IGLESIA
VS
ANTI-IGLESIA
(Enderezando criterios)
Por el Dr. Carlos Reyes,
misionero en la orden de los peregrinos del San Miguel Arcángel
No es tarea fácil comprender la actual crisis del mal dentro de la Iglesia, que a veces puede parecer abrumadora. Benedicto XVI nos indicó que la teología de Tyconius puede ayudar a la Iglesia a comprender cómo desenmascarar y, en última instancia, derrotar el mal de los «falsos hermanos» que se esconden dentro de ella. Las ideas de Tyconius coinciden de varias maneras con el mensaje de Fátima. Si consideramos los comentarios de Benedicto sobre Fátima a la luz de la teología tyconiana del final de los tiempos, se nos ofrece una perspectiva única sobre la naturaleza de la Iglesia y la antiiglesia durante su confrontación final.
INICIAMOS
(Slide 1 y 2)
Llevados de la mano de Benedicto XVI quien a su vez toma escritos de [Tyconius] «un gran teólogo» [1] - un donatista que vivió una vida ascética de oración en el desierto, vemos el Apocalipsis sobre todo como un reflejo del misterio de la Iglesia. Ticonio había llegado a la convicción de que la Iglesia era un cuerpo bipartito: por una parte, dice, pertenece a Cristo, pero hay otra parte de la Iglesia que pertenece al diablo" [1]
(Slide 2) Antes de explanarnos en el tema, son dignas de tener en consideración las palabras del sabio Castellani acerca del correcto entendimiento del concepto «Iglesia», a fin de evitar el equívoco de la identificación entre el Vaticano y la Iglesia, o la reducción de ésta al primero. «Hay Iglesia que es el proyecto de Dios y el ideal del hombre, y está comenzada en el cielo, la “Esposa”, a la cual San Pablo llama “sin mancha”, una; hay una Iglesia terrenal, donde están el trigo y la cizaña mezclados para siempre, pero que se puede llamar santa por su unión con la de arriba por la gracia, dos; y hay la Iglesia que ve el mundo, “el Vaticano”, que trata con el mundo; que está quizás más unida con el mundo que otra cosa, y que desacredita al todo».
(Slide 3) La última etapa del pontificado de Juan Pablo II, al menos desde 2005, es conocida en el Vaticano como la Sede Vacante, pues el papa ya no se encontraba en sus facultades, por lo que los vice papas ejercían con todo su esplendor. De esta etapa proviene la infiltración de muchos de los males actuales y el rápido crecimiento de otros anteriores, basta repasar los consistorios de ese periodo para descubrir a la mayor parte de los personajes que hoy destacan en la auto demolición de la Iglesia. El Vaticano es necesario, porque la Iglesia necesita una estructura humana para poder llevar a cabo su misión.
(Slide 4) El Vaticano no es un mal en sí mismo, no obstante, es un lugar que atrae a los clérigos más ambiciosos y amorales, un lugar físico donde el sistema de poder eclesiástico tiende, en un corporativismo propio de la mafia, a protegerse a sí mismo. Insistimos en lo realmente importante: la Iglesia existe para favorecer el encuentro del hombre con Dios mediante la fe y la gracia, salvaguardando la verdad de la Tradición que viene de los Apóstoles. El resto es prescindible. Pocas imágenes puede haber más desalentadoras para un católico que ver al ocupante del Trono de Pedro confraternizar con los capos comunistas.
(Slide 5) Pasando ahora a la cuestión de la mafia vaticana, entramos de lleno en el terreno de la más absoluta sordidez, que se presta para reunir la colección de novela negra más descarnada. La bibliografía al respecto es inabarcable procediendo a la confusión entre literatura e historia. Desde el posconcilio, por detrás del organigrama oficial del Vaticano se escondía un directorio oculto, al servicio de astutas intrigas, al frente del cual se encontraba monseñor Achille Silvestrini (1923-2019).
