SACERDOTE O BANQUERO

Jesús expulsa del Templo a los mercaderes.

Jn. II, 13-22

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén, y halló en el templo vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y cambistas sentados. Hizo un azote de cuerdas, y los echó a todos del Templo con las ovejas y los bueyes, tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. Y dijo a los vendedores de palomas: “Quitad esto de aquí: no hagáis de la casa de mi Padre un mercado”. Sus discípulos se acordaron que está escrito: “El celo de tu casa me devora”.

Entonces los judíos le dijeron: “¿Que señal nos das para obrar así?” Jesús les respondió: “Destruid éste templo y en tres días lo levantaré”. Los judíos le replicaron: Se edificó el templo en cuarenta y seis años, ¿Y tú lo levantarás en tres días?” Más Él hablaba del Templo de su cuerpo.

Por eso, cuando resucitó de entre los muertos, se acordaron sus discípulos que ya lo había dicho, y creyeron en la Escritura y en la palabra de Jesús.

La intervención a CAJASUR (dirigida por la jerarquía Cordobesa) por el Banco de España podría tener una factura de hasta 2.700 millones de euros para el Fondo de reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). De momento, el supervisor ha autorizado tras la intervención una inyección de 523 millones para que la caja recupere un mínimo legal de solvencia (8% del Ratio Bis). Ahora llega la parte más costosa.

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Ahora, un chiste:
¡Traédme dos banqueros!

El pobre párroco de pueblo que está muy anciano y se está muriendo en la cama. Entonces siente que le queda poco de vida y llama a gritos al monaguillo:

-CURA: Miguelito! Miguelito! Ven corre, por favor...

-MIGUELITO: ¿Qué le pasa padre Antonio?

-CURA: ¡Traédme dos banqueros!!.. Traédme dos banqueros!!!

-MONAGUILLO MIGUELITO: ¿Y para qué quiere usted dos banqueros, padre?

-CURA: Porque quiero morir como Jesucristo, entre dos ladrones...

Al menos y por respeto podrían ir de paisano a gestionar sus ganancias o pérdidas financieras, sin meter de por medio lo religioso. Pero no, esta panda de banqueros que parecen pistoleros, son curas, es decir gente que un día aseguró consagrar su vida a Cristo.