EL Rincón de Yanka: CUARESMA, TIEMPO DE CAMBIO DE DIRECCIÓN Y DE SENTIDO: TÚ, EN CAMBIO...

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miércoles, 18 de febrero de 2015

CUARESMA, TIEMPO DE CAMBIO DE DIRECCIÓN Y DE SENTIDO: TÚ, EN CAMBIO...



Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R/.: cf. 3a)

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado. 
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;  lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.. 
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti  sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/. 
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/. 
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me  abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R/. 
Reconciliaos con Dios: ahora es tiempo favorable

Tú, en cambio...

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
—«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por  tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por  los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. 
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu  derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo 
pagará. 
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las  sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que  ya han recibido su paga. 
Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre,  que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. 
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara  para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. 
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu  ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que  ve en lo escondido, te recompensará.»