(Slide 6) El cerebro del poder consistía en un modesto local que casi nadie conoce dentro ni fuera de la ciudad de los papas. Su nombre oficial es «Departamento de personal de la Secretaría de Estado», pero este no figura en el anuario pontificio, que ofrece una detallada y completa descripción de la Curia Romana. El sancta sanctorum de dicho departamento es un núcleo de archivos confidenciales, muy diferente de los archivos oficiales de la Secretaría de Estado, que se divide a su vez en otros departamentos más o menos discretos. Recopila información, la archiva, dirige la investigación, administra, prepara expedientes y hace desaparecer documentos si viene al caso. Manejar estos archivos del departamento de personal es como disponer de un explosivo de alta potencia. Significaba, ni más ni menos, ejercer un poder excepcional cuyas orientaciones y pautas llegan a imponerse a los más recalcitrantes, porque, en dicho departamento, converge y se cataloga información sobre los personajes de mayor relieve en toda la Iglesia a nivel mundial.
(Slide 7) Allí se registra y prepara todo lo relativo al personal eclesiástico, incluidos los casos más delicados de orden teológico o moral. De la cumbre de este Olimpo pueden caer rayos en el momento menos esperado. Durante el pontificado de Juan Pablo II el nombramiento de obispos y nuncios se preparaba en el mencionado departamento, incluso por medio de maniobras psicológicas y condicionamiento de la opinión pública.
(Slide 8) En el Vaticano las decisiones se tomaban a tres niveles:
a) En el inferior se encuentra en el departamento secreto de marras, cuyas llaves están en manos de monseñor Giovanni Coppa, brazo derecho de monseñor Silvestrini. Allí se acumula y filtra la información con miras a los nombramientos eclesiásticos, y allí también se pueden construir y destruir reputaciones.
b) En el nivel superior un reducidísimo comité examina los elementos que permitirán compilar los expedientes personales. Además de monseñor Coppa y su protector Silvestrini, en sus reuniones participan monseñor Backis, monseñor Martínez Somalo y su segundo, monseñor Giovanni Battista Re.
c) En el tercer nivel se ratifican las decisiones tomadas en los dos anteriores. Reina allí el cardenal Casaroli, epítome del establishment heredado de Pablo VI.
(Slide 9) En realidad, las decisiones las tomaban Casaroli y Silvestrini, que luego las presentaban al papa como fruto de una decisión colegiada. Juan Pablo II se limitaba a escoger uno de los tres candidatos propuestos por el lobby para los nombramientos de obispos, nuncios o cualquier otro cargo de la Curia Romana.
(Slide 10) Tras haber estudiado a fondo la psicología de Juan Pablo II, este clan progresista terminó por descubrir el talón de Aquiles del mito de la colegialidad, tan querida al papa Wojtyla. Por eso se le presentaba astutamente, como fruto de una selección colegiada, todo lo que se quería llevar a cabo. Se animaba además al papa a liberarse de las trabas que le dificultaban el gobierno de la Iglesia, para que se centrase en su misión pastoral dejando el peso administrativo en manos de los técnicos y expertos. Al mismo tiempo, se vendía a los medios de comunicación la imagen de Juan Pablo II como un pontífice fuerte y autoritario, contraponiéndolo a Pablo VI, que era muy débil e indeciso.
(Slide 11) En realidad, la verdadera autoridad de Juan Pablo II era muy escasa, porque la mafia vaticana lo había despojado de su poder. La trayectoria del cardenal McCarrick y muchos otros prelados polémicos de la época del papa polaco marchaba mediante este mecanismo en una época en la que el Sumo Pontífice multiplicaba sus viajes, dejando los nombramientos en manos de la Curia romana.
(Slide 12) En el consistorio del 28 de junio de 1988, Juan Pablo II creó cardenal a Silvestrini, y tres días más tarde lo nombró prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, tribunal de casación del Vaticano. En 1991 fue nombrado prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, cargo en el que cesó el año 2000 con 77 años por haber alcanzado el límite de edad. Los últimos años de su vida puso todo su empeño en sostener la Mafia de San Galo. Existe certeza al afirmar la existencia de un hilo conductor que, a través de la Mafia de San Galo se remonta a la mafia vaticana de los años ochenta y, algo más atrás, a los hombres de Pablo VI, y tiene los mismos objetivos ideológicos. Esta red clandestina, que dirige la política eclesiástica desde hace más de cincuenta años, no tiene nada que ver con el Cuerpo Místico de Cristo, que prosigue en la historia su misión de salvar a las almas para la eternidad. Pero precisamente por eso hay que dar a conocer sus artimañas.
