"LO QUE ES NOTICIA NO ES VERDAD; LO QUE ES VERDAD NO ES NOTICIA".
De vuelta a España, después de casi 17 años en el lejano Oriente, he constatado, con cierta perplejidad, que la sección de religión está casi ausente en el espectro periodístico de tirada diaria nacional. Y como para muchos lo que no se cuenta no existe, la religión va quedando relegada al ostracismo y el anonimato.
Traigo a colación el tema por el asunto de la cooperación internacional. A parte de instituciones gubernamentales o de otra índole, de las ONGs se habla no poco, y ello me alegra, pero casi ni se narra el papel misionero en la promoción humana en general. Parece como si los medios de comunicación quisieran postergar la religión al ámbito del olvido. Así se manifestaba Mons. Tomasi en la X Sesión Ordinaria del Consejo sobre los Derechos Humanos, el pasado 16 de marzo en Ginebra (Suiza): “Es necesario reconocer el papel de la religión en la vida pública”.
ONGs sin conexiones necesariamente religiosas ocupan espacios considerables en la prensa nacional, mientras que el trabajo misionero en el mismo campo apenas se menciona. Para los misioneros, motivados en su acción por una fe que no ocultan, la cobertura mediática es casi inexistente. Desengranando algunas estadísticas de ayuda, aunque sólo sea económica, “invertida” en el Tercer Mundo, se constata que los institutos misioneros derrochan personal y energías como no lo hace ninguna ONG.
Mons. Tomasi también manifestó que “un cierto número de Estados, que previamente se habían comprometido a una relación equilibrada y saludable entre la Iglesia y el Estado, están revistiéndose cada vez más de una política secularista que tiene por objeto reducir el papel de la religión en la vida pública. Las religiones, de hecho, contribuyen a la promoción de valores morales y sociales, que van más allá de un concepto individualista de la sociedad y del desarrollo, buscando el bien común, así como la protección y el respeto de la dignidad humana”.
Con la crisis cabalgando de forma desmesurada, sobre todo para los más desfavorecidos de nuestras sociedad, y mientras los gobernantes de nuestro mundo tiran salvavidas para rescatar a las “pobres” entidades bancarias, habrá que decir que sigue habiendo quienes alivian las carencias de los pobres, aunque se les ignore en la arena pública.
La cooperación en este mundo económico en crisis se está viendo afectada. Y no puedo por menos recordar a la pobre viuda del evangelio que se acerca al templo y entrega aquella moneda que era todo lo que la quedaba y cuyo paso siguiente era esperar a morir, porque la cuenta corriente estaba a cero y no había puertas donde llamar. Es esperanzador ver que en el momento en que todos los ojos estaban puestos en los ricachones de turno que hoy en día hubieran salido en todas las portadas de los periódicos de tirada nacional, sólo uno se fija en lo que también hoy se pretende ignorar: los gestos solidarios en favor de los más desfavorecidos, inspirados por la fe en el Dios de Jesucristo.
La sección de religión ha sido devorada por las ideologías de turno y los poderes económicos, pero ello no va a hacer que nos callemos, o que cesemos en el empeño de seguir haciendo causa común con los necesitados, aunque ellos persistan en ignorarnos. Quizás habrá que encontrar otros púlpitos que sigan narrando que la colaboración misionera existe. Habrá que crear redes de concienciación con el vecino y la vecina, ya que el kiosco persiste en ignorar la realidad. Gracias a Dios, todavía hay muchos ojos que ven lo que otros pretenden ignorar, aunque se quiera desterrar la religión de la vida pública, y con ella la labor solidaria y desinteresada del mundo misionero.
Por P. Daniel Cerezo
http://www.combonianos.com/comboni/combonianos/secciones_mn/temas_candentes/existe_no_se_cuenta.html
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