con otros cómicos menos conocidos, pero igualmente destacados.
Al gran éxito radiofónico, el multifacético Vispo le sumó el escribir guiones para otras muchas obras como el filme Hitler soy yo (1944), considerado uno de los mejores filmes de la época o Tiburcio Santamaría: El vigilante poeta de la 9ª Estación de Policía (1948), y posteriormente La verdad desnuda.
En 1947, "La Tremenda Corte" al igual que otros varios programas de su época, fue trasladado para la emisora competidora CMQ Radio por sus anunciantes y patrocinadores, en busca de mayores ventajas competitivas.
Los programas se transmitían en ese entonces en vivo, tres veces por semana de lunes a viernes a las 8:30 PM y eran patrocinados por una firma de productos de perfumería y jabones.
Para llenar un libreto radial de quince minutos había que escribir muchas cuartillas de texto, y “La Tremenda Corte” estuvo en el aire sin interrupción desde 1942 a 1961 (primero en RHC Cadena Azul y más tarde en CMQ), y su único escritor fue Vispo. Esta labor, por lo tanto, resultaba bastante extenuante para su imaginación, algo que siempre logró sacar adelante durante ese lapso.
Se estima que grabaron más de 360 programas, muchos de los cuales aún se escuchan por radio, pero hay unos pocos de esos episodios que nunca han salido de Cuba y por ende poco se conoce de ellos.
De todos esos programas radiofónicos que se grabaron en la estación CMQ de La Habana, entre 1947 y 1961, nadie sabe cuántos aún perviven, y se consideran objetos raros y de un valor incalculable para los admiradores y coleccionistas de la serie.
"Pototo & Filomeno"En 1951, se estrenó la película cómico musical llamada “Hotel de muchachas”, filmada en blanco y negro y dirigida por Manuel de la Pedrosa. En ella destacan con sus papeles protagónicos Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, en su debut en la pantalla grande como "Pototo" y "Filomeno". Julito Díaz (el “Secretario” de "La Tremenda Corte") tuvo un papel más secundario. La cinta pronto se convirtió en un clásico dentro de su género para esa época, a pesar de tener una concepción bastante liviana, y motivó a que sus actores continuaran con los personajes.
En 1955, el programa radial recibió un segundo aire de forma indirecta, al estrenarse el espacio humorístico de TV "El show de Pototo & Filomeno", a través de CMQ TV, en el que Leopoldo Fernández ("Pototo") hacía un papel muy similar al de "Tres Patines"; su compañero era nuevamente Aníbal de Mar ("Filomeno").
El espacio consistía de sketchs humorísticos y canto con música tropical con orquesta, uno de los precursores en su estilo en la isla. Su éxito propició dos discos de la pareja y una segunda película ("¡Olé Cuba!") en 1957. El show lo presentaron en los cabarets Sierra y el Montmatre de La Habana.
En la cúspide de su éxito, las actuaciones del reparto los llevaron a países como Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Perú, Panamá y la República Dominicana, donde fueron aclamados.
Todo esto sucedía paralelo a su trabajo con "La Tremenda Corte", pero gran parte del público los identificaba aún con sus caracterizaciones de radio.
Cancelación del programa radialCerca del año 1960 hubo un giro drástico en la producción del programa producto de la revolución encabezada por Fidel Castro y de una sociedad políticamente convulsa que tuvo lugar en esos años. Sin embargo las circunstancias de ese entonces no detuvieron a los protagonistas quienes años después llevaron el programa a la televisión, manteniendo mucho del característico estilo que tuvo en la radio.
Previamente, se hicieron adaptaciones para teatros locales que conllevaron algunas funciones polémicas, en vista de que los actores del programa (en particular Leopoldo Fernández) eran abiertamente críticos a la política y así lo manifestaban en sus actuaciones.
El castrismo con su rígida tendencia marxista de esos años mostró su disconformidad con la existencia de espacios humorísticos en los medios de comunicación, y sobre todo cuando sus líderes empezaron a ser objeto de los chistes.
Los años 1960 a 1961 fueron particularmente difíciles para el elenco, cuando el Gobierno empezó a enviar grupos de los suyos para que escandalizaran con sus consignas comunistas las actuaciones e interrumpieran por todos los medios las funciones.
Como no lograron su fin, en 1961 se emitió en la isla un decreto en el que se obligaba a toda compañía teatral, radial o televisiva a someter sus programas a la Comisión de Censura.
A pesar de ello, una noche de ese mismo año en la que se presentaba “La Tremenda Corte” en su adaptación para el Teatro Nacional, se desató una balacera por parte del cuerpo de represión G2, en la que Fernández fue arrestado y debió purgar una condena de 27 días, en su casa por cárcel, sin mayor justificación.