(Slide 13) Foto de la Mafia de San Galo
(Slide 14) Benedicto XVI, Tyconius, San Francisco de Asís y Fátima [3]
Una clave interpretativa para el fin de los tiempos No es tarea fácil comprender la actual crisis del mal dentro de la Iglesia, que a veces puede parecer abrumadora. Benedicto XVI nos indicó que la teología de Tyconius puede ayudar a la Iglesia a comprender cómo desenmascarar y, en última instancia, derrotar el mal de los «falsos hermanos» que se esconden dentro de ella.
Las ideas de Tyconius coinciden de varias maneras con el mensaje de Fátima.
Si consideramos los comentarios de Benedicto sobre Fátima a la luz de la teología tyconiana del final de los tiempos, se nos ofrece una perspectiva única sobre la naturaleza de la Iglesia y la antiiglesia durante su confrontación final.
(Slide 15) «Los obispos hacen, bajo la apariencia de un don de la Iglesia, lo que avanza la voluntad del diablo». - Tyconius, Comentario sobre el Apocalipsis, siglo IV
(Slide 16) «[E]l Anticristo pertenece a la Iglesia, crece en ella y con ella hasta la gran discessio, que inicia la revelatio final». - Joseph Ratzinger, Observaciones sobre el concepto de Iglesia de Tyconius, 1956
(Slide 17) «No es posible que la Iglesia sobreviva si aplaza pasivamente hasta el final de los tiempos la solución del conflicto que desgarra el «cuerpo en dos partes».» - Giorgio Agamben, El misterio del mal: Benedicto XVI y el fin de los tiempos, 2013.
(Slide 18) «Un gran teólogo» Durante su audiencia general del miércoles 22 de abril de 2009, el Papa Benedicto XVI hizo una notable referencia a un oscuro escritor cristiano antiguo del norte de África, Ticonio. Incluso entre los eruditos y los aficionados a la historia de la Iglesia, el nombre de Tyconius es a menudo desconocido. Si un estudiante se topa alguna vez con una referencia a Ticonio al estudiar los Padres latinos, suele ser de pasada, sin apenas dedicarle una segunda mirada.
(Slide 19) Al designar a Ticonio aquel día de abril como «un gran teólogo» [1] -un donatista que vivió una vida ascética de oración en el desierto y presumiblemente murió separado de la Iglesia católica [2]-, nos preguntamos: ¿esperaba Benedicto que al menos algunas almas, buscando comprender las desconcertantes pruebas de la Iglesia durante estos tiempos, se preguntaran por qué de su “renuncia”?
Si nadie hizo mucho caso de inmediato, ¿confiaba el Santo Padre en que su alusión a Tyconius serviría de señal para ser detectada y comprendida más plenamente en el futuro?
(Slide 20) En su comentario [Tyconius] ve el Apocalipsis sobre todo como un reflejo del misterio de la Iglesia. Ticonio había llegado a la convicción de que la Iglesia era un cuerpo bipartito: por una parte, dice, pertenece a Cristo, pero hay otra parte de la Iglesia que pertenece al diablo"[5].
(Slide 21) Dentro de su catequesis, Benedicto XVI impartió varios indicadores destacados de su propia comprensión de la verdadera naturaleza del drama esjatológico que se está desarrollando actualmente dentro de la Iglesia. De hecho, no es exagerado decir que cualquiera que no esté familiarizado con la perspectiva teológica de Tyconius sobre el libro del Apocalipsis es, en última instancia, incapaz de entender el pensamiento y la conducta aparentemente inexplicables de Benedicto XVI en respuesta a la crisis de la Iglesia en nuestro tiempo.
