EL Rincón de Yanka: LA SINGULARIDAD NO ESTÁ CERCA, SEGÚN PAUL ALLEN (EVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN) Y RELACIÓN ENTRE MEMORIA E INTELIGENCIA

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miércoles, 17 de abril de 2013

LA SINGULARIDAD NO ESTÁ CERCA, SEGÚN PAUL ALLEN (EVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN) Y RELACIÓN ENTRE MEMORIA E INTELIGENCIA


¿EVOLUCIÓN O INVOLUCIÓN?



Hace unas semanas Gerald Crabtree, director del Laboratorio de Genética de la Universidad de Stanford publicó un artículo en el que aseguraba que el ser humano en los últimos tiempos en lugar de evolucionar ha involucionado y que de seguir así en unos años un niño tendrá serios problemas para realizar una suma. ¿es eso cierto? ¿Pueden las nuevas tecnologías creadas por el hombre y las comodidades de nuestro estilo de vida provocar esto?


CUIDADO CON LA CODICIA CIENTÍFICA


Una historia muy larga prueba que la ciencia jamás es inocente. Todo lleva a pensar que el complejo cultural es una proyección externa del cerebro; sin embargo, escribe el profesor Changeux (1983), se está creando una profunda desarmonía entre el cerebro del hombre y el mundo que lo rodea.

Médicos, psicólogos, y psiquiatras están en diferentes países al servicio de los verdugos. El científico trabaja para el Estado que le paga. El Premio Nobel, prestigiosa consagración científica, ha sido a veces otorgado a notorios racistas. El científico también es un hombre, dotado de un cerebro imperfecto legado por la evolución: tiene prejuicios.

La idea del racismo y el darwinismo social encontraron en el pasado, y todavía tienen, ardientes defensores entre ilustres científicos. En nuestros días trata de imponerse una tecnocracia biológica. Muchos científicos dicen al respecto más de lo que deben, dada la limitación y la fragmentación de su saber.
Algunas teorías supuestamente científicas están llenas de presupuestos ideológicos y, hasta no hace mucho, casi toda la antropología física sostenía explícita o implícitamente la idea de raza...


¿Hay relación entre
la memoria y la inteligencia?

¿Una persona con mucha memoria es, necesariamente, más inteligente? ¿Si dejamos de memorizar, perdemos inteligencia?


Para empezar, habría que definir qué es la inteligencia. La memoria es uno de los instrumentos de la inteligencia. Si la inteligencia es la capacidad para resolver problemas, la memoria nos ayuda a recordar los datos del problema. Y, más aún, si ya hemos pasado por una situación idéntica, la memoria nos permitirá recordar las soluciones que en su día ya habíamos encontrado.

Podemos identificar la inteligencia con el Cociente Intelectual (CI), pero este no mide más que la capacidad de resolver problemas en un ámbito determinado, generalmente lógico-matemático. Sin embargo, hay también una inteligencia creativa, una inteligencia relacional, una inteligencia de adaptación, una inteligencia pragmática... que son, por lo menos, igual de importantes. En este sentido, entre los investigadores circula una broma muy ilustrativa:
«Si uno se pierde en un bosque, más vale encontrarse con un leñador con un CI de 85, que, sin duda, te indicará el camino correcto, que con un científico cuyo CI sea de 150».





En un interesante artículo, Paul Allen, (cofundador de Microsoft y creador del Allen Institute for Brain Science entre cuyos proyectos está el Allen Brain Atlas) pone en duda las afirmaciones de Ray Kurzweil sobre la Singularidad. Según Allen, la Singularidad no está cerca. Admite que la Singularidad llegará, que es posible comprender por completo el cerebro y que los nuevos sistemas de hardware y software nos deslumbran a todos. Pero sostiene que la comprensión de los sistemas naturales y muy especialmente el cerebro avanza despacio y serán necesarios nuevos enfoques que aún hoy no vislumbramos. Frente a la Ley de los rendimientos acelerados de Kurzweil, Allen propone El freno de la complejidad.

Ley de los rendimientos acelerados

Kurzweil es el abanderado de la Singularidad. No es un visionario, sus predicciones se basan en datos estadísticos, es un reconocido científico, muchas de sus predicciones se han cumplido y hay que tener en cuenta lo que dice. Otra cosa es estar de acuerdo con él. Es autor de "La Singularidad está cerca" y la "Ley de los rendimientos acelerados". En este ensayo postula lo siguiente:


Un análisis de la historia de la tecnología muestra que el cambio tecnológico es exponencial, al contrario de la visión 'lineal intuitiva' del sentido común. Así que no experimentaremos cien años de progreso en el siglo XXI, sino que serán más como 20.000 años de progreso (al ritmo de hoy). Los 'rendimientos', tales como la velocidad de los chips y la relación coste-efectividad, también se incrementarán exponencialmente. En el plazo de unas pocas décadas, la inteligencia de las máquinas sobrepasará la inteligencia humana, llevándonos a la singularidad (cambios tecnológicos tan rápidos y profundos que representen una ruptura en la estructura de la historia humana). Las consecuencias incluyen el surgimiento de inteligencia biológica y no biológica, software inmortal basado en humanos y niveles de inteligencia ultra-elevados que se expandirán hacia el universo a la velocidad de la luz.



Esta ley se basa en la ley de Moore que predice que cada 18 meses se duplica el número de transistores en un espacio dado (un chip). Sin embargo, la ley de Moore y la de los rendimientos acelerados son leyes empíricas. O dicho de otra forma, no son leyes y solo predicen el pasado. Funcionan hasta que dejan de hacerlo.

