Los cambios de humor de Mona Lisa en su retrato son un efecto óptico. Algo de esto sospechábamos. Un estudio reciente publicado en la revista "New Scientist", nos revela que la clave está en nuestros ojos. En el ojo humano hay células diferentes cada una de las cuales identifican colores, contrastes... Y todo varía en función de cómo las células situadas en la retina tomen la imagen y del canal del cerebro humano por el que sean transmitidas. Esas señales llegan al cerebro mezcladas, por eso a veces nos parece ver a Mona Lisa reír, mientras que en otras ocasiones nos parece que está seria.
El que ha logrado resolver el misterio es un español, Luis Martínez Otero, investigador y líder del proyecto del Instituto de Neurociencias de Alicante.
Muchos investigadores de todo el mundo han perseguido descubrir el secreto que se tenía guardado Leonardo Da Vinci.
Me recuerda un poco a lo que me lleva ocurriendo a mí durante todos mis años con la estatua de Daoíz siempre que paso por la plaza de la Gavidia. Cada vez que la miro me parece que hubiera cambiado de posición.
Y yo me pregunto, ¿Misterio resuelto? ¿Es posible que nosotros, con nuestros conocimientos y avances, siglos después hayamos tardado tanto en decisfrar el enigma de su obra, y estos autores ya supieran de estas técnicas? Leonardo estudió anatomía, geometría, se instruyó con los grandes artistas de su época y, desde niño siempre fue muy, muy observador, no dejó de lado ninguna disciplina. Cuando ilustró el tratado "La Divina proportione", del fraile franciscano Luca Pacioli, por 1494, Leonardo ya sostuvo que la vista es el instrumento de conocimiento más certero con que cuenta el ser humano y que, a través de una atenta observación debían reconocerse los objetos en su forma y estructura para describirlos en la pintura de la manera más exacta.
Sin duda, Leonardo Da Vinci, como otros tantos autores, fue un adelantado a su tiempo.
1 comments :
Hola, estimado Juan Carlos.
Sin duda, como dices, fue todo un adelantado a su tiempo. El mejor ejemplo del hombre renacentista. Aunque se halla descubierto el misterio, no deja de ser un idem todo lo que rodea a este cuadro.
Lo que te ocurre a ti en la gavidia me ha pasado a mi, y he pensado igual que tú. Quizás sea los ojos con los que los miramos cada día, o quizás sea que las obras de arte inmortales tienen su propia vida, aunque creo que Dios no estaría muy de acuerdo con esto...
Un fuerte abrazo
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