Los Hermanos Jesuitas viven su vocación ofreciendo un testimonio, explícito y sin distracciones, de lo que es la vocación de todos los Jesuitas. Con su vida, encarnan la buena noticia de Jesús que señala que todos los seres humanos somos hermanos y que no vinimos a ser servidos sino a servir dando la propia vida en rescate de muchos (Mc., 10: 45).
Querido Hno. Jesús Prado, Gracias por tu testimonio de vida, de servicio, de amistad, de caridad. Cuánta sabia humildad irradiabas... Eras teología viviente y no teorías... Te has marchado pero nos has dejado tu semilla de amor, sencillez y servicio hacia los demás, con tu testimonio me muestras que el caminar hacia el Señor sea más llevadero. Con tu amistad siempre estarás en nuestros corazones. Doy gracias a Dios por haberte conocido. Gracias...
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