El freno de la complejidad

Paul Allen, con el mismo derecho, postula otra ley: El freno de la complejidad. Según esta:

A medida que avanzamos más y más en nuestra comprensión de los sistemas naturales, por lo general encontramos que requieren conocimientos más especializados para entenderlos, y nos vemos obligados a ampliar continuamente nuestras teorías científicas de una manera cada vez más compleja.



Paul Allen se opone a que la singularidad vaya a llegar pronto.


Aunque suponemos que este tipo de singularidad algún día ocurrirá, no creemos que este cerca. De hecho, creemos que será en una fecha muy lejana.

Un cerebro adulto es una cosa finita, por lo que su funcionamiento básico en última instancia, puede ser desvelado a través del esfuerzo humano. Pero si la singularidad llega en 2045, será debido a avances impredecibles, y no porque sea el resultado inevitable de un progreso exponencial producido por la ley de rendimientos acelerados.

Para que la Singularidad aparezca en 2045 no solo se necesita un hardware más potente en el que se ejecute el actual software más rápido. Es necesario crear un software mucho más inteligente lo que requiere un conocimiento de los fundamentos de la cognición humana de cuya cuya complejidad solo ahora comenzamos a ser conscientes. Ni el desarrollo de software ni el avance de la neurociencia se rigen por la ley de Moore.



Para que la singularidad ocurra en algún momento cerca de lo predicho por Kurzweil, será absolutamente necesario una aceleración masiva de nuestros avances científicos en la comprensión de todas las facetas del cerebro humano.



La complejidad del cerebro es simplemente impresionante. Cada estructura ha sido modelada con precisión durante millones de años de evolución para hacer algo en particular, sea lo que sea. No es como un ordenador, con miles de millones de transistores idénticos en las matrices de memoria regulares que son controlados por una CPU con unos pocos elementos diferentes. En el cerebro cada estructura individual y circuito neural ha sido refinado por separado por la evolución y el medio ambiente.

La investigación del cerebro obedece más bien a la ley del freno de la complejidad que a la ley de los rendimientos acelerados.
Allen habla también de las promesas de la Inteligencia Artificial IA. Aunque algunos inventos son sorprendentes como Watson, en general el progreso no ha sido en absoluto exponencial.


Aunque hemos aprendido mucho acerca de cómo construir sistemas individuales de AI que hacen cosas aparentemente inteligentes, nuestros sistemas han sido siempre frágiles - los límites de su rendimiento están rígidamente establecidos por sus supuestos internos y los algoritmos de la definición, no se pueden generalizar, y con frecuencia dan respuestas absurdas fuera de sus áreas de interés específicas. Un excelente programa de ordenador que juega al ajedrez , no puede aprovechar su habilidad para jugar otros juegos. Los mejores programas de diagnóstico médico contienen conocimientos inmensamente detallados del cuerpo humano, pero no pueden deducir que un trapecista tenga un gran sentido del equilibrio.



Al igual que en la neurociencia, el camino basado en la inteligencia artificial IA, para lograr la singularidad a nivel de la inteligencia computacional, parece requerir muchos más descubrimientos, algunas nuevas teorías con calidad de Premio Nobel y probablemente nuevos enfoques de investigación que son inconmensurables con lo que pensamos ahora. Este tipo de avances científicos básicos no se produce en una curva de crecimiento exponencial fiable.



Y concluye Paul Allen:
Lograr una comprensión científica completa de la cognición humana es uno de los problemas más difíciles que hay. Seguimos haciendo progresos alentadores. Pero hacia el final del siglo, en nuestra opinión, todavía nos estaremos preguntando si la singularidad está cerca.
Ray Kurzweil ha publicado su réplica en: Don’t Underestimate the Singularity donde básicamente se reafirma en la Ley de los rendimientos acelerados contrargumentando los puntos de Allen.

Más polémica. Kurzeil vs Myers

No es la primera vez que Kurzweil tiene que defender sus tesis. En una encendida polémica, Ray Kurzweil does not understand the brain, el biólogo PZ Myers pone en duda las opiniones de Kurzweil. Con réplica de Kurzweil y contratréplica de Myers.
Algunas de las perlas de Myers


Por ingeniería inversa, quiere decir (Kurzweil) que vamos a ser capaces de escribir software que simule todas las funciones del cerebro humano.



Tengo una muy buena idea de la inmensidad de lo que no entendemos acerca de cómo funciona el cerebro. Y si sólo entendemos una fracción de la funcionalidad del cerebro, eso hace que la ingeniería inversa sea extremadamente difícil. 


El cerebro es un ordenador, y yo estoy en la parte que dice que no hay problema en principio en replicarlo artificialmente. 

La ingeniería inversa del cerebro humano tiene complejidades que son enormemente subestimadas por Kurzweil, que demuestra poco conocimiento de cómo funciona el cerebro. 

El problema es que él no ha proporcionado ninguna razón para especificar una fecha, que no sea su vago mantra de "crecimiento exponencial". ¿Por qué no decir, 5 años? ¿Por qué no 50? 
El corazón del método de Kurzweil es tomar simplemente una fecha lo suficientemente lejana para que no podamos predecir que ocurrirá con los avances tecnológicos, y también que no sea probable que se enfrente con su incumplimiento frente a personas que le recuerden lo que dijo. 

Su argumento a favor de la simplicidad (según Kurzweil el cerebro es simple y modular) es profundamente erróneo e irrelevante. 
No ha hecho ninguna alegación cuantificable de lo mucho que sabemos sobre el cerebro en este momento y yo sostengo que sólo hemos arañado la superficie en las últimas décadas de investigación,
"exponencial" no es una palabra mágica que resuelve todos los problemas (si pongo hoy un centavo en el banco no quiere decir que tendré un millón de dólares en el fondo de pensiones en 20 años). 
Kurzweil no ha proporcionado ninguna explicación de cómo va a ser la "ingeniería inversa" del cerebro humano.



Antonio Orbe