EL Rincón de Yanka: PARA DESCUBRIR EN LA TIERRA, PRIMERO HAY QUE VER EN EL CIELO

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miércoles, 11 de mayo de 2016

PARA DESCUBRIR EN LA TIERRA, PRIMERO HAY QUE VER EN EL CIELO



Tristísima estrella, 
poema maya

Tristísima estrella
adorna los abismos de la noche;
enmudece de espanto en casa de la tristeza.
Pavorosa trompeta suena sordamente
en el vestíbulo de la casa de los nobles.
Los muertos no comprenden, 
los vivos comprenderán.

Toda luna, todo año, todo día, 
todo viento camina y pasa también,
así toda sangre llega al lugar de su quietud,
como llega a su trono y poder...

Cantando tocaré
el armonioso, sonoro instrumento.
Vosotros, fascinados por las flores,
danzad y alabad al Dios omnipotente.
Gocemos de esta breve dicha,
porque la vida es sólo un momento fugaz.

(Poema maya traducido por Antonio Médiz Bolio)


“Adoraban el tiempo, ese misterioso fluir / y fluir del tiempo. / El tiempo era sagrado. / Los días eran dioses. / Pasado y futuro están confundidos en sus cantos. / Contaban el pasado y el futuro con los mismos katunes, / porque creían que el tiempo se repite / como veían repetirse las rotaciones de los astros...”
Ernesto Cardenal en el poema 
“Las ciudades perdidas”

William Gadoury, canadiense de Saint-Jean-de-Mathya en Lanaudière (Canadá), ha descubierto una ciudad maya hasta ahora desconocida gracias a su teoría según la cual las civilizaciones mayas elegían la ubicación de sus ciudades siguiendo la posición de las constelaciones. Según explica este adolescente de 15 años, fanático del mundo maya, su teoría se basó en analizar 22 constelaciones mayas en el Codex Maya de Madrid que posteriormente colocó sobre el mapa de Google Earth. Al realizarlo, se dio cuenta que las estrellas correspondían con la ubicación de las 117 ciudades mayas, coincidiendo las más brillantes con las urbes más importantes. Hasta ahora, ningún científico se había percatado de esta relación entre las estrellas y las ciudades mayas.


El genio de William fue descubrir que una de las constelaciones, la número 23 formada por tres estrellas, no tenía una relación exacta con el mapa de las ciudades ya que ésta solo contenía dos. De acuerdo con su teoría, tendría que existir una ciudad maya más, la 118, en un lugar inhóspito e inaccesible de la Península de Yucatán, en México.

William Gadoury se ha convertido en una pequeña estrella para la NASA, la Agencia espacial canadiense y la Agencia espacial japonesa JAXA, según informa Le Journal de Montreal, por este hallazgo que está a punto de ser difundido en una revista científica.

Este canadiense de 15 años, apasionado por el mundo maya, encontró 22 constelaciones mayas en el Codex Maya de Madrid y al colocar éstas sobre el mapa de Google Earth, se dio cuenta de que las estrellas se corresponden con la ubicación de las 117 ciudades mayas y las más brillantes coinciden con las más importantes. Ningún científico se había percatado hasta ahora de esta correlación entre las estrellas y el emplazamiento de las poblaciones mayas.

William reparó que una de las constelaciones, la número 23 formada por tres estrellas, no tenía su correlación exacta en el mapa de las ciudades mayas ya que solo existían dos. Según su teoría, tendría que haber una ciudad maya más, la 118, en un lugar recóndito e inaccesible en la Península de Yucatán, en México.

Los análisis realizados con satélites por diferentes agencias espaciales internacionales han revelado que efectivamente existe una pirámide y una treintena de edificios en el lugar indicado por el adolescente, según informa Le Journal de Montreal, que ha tenido acceso a las imágenes obtenidas vía satélite en las que se aprecian diferentes estructuras que bien podrían ser una antigua ciudad.

«Formas geométricas, cuadradas o rectangulares, aparecen en estas imágenes, formas que difícilmente pueden ser atribuidas a fenómenos naturales», afirma el especialista en teledetección de la Universidad de Nouveau-Brunswick, Armand LaRocque.

El joven William no solo habría descubierto una nueva ciudad maya. Puede ser una de las de mayor tamaño. Ha llamado a esta ciudad perdida comoK’ÀAK’ CHI', «boca de fuego».

