“Palabra”.
“Nos rodea la palabra/ la oímos/ la tocamos/ su aroma nos circunda/ palabra que decimos/ y modelamos con la mano/ fina o tosca/ y que/ forjamos/ con el fuego de la sangre/ y la suavidad de la piel de nuestras amadas/ palabra omnipresente/ con nosotros desde el alba/ o aun antes/ en el agua oscura del sueño/ o en la edad de la que apenas salvamos/ retazos de recuerdos/ de espantos/ de terribles ternuras/ que va con nosotros/ monólogo mudo/ diálogo/ la que ofrecemos a nuestros amigos/ la que acuñamos/ para el amor la queja/ la lisonja/ moneda de sol/ o de plata/ o moneda falsa/ en ella nos miramos/ para saber quiénes somos/ nuestro oficio/ y raza/ refleja/ nuestro yo/ nuestra tribu/ profundo espejo/ y cuando es alegría y angustia/ y los vastos cielos y el verde follaje/ y la tierra que canta/ entonces ese vuelo de palabras/ es la poesía/ puede ser la poesía”. Aurelio Arturo
“Palabra”, la palabra enamorada. La palabra crea y recrea, forma y transforma, nombra y pronombra, posee y autoposee. La palabra es sentido plural: por ella se ve, se oye, se huele, se gusta, se palpa. La palabra construye lo humano: el yo y el otro, el cercano y el lejano, el amigo y el amante, la aldea y el universo. La palabra es el espejo: lo que vivo y lo que sueño, lo que soy y lo que hago, lo que tengo y lo que quiero. La palabra es poesía posible: creer y esperar. La palabra es poesía ejecutada: hablar y cantar. La palabra es licencia para el ensueño, secuestro onírico con los ojos abiertos, y es derecho de soñar, intuición y posesión del instante con los ojos cerrados. Lo sostiene Bachelard. La palabra es pérdida, caída y muerte, disolución, desgracia y condena: tragedia. La palabra es risa, broma y chiste, carnaval, fiesta y aquelarre: comedia. La palabra es la totalidad: todo en ella, todo por ella, todo para ella.
Aurelio Arturo, una poética de la palabra enamorada porque cuando el poeta enmudece la palabra viene. El silencio del poeta es la voz de la palabra. Arturo, el poeta de la palabra, el poeta del silencio.
"La Poesía es el derecho del hombre
a empujar una puerta,
a encender una antorcha,
a derribar un muro…"
LEÓN FELIPE
Poesía
I
Todo. Todo reside en la palabra:
como fuego provocado.
Y para que ésta tenga presencia
ha de comunicar belleza el signo.
Apenas reconoces la blanca página.
Apenas te rodea, ni su aliento ni su vértigo.
Conocimiento. Comunicación: umbral abierto
de par en par el asombrado párpado.
II
El verso alumbra:
ha germinado la palabra.
Y en tu escritura el gesto.
Realidad inventada.
La pluma y su sombra: el trazo.
El tiempo se deslavaza en el poema.
III
Pluralidad diversa poesía.
Dintel.
Llega a ti. Penetra
raíz oscura. Esencia.
Enjundia brutal. Trueno.
Luz llama
fulgor de rayo.
IV
Voz desnuda en el poema.
Luz, llama, relámpago.
Círculos. Vértigos acompasados.
Arpegios que mecen
olas a la deriva en su memoria
impenitente. Sílaba del anochecer
en inmortal poema para cumplir,
con las noches azules
del alma en tu boca.
V
Buscar la luz. Ésa y no otra.
Conquistar la ciencia que no concluye.
La ciencia que todo lo explica.
Voz desnuda en el poema.
Gesto. Guiño. Palabra.
Enrique Villagrasa González
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La palabra es poesía, divinidad y mucho más...
Cuando los cristianos hablan del evangelio se refieren a él como la palabra de Dios y en el evangelio Cristo siempre habla en parábolas. La parábola en Geometría es una curva pero en el evangelio no se refiere a eso, sino a una narración que también sigue en cierta forma la trayectoria de una curva porque se describe una situación y de ahí, por similaridad se obtiene una enseñanza.
Según la Biblia, Cristo hablaba en parábolas para que la gente le entendiera y a veces ni así lo lograba, pero bueno, ése era el propósito. Lo que dijo quedó registrado y entonces vamos a suponer que la gente decía: Vamos a oír las parábolas de Cristo y poco a poco, con el tiempo el vocablo fue cambiando hasta ser “Vamos a oír las palabras de Cristo”.
Todo esto es para decir que la palabra PALABRA se deriva de la palabra PARÁBOLA.
No queremos profundizar mucho en la historia del mundo según la cristiandad, porque no es el papel de esta columna, pero sí podemos dar algunas pistas, principalmente porque, como se puede ver, hay una relación estrecha entre el origen del lenguaje y el desempeño de la palabra como elemento básico para la comunicación, a través del lenguaje.
Lo que dice la Biblia es que el mismo Dios creó al mundo con base a su palabra, porque dice:…. Y Dios dijo: Hágase la luz y la luz se hizo… Y llamó a la luz día y a las tinieblas noche… etc. Tenemos que entender que ésta es una forma simbólica de narrar, pero de que relaciona a la palabra con los hechos, eso no puede dudarse.
Los romanos tenían un dios del lenguaje que se llamaba Aius Locutius aunque Cicerón lo menciona como Aius Loquens. Los antiguos egipcios tenían a Thot, “el señor de las palabras divinas” que según su cultura era el que había inventado el lenguaje y la escritura. (Habría que ver si lo alcanzó a registrar)
Sea así o de cualquier manera, tenemos que reconocer que la palabra es divinidad… No podemos concretarnos a ver en ella una sucesión de sonidos que se han convenido para facilitarnos que podamos dar a entender los nombres de las cosas.
La palabra es mucho más que eso. Es mito, poesía, divinidad, religión y razón. La palabra produce acciones, provoca sentimientos, desencadena reacciones y puede llegar a convertirse en ángel salvador o en demonio asesino. Todo depende de como la palabra transmita un pensamiento, una idea o un proyecto.
Por eso quisiéramos poder desterrar del diccionario las palabras negativas, las que ofenden y matan y dejar sólo aquellas que dan luz, las palabras que dan vida.
Ricardo Espinosa
UNA PALABRA - CARLOS VARELA
VER+:
TE DOY MI PALABRA DE PAZ
Y MI SILENCIO DE AMISTAD:
VER:
PALABRA REDENTORA, palabras redimidas:
VER:
MISTERIO HUMANADO:
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