EL Rincón de Yanka: St. VINCENT, UN SANTO ENTRE NOSOTROS

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viernes, 5 de agosto de 2016

St. VINCENT, UN SANTO ENTRE NOSOTROS


St. Vincent 
Un santo entre nosotros


Este artículo pretende ser desde su publicación uno de los mejores regalos que podemos hacer a los santos que hay entre nosotros. No necesariamente serán reconocidos por la Iglesia pero al menos hoy quiero brindarles la oportunidad de ser reconocidos por vosotros.

Hay muchos aunque probablemente hasta hoy no te habías dado cuenta. Son esas personas que dan luz e inspiración con algunos de sus actos a tu vida. Te infunden valor y respeto y te hacen renovar la fe en nuestra especie.

¿QUÉ ES UN SANTO?
“Un santo es un ser humano que celebramos por los sacrificios que hace, por su compromiso para hacer del mundo un lugar mejor”. Padre Geraghty
Es lo que es. No busca ser alguien diferente. Así es un santo entre nosotros. Alguien lleno de dedicación y compromiso. Con él. Con aquellos que cada día le rodean. Aquello que es, mejora la vida de los otros. Sacrifica su tiempo por una causa justa. Es digno y honesto, mira siempre al frente y dice su verdad. Puede que a simple vista no parezca el más apropiado candidato. Tal vez cometa muchísimos errores pero cada vez que notas su presencia, te invade. Algunos días puede ser gruñón, irascible y hosco. A menudo puede parecer algo descuidado. Pero si te atreves a mirar algo más adentro, descubrirás un santo bajo esa superficie.
Un santo no se rinde nunca. Y si alguna vez se rinde es solo con la idea de alcanzar la gran victoria. No necesita nunca la aprobación de otros. No vive para un solo acto de fe sino para ser la verdadera fe en los actos. Cada día esculpe al menos dos sonrisas; la que el se dibuja pase lo que pase y la que provoca en otros cuando pasa. Si tienes un problema puedes pasearlo junto a él mientras te cuida. Cree en lo que hace. Hace lo que cree. Alguna que otra vez puede que mienta, pero son tantas veces las que para tí es la verdad, que apenas recuerdas esas otras.
No siempre está ahí cuando crees que lo necesitas pero sabes que siempre estará ahí si tú te atreves a decirle “Hoy te necesito”. Es recto y firme aunque camine algo curvado. No sabe hablar demasiado bien de todo y hace poco. Pero lo hace. Y notas que lo hace. Sientes cuando lo ha hecho que no podía dar nada más de sí en ello. Se vierte sobre las cosas, las abraza.

Las personas a las que ama son más importantes que todos sus principios. O las personas a las que ama son todos sus principios. Porque su corazón aunque a veces no parezca latir, sencillamente vuela.

¿QUIÉN ES UN SANTO EN TU VIDA?

Un santo no se reconoce. No es capaz de saber que es un santo, ni siquiera se da cuenta de ello. Es necesario que tú los reconozcas. Es necesario recordárselo a menudo. Los cristianos lo saben y por eso todos los días del año recuerdan a sus santos.

Estoy seguro de que tú también tienes los tuyos. Si es así y has identificado a ese santo cerca de tí y entre nosotros, te agradeceríamos que hoy al menos se lo digas. Que salgas del río y evites la corriente. Que le envíes este pequeño retrato de lo que es un santo entre nosotros para decirle:

ESTO PARA MÍ ES LO QUE ERES.
Sin más.


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IDEA CENTRAL DE LA PELÍCULA:

Un día Oliver, de doce años, llegó del instituto con el siguiente encargo como deberes: busca al santo católico que más te inspire y a alguien en tu vida real que posea cualidades similares a las de ese santo. Escogió a San Guillermo de Rochester, santo patrón de los niños adoptados.


BIOGRAFÍA
San Guillermo de Rochester, panadero mártir. 23 de mayo y 22 de abril (traslación de las reliquias).


