EL Rincón de Yanka: LOS FALSOS LÍDERES

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sábado, 15 de septiembre de 2007

LOS FALSOS LÍDERES



Triste "espiritualidad" es el de aquellos que sólo han logrado transportar su dogmatismo fanático, su ambición y su sed de gloria y de poder.



"El mejor líder es el que apenas se hace notar, no aquel al que la gente obedece y aclama, ni al que todos desprecian.
El buen líder habla poco, y cuando ha concluído su trabajo y alcanzado su propósito, la comunidad dirá:
lo hicimos nosotros". Lao Tse



"QUISIERA SER COMO UN CAMINO POR EL QUE TODOS PASAN Y QUE LUEGO OLVIDAN". Paul Claudel


(Líder es el que lidera las causas de la comunidad; no las propias)


Muchos líderes cristianos esperan que se les siga "ciegamente", sin cuestionar su liderazgo. Y cuando uno cuestiona algunas de sus decisiones, ellos inmediatamente comienzan a "defenderse" a cómo dé lugar. He aquí la primera señal de lo que promete ser un liderazgo sospechoso.
El verdadero líder no exige ni espera que se le siga "ciegamente". Está dispuesto a explicar sus razonamientos sin tomar ofensa y sin sentirse ofendido cada vez que se le pregunte o demande algo. El problema está en que pensamos que el liderazgo debe aceptarse "con los ojos cerrados", y no es así. El liderazgo no se exige ni se demanda; es todo lo contrario, ¡se gana!
¿Cómo es que se gana? Se gana por medio del ejemplo y no por las exigencias que hace; se gana por el amor y no por la fuerza; se gana por el testimonio y no por las meras palabras. Aunque siempre habrán personas dispuestas a seguir al hombre o a la mujer en el ministerio; la gran mayoría de la iglesia prefiere "seguir" a Cristo primeramente. Y la verdadera iglesia no se deja engañar ni se mueve simplemente porque el líder dice que eso es lo que se debe hacer. La Iglesia verdadera de Cristo no cuestiona el liderazgo de Cristo, pero sí debe hacer preguntas y asegurarse bien que sus líderes andan en la verdad y no meramente en sus caprichos personales. El líder falso, o aquel que ya está perdiendo la visión tiene serios problemas porque el pueblo de Dios no solamente conoce a Dios sino que también conoce a los que vienen de parte de Dios.
El líder falso siempre está hambriento del poder y el control sobre los demás. Y muchas veces usan la sutileza engañosa y diabólica de que Dios les ha hablado por medio de revelación. La Biblia nos advierte de éstos falsos: "No cambien fácilmente de manera de pensar ni se dejen asustar por nadie que diga haber tenido una revelación del Espíritu" (2 Tesalonicenses 2.2, DHH). Por supuesto, estas escrituras hablan de los días finales y de la venida de nuestro Señor; pero la enseñanza principal se aplica a toda nuestra vida. En el momento en que alguien dice: "Dios me dijo" o, "Dios me reveló", todo el mundo queda en suspenso, esperando recibir las instrucciones de Dios. Y aunque creo de todo corazón y con todas mis fuerzas que Dios habla y se revela en nuestros días; también creo que hay personas que "usan" esas tácticas para manipular y controlar a los demás. En mi vida yo he tenido "encuentros" con "supuestos profetas", que me han querido manipular y controlar, porque "Dios les ha revelado algo". Pero a ellos se les ha olvidado que el Espíritu Santo nos guía y nos da testimonio personal, o sea, nos da testimonio individualmente de Su perfecta voluntad. Es interesante cómo éstas personas "se creen que son expertos en la voluntad de Dios para la vida personal de uno".


Una vez me visitó a mi oficina un hombre con una "revelación" o "mensaje divino", según decía él. Para ese entonces yo le estaba orando a Dios por una decisión muy importante que debía tomar; y después de un tiempo "se aparece ese profeta", diciéndome que "tuviera cuidado con lo que iba a hacer", y que "yo podía confiar en él, porque Dios lo había enviado a ayudarme". Mientras él me "revelaba" su mensaje "profético", en mi interior yo era avisado de parte de Dios que no le confiara nada a este individuo. Amados hermanos, Dios no se equivoca; Dios es un Dios de orden y de coordinación. Más tarde pude ver las evidencias de la falsedad de este individuo, que sólo tenía una agenda personal y egoísta.
(Busca un director espiritual o sacerdote o religioso). La Iglesia tiene una experiencia de dos mil años sobre este discernimiento puntual. No caigas en la soberbia espiritualista e individualista.


Los días en que vivimos son muy peligrosos y cruciales. No podemos "seguir ciegamente" a los hombres, aunque éstos afirmen que "hablan con la autoridad de Dios".
La Biblia nos amonesta sobre esto: "Amados míos, no crean nada por el simple hecho de que les afirmen que es mensaje de Dios. Póngalo a prueba primero, porque en este mundo hay muchos maestros falsos" (1 Juan 4.1, LBD). La Biblia Dios Habla Hoy lo expone así: "Queridos hermanos, no crean ustedes a todos los que dicen estar inspirados por Dios, sino póngalos a prueba, a ver si el espíritu que hay en ellos es de Dios o no". Esta amonestación bíblica es bien seria. La Iglesia sigue a Cristo y no a los hombres.


El verdadero liderazgo espiritual comprende esta verdad y la acepta porque ellos también son seguidores de Cristo.
Todo aquel que tiene problemas con esto o que se siente amenazado cuando la Iglesia "pone las cosas a prueba" (como nos enseña la Palabra), es porque "son líderes falsos", o que van por ese rumbo.


La Biblia nos dice que los cristianos de Berea (Hechos 17.10-12), tenían buenos sentimientos, o sea, eran nobles de corazón. Ellos recibieron el mensaje y las instrucciones de Pablo con alegría, y día tras día acudían a la Palabra de Dios para asegurarse que se les estaba enseñando la verdad. Estoy seguro que el apóstol no se sentía molesto ni amenazado; todo lo contrario: los hermanos de Berea aceptaban el liderazgo y ministerio de Pablo, porque éste se conformaba a la Palabra de Dios. Así debe ser hoy.


Y los líderes no deben sentirse ofendidos cuando "probamos sus palabras y motivos" con la Palabra de Dios.
Al único que se puede seguir con confianza absoluta es Jesucristo. Cristo no nos desvía del camino ni de la verdad.
Él es nuestro fiel Guía.
Cuando confiamos en Él con todo el corazón y con todas nuestras fuerzas, vivimos victoriosamente.

----Fuente: José Viera