(Slide 22) Para Benedicto, la concepción de Tyconius de lo que le sucederá a la Iglesia en los últimos tiempos proporciona un importante «eslabón perdido» para comprender el momento sin precedentes en la economía de la salvación al que el Santo Padre creía que la Iglesia y el mundo han llegado ahora, además de ofrecer una visión de su excepcionalmente enigmática «renuncia».
(Slide 23) Ya en 1956, Joseph Ratzinger se sintió intrigado por el teólogo africano del siglo IV cuando, siendo un joven sacerdote burgués y profesor, redactó y publicó un ensayo titulado «Reflexiones sobre el concepto de Iglesia de Ticonio en el “Liber Regularum”»[6]. El ensayo explora lo que Ratzinger llama la «paradoja» de Ticonio: «el hecho de que un hombre se sitúe consciente y voluntariamente fuera de cualquier comunión eclesiástica concreta y, al mismo tiempo, quiera seguir siendo cristiano y crea pertenecer a la verdadera Iglesia»[7]
(Slide 24) Así, en el momento en que hizo sus comentarios en la audiencia de 2009, Benedicto XVI había invertido más de medio siglo de reflexión sobre la percepción de Ticonio del destino de la Iglesia en la era del Apocalipsis (el «fin de los tiempos»). Uno no puede evitar conjeturar que el motivo ulterior de Benedicto al destacar a este «gran teólogo» era específicamente invitar a sus oyentes a entrar en la visión esjatológica del mundo de Ticonio, a través de un examen de la principal obra existente de Ticonio, Exposición del Apocalipsis [8].
(Slide 25) Esjatológico: ¿por qué "esjatológico" con jota? Porque así debe ser. Hay dos palabras morfológicamente parecidas en español: “escatológico”, que significa pornográfico —deskatós, término griego que significa ‘excremento’— y “esjatológico”, que significa ‘noticia de lo último’ —de éskhaton, 'lo último'— las cuales son confundidas hoy día, por descuido o posdescuido o ignorancia o periodismo, incluso en los diccionarios (Espasa, Julio Casares); de modo que, risueñamente, el apóstol San Juan resulta un escritor ¡pornográfico o excremental! Yo hago buen uso; si el buen uso se restaura, mejor, si no, paciencia. Poco cuidado con nuestra lengua se tiene hoy día. Leonardo Castellani, El Apokalypsis de san Juan (pág. 313). Buenos Aires: Dictio, 1977.
(Slide 26) «Negros y hermosos": los falsos hermanos de la Iglesia
La Exposición de Tyconius, escrita alrededor del año 390 d.C., fue el primer comentario de este tipo sobre el último libro de las Sagradas Escrituras, un comentario que «dio forma a la recepción e interpretación latina del Apocalipsis durante los siguientes ochocientos años» [9]. «En la Exposición, Tyconius postula que «hay dos ciudades en el mundo, una de Dios y otra del diablo, una originada en el abismo y otra en el cielo» [10] Sin embargo, Tyconius no considera que el mundo esté segregado de forma clara o llamativa en esas dos partes obvias. Más bien, observa que hay una bifurcación adicional:
«el pueblo del diablo también está dividido en dos partes, que luchan contra una sola. A causa de esto, la iglesia es llamada una 'tercera parte', y los falsos hermanos otra tercera parte, y el mundo pagano una tercera parte"[11] Otra evidencia de esta composición doble de la gente del diablo se ve cuando Tyconius designa la ciudad del diablo como Babilonia.
«Para Ticonio, la ciudad del diablo existe tanto fuera como dentro de la Iglesia, no sólo entre los paganos, sino también entre los cristianos impostores [12].
(Slide 27) Al referirse a los «falsos hermanos», Ticonio habla en sentido bíblico, siguiendo el ejemplo tanto de San Pablo [13] como de San Juan [14]. Ticonio se refiere así a una misteriosa presencia del mal dentro de la historia de la salvación que se observa a lo largo de la Sagrada Escritura y culmina en la estructura bipartita de la Iglesia: consta de dos cuerpos distintos que coexisten en la misma institución visible, aunque sean diametralmente opuestos entre sí.
