‘Derecho’ a ¿matar?
Feticidio, Filicidio e Infanticidio
¿Desde cuándo es un ‘derecho’ matar?, ¿qué argumentos damos para demostrar que la vida que la madre lleva en su seno le pertenece?, ¿con qué rigor científico hablamos cuando confirmamos que no hay vida hasta la semana…X, que varía según los intereses políticos?
EL ABORTO NO ES UN DERECHO,
ES UN CRIMEN
«Si no nos gobiernan los Diez Mandamientos
nos gobernarán los diez mil mandamientos»
G.K. Chesterton
¿Desde cuándo es un “derecho” matar?, ¿qué argumentos damos para demostrar que la vida que la madre lleva en su seno le pertenece?, ¿con qué rigor científico hablamos cuando confirmamos que no hay vida hasta la semana…X, que varía según los intereses políticos?
Cuando está científicamente demostrado que hay vida desde el momento de la concepción, que un feto de pocas semanas es capaz de moverse, oler, sufrir…
No nos engañemos, no engañemos a las mujeres, no manipulemos a las madres, pues creo que sólo son capaces de acabar con la vida de su hijo bajo el engaño o la presión social, que muchas veces es laboral (el índice de madres inmigrantes que abortan es cada vez mayor).
En Navarra, gracias a la objeción de conciencia no se practican abortos, hecho que me parece muy meritorio a nivel personal, pero a nivel institucional se facilita el aborto en otras ciudades fuera de esta autonomía (¿qué pasa que es menos dañino facilitar el asesinato en la casa del vecino?, ¿cómo puede generar esto buena conciencia?), y para más INRI el partido socialista quiere imponer este “derecho” a las ciudadanas navarras e impedir el derecho a la objeción de conciencia. ¿Queda algún político moral?.
Las mujeres viviríamos más felices si en vez de “acabar” radicalmente con el “problema” que llevamos en nuestro vientre para satisfacer las necesidades laborales y sociales (muchas mujeres hemos sido despedidas o no nos han renovado el contrato laboral por nuestro embarazo), las políticas sociales fueran encaminadas a proteger a los más débiles (los hijos que llevamos en nuestras entrañas) desde los ámbitos laborales y familiares, porque ya no solamente están en contra de la vida las políticas de ayuda a la familia sino todos aquellos ámbitos laborales, a veces también cristianos, que antes de contratar a una mujer le preguntan intencionadamente si va a tener hijos, lo que condiciona su posterior contrato.
Como mujer trabajadora y sobre todo como madre, quiero por una parte denunciar los ataques a la vida que sufren los más débiles a los que no dejamos nacer, y también la mujer que practica un aborto, quedando traumatizada de por vida (aunque de esto no se informe).
Y quiero por otra parte exigir políticas laborales y familiares que ayuden a la madre a no abortar y favorezcan la conciliación entre vida laboral y familiar. ¿Cómo es posible esto? pues aumentando los presupuestos en esta dirección ya que actualmente España ha aumentado la inversión en gastos militares (los más altos de la historia), siendo al mismo tiempo las políticas de ayuda familiar las más bajas de Europa.
Las madres queremos políticas basadas en la solidaridad y defensa de la vida, no queremos que nos maten a los hijos de nuestras entrañas con la mentira manipulada del “derecho a abortar”.
El aborto es el paradigma de la opresión,
de la explotación del fuerte sobre el débil;
es el modelo de relación materialista por excelencia
Según la paranoia progresista el quedarse embarazada, supone un grave riesgo y abortar es un derecho y un beneficio social que hay que proteger y ampliar. Evidentemente, esto no se lo traga nadie en su sano juicio moral; la falacia resulta escandalosa y hay que desenmascararla. El aborto es un mal en sí mismo por diversas razones y nadie puede ocultarlo. Veamos pues.
1) El aborto es el asesinato de un ser humano. Actualmente, nadie mínimamente honrado cuestiona la verdad científica de que la persona es tal desde la concepción; toda su información genética esta funcionando desde ese mismo momento. Defender el aborto es defender la eliminación sistemática de personas concretas. No valen componendas pseudocientíficas que tratan de eliminar o reducir la dignidad humana del niño en estado embrionario o fetal.