Luego de que fue absuelto, se contó una anécdota bastante curiosa. Fernández elaboró una pequeña pieza cómica que presentó en el mismo lugar de la capital cubana, en la que interpretando a “Pototo”, él y otro actor revisaban un archivo de fotos de los presidentes de Cuba para instalarlos en la pared. El otro actor mostró una foto de Fulgencio Batista y Leopoldo le dijo:
–"A éste lo botas..." El actor siguió sacando diferentes figuras de políticos con la invariable respuesta del comediante: –"A éste también lo botas..." Finalmente, el ayudante sacó una foto de Fidel Castro. Leopoldo la miró, la mostró al público y dirigiéndose a la pared, dijo con su habitual socarronería: –"Déjame que a éste lo quiero colgar yo...".
El chiste, que en su momento tuvo gran difusión y fue repetido en todas partes, concluía afirmando que esta frase fue la que obligó a su detención y posterior salida de Cuba hacia el exilio en ese mismo año. Pero con todo y lo bien rimada, la historia fue totalmente desmentida después en Miami por el mismo Fernández, quien, cuando escuchó la versión de labios de un supuesto asistente al teatro durante la citada función, le corrigió no sin cierto dejo de disgusto y midiéndolo de pies a cabeza: “Caballero, si yo hubiera hecho y dicho aquéllo, no estaría ahora aquí contando el cuento...”.
Sea como fuera (ocurriera el evento citado o fuera sólo una especie de "leyenda urbana" al fin), la policía de Castro clausuró el espectáculo teatral de “La Tremenda Corte” y las presentaciones de "Pototo & Filomeno" en forma definitiva.
A inicios de 1962, el medio artístico cubano sufrió un fuerte revés cuando el gobierno fidelista incautó la radio CMQ y canceló todos los programas de humor que realizaba. Esta situación propició que la nómina principal de "La Ttemenda Corte" (a excepción del equipo de producción, entre ellos Cástor Vispo), emigrara de Cuba ese año en dirección a Miami, Estados Unidos, para no regresar más.
El ambiente era incómodo e incierto para continuar haciendo su trabajo humorístico, del cual nunca obtuvieron una justa y proporcionada remuneración económica, a pesar del reconocimiento público e internacional.
La razón del auto exilio obedeció a razones económicas y nunca por diferencias de ideología. De hecho, ninguno de los actores del reparto manifestó en su ocasión alguna afinidad política y decidieron mantenerse al margen de los hechos que agitaban a la sociedad cubana, aun cuando estuvieron radicados en el exterior.
En aquella época los actores no recibían regalías por los derechos de copia del programa como sucede en la actualidad, por lo que de forma astuta Abel Mestre, (que había sido ejecutivo de la empresa CMQ antes de ser expropiada por el castrismo) compró gran parte de los capítulos de La Tremenda Corte a un precio verdaderamente irrisorio. Luego los ofreció en venta a muchas de las principales estaciones de radio latinoamericanas de esos años.
Su valor de venta se estimó ese entonces en $ 20 US por episodio, o más de $ 7.000 US la totalidad de los que aún se conservan grabados, una cantidad exorbitante aún hoy en día.
El programa de radio volvería a cobrar vida en México para mediados de los años 60 por intermedio de la estación de radio XEFB-AM (localizada en Monterrey), ahí se empezaron a transmitir de nuevo los episodios grabados en Cuba. Las transmisiones de radio tuvieron una gran acogida en el público, y ello lanzó a la popularidad la serie en ese país.
Ese éxito motivó a crear una versión adaptada a la televisión, y tiempo después Televisión Independiente de México (Cadena TIM) proyectó las primeras transmisiones de la versión en pantalla chica de esta serie en 1966 por medio del canal 6 de Monterrey (XET-TV 6) y canal 8 en el Distrito Federal (XHTM Canal 8), con un espacio semanal de media hora (alrededor de 21 minutos sin comerciales).
Para ese entonces la Cadena TIM tenía una magnifica programación, gracias a que había contratado a los mejores creativos cubanos del momento.
Sin embargo, esta serie televisiva evidenciaba las limitaciones de la época, como el cartón pintado a modo de escenografía y con los rudimentarios equipos de vídeo, en formato de baja resolución y en blanco y negro. La última temporada al aire contó con público en el set que presenciaba en vivo la filmación, dándole mayor credibilidad al Juzgado; ésta circunstancia resaltó la capacidad de improvisación de los actores y su dominio escénico.
"La Tremenda Corte" fue uno de los primeros programas cómicos televisivos que se exportaron desde México hacia diversos países de América. Como nota curiosa en los primeros capítulos de esta serie no aparece el personaje del gallego "Rudecindo Caldeiro y Escobiña", papel que en la TV estuvo a cargo del conocido Florencio Castelló (de origen andaluz), uno de los pocos contratados para el espacio con amplia experiencia y trayectoria en actuación frente a las cámaras.
