"Solamente el amor nos deja ver a Jesús,
dándonos los ojos del Resucitado"
¿Dónde estás, RESUCITADO?
.
En la lluvia y en la flor,
en el gozo y en la pena
y en el beso del amor (...).
¿Dónde estás, suplico, AMIGO?
En la noche de la espera,
en el alba de la vida,
en el viento de la sierra,
en la tarde despoblada,
en el sueño que no sueña,
en la niña enamorada,
en el hambre desgarrada
y en el pan para la mesa,
en el hombre que me busca
y en aquel que se me aleja,
en el canto del hogar
y en el llanto de la guerra,
en el gozo compartido
y en la aislada amarga pena (...).
En el silencio sellado
y en el grito de protesta,
en la cruz de cada día
y en la muerte que se acerca,
en la luz de la otra Orilla
y en mi Amor como respuesta.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Vivo y camino en la tierra
peregrino hacia Emaús
para sentarme a tu mesa,
que al partir de nuevo el pan
descubrirás mi Presencia.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Estoy aquí con vosotros,
con el alma en flor despierta
en esta Pascua de Amor
galopando por las venas
de vuestra sangre empapada
de un Dios que vive y que sueña.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Desnúdate a la sorpresa,
abre los ojos y mira
hacia dentro y hacia fuera,
que en el lagar del dolor
y en la noria del amor,
Yo, tu Dios, llamo a la puerta.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Resucitado a tu vera.
Gritad conmigo: ¡Aleluya!Ha merecido la pena.
Seréis testigos, amigos,
de esta verdad verdadera:RESUCITÉ DEL SEPULCRO
Y CIELO SE HIZO LA TIERRA.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
En tu vida es la respuesta.
En la lluvia y en la flor,
en el gozo y en la pena
y en el beso del amor (...).
¿Dónde estás, suplico, AMIGO?
En la noche de la espera,
en el alba de la vida,
en el viento de la sierra,
en la tarde despoblada,
en el sueño que no sueña,
en la niña enamorada,
en el hambre desgarrada
y en el pan para la mesa,
en el hombre que me busca
y en aquel que se me aleja,
en el canto del hogar
y en el llanto de la guerra,
en el gozo compartido
y en la aislada amarga pena (...).
En el silencio sellado
y en el grito de protesta,
en la cruz de cada día
y en la muerte que se acerca,
en la luz de la otra Orilla
y en mi Amor como respuesta.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Vivo y camino en la tierra
peregrino hacia Emaús
para sentarme a tu mesa,
que al partir de nuevo el pan
descubrirás mi Presencia.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Estoy aquí con vosotros,
con el alma en flor despierta
en esta Pascua de Amor
galopando por las venas
de vuestra sangre empapada
de un Dios que vive y que sueña.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Desnúdate a la sorpresa,
abre los ojos y mira
hacia dentro y hacia fuera,
que en el lagar del dolor
y en la noria del amor,
Yo, tu Dios, llamo a la puerta.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
Resucitado a tu vera.
Gritad conmigo: ¡Aleluya!Ha merecido la pena.
Seréis testigos, amigos,
de esta verdad verdadera:RESUCITÉ DEL SEPULCRO
Y CIELO SE HIZO LA TIERRA.
Que ¿dónde estoy me preguntas?
En tu vida es la respuesta.
Antonio Bellido Almeida
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