2) Pero es un asesinato especialmente condenable porque, y perdón por la obviedad, la indefensión y la debilidad de la víctima es máxima. El aborto es el paradigma de la opresión, de la explotación del fuerte sobre el débil; es el modelo de relación capitalista por excelencia.
Un ser humano sometido a la arbitrariedad de otro ser humano; un ser humano propiedad o capricho de otro, con el agravante inconmensurable de que es su propia madre quien ejerce tal nivel de violencia. ¿Cómo se puede siquiera concebir que el aborto sea manifestación de alguna liberación o de algún tipo de progreso? Sin embargo muchos lo creen así. Deben explicarlo.
3) Como consecuencia, el aborto provoca un daño objetivo a la conciencia tanto de la madre como del padre. Este es un aspecto que se quiere silenciar sistemáticamente pero las evidencias sanitarias lo ponen de manifiesto. El aborto supone un desgarramiento interno en la conciencia moral con consecuencias psíquicas muy graves. Pero este desgarramiento no es sólo de la madre, lo es del padre también, el gran ausente de esta tragedia. Los niños abortados en general no tienen padre y nos quieren hacer creer que el abortismo es cuestión sólo de mujeres y no es así. La degradación de la figura paterna forma parte sustantiva de este problema con consecuencias muy negativas para la sociedad especialmente en la educación de los jóvenes.
4) El aborto, también, es un método de eugenesia. La mayoría de los niños síndromes de down son eliminados antes de nacer. Es un método filo-nazi de ingeniería y control social. Margaret Sanger de la Federación Internacional de Planificación familiar lo deja claro: “El control de la natalidad debe concluir a una raza más limpia”…”la esterilización eugenésica es una necesidad urgente…debemos prevenir la multiplicación de este linaje malo”
“El mismo control de natalidad, frecuentemente es denunciado como una violación de la ley natural, no es nada más o menos que la facilitación del proceso de eliminar al no apto, de prevenir el nacimiento del defectuoso o de los que llegarán a ser defectuosos”…”La procreación de los enfermos, imbéciles y pobres debe ser detenido”.
Nuestra sociedad que proclama bien alto el derecho a la diversidad, a la diferencia, que dice que repudia el racismo, sin embargo, al mismo tiempo legitima el rechazo, antes de nacer, del niño deficiente. Los derechos fundamentales de la persona rigen para todas las personas, adquiriendo una mayor relevancia para las personas que muestran alguna minusvalía.
Una sociedad progresista y avanzada como la que proclama el Sr. Rodríguez Zapatero debería sentirse satisfecha porque haya cada vez más mujeres y más jóvenes que aborten, sin embargo parece que no es así. Se trata de que, especialmente, la mujer esté plenamente disponible para su explotación laboral lo cual implica necesariamente que el matrimonio, la familia y la educación de los niños son enemigos.
El 80% de las mujeres tendrían más niños pero confiesan que la presión económica se lo impide. Esto significa, y nos reiteramos, que el materialismo salvaje del neocapitalismo ha entrado en el vientre materno.
5) Combatir militantemente una cultura de muerte desde la promoción de la justicia y la solidaridad es imprescindible.
6) Unido a lo anterior, el aborto es un mecanismo fundamental utilizado por los organismos internacionales como la ONU, la UNICEF, etc. para controlar a los empobrecidos de la Tierra. Cuando el 85% de la humanidad sufre miseria mientras el 15% restante disfruta de unos niveles de consumo escandalosos, para el poder global actual es necesario aliviar la presión demográfica de las víctimas de la opresión y la injusticia.
Hoy defender el aborto es defender los intereses de este sistema auténticamente imperialista. Para ello hay multitud de ONGs y fundaciones ligadas a gobiernos, a partidos políticos, a empresas y bancos transnacionales que lideran las campañas pro-aborto en los países empobrecidos, ejerciendo una auténtica dictadura y chantaje a pueblos enteros amparados en los llamados Objetivos del Milenio de Naciones Unidas.
