Reconociendo las limitaciones que toda comunidad parroquial tiene y conscientes de que no existe la parroquia ideal sino la parroquia que tiende permanentemente hacia un ideal, he aquí un posible decálogo del ideal de parroquia en la actualidad:
1. Una verdadera comunidad abierta de fe, esperanza y amor; una comunidad viva de personas creyentes en Jesús que se reúnen para escuchar juntos la Palabra de Dios, dejarse interpelar por ella, ayudarse a comprender sus exigencias y comprometerse mutuamente a ser testigos fieles de esa misma Palabra en medio del mundo de hoy.
2. Una comunidad de comunidades que fomente y fortalezca los pequeños grupos o comunidades cristianas, de talla humana, que se esfuerzan por vivir un auténtico estilo evangélico de vida.
3. Una comunidad que potencie al máximo la catequesis de adultos, entendida ésta como una profundización y una vivencia (comunitaria, comprometida y comunicativa) de la fe en Jesús de Nazaret.
4. Una comunidad que promueva decididamente los movimientos apostólicos especializados más adecuados a la realidad sociocultural en la que está inmersa. En la Iglesia hay un gran pluralismo: también: también vale la religiosidad popular.
5. Una comunidad que, en una sociedad cada vez más cambiante y móvil, secularizada y pluralista, se mantenga abierta al diálogo con el mundo, asumiendo de buen grado sus valores , criticando con serenidad y firmeza sus contravalores.
6. Una comunidad que lleva a término una pastoral realista, clara e incisiva, teniendo siempre muy en cuenta la realidad circundante, la personalización de la fe de los creyentes y la transformación de los ambientes.
7. Una comunidad que se abra al pueblo al cual sirve y que se enraíce y encarne en el mismo, conociendo, valorando y promoviendo su idiosincrasia, cultura y tradiciones nobles.
8. Una comunidad que asuma con cariño su identidad y sus valores; que adopte una actitud firme y crítica a sus lacras y defectos, y que promueva en todo momento su conciencia de pueblo.
9. Una comunidad que sea signo de esperanza y de alegría en un tiempo como el nuestro en el que el desencanto, el desánimo, la monotonía, el aburrimiento y la rutina ahogan tantas cosas.
10. Una comunidad que sepa celebrar en los sacramentos, y, de una forma especial, en la Eucaristía, el gozo de su fe en Jesús, el Resucitado.
2. Una comunidad de comunidades que fomente y fortalezca los pequeños grupos o comunidades cristianas, de talla humana, que se esfuerzan por vivir un auténtico estilo evangélico de vida.
3. Una comunidad que potencie al máximo la catequesis de adultos, entendida ésta como una profundización y una vivencia (comunitaria, comprometida y comunicativa) de la fe en Jesús de Nazaret.
4. Una comunidad que promueva decididamente los movimientos apostólicos especializados más adecuados a la realidad sociocultural en la que está inmersa. En la Iglesia hay un gran pluralismo: también: también vale la religiosidad popular.
5. Una comunidad que, en una sociedad cada vez más cambiante y móvil, secularizada y pluralista, se mantenga abierta al diálogo con el mundo, asumiendo de buen grado sus valores , criticando con serenidad y firmeza sus contravalores.
6. Una comunidad que lleva a término una pastoral realista, clara e incisiva, teniendo siempre muy en cuenta la realidad circundante, la personalización de la fe de los creyentes y la transformación de los ambientes.
7. Una comunidad que se abra al pueblo al cual sirve y que se enraíce y encarne en el mismo, conociendo, valorando y promoviendo su idiosincrasia, cultura y tradiciones nobles.
8. Una comunidad que asuma con cariño su identidad y sus valores; que adopte una actitud firme y crítica a sus lacras y defectos, y que promueva en todo momento su conciencia de pueblo.
9. Una comunidad que sea signo de esperanza y de alegría en un tiempo como el nuestro en el que el desencanto, el desánimo, la monotonía, el aburrimiento y la rutina ahogan tantas cosas.
10. Una comunidad que sepa celebrar en los sacramentos, y, de una forma especial, en la Eucaristía, el gozo de su fe en Jesús, el Resucitado.
LAS PARROQUIAS AL SERVICIO DE LA MISIÓN:
Pidamos por nuestras parroquias, para que no sean oficinas funcionales sino que animadas por un espíritu misionero, sean lugares de transmisión de la fe y testimonio de la caridad. Papa Francisco - Septiembre 2017
Las parroquias tienen que estar en contacto con los hogares, con la vida de la gente, con la vida del pueblo. Tienen que ser casas donde la puerta esté siempre abierta para salir hacia los demás. Y es importante que la salida siga una clara propuesta de fe. Se trata de abrir las puertas y dejar que Jesús salga afuera con toda la alegría de su mensaje.
Pidamos por nuestras parroquias, para que no sean oficinas funcionales sino que animadas por un espíritu misionero, sean lugares de transmisión de la fe y testimonio de la caridad.
LA PARROQUIA, EN ESTADO DE EMERGENCIA
James Mallon, rector de la parroquia de Saint Benedict en Halifax (Canadá), pronunció una conferencia en torno a Cómo pasar de una parroquia de mantenimiento a una parroquia evangelizadora el pasado 15 de marzo en la Basílica de la Concepción de Barcelona. El padre Mallon es autor de Una renovación divina (BAC), libro clave para la Nueva Evangelización desde las parroquias.
"Cómo pasar de una parroquia de mantenimiento a una parroquia evangelizadora" Conferencia del P. James Mallon, rector de la parroquia de Saint Benedict, en Halifax, Canadá, el día 15 de marzo de 2017, dentro del ciclo de Conferencias Cuaresmales de la Basílica de la Concepción "Anunciar desde el corazón".
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