- "Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin traje de boda?"
Él se quedó callado. Mt 22, 12
"Al final del camino me dirán:
- ¿Has vivido?
- ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada.
Abriré el corazón lleno de nombres".
- ¿Has vivido?
- ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada.
Abriré el corazón lleno de nombres".
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P . Casaldáliga
Permanecer callado no quiere decir que otorgas, sino que estas fuera del presente porque la si tuación no te interesa. Anónimo
Cuesta más responder con gracia y mansedumbre,
que callar con desprecio.
El silencio es a veces una mala respuesta,
una respuesta amarguísima. Gar Mar
que callar con desprecio.
El silencio es a veces una mala respuesta,
una respuesta amarguísima. Gar Mar
"Lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia y la superficialidad".
"El peor pecado es la soberbia indiferencia y la superficialidad (pecado de omisión)"
“Es tan homicida el ojo que mira hacia otro lado como el que apunta con la mirilla del fusil; es tan culpable la mano que echa la persiana para no enterarse de lo que ocurre afuera como la que aprieta el gatillo”. W. Szpilman.
"Lo mas atroz de las cosas malas y la gente mala es el silencio de la gente buena"Gandhi
“Quien acepta pasivamente el mal es tan responsable como el que lo comete. Quien ve el mal y no protesta, ayuda a hacer el mal” Martin Luther King
Jesús nos espera, nosotros, ¿tenemos verdaderamente deseo de él?
«Por las parábolas de Jesús sobre los banquetes, sabemos que él conoce la realidad de que hay puestos que quedan vacíos, la respuesta negativa, el desinterés por él y su cercanía. Los puestos vacíos en el banquete nupcial del Señor, con o sin excusas, son para nosotros, ya desde hace tiempo, no una parábola sino una realidad actual, precisamente en aquellos países en los que había mostrado su particular cercanía. Jesús también tenía experiencia de aquellos invitados que vendrían, sí, pero sin ir vestidos con el traje de boda, sin alegría por su cercanía, como cumpliendo sólo una costumbre y con una orientación de sus vidas completamente diferente. San Gregorio Magno, en una de sus homilías se preguntaba: ¿Qué tipo de personas son aquellas que vienen sin el traje nupcial? ¿En qué consiste este traje y como se consigue? Su respuesta dice así:
Los que han sido llamados y vienen, en cierto modo tienen fe. Es la fe la que les abre la puerta. Pero les falta el traje nupcial del amor. Quien vive la fe sin amor no está preparado para la boda y es arrojado fuera. La comunión eucarística exige la fe, pero la fe requiere el amor, de lo contrario también como fe está muerta»
(Benedicto XVI, 21 de abril de 2011)
El traje de fiesta (el traje de bodas) para asistir a la Gran Cena es el amor.
Recordemos el himno a la caridad de San Pablo: “aunque hablara las lenguas de los ángeles, sino tengo amor, soy como un metal que resuena o unos platillos que aturden, ... no soy nada, de nada me sirve, …nada soy, …nada me aprovecha, …” (Cor 13,1-13) Y es verdad que hay muchos cristianos que están bautizados o van a misa o dan muchas limosnas, pero si lo hacen sin verdadero amor no sirve de nada. En cambio el que, además de estar bautizado, ir al templo a la santa misa, o dar limosnas, lo hace todo desde el amor humilde y verdadero a Dios y al prójimo, éste bien podemos asegurar que tiene el traje de fiesta para no ser excluido y participar en la gran cena de bodas.
Examinemos cómo andamos de amor a Dios y cómo nos amamos los hermanos unos a otros con verdadero amor “afectivo” y “efectivo”. Porque el amor es el único traje de bodas para gozar del banquete de la Iglesia y el reino de los cielos.
El que fue atado de manos y pies nunca movió un dedo ni de los pies por los demás...
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