De tal forma es así que cuando se habla de la salud reproductiva de la madre, pseudoconcepto inventado por la ideología de género, se están refiriendo al aborto, a la esterilización, y a la anticoncepción. Este eufemismo, esta trampa lingüística ha servido para que incluso organizaciones católicas privadas y oficiales, carentes inexplicablemente de un análisis mínimo de la situación del mundo, estén apoyando esta ideología pro-abortista amparada tras una falsa y perniciosa defensa de la salud de la madre.
Cuando a los responsables del genocidio de Ruanda les preguntaron por qué habían repartido entre la población machetes especialmente importados, respondieron que se trataba de que todo el pueblo participara del genocidio, que todos fueran no sólo cómplices pasivos, sino autores materiales de los crímenes, y así nadie pudiera evitar estar al margen del crimen.
Algo parecido está sucediendo con el aborto en nuestra sociedad. Se trata de que todos seamos cómplices, inductores y ejecutores de alguna manera, de forma que se arranque de nuestro corazón la capacidad de ser solidarios personal y colectivamente, y se siembre la impotencia, la desesperación y el resentimiento.
El abortismo es una táctica del actual desorden moral para controlar a las personas y a los pueblos, impidiendo cualquier proyecto de transformación social y perpetuando su dominación y explotación imperialista y totalitaria.
Por todas estas razones el aborto es un mal que hay que combatir militantemente atacando a sus causas culturales y políticas. No vamos a consentir que se reduzca radicalmente al hombre, considerándolo un mero material biológico.
El aborto es un mal que hay que combatir militantemente atacando a sus causas culturales y políticas.
La vida no es simplemente “una cosa” que el hombre y la mujer pueden reivindicar como su propiedad exclusiva. La vida es un don, una realidad sagrada que hay que custodiar y cuidar amorosamente desde la concepción hasta la muerte natural. Defender la vida significa una lucha firme y perseverante por una sociedad justa y solidaria. No vamos a consentir que la inviolable dignidad de la persona quede sometida a la voluntad del más fuerte. Cuando el Estado presume de disponer de la vida de los más débiles e indefensos en nombre de la utilidad, que no es otra cosa que el interés de algunos, se transforma en un Estado Tirano.
La democracia no es fundamento, es un procedimiento basado en el diálogo pero que debe estar apoyado firmemente en principios morales como es la defensa de la dignidad de todo ser humano. Cuando el legalismo democrático se salta este principio, traiciona sus propios pilares y empieza a recorrer la senda del totalitarismo.
DEFENSA HONRADA de los DERECHOS HUMANOS:
¡SI A LA VIDA!
En septiembre de 1995, el colectivo Autogestión, publicaba el siguiente manifiesto. En el año 2003 se publica la segunda edición de este manifiesto incorporando algún dato. Desde entonces se ha seguido publicando y difundiendo. Creemos por su interés y su completa actualidad es necesario volverle a poner bajo la luz pública
En toda campaña electoral la demagogia cabalga oscureciendo y pisoteando la conciencia de millones de españoles. Ha sido el gobierno de Aznar quien ha aprobado soterradamente la píldora abortiva RU-486, incluso antes que en EEUU, y ganadas las elecciones (muchos siguen creyendo que el PP no acepta el aborto y por eso le votaron), ha colocado a Celia Villalobos, que siempre ha manifestado estar de acuerdo con el aborto, como ministra de Sanidad. Hasta revistas cristianas pidieron el voto para el PP El gobierno de Aznar ha legitimado la política abortista del PSOE.
POR UNA DEFENSA HONRADA DE
LOS DERECHOS HUMANOS:
SI A LA VIDA.
Ante el clima generado por los actuales acontecimientos sociopolíticos y sostenido por los medios de comunicación al servicio de una cultura de muerte.
1. Manifestamos nuestra firme oposición al aborto por razones morales y nos oponernos, asimismo, a todo atentado a la vida desde un planteamiento global y no sectario: guerra del hambre, robo al Tercer Mundo, armamentismo, analfabetismo, tortura, pena de muerte, destrucción del entorno, etc., es decir, a toda explotación del hombre sobre el hombre y a todo tipo de violencia individual, colectiva, o estructural.