Del reparto original de radio, sólo repitieron en sus papeles Leopoldo Fernández (además escritor de los libretos en ausencia de Vispo) y Aníbal de Mar, personajes centrales e insustituibles en la trama del programa. Mimí Cal ("Nananina") y Adolfo Otero ("Rudecindo"), dos comediantes habituales de la serie original, declinaron la oferta de participar, desde su exilio en Miami.
El resto del elenco fueron actores cubanos y mexicanos, en su gran mayoría totalmente desconocidos del público, en vista de que la televisora no estaba dispuesta a pagar altos salarios. Algunos de ellos, como un joven Alfonso Zayas ("Casimiro" de participación muy ocasional) se dieron a conocer a través de esta serie. Otro actor particular fue "Tonina Jackson", conocido en el país como un personaje de lucha libre durante las décadas del 50 y 60, y que apareció en unos cuantos episodios. Muchos actores volvieron al anonimato en el que se encontraban -una vez que se canceló la serie-, sin que se sepa mucho de sus vidas. Con ellos a bordo, se sumaron personajes distintos a los que se habían escuchado décadas atrás.
El programa televisivo tuvo corta vida (hasta mediados de 1969), en vista de que los costos de producción resultaron insostenibles para la televisora y no existía un patrocinio suficientemente fuerte que lo sustentara, a pesar de las evidentes limitaciones técnicas con las que se trabajaba. La cuarta temporada resultó inconclusa, a pesar de que ya era un éxito en otras latitudes del continente y al esfuerzo de los actores por mantenerlo al aire.
Por otro lado, la Cadena TIM estaba en medio de una seria crisis financiera y de cambios de tipo administrativo, que culminaron en 1973. Ese año TIM se fusionó con su competidor, Telesistema Mexicano, formando de esa unión lo que hoy se conoce como Televisa, una de las cadenas mediáticas más poderosas del mundo.
Mientras esto sucedía, Leopoldo Fernández fue requerido para realizar la película mexicana "Las vírgenes de la nueva ola" (1969, Fernado Cortés), filmada en Miami y la primera que realizó a colores y sin la presencia de Aníbal de Mar. En ella aparece brevemente el destacado cantante Daniel Santos.
A mediados de ese mismo año de 1969, Panamericana Televisión (canal 5 de Perú) compró los 260 capítulos filmados y los derechos de "La Tremenda Corte" a la Cadena; así ellos contrataron por una corta temporada a Fernández para otra variante del programa, llamada "El Guardia Tres Patines". Allí encarnaba a un policía despistado de sabor tropical y su jefe era Antonio Salim (el sargento "Bonifacio Palomino") junto a otros cómicos peruanos del medio, como Jorge Montoro y Anita Saravia. El espacio no tuvo gran difusión ni trascendencia fuera de ese país.
Una última adaptación para Panamericana fue el todavía menos afortunado y desconocido "Tres Patines en su salsa" (1970), del que no se conserva mucho material auiovisual y con el cuál el artista se retiró de Lima. Nunca se volvieron a reunir los actores originales de la serie en los años siguientes.
Sin llegar a exagerar, este ha sido uno de los programas de radio más ampliamente escuchados de los últimos años en muchos países de América, y tanto ha sido su éxito, que incluso hoy en día sigue transmitiéndose en diversas emisoras de radio, principalmente para audiencias en México, Perú, Panamá,Costa Rica, el Caribe (en particular en República Dominicana), la Florida en los Estados Unidos y resto de América Latina; y por si fuera poco, también su versión televisiva continua retransmitiéndose en ciertas cadenas, principalmente para canales en México, Perú, Ecuador y Panamá.
Mega TV Canal 22 de Miami anunció que a partir del 15 de enero de 2007 tendría una emisión diaria de la serie, en el sur de Florida. En Puerto Rico, la radioemisora WPAB (550 KHz-Ponce) trasmite de lunes a viernes dos capítulos en el horario de 13:00 a 14:00, reteniendo una audiencia considerable.
Obviamente el pasar de los años, el volumen de audiencia que hoy disfruta de programa ya no es tan numeroso como antes ni tan joven e identificado con el pasado como lo fue tiempo atrás.
En resumen, "La Tremenda Corte" es el más claro ejemplo de que el buen humor no hace referencia al tiempo. Solo basta darle un nuevo vistazo al programa para darse cuenta de su actual vigencia. La Tremenda Corte incluso sobrepasa en mucho las tendencias "modernas" de la comedia, que a veces carecen de creatividad y utilizan como recurso el morbo, y las malas palabras como un fácil recurso.A Vispo se le consideró mucho tiempo como el mejor autor humorístico radial de todos los tiempos en Cuba. Además varias comedias suyas fueron representadas en el Teatro Martí en 1942 por la compañía de teatro Leopoldo Fernández. Fue alguien muy brillante y tuvo mucha influencia sobre los guionistas radiales. Falleció en La Habana en 1966.
La Tremenda Corte fue un programa de radio del género cómico,
el cual se produjo en La Habana, Cuba, y cuyos guiones realizaba Cástor Vispo.
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