DECÁLOGO DE UNA PERSONA
PSICOLÓGICAMENTE SANA
Si crees que conseguirlo es misión imposible y que estas cosas solo pasan en las películas, déjame que te recuerde que está a tu alcance lograrlo. Y no es arte de magia, es fruto de tu inteligencia emocional. ¿Te atreves a intentarlo?
- Es flexible y acepta los cambios. Sabe que el control absoluto de la vida es imposible, y que la vida no es ni puede ser una mera rutina. Aprovecha los cambios y las novedades para crecer, y se deja llevar en ocasiones por la improvisación.
- Toma decisiones y asume riesgos, pese a no tenerlas todas consigo. Su máxima preferida es “La vida es ensayo error” y esta otra expresión la utiliza cuando le salen mal las cosas “Más se perdió en Cuba“. Y no cae en picado.
- Practica el pensamiento racional. Trabaja para tener un estilo cognitivo con pocas distorsiones, reconoce sus pensamientos más negativos, los acepta y no los engorda con pajas mentales. Es capaz de gestionar sus emociones y no se deja atascar por ellas. Se aleja del lado oscuro de la fuerza.
- Realiza actividades variadas, permanece activa y vive con pasión. Piensa que la vida es como una gran empresa, y sabe que si diversifica los riesgos, las probabilidades de fracasar disminuyen. Si alguna de las actividades dejan de funcionar o fallan, no se acaba el mundo, tiene en la recámara otras muchas a las que agarrarse.
- Tiene intereses sociales. Sabe que hay estudios (Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard) que indican que el tamaño de la amígdala es mayor en las personas que tienen una vida social activa, y se lo toma muy en serio. Tiene un buen arsenal de actividades sociales que se convierten en un escudo de protección ante la depresión, y que además le ayudan a retrasar el deterioro cognitivo. Por último, sabe también que las personas ricas en relaciones sociales tienen un sistema inmunológico más fuerte, por lo que enferman menos y viven más. Un amigo es una sonrisa, y un buen amigo, unas carcajadas.
- Tolera los errores y acepta el término medio. Otra de sus máximas favoritas es “Ni calvo ni siete pelucas“. La vida está llena de matices, y que verdades absolutas, las justas y necesarias. Al observar el mundo, no lo ve en blanco y negro, el mundo lo ve lleno de grises y de otros muchos colores, no todo es de color de rosa. Es un relativista intelectual.
- Se cuida y cree en sí mismo. Se premia y es consciente cuando acierta; y analiza y es condescendiente cuando comete un fallo. Se quiere, se mima y se cuida, de la misma forma que trata a la gente que más quiere.
- Vive el presente sin dejar de tener un proyecto de vida. Tiene la mirada puesta en el presente, es un especialista en el aquí y ahora, y no olvida que tiene un proyecto a largo plazo vital. No es un caballo que va a galope de los impulsos.
- Se acepta y sabe disfrutar de la soledad y de la compañía. No se le acaba el mundo cuando se queda a solas, y saca provecho de la soledad para pensar, soñar, divertirse y aburrirse (esto último le potencia la creatividad y no le abruma).
- Sonríe, sonríe mucho y es generosa. Es un realista positivo en grado mayúsculo, y reconoce que aunque la realidad en algunas ocasiones sea un tanto complicada o desagradable, no hay mal que cien años dure. Intenta a su vez hacer la vida fácil a los que le rodean, e intenta ayudar a las personas de su entorno. La generosidad está instalada en su ADN.
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