Su culto consta desde el siglo XII, pues en 1160 el monje Thomas de Monmouth escribe la primera “vita” que se conoce, pero está claro que es anterior, pues las biografías, legendarias o no, suelen responder a la necesidad de conocer más sobre un santo al que ya se le venera lo suficiente.

Según esta, Guillermo era un panadero, hijo de panaderos, de la ciudad de Perth, quien de joven vivió una vida disoluta, alejado de las enseñanzas de sus padres. Por intercesión de la Santísima Virgen fue sanado de una grave enfermedad y se convirtió de su mala vida. Enmendado, tomó el negocio familiar, se casó y tuvo varios hijos. Era un hombre nuevo: oraba, iba a misa diariamente, socorría a los pobres, para los cuales separaba un pan de cada diez que cocía. Una mañana de invierno, al salir de misa, vio un bebé abandonado a las puertas de la iglesia, lo recogió, lo bautizó y lo adoptó como hijo propio. Aunque le llamó David, el niño creció con el apodo de Cockerman, o sea “expósito”. Lo educó como a sus propios hijos, sin distinciones de cariños ni exigencias, pero le salió mal. David Cockerman no se sentía igual, y tenía envidia de los hijos carnales de sus padres, aunque lo callaba.
Pasaron los años y libre de la carga del trabajo, Guillermo quiso hacer una peregrinación a Jerusalén, eligiendo a su hijo adoptivo para que le acompañase a visitar los Santos Lugares. No avanzaron mucho. Al llegar a Rochester, camino de Canterbury David temió que el viaje menguara demasiado los dineros que llevaba su padre, así que guió a este a una callejuela apartada y allí le abrió la cabeza con un hacha, le abrió la garganta con un cuchillo y le robó la bolsa, las ropas y huyó a Escocia.
El cuerpo fue descubierto por una mendiga loca, que conmovida, trenzó una guirnalda de madreselvas, la colocó primero en la cabeza del cadáver y luego la suya, quedando de pronto sana. Contó lo sucedido y viendo los que la conocían su curación, corrieron a ver el cadáver, al que hallaron resplandeciente. Avisaron al clero y este, preventivamente, llevaron el cuerpo a la catedral, verificándose varios milagros en el traslado, por lo que los monjes decidieron enterrarlo allí mismo. Enterados de quien era, la viuda y los hijos decidieron perdonar al agresor, del que nunca más se supo, y constatando la devoción que el pueblo comenzaba a tener a su pariente mártir, no reclamaron el cuerpo, sino que lo dejaron en la catedral de Rochester.

En 1266 Lorenzo de San Martín, obispo de Rochester, pidió y obtuvo, la canonización del santo al que todos llamaban mártir. Alejandro IV la concedió. El 22 de abril de ese año se elevaron las reliquias y se trasladaron al crucero de la catedral, a un bello sepulcro. Sus reliquias llegaron a ser tan veneradas como las de santo Tomás Becket en Canterbury, el sitio de peregrinación inglés por excelencia. Como memoria de la canonización, se construyó una ermita en el sitio del asesinato. En el siglo XIV se amplió y se añadió un hospital para los peregrinos que la visitaban. Varios papas y prelados enriquecieron la devoción con diversas indulgencias y perdones. Reyes y nobles se encomendaban al mártir y dotaron de prebendas y beneficios su culto. En el siglo XVI fue proclamado santo patrón de Perth. Es abogado de los niños adoptados, de los panaderos, los locos y los peregrinos.









HÉROES COTIDIANOS, 
HÉROES ANÓNIMOS

Este anuncio de una iniciativa humanitarista utópica, Le Projet Imagine, utiliza las figuras de Santa Juana de Arco, el general Charles de Gaulle y el astronauta Neil Armstrong para recordarnos que las personas que mejoran el mundo no son siempre conocidas ni reconocidas.