(Slide 28) Como señala David Robinson, autor de la introducción a la traducción inglesa de la Exposición de Tyconius: «Para Tyconius... hay una parte izquierda y una derecha en el cuerpo del Señor. La iglesia es a la vez negra y bella, buena y mala, enemiga y amada"[15] En sus propias palabras, Tyconius expresa esta creencia de diversas maneras: «en el único cuerpo hay dos partes: una perseverante y otra transgresora»;[16] “los buenos se mezclan con los malos en la Iglesia hasta el final de los tiempos”;[17]» la Iglesia no vomitará a todos los malos, sino [sólo] a algunos, con el fin de mostrar al mundo cómo será la última persecución. Pero con una sola mente tolera a los demás. Aunque espiritualmente están fuera, sin embargo parecen estar activos dentro»;[18] “hay dos edificios en la iglesia, uno [construido] sobre roca, otro sobre arena”;[19] “estos son los que parecen estar en la iglesia pero están [realmente] fuera”;[20] »los falsos hermanos, que habiendo rechazado a Cristo, lo confiesan con su boca pero con sus acciones dicen: No tenemos más rey que el César»;[21] y, »no sólo hay blasfemia en los reyes del mundo, por los que son condenados los que están dentro [de la Iglesia], sino incluso en los mismos que están dentro». [22].
(Slide 29) Tyconius percibe esta tipología bipartita desde el principio de la Biblia hasta el final: en Caín y Abel; en los hijos de Noé (Sem y Jafet son bendecidos mientras que Cam es maldecido); en Ismael e Isaac; en Esaú y Jacob; en los reinos de Judá e Israel. El modelo está presente en los Doce Apóstoles, entre los que hay un diablo (Judas) [23] Jesús alude a él con frecuencia en su predicación: la cizaña y el trigo [24]; la red echada al mar que recoge peces de todo tipo, buenos y malos [25]; las diez vírgenes, de las que cinco eran necias y cinco prudentes [26]; las ovejas y los cabritos [27]. En el libro del Apocalipsis, esta construcción teológica prevalece en los pronunciamientos angélicos hechos a cada una de las siete iglesias, todos los cuales señalan la presencia de un elemento impío dentro de la Iglesia [28].
(Slide 30) El continuo enfrentamiento de la Iglesia con el demonio es el tema central del comentario de Tyconius, pero éste se preocupa especialmente por la guerra que se libra dentro de la Iglesia. Robinson ofrece de nuevo una visión que resulta sorprendente cuando se considera en el contexto de la actual crisis de la Iglesia: «La principal preocupación [de Tyconius] es el conflicto histórico y espiritual entre el cuerpo del Señor (la Iglesia) y el cuerpo del diablo, al que Tyconius llama frecuentemente el cuerpo enemigo.
(Slide 31) El término «anti-iglesia» es una designación adecuada para el cuerpo del diablo porque su cuerpo se disfraza de iglesia. Por ejemplo, Ticonio señala que tanto la Esposa de Cristo como la ramera de Babilonia están adornadas con oro, plata y piedras preciosas. El cuerpo del diablo imita el cuerpo santo del Señor, de modo que uno puede ser engañado por la similitud de esplendor"[29].
(Slide 32) Ticonio identifica a este cuerpo enemigo que se camufla con las apariencias de la Iglesia utilizando dos términos bíblicos que considera intercambiables: el «misterio de la iniquidad» [30] y la «abominación de la desolación» [31]. «Según Tyconius, esta entidad inicua, abominable y adversa sólo se revelará plenamente en el momento de lo que Tyconius llama la gran discessio, la palabra latina utilizada por San Jerónimo en su traducción de 2 Tesalonicenses 2:3 para lo que San Pablo llama ἀποστασία en griego: «Ne quis vos seducat ullo modo quoniam nisi venerit discessio primum et revelatus fuerit homo peccati filius perditionis- Que nadie os engañe de ninguna manera: porque si no viene primero la [discessio] y se revela el hombre de pecado, el hijo de perdición. »
(Slide 33) Muchas traducciones inglesas traducen esta palabra como «apostasía» o «revuelta». El término latino tiene claramente el sentido de una «caída» o «separación». Es sólo en el momento de la «caída de distancia» que la condición bipartita del mundo - dos ciudades, una de Dios y otra del diablo - será totalmente al descubierto y se muestra en lo que realmente será una división «tripartita» - la verdadera Iglesia, la iglesia falsa, y el mundo pagano. Tyconius explica: «Antes de que ocurra la 'apostasía', todo el mundo es considerado pueblo de Dios. Cuando la 'caída' haya sucedido, entonces aparecerá la tercera parte del pueblo de Dios;"[32] “porque después de la unidad va a haber otra separación en la última contienda.” [33]
(Slide 34) Para Tyconius, es sólo cuando ocurre la «gran discessio» que la distinción entre la verdadera Iglesia y la falsa Iglesia se hace finalmente manifiesta. «Sólo en la discessio se revelará el verdadero pueblo de Dios, la parte correcta del cuerpo del Señor"[34] Comentando el Apocalipsis 8:12, que dice: “Y el cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas fueron golpeadas, de modo que la tercera parte de ellas se oscureció y la tercera parte del día apareció como noche” [35].
