"Al final del camino de la vida,
no te preguntarán QUE TIENES,
sino QUIEN ERES.
¿Cuál será tu respuesta?"
*
René Juan Trossero
VERDAD
Las aguas que nacen en la altura bajan buscando
la verdad de su cauce, y andando se hacen río;
así el hombre, cuando busca la verdad de su camino,
se va haciendo así mismo.
El río está atado a una sola verdad: la de ser río,
pero la verdad del cauce no está escrita...,
y el hombre está atado a una sola verdad:
la de ser hombre,
pero la verdad del camino...
¡se llama verdades!
Cuando era joven defendí con pasión la Verdad
pensada y proclamada, tal como pensaba haberla encontrado;
ahora, cuando ya no soy joven,
no sé si la Verdad se encuentra
para pensarla y decirla con palabras,
pero sé que es verdadero
todo lo que ayuda al hombre a vivir más humanamente.
Todo credo es una conquista,
si lo buscas como trampolín
para arrojarte desde él y seguir buscando y viviendo,
y es una trampa si te instalas en él como en la meta.
Confieso que no sé qué es "la Verdad en sí"
y casi diría que ya no me interesa saberlo...
Pero me interesa la precaria y relativa verdad
de todo lo que es transitoriamente verdadero
para el hombre, caminante y peregrino...
PALABRAS
Si te dices filósofo,
no me hables de filosofía;
muéstrame tu amor a la verdad.
Si te dices teólogo,
no me hables de teología;
muéstrame qué significa Dios en tu vida.
Si te dices pensador,
no me hables de lo que pensaron los pensadores;
muéstrame qué piensas tú.
Si te dices político,
no me hables de política;
muéstrame qué haces por el bien de todos.
Si te dices bueno,
no me hables de la bondad;
muéstrame cómo amas.
Si te dices creyente,
no me hables de tu credo o de tu religión;
muéstrame tu modo de vivir.
Convengamos en no engañarnos,
huyendo con el ruido de palabras huecas,
del vértigo que nos causan
los vacíos de nuestra vida.
SI NUNCA...
Si nunca rompes un racimo de uva en el lagar,
nunca tendrás un vaso de vino sobre tu mesa.
Si nunca te arriesgas a perder,
nunca te das la oportunidad de ganar.
Si nunca afrontas la pena de partir,
nunca conocerás la alegría del regreso.
Si nunca sufres muriéndote en la siembra,
nunca te gozarás renacido en la cosecha.
Si nunca te dueles bajo el peso de tu culpa,
nunca saborearás el alivio del perdón.
Si nunca mueles los granos de tu trigo,
nunca conocerás el sabor del pan.
Si nunca afrontas el miedo de dejar de ser como eres,
nunca descubrirás la alegría de ser como puedes ser.
Si nunca estás dispuesto a morir por una causa,
nunca sabrás para qué vives.
Si nunca encaras tu pena, y dejas de reír para llorar,
nunca conocerás la dicha del que deja de llorar para reír.
Si nunca te arriesgas a cruzar el río,
nunca sabrás lo que te aguarda en la otra orilla.
René Juan Trossero
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