EL Rincón de Yanka: ALMA DEL NOGAL: NUEZ OTOÑAL

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lunes, 18 de septiembre de 2017

ALMA DEL NOGAL: NUEZ OTOÑAL


Alma de Árbol: 
el Nogal de nueces

"Dios da las nueces, pero no las rompe". 
Franz Kafka

En la antigua Grecia el nogal estaba bajo la protección de Artemisa, diosa de la naturaleza, y fue una creación de su hermano Apolo, el Sol.

Según la leyenda griega, Dioniso, dios del éxtasis místico, se enamoró de Caria, princesa Laconia. Por una rara enfermedad, la doncella murió muy joven, y Dioniso, para inmortalizar a su amada, ya que no podía endiosarla, la convirtió en el árbol del Nogal. Artemisa, diosa de la naturaleza, impresionada por este amor, bailó alrededor del árbol, quedando establecida así la costumbre de hacerlo en ciertas festividades anuales helenas.
Los romanos lo llamaban “bellota de Júpiter”, de donde procede su nombre genérico, Juglans, del latin “Jovis glans”; a lo que se suma la realeza gracias al regia. 

El Nogal, Juglans regia, pone de manifiesto cómo están entretejida la vida y la muerte. La nuez, desde los tiempos en que el hombre vivía dentro de la naturaleza, ha estado rodeada de numerosos tabús, formando parte de los ritos y ceremonias de muchos pueblos. 

En los pueblos de el norte de Europa, encendían hogueras la víspera de San Juan, y la gente daba tres vueltas a la pira llevando en la mano una rama de Nogal. Las pastoras pasaban tallos de gordolobo y nueces por las llamas. Suponían que las nueces quitaban el dolor de muelas y que el gordolobo protegía a los rebaños contra enfermedades y hechicerías. Cuando el fuego se extinguía la gente se llevaba las cenizas, para guardarlas en casa o para esparcirlas por las tierras de labor con el propósito de destruir la cizaña y otras hierbas.

Los celtas lo relacionaban con las profecías y atribuían poderes afrodisíacos a las nueces. Los astures consideraban al "nozal" peligroso, pues todo aquél que se duerma a su sombra enfermará. En Oriente, es considerado un árbol de difuntos, plantándose en los cementerios, como aquí los cipreses. Por el contrario, en los países nórdicos, el nacimiento de un niño es celebrado con la plantación de este árbol. Las ramas de Nogal son colgadas en las ventanas para proteger contra los hechizos de las brujas, y no es raro encontrar gente que lleva una nuez para defenderse del mal de ojo. La medicina ayurvédica atribuye a la nuez un valor nutritivo cuatro veces superior al de la carne, mientras que la medicina china la emplea para aumentar la potencia sexual del varón; es símbolo de fertilidad tanto física como mental, ya que históricamente se asociaba la nuez con el cerebro y la cáscara con la cabeza, y al mismo tiempo se la relacionaba con los testículos y con la capacidad de procrear.

Este árbol proporciona el mitridato, antídoto universal contra todo tipo de envenenamientos, desde las mordeduras de perros rabiosos hasta picaduras de escorpiones. Esto al menos es lo que creían los romanos ya que, según dicen, entre los tesoros de Mitrídates, rey del Ponto y el mayor experto en venenos de la Antiguedad, se encontró la siguiente receta: una mezcla de nueces secas, higos, hojas de ruda, enebro y sal.

Naturalmente la nuez es parte integrante de las costumbres relacionadas con el amor y las bodas, el abandono de la casa paterna y la época de la soltería. En relación a esto, el nogal también hacía posible echar una mirada al futuro. Durante la recogida de las nueces las chicas arrojaban un palo al árbol; si éste quedaba colgado en las ramas ello era señal de que pronto se casarían. Los enamorados echaban nueces en los hogares: si éstas explotaban ruidosamente a ellos les sucedería lo mismo. Sin embargo, si se quemaban sin estallar les esperaba un matrimonio feliz.

En la antigua Roma el novio tiraba nueces a la multitud en señal de su renuncia a otros amoríos y aventuras eróticas. Actualmente en Italia la gente sigue arrojándole nueces, además de granos de arroz, a la pareja de recién casados.-

El Nogal más famoso del mundo se encuentra en Benevento, Italia, no muy lejos de Milán. En la Edad Media, el punto favorito de reunión de las brujas se encontraba bajo las ramas de uno específico, durante el cual asumían el papel simbólico de “señoras del juego”. Cuenta la leyenda que en Benevento, anteriormente llamado Malevento, sus habitantes, antes de convertirse al cristianismo, adoraban a los animales y a las plantas. En un asedio que sufrió la ciudad, el duque, de nombre Romualdo, prometió que si la ciudad libraba el asedio se erradicaría aquella tradición. Así sucedió, y el Nogal fue destruido, pero el culto prosiguió y, determinadas noches, el árbol reaparece poderoso.

Continuando con los mitos y leyendas, germen de las religiones al fin y al cabo, del Nogal se extraía el mitridato, un antídoto contra todo tipo de envenenamientos, desde la mordedura de perros rabiosos hasta la picadura de escorpiones. Por lo menos esto es lo que creían los romanos ya que, entre los tesoros de Mitrídates, rey del Ponto y el mayor experto de venenos de la Antigüedad, se encontró una receta en la que, utilizando 37 componentes diferentes, entre los que se hallaban las nueces secas, se mezclaban maceraban, convirtiéndolo en miel. Bastaba “una porción del tamaño de una almendra, disuelta en vino, para deshacer cualquier envenenamiento”.

Este impresionante árbol, puede llegar a los 30 metros de altura, posee unas aromáticas hojas, con un gran contenido en taninos de tipos gálico y elágico, así como juglonas, que impiden que otras especies colonicen bajo sus ramas. Además de por sus nueces, un excelente alimento, rico en aceites que ayudan a controlar el nivel del colesterol, es sorprendente la enorme cantidad de usos populares y remedios naturales que se le atribuyen. El té preparado con hojas de Nogal es benéfico para la diabetes, problemas estomacales por obstrucción o problemas hepáticos; desintoxica la sangre, limpiándola de impurezas, a la vez que ayuda a la mala circulación sanguínea y linfática; es buena para el debilitamiento físico, y ciertos problemas dérmicos: acné, llagas bucales, herpes, heridas supurantes, sabañones, picaduras. También es usada para la sífilis, los parásitos internos, el raquitismo, las paperas e, incluso, las hemorroides. Preguntando a los abuelos se aprende, se aprende mucho, y eso que falla la memoria… dicen.