(Slide 35) escribe Tyconius: El sol, la luna y las estrellas son la iglesia, cuya tercera parte fue golpeada. La tercera parte es una designación, no una cantidad. Porque hay dos partes en la iglesia, una del día y la otra de la noche... Por lo tanto, por esta razón fue golpeada, para que se hiciera evidente cuál es la tercera parte del día y la tercera parte de la noche, cuál es la parte de Cristo y cuál es la parte del diablo. Él [el Apóstol Juan] no dijo, 'fue golpeada y se oscureció,' sino para que se oscureciera y apareciera ya que no apareció como [noche en el momento en que] fue golpeada. Pero fue golpeada, es decir, entregada a sus propios deseos, con este [propósito]: que a medida que sus pecados se volvieran más abundantes y extremos, sería revelada a su debido tiempo [36].
(Slide 36) No hasta que la Iglesia sea «golpeada» [37] como resultado de la discessio - la gran «caída» o «apostasía» - los «falsos hermanos» serán plenamente «desenmascarados» y «descubiertos» (el significado original de la palabra griega apokalyptein). Sólo entonces la verdadera Iglesia y la falsa Iglesia por fin se distinguirán visiblemente.
(Slide 37) Los verdaderos creyentes abandonarán la Iglesia A continuación, Ticonio afirma lo que posiblemente sea el detalle más sorprendente de todo su comentario. Declara que la "discessio" del final de los tiempos tendrá lugar de una forma que invierte por completo la interpretación convencional del término. Los fieles cristianos suelen suponer que la "apostasía" -la "separación", la "partida"- será instigada por hordas de personas que "abandonarán" la Iglesia, un éxodo masivo de incrédulos. La definición de "apostasía" en el Catecismo de la Iglesia Católica - "repudio total de la fe cristiana"- transmite claramente esa idea.
(Slide 38) Para Tyconius, sin embargo, es todo lo contrario. Tyconius entiende que la gran "caída" de los últimos tiempos no será causada por personas infieles que abandonen la Esposa de Cristo, sino más bien por la Esposa de Cristo alejándose de aquellos que son infieles dentro de ella. En otras palabras, para Tyconius, no son los infieles los que "se alejarán", sino los verdaderos creyentes, que se apartarán del mal dentro de la Iglesia.
(Slide 39) Una inversión paradójica. Para Tyconius, es el nuevo Israel quien debe partir en su nuevo Éxodo. La verdadera Iglesia llevará a cabo la gran apostasía como forma de salvación [38] de sus enemigos. En un sentido real, la verdadera Iglesia forzará la apostasía a la luz, porque el cuerpo del diablo, presente en los falsos hermanos que habitan la Iglesia, ya es, y siempre ha sido, apóstata. Ese hecho simplemente ha sido ocultado.
