GENERACIÓN DE LA HIGUERA
Estudio bíblico profético sobre la Generación de la Higuera, según lo prenunciado por Jesús en Mt 24,32-34.
Se explica qué es la higuera desde el punto de vista bíblico, cuándo sus ramas se pusieron tiernas, y cuáles fueron los brotes predichos por Jesús, mostrando dónde estaban anunciados en la Biblia y cómo se hace el cálculo para llegar al 14 de mayo de 1948 (creación del estado de Israel) y al 7 de junio de 1967 (recuperación de Jerusalén). Se demuestra finalmente que la generación que nació en 1948 vivirá los sucesos predichos por Jesús en Mt 24, los cuáles ocurrirán entre 2018 y 2028.
Este programa demuestra bíblicamente, y no basado en opiniones o elucubraciones, que la Segunda Venida de Jesucristo está a menos de 9 años, contados desde este año 2019. Es verdad que muchas personas han publicado o defendido fechas que no se han cumplido. Aclaro que yo no soy un buscador de fechas, y Dios mismo no quiere que centremos nuestra atención en fechas, sino en convertirnos, en prepararnos para la Parusía.
Aunque el día y la hora de la Segunda Venida de Jesús no lo sabe sino Dios mismo, Jesús sí nos dio la información necesaria para conocer el tiempo de su retorno glorioso, así como un rango de fechas. La fecha tope de 2028 es verdadera, certera, bíblica, pues fue revelada por el mismo Jesucristo dentro de su parábola de la Higuera. Dios no puede contradecirse a sí mismo, ni la Biblia puede fallar.
Por eso hago esta afirmación de manera categórica, no por ser yo un profeta ni un sabio ni un iluminado, pues sólo soy un soldado de María, un obrero de Jesús; la hago porque es revelación divina y pública, y por tanto infalible. Esto nos invita a no postergar nuestro cambio de vida y la preparación para la próxima e inminente Segunda Venida, el momento de nuestra Liberación.
¿Sabía usted que la esclavitud en Egipto duró exactamente 144.000 días, según predijo Dios a Abraham, diciéndole que sus descendientes serían esclavos por 400 años en tierra extranjera (Gn 15,13), y que terminaron justo el día que Moisés partió con los israelitas hacia el desierto (Ex 12,41)?
¿Sabía usted que los 70 años de cautiverio en Babilonia, predicho por Dios a través de Jeremías (Jr 25,11), se cumplieron también con exactitud, finalizando luego de 25.200 días con la partida de Zorobabel y parte del Pueblo de Dios de regreso a Jerusalén?
¿Sabía usted que transcurrieron exactamente 907.200 días desde el fin del exilio babilónico hasta el 14 de mayo de 1948, día en que se creó el Estado de Israel en un solo día (Is 66,8), cumpliéndose con precisión lo anunciado por el profeta Ezequiel (Ez 4,3-6), como “señal para la casa de Israel”?
Esta precisión profética demuestra que Dios gobierna la Historia de los hombres con una absoluta precisión, lo cual nos da Temor de Dios, es decir, respeto a su Omnipotencia y universal Soberanía. También nos lleva a admirar la Biblia y a valorar lo profetizado en ella, comprendiendo que no sólo se cumple lo anunciado por Dios, sino que además esto ocurre de manera exacta, aunque la Humanidad no se percate de ello.
¿Podemos aprovechar esta asombrosa realidad para determinar, no la fecha –día y hora– que sólo Dios conoce, pero sí el tiempo (Lc 12,56) de la Segunda Venida de Nuestro Señor Jesucristo? ¿Es posible determinar bíblicamente con certeza absoluta un año tope para la Parusía y el inicio del Reino de Cristo en el Mundo, ese que pedimos a diario en el Padrenuestro?
Esta charla aborda estas cuestiones con base a un estudio serio y detallado de las profecías bíblicas relativas al final de esta Era y al advenimiento glorioso del Unigénito de Dios para llevar a cabo la necesaria y anhelada “Restauración Universal” (Hch 3,21). Se pretende, con la ayuda de Dios, transmitir una esperanza renovada a todos los que aguardan el trascendental momento de la Liberación (Lc 21,28).
Cristo, ¿vuelve o no vuelve?