«No comprendía por qué los mayas habían construido sus ciudades lejos de los ríos, en terrenos poco fértiles y en las montañas. Tenía que haber otra razón, y como adoraban a las estrellas, se me ocurrió verificar mi hipótesis. Me vi sorprendido y entusiasmado al darme cuenta de que las estrellas más brillantes de las constelaciones correspondían a las mayores ciudades mayas», indicó Gadoury a Le Journal.

De momento, nadie se ha aventurado en la jungla en busca de la Boca de fuego. William ha presentado sus trabajos a dos arqueólogos mexicanos, pero aún no se han desplazado hasta el lugar. «Es una cuestión de dinero. Organizar una expedición resulta horriblemente caro», explica Armand LaRocque.

Los arqueólogos han prometido a William que le llevarían en su expedición. Es lo que más desea el adolescente. «Sería la culminación a tres años de trabajo y el sueño de mi vida», dice.


Equinoccio en Chichén Itzá, bajando la serpiente de luz entre sombras


A lo largo de sus 26.000 años de historia, el Homo Sapiens ha seguido a la Luna y ha usado calendarios lunares. La Luna es errática e inconstante. Es de naturaleza sutil y elusiva. Gracias a los registros actuales sabemos que da la vuelta sobre su eje cada 29,5 días, que es la longitud de una lunación sinódica, lo cual es el porque nosotros siempre vemos un solo lado de la Luna.

La Lunación Sinódica de 29 días y 12 horas es el período exacto entre una Luna Nueva y la siguiente.

La Lunación Sideral es el período de 27 días y 7 horas que media entre dos sucesivos pasajes de la Luna sobre el mismo grado en el cielo.

Existe también el ciclo Tropical de 27.2 días que es el tiempo que le toma a la Luna regresar al mismo Nodo.

Durante un año solar hay siempre una lunación treceava, la cual transita desde un año solar hacia el siguiente. La naturaleza tabú del número 13 parece venir de la misteriosa luna treceava.

Hay una discrepancia de 11 días entre la longitud de un año solar de 365.242199 días y doce lunaciones sinódicas completas de 354.36706 días. El número de días en trece lunaciones sinódicas es de 383.5, una discrepancia de 18.25 días más que el año solar.

La discrepancia entre los días del año solar y los ciclos de lunación sólo es un problema para el hombre civilizado, ya que la mujer siempre ha llevado naturalmente las trece lunas dentro de su ser. El ciclo de menstruación femenina es de 28 días, que es el término medio entre los ciclos de lunación sinódica de 29.5 días y los otros ciclos de lunación menores de 27.5 días. Tomando como factor este ciclo de lunación medio de 28 días en el año solar, el resultado será trece lunas, o 364 días, un día menos que el año solar promedio.


       Las 13 constelaciones del cielo maya
Mes
Constelación
Constelaciones Mayas
Meses Mayas
Fechas
1
Murciélago
TZOTZ
Luna Magnética del Murciélago
26 Julio - 22 Agosto
2
Alacrán
DZEC
Luna Lunar del Escorpión
23 Agosto - 19 Septiembre
3
Venado
KEH
Luna Eléctrica del Venado
20 Septiembre - 17 Octubre
4
Lechuza
MOAN
Luna Autoexistente de la Lechuza
18 Octubre 14 Noviembre
5
Pavo Real
KUTZ
Luna Armónica del Pavo Real
15 Noviembre - 12 Diciembre
6
Cocodrilo
ITZAMNA
Luna Rítmica del Lagarto
13 Diciembre - 9 Enero
7
Mono
BATZ
Luna Resonante del Mono
10 Enero - 6 Febrero
8
Halcoón
COZ
Luna Galáctica del Halcón
7 Febrero - 6 Marzo
9
Jaguar
BALAM
Luna Solar del Jaguar
7 Marzo - 3 Abril
10
Perro
PEK
Luna Planetaria del Perro
4- Abril - 1 Mayo
11
Culebra
KAN
Luna Espectral de la Serpiente
2 Mayo - 29 Mayo
12
Liebre
TZUB
Luna Cristal del Conejo
30 Mayo - 26 Junio
13
Tortuga
AAK
Luna Cósmica de la Tortuga
27 Junio - 24 Julio
Día Fuera del Tiempo
25 Julio