LA MAGIA DE LA AMISTAD
💟💎
La magia de la amistad está dentro de nosotros. Y sabios son quienes se percatan de que la Amistad se cultiva, se “riega” ,se “abona”... se “asolea” y se protege... Una vez que crece y es fuerte pueden pasar años de silencio, océanos de distancia y con un simple encuentro se aviva, como si no hubiese pasado un día de ausencia.
¿Habrá sensación más agradable que una tertulia entre amigos?
Nosotros envejecemos, pero, a la amistad no le pasa el tiempo.
Todos los estudios respecto al buen vivir resaltan la importancia de compartir con amigos. Yo no sé si cura los males del cuerpo, lo que sí tengo certeza es que es lo mejor para el alma. ¡Y... el cuerpo se “alinea” con el alma...!
Recordar cualquier etapa de la vida, con amigos, reír, dialogar y compartir sus alegrías y tristezas, es sin duda siempre la mejor terapia y una sensación sublime del espíritu.
El abrazo fraternal de un amigo es únicamente comparable al abrazo de los hijos o los nietos. ¿Tienes amigos?
Da Gracias a la vida por haberte dado la fortuna de contar con amigos como los que tienes. Con sus virtudes y defectos. Con encuentros y desencuentros. Con silencios y palabras... Sentir lo que siento cuando estoy o sé de ellos, es un componente esencial de la sal de mi existencia.
¡Siempre he pensado que si fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, es porque existe el sentimiento virtuoso de la amistad!
Desconozco autoría
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EN RELACIÓN AL OTRO
No retrases encuentros ni escatimes afectos,
la persona es un milagro
enmarcado en el tiempo.
Piensa que cada persona tiene un mundo
de soledad y silencio
que el pudor no le permite compartir.
Ten en cuenta que silencios prolongados
pueden ser llamadas urgentes de auxilio.
No enjuicies actitudes y situaciones.
El otro es un misterio.
Limítate a aceptarlo con amor.
No te afanes en buscar consensos,
las personas son inéditas.
Admite más bien las discrepancias,
pues aportan riqueza.
Utiliza la palabra con verdad y prudencia.
Ilumina con tu saber,
pero no quieras imponer criterios.
Tu esperanza en el otro
condiciona su crecimiento,
será lo que esperes de él
y en la medida de tu esperanza.
Rompe el temor con la ternura
y concédele espacio a la palabra.
Entrega dilatadamente
el regalo de tu tiempo,
y ten la certeza que en ocasiones,
no es nuestro decir el que salva,
sino la escucha silenciosa del que ama.
Ten la humildad de mostrar tus límites
y aceptar el consejo que te entregan.
Aprende a perdonar.
Si amas de verdad sentirás más el daño
que el otro se causo con la afrenta,
que tu propio dolor.
Tú eres el otro;
si lo abandonas,
olvidas o desprecias,
te pierdes para siempre.
No te defiendas de amar
con razones o por temor,
es Dios quien pide amor por ti.
No retardes el amor de Dios con tu desidia.
Sara López Escalona
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