Si una palabra suena y resuena en estos días entre brindis y saludos navideños, es la Esperanza.A mí siempre me ha seducido especialmente, y creo que tal vez es como la “Cenicienta” de las Teologales, pues siempre hay quienes velan celosos por los abusos contra la Fe y la Caridad, pero en lo que se refiere a la Esperanza, mientras unos gustan de falsificarla, otros la descuidan gravemente (olvidando que la desesperación es el aguijón inconfundible del desbarranco de Judas, inclusive más que la traición…).Porque contra las virtudes podemos pecar por exceso o por defecto, y muchos que pregonan la esperanza por los caminos, saltando alegremente como arlequines (“Un nuevo sol, se levanta…”), quizá pecan por exceso, cayendo en ilusión o tontería, y eso no es esperanza sino su caricatura. Son los de esa pandilla que se atreve a reemplazar al Cristo Crucificado de los altares por uno “Resucitado” que parece que está por saltar de un trampolín, creyendo que la esperanza viene a abolir la cruz, y entonces comprobamos que “están mirando el canal equivocado” o se les ha caído la brújula por algún lado…Y cuando se pierde la brújula, lógicamente, uno trata de orientarse como puede, pero a veces se pierde cada vez más, y lo mejor sería volver al sitio donde se ha comenzado la marcha.Primero, entonces, hay que recordar serenamente que estamos aquí de paso, que esto no es permanente, que aunque pongamos nombre más bonito a los cementerios y escondamos las cruces, la muerte llega tarde o temprano y la función se termina, baja el telón, y uno despierta del “sueño” de este valle de lágrimas para una eternidad luminosa o tenebrosa, pero bien; eso es lo principal que si se pierde de vista, es muy mal síntoma.Y como mundo, lo mismo. Este optimismo cascabelero de que “cada vez es todo más lindo” (sí, como la tarantela…) es simplemente mentiroso, una estafa grosera ante la cual los católicos no podemos hacer de corifeos. Entonces, cuando nos vienen con la esperanza en “un mundo mejor”, tenemos que saber qué es lo que esperamos, o mejor dicho, a Quién esperamos.Pensando en esto, he querido compartir en estos días unas sugestivas líneas del p. Castellani de su Cristo, ¿vuelve o no vuelve? (Dictio, Buenos Aires), para esperar más católicamente, con menos fuegos artificiales pero más luces en el corazón e inteligencia de la fe “que nos gloriamos de profesar”:“*Cristo no vuelve más.La enfermedad mental específica del mundo moderno es pensar que Cristo no vuelve más; o al menos, no pensar que vuelve.En consecuencia, el mundo moderno no entiende lo que le pasa. Dice que el cristianismo ha fracasado. Inventa sistemas, a la vez fantásticos y atroces, para salvar a la humanidad. Está a punto de dar a luz una nueva religión. Quiere construir otra torre de Babel que llegue al cielo. Quiere reconquistar el jardín del Edén con solas las fuerzas humanas (Quien dudare de esto -de que se está formando ante nuestros ojos una nueva y vasta religión-, puede leer las obras de los ingleses Aldous Huxley o Bernard Shaw; o recorrer los numerosos opúsculos a mimeógrafo y sin imprimatur del p- Teilhard de Chardin, miembro de la Academie des Sciences y de la Compañía de Jesús; principalmente: Comment Je Crois,Esquisse d’un Univers Personnel, L’Esprit de la Terre, Comment je vois, Les Phases d’une PlaneteVivante, Le Milieu Vivant, Introduction a la Vie Chretienne y otros menores; mezcla, a nuestro entender, de buena ciencia, mala filosofía y teología herética sutilmente paliada; mezcla detonante que constituye - y ojalá nos equivoquemos en esto- vasto y completo programa de neocatolicismo profundamente heterodoxo y modernista).Está lleno de profetas que dicen: “Yo soy. Aquí estoy. Este es el programa para salvar al mundo. La Carta de la Paz, el Pacto del Progreso y la Liga de la Felicidad. ¡La Una, la Onu, la Onam, la Unesco! ¡Mírenme a mí! Yo soy.”La herejía de hoy, descrita por Hilaire Belloc en su libro Las Grandes Herejías, pareciera explícitamente no negar ningún dogma cristiano, sino falsificarlos todos.Pero, mirándolo bien, niega explícitamente la Segunda Venida de Cristo; y con ella, niega su Reyecía, su Mesianidad y su Divinidad. Es decir, niega el proceso divino de la Historia. Y al negar la Divinidad de Cristo, niega a Dios. Es ateísmo radical revestido de las formas de la religiosidad.Con retener todo el aparato externo y la fraseología cristiana, falsifica el cristianismo transformándolo en una adoración del hombre; o sea sentando al hombre en el templo de Dios, como si fuese