2. Denunciamos los argumentos sociopolíticos, económicos y jurídicos que, en el marco de una cultura de muerte pueden sintetizarse en el grito “ni los pueblos deben hacer revoluciones ni las mujeres deben parir”. Regímenes totalitarios (Hitler, Stalin … ) democracias formales (Giscard d`Estaing, Kohl … ) instituciones financieras (Banco Mundial, Fundación Rockefeller …) en diversas épocas se han hecho eco de este grito para su legitimación.
3. Denunciamos el consenso entre partidos de izquierda, centro y derecha por su aceptación plena de los fundamentos del Sistema Económico actual:
– El PSOE e IU abogan directamente por el voto pro-abortista.
– Asimismo el PP, CIU y PNV desde su ambigüedad e instrumentalizando partidista y sectariamente en sus planteamientos públicos y parlamentarios “el sí a la vida” cuando electoralmente conviene, defienden realmente una política pro-abortista.
No existen pues enfrentamientos de fondo entre la derecha y la izquierda oficial. Ambos apoyan, con hechos, el no a la vida.
4. Denunciamos a los organismos y conferencias internacionales que, como la de Pekín, declarando cínicamente la defensa de los derechos humanos, el derecho a la vida y los derechos del niño, pretenden ser el encubrimiento del mayor genocidio de la historia: exterminio de pueblos enteros por hambre, esterilización masiva, práctica de mas de 100 millones de abortos al año, inhibición real en las más de 150 guerras que se han sostenido en el Sur desde 1945 para que el imperialismo transnacional afirmara su poder. Y todo ello previamente planificado.
5. Denunciamos la falsa apología que supone identificar la liberación de la mujer, el “progreso” y la democracia con el no a la vida y que convierte el derecho a nacer de los más pobres en un negocio regido por el consenso social, de carácter convencional. De otra manera, ¿cómo es posible que el llamado “nasciturus”, pasado un minuto del plazo previsto – diferente además en cada país- ya no sea material biológico desechable? ¿Cómo es posible que, matándolo nacido, sea un crimen y, matándolo antes de nacer sea un aborto?
6. Denunciamos el derecho de la mujer a usar de su “cuerpo” libremente como el derecho de propiedad más absoluto y criminal concebible. No hay en nuestros días una posición más reaccionaria y conservadora que la que defiende el derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido.
Por fidelidad a la historia…
1 . – Optamos: por la vida y defendemos los valores de las luchas emancipadoras de los pobres de los siglos XIX y XX: Justicia, Autogestión, Promoción, Solidaridad de la mujer y del hombre en toda su integridad.
2 . – Luchamos contra toda explotación del hombre sobre el hombre, del imperialismo sobre los pueblos.
3. – Defendemos que la propiedad no es para nadie un derecho absoluto.
4. – Nos comprometemos en defensa de los mas débiles y por una cultura de solidaridad universal frente a los individualismos y nacionalismos imperantes.
Por fidelidad a la historia luchamos por un cambio profundo de estructuras y por un cambio revolucionario de la conciencia y del corazón del hombre.
Por una defensa honrada de los derechos humanos proclamamos
¡ Sí a la Vida, a toda Vida!
firma:
Actualmente es común que se diga a las personas de todo el mundo que hay un nuevo derecho internacional al aborto. Su afirmación es falsa. Ningún tratado de la ONU convierte al aborto en un derecho humano internacional.
Aún así, esta afirmación está cobrando fuerza mundialmente. La Corte Constitucional de Colombia modificó las leyes nacionales de aborto del país basándose en esta falsa premisa. Otras más están considerando reformas similares.
El objetivo de los Artículos de San José es brindar un testimonio de expertos de que no existe tal derecho. Los Artículos fueron elaborados por un grupo de 31 especialistas en derecho internacional, en relaciones internacionales, en organizaciones internacionales, en salud pública, en ciencia, en medicina y con experiencia de gobierno. Entre los signatarios se encuentran profesores de derecho, filósofos, parlamentarios, embajadores, abogados de derechos humanos y delegados de la Asamblea General de la ONU.
