"Nuestros héroes del Orzán serán siempre un ejemplo de generosidad, sacrificio, valentía y vocación de servicio", aseguró Cosidó durante su intervención, en la que destacó que "ellos son el espejo en el que los agentes de la Policía Nacional se miran cada día".
"LOS HÉROES NO ESTÁN EN LAS LEYENDAS"
También intervino en el acto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien ha señalado que el ejemplo de estos tres agentes "demuestran que los héroes no están en las leyendas", sino que en la sociedad "hay personas capaces de actos de inmensa generosidad" que permiten mirar al futuro "con más optimismo".
"Ellos nos están diciendo que se equivocan los que piensan que estos ya no son tiempos de grandes hazañas, y que en su lugar prima la insolidaridad, la superficialidad y el egoísmo", añadió.
Feijóo ha recordado que los tres agentes "formaban parte de un cuerpo policial educado en el servicio, en la entrega y en la atención a los demás". "Son como nos gustaría ser a todos", ha insistido, para concluir con que a partir de este domingo su memoria durará eternamente.
"A partir de hoy, esa inmortalidad que sólo alcanzan los verdaderos héroes estará plasmada en este monumento que quiere hundirnos con ellos en un abrazo perpetuo. Creo que hoy los coruñeses están inaugurando un nuevo faro. El viejo da luz, y este emite un recuerdo que queremos que sea inmortal. Aquel guía a los navegantes, y este nos está diciendo que habrá esperanza mientras existan hombres y mujeres como ellos".
INAUGURACIÓN DEL MONUMENTO
A LOS HÉROES DEL ORZÁN
Sr. Carlos Negreira, alcalde de La Coruña
Hay vínculos imposibles de deshacer. En esta coraza tendremos desde hoy uno que será eterno, que nos enlaza con el sacrificio, con el orgullo y con el coraje, con el valor más elevado que puede aportar un ser humano: entregar la vida por ayudar a alguien a quien no conoce. Lo hicieron aquí mismo hace ahora un año. Javier López López, Rodrigo Maseda Lozano y José Antonio Villamor Vázquez. Pasarán los meses, pero ni pasará el duelo ni llegará el olvido.
Durante el último año muchos coruñeses, también muchos visitantes, se han acercado a este rincón para ofrecer el tributo más espontáneo, el que sale del alma y empuja a encender una vela, dejar una flor, una fotografía, un papel con unas palabras, con un recuerdo, un deseo o un agradecimiento… Hoy el Ayuntamiento, en nombre de todos los coruñeses, habilita este espacio, que no deja de ser un humilde altar, un punto de encuentro para que todos en cualquier momento y de cualquier manera podamos expresar nuestra gratitud. Tejer este lazo era un deseo, pero también un deber... no solo hacia Javier, Rodrigo y José Antonio, sino también hacia quienes lo dieron todo en circunstancias similares.
El mar del Orzán está teñido de generosidad y heroísmo, de vidas como la de Francisco Alcaraz, un carpintero que cuando trabajaba en la construcción de las Escuelas da Guarda no dudó en lanzarse al mar para ayudar a unas bañistas en apuros. O la de Juan Darriba, Juanito, un chico de 11 años que dejó su último aliento en el rescate de una mujer que le triplicaba en edad, ejemplo de una casta singular porque, seis años después, su hermano Manuel también desafió al oleaje para salvar a otro niño en el Orzán. No le frenó el recuerdo, le impulsó el altruismo. Juanito lo había conseguido pero pereció en el intento; Manuel salió indemne del agua y trajo a tierra al pequeño, pero éste falleció al poco tiempo.
Han pasado más de cien años desde estos episodios. Los coruñeses crecimos con su recuerdo, con la memoria que nuestros mayores se encargaron de que perviviera y a la que ahora damos continuidad para que jamás se olvide lo que aquí ocurrió, haya pasado un siglo o haya pasado un año.
Hay sonidos imposibles de olvidar, el de aquel helicóptero que antes del alba despertó a la ciudad con un estruendo de preocupación. Muchas veces las malas noticias llegan sin que medien palabras. No las hubo para consolar tanto dolor, difícil encontrarlas en aquellos momentos para quienes tratábamos de dar consuelo a los familiares de Javier, Rodrigo y José Antonio. También al padre del joven Tomas Velicky.
Pero sí debemos hallar esas palabras para glosar el esfuerzo de todos los que tomaron parte en los trabajos de salvamento y de rescate aquella noche y los días sucesivos. A las fuerzas y cuerpos de seguridad, al Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, la Policía Local y la Autonómica; a los servicios de emergencias, Salvamento Marítimo, Vigilancia Aduanera, la Jefatura Provincial de Tráfico, el 061 o el Servicio de Guardacostas de la Xunta de Galicia; a los trabajadores del Ayuntamiento de A Coruña como el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, los servicios de Emergencias y Bomberos o el de Protección Civil, con especial reconocimiento a todos los voluntarios que con él colaboran y a los que nos apoyaron desde el resto de agrupaciones de todos los municipios de nuestro entorno, a los incansables grupos de buceadores provenientes tanto de la Axencia Galega de Emerxencias dependiente de la Xunta de Galicia como a los del Club del Mar de San Amaro. A la Cruz Roja, a la población, en fin, cuyo afecto y ayuda hemos sentido en todo momento. A todos queremos entrelazar también en esta magnífica escultura obra de Sonia Romero, José Luis Rey y José Manuel Mihura.
Hay paisajes imposibles de desterrar. Los coruñeses nos hemos forjado con este mar. Forma parte de nuestras vivencias, del inventario de una ciudad que ha crecido arrullada entre sus olas. El Orzán es nuestra ventana hacia el mundo, el mar que nos da todo, pero que también nos lo quita, sosegado y furioso; acogedor y cruel. Desde hoy depositamos junto a él, en estos lazos, nuestros corazones.
Uxío Rivas
HOMENAJE #HÉROESdelORZÁN
La cartera con el carné de Javier López
se expondrá en el museo
de la Policía Nacional en Lonzas (19/11/2019)
El pasado domingo una mujer paseaba a su perro por la playa del Orzán cuando el can se lanzó a escarbar en la arena. Había encontrado una vieja cartera de cuero negro. Dentro de ella, una placa metálica de un Policía Nacional, algo deteriorada por la erosión del mar y el salitre, y un carné identificador de un agente. El documento estaba en perfecto estado y en él se podía ver la fotografía de un hombre y su nombre: Javier López.
Era uno de los héroes del Orzán, uno de los tres agentes de la policía que perdieron la vida tratando de rescatar del mar al estudiante eslovaco Tomas Velicky. Con Javier López, que hoy da nombre a una calle, fallecieron Rodrigo Maseda y José Antonio Villamor, además del propio Velicky.
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