Dios. Exalta al hombre como si sus fuerzas fuesen infinitas. Promete al hombre el reino de Dios y el paraíso en la tierra por sus propias fuerzas.La adoración de la Ciencia, la esperanza en el Progreso y la desaforada Religión de la Democracia, no son sino idolatría del hombre; o sea, el fondo satánico de todas las herejías, ahora en estado puro.De los despojos muertos del cristianismo protestante, galvanizados por un espíritu que no es de Cristo, una nueva religión se esta formando ante nuestros ojos. Esto se llamó sucesivamente filosofismo, naturalismo, laicismo, protestantismo liberal, catolicismo liberal, modernismo… Todas esas corrientes confluyen ahora y conspiran a fundirse en una nueva fe universal; que en Renán, Marx y Rousseau tiene ya sus precursores (Las Tres Ranas del Apokalypsis, a saber: liberalismo, comunismo y modernismo).Esta religión no tiene todavía nombre, y, cuando lo tenga, ese nombre no será el suyo. Todos los cristianos que no creen en la Segunda Venida de Cristo se plegarán a ella. Y ella les hará creer en la venida del Otro. “Porque yo vine en el nombre de mi Padre y no me recibisteis; pero otro vendrá en su propio nombre y le recibiréis”( San Juan V, 43).De ellos escribió el primer Papa: “¡Sabed, en primer lugar, que vendrán en los últimos días en decepción seductores que andan según sus concupiscencias! Y dirán: ‘¿Dónde está la promesa de su venida?’ Todas las cosas perseveran lo mismo que desde el principio del mundo, después que murieron los Padres.”Se les esconde a los que esto quisieran, que al principio fue el cielo y la tierra sacada del agua y consistente sobre el agua por el verbo de Dios. De donde aquel mundo de entonces, inundado del agua, pereció. Pero los cielos de ahora y la tierra en el mismo verbo de Dios cimentados, están reservados al fuego del día del juicio, y la perdición de los impíos…No olvida Dios su promesa, como algunos creen; mas obra con paciencia por vosotros, no queriendo que perezca nadie, sino que todos se conviertan a penitencia (II Pe. III, 3-9).*Jesucristo vuelve o no vuelve?Jesucristo vuelve, y su vuelta es un dogma de nuestra fe.Es un dogma de los más importantes, colocado entre los catorce artículos de fe que recitamos cada día en el Símbolo de los Apóstoles y cantamos en la Misa Solemne. “Et iterum venturus est cum gloria judica vivos et mortuos. ” Es un dogma bastante olvidado. Es un espléndido dogma poco meditado.Su traducción es ésta: el mundo no continuará desenvolviéndose indefinidamente, ni acabará por azar, dando un encontronazo con alguna estrella mostrenca, ni terminará por evolución natural de sus fuerzas elementales -o en tropía cósmica, como dicen los físicos-, sino por una intervención directa de su Creador. No morirá de muerte natural, sino de muerte violenta; o por mejor decir -y a que Tú eres Dios de vida y no de muerte-, de muerte milagrosa. El Universo no es un proceso natural, como piensan los evolucionistas o naturalistas, sino que es un poema gigantesco, un poema dramático del cual Dios se ha reservado la iniciación, el nudo y el desenlace; que se llaman teológicamente Creación, Redención, Parusía.Los personajes son los albedríos humanos. Las fuerzas naturales son los maquinistas. Pero el primer actor y el director de orquesta es Dios. “Varones galileos, ¿qué estáis allí mirando al cielo? Este Jesús que habéis visto subir al cielo, parejamente un día volverá a bajar del cielo”? dijeron los dos ángeles de la Ascensión. Ese será el desenlace del drama de la humanidad: “Videbunt in quem hiuisfixcrtuit” (“Mirarán al que enclavaron”).El dogma de la Segunda Venida de Cristo, o Parusía, es tan importante como el de su Primera Venida, o Encarnación.Si no se lo entiende, no se entiende nada de la Escritura ni de la historia di* la Iglesia. El término de un proceso da sentido a todo el proceso. Este término está no sólo claramente revelado, mas también minuciosamente profetizado. Jesucristo vuelve pronto.Ven, Señor Jesús.Oh Señor Jesucristo, por qué tardas ? ¿qué esperaspara mostrar al mundo tus divinas banderas,y arrojar tu mensaje de luz sobre las fieras?…”****** Quiera el Buen Dios concedernos más pastores lúcidos y valientes que repartan “brújulas” a manos llenas a sus fieles, para los tiempos de confusión que transitamos.
EN AUXILIO DE LOS SACERDOTES Y DE LOS QUE QUIERAN DISCERNIR
LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS - GENERACIÓN DE LA HIGUERA
Generacion_de_la_Higuera.pdf by Leon Zunino
VER+:
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