Otro propósito de los Artículos de San José es demostrar que el niño por nacer ya se encuentra amparado en instrumentos de derechos humanos, y que los gobiernos deberían comenzar a protegerlo sirviéndose del derecho internacional.
Los artículos
Artículo 1. Como hecho científico, una nueva vida humana comienza al momento de la concepción.
Artículo 2. Cada vida humana es un flujo continuo que se inicia en la concepción y avanza por fases etapas hasta la muerte. La ciencia otorga diferentes nombres a estas fases etapas, incluyendo cigoto, blastocisto, embrión, feto, bebé, niño, adolescente y adulto. Esto no cambia el consenso científico acerca de que en todo momento del desarrollo todo individuo es un miembro viviente de la especie humana.
Artículo 3. Desde la concepción, cada niño, aun no nacido, es por naturaleza un ser humano.
Artículo 4. Todo ser humano, como miembro de la familia humana, tiene el derecho de ser reconocido por su dignidad inherente y a la protección de sus derechos humanos inalienables. Esto es reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y otros instrumentos internacionales.
Artículo 5. No existe ningún derecho al aborto bajo el derecho internacional, ni por vía de un tratado internacional obligatorio ni bajo normas de derecho internacional común. No hay ningún tratado de las Naciones Unidas que pueda ser citado con precisión para establecer o reconocer un derecho al aborto.
Artículo 6. La Comisión del CEDAW y otros organismos que preparan los tratados han guiado a los gobiernos a cambiar sus leyes sobre el aborto. Estos cuerpos han interpretado explícitamente o implícitamente los tratados a los cuales están sujetos como incluyentes de un derecho al aborto.
Los cuerpos que monitorean estos tratados no tienen autoridad, ni bajo los tratados que las crearon ni bajo el derecho internacional general, de interpretar estos tratados en maneras que creen nuevas obligaciones estatales o que alteren la esencia de los tratados.
En consecuencia, cualquier cuerpo que interprete un tratado de modo que incluya un derecho al aborto actúa más allá de su autoridad y contraría su mandato. Tales actos ultra vires no crean ninguna obligación legal para los estados partes; tampoco deberían los estados aceptarlos como una contribución a la conformación de un nuevo derecho internacional consuetudinario.
Artículo 7. Las afirmaciones realizadas por agencias internacionales o actores no gubernamentales en el sentido de que el aborto es un derecho humano son falsas y deben ser rechazadas.
No existe ninguna obligación jurídica internacional de proporcionar acceso al aborto basado en motivo alguno: salud, privacidad, autonomía sexual, no discriminación ni ningún otro motivo.
Artículo 8. Bajo los principios básicos de la interpretación de tratados del derecho internacional, de un modo consistente con las obligaciones de la buena fe y con el principio pacta sunt servanda, y ejerciendo su responsabilidad de defender la vida de sus pueblos, los estados pueden y deben invocar las provisiones de los tratados que garantizan el derecho a la vida para abarcar la responsabilidad gubernamental de proteger el niño aun no nacido del aborto.
Artículo 9. Los gobiernos y los miembros de la sociedad deberían garantizar que las leyes y las políticas nacionales protejan el derecho humano a la vida desde la concepción. También deberían rechazar y condenar la presión de adoptar leyes que legalizan o despenalizan el aborto.
Los organismos que preparan los tratados, las agencias de las Naciones Unidas y los funcionarios, tribunales regionales y nacionales y demás deben desistir de aseveraciones implícitas o explícitas de un derecho al aborto basadas en el derecho internacional.
Cuando se realizan tales aseveraciones falsas o se ejercen presiones, los estados miembros deberían reclamar la responsabilidad del sistema de las Naciones Unidas.
Quienes proporcionen ayuda para el desarrollo no deben promocionar o financiar el aborto. Ellos no deben condicionar la ayuda a la aceptación del aborto por parte del beneficiario.
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