(Slide 40) Exponiendo sobre Apocalipsis 16:19, que comienza, "Y la gran ciudad fue dividida en tres partes," Tyconius afirma: Esta gran ciudad es toda la gente en su totalidad, todos los que están bajo el cielo, que se dividirá en tres partes cuando la iglesia se divide, lo que resulta en los paganos siendo una parte, y la "abominación de la desolación", otro, y la iglesia, que habrá salido de en medio de ella, un tercero "[39]
(Slide 41) Y de nuevo, al comentar el Apocalipsis 18:4 - Y oí otra voz del cielo, diciendo: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados y para que no seáis alcanzados por sus plagas - Ticonio escribe: "Aquí [el apóstol Juan] muestra más plenamente que Babilonia consta de dos partes separadas, externa e interna, de las cuales también el pueblo santo, habiendo sido claramente advertido por Dios, saldrá"[40]
(Slide 42) Como escribe Antonio Socci en su análisis de la teología de Ticonio: "La palabra latina discessio significa una separación o división, es decir, una gran escisión o corte en dos. También tiene el sentido de retirada"[41]. Esta retirada es evidentemente lo que Tyconius deduce de las revelaciones hechas por los ángeles de Dios a San Juan Apóstol - que la escisión será el resultado de una retirada. La Esposa Mística de Cristo se extraerá a sí misma del "misterio de la iniquidad", precisamente para exponer el mal velado en su interior, de modo que posteriormente pueda derrotarlo. En la persecución final, el "misterio de iniquidad", que había sido retenido y ocultado dentro de la Iglesia, saldrá y será revelado"[42] Ese misterio de iniquidad alcanzará su cenit y se encarnará en la figura del Anticristo, como explica Tyconius: "Es necesario que el Anticristo se revele en todo el mundo y que, del mismo modo, sea vencido en todas partes por la Iglesia... Pero ahora está oculto en la Iglesia"[43].
(Slide 43) Como consecuencia de que la verdadera Iglesia se desprenda de la antiiglesia, Ticonio sostiene que el Cuerpo de Cristo, a todos los efectos, activará e iniciará su propia pasión. Escribe Tyconius: "Antes de que se produzca la 'caída' [2 Tes 2:3], todo el mundo es considerado pueblo de Dios. Cuando haya ocurrido la 'caída', entonces aparecerá la tercera parte del pueblo de Dios"[44]. Robinson comenta: "Los santos resistirán y predicarán fielmente la Palabra de Dios, y los falsos hermanos serán desenmascarados cuando se vuelvan y persigan a la iglesia: 'los que están aliados con el diablo, aunque se digan cristianos, lucharán contra la iglesia'"[45] Robinson concluye así: "[l]a persecución revela final y completamente la identidad de los santos y los falsos hermanos"[46]
(Slide 44) El instrumento elegido por Satanás: Los obispos Llegados a este punto, una pregunta natural es: En el momento de la predestinada apostasía, ¿reconocerán inmediatamente los fieles a los falsos hermanos por lo que son y romperán la afiliación con ellos, o se persuadirá a los auténticos creyentes para que permanezcan asociados con los impostores, escuchándolos y siguiendo su ejemplo? ¿Cómo engañarán los falsos hermanos a la gente para que confíe en su guía? Tyconius es inequívocamente enfático sobre este punto: estos falsos hermanos se encuentran a menudo entre los líderes de la iglesia, los obispos.
(Slide 44) Al denunciar la hipocresía de los obispos, Tyconius da cuenta de la "segunda bestia" introducida en Apocalipsis 13:11: Y vi otra bestia que subía de la tierra. Y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, y hablaba como una serpiente. Tyconius denuncia: Un cordero sigue adelante después de que una serpiente inserta secretamente su veneno [en él]. Pues si hablara abiertamente como una serpiente, no sería semejante a un cordero. Ahora se disfraza de cordero, a través del cual [disfraz] ataca a un cordero seguro. Habla en nombre de Dios, con lo cual [disfraz] aparta del camino de la verdad a los que buscan a Dios. Por eso dijo el Señor: 'Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces'[47] Ticonio concluye este pasaje con una de sus observaciones más incisivas: "Los obispos hacen, bajo la apariencia de un don de la Iglesia, lo que avanza la voluntad del diablo"[48] Los obispos ofrecen a la bestia el barniz de un cordero, mientras que él los utiliza como portavoces de su agenda.
(Slide 45) En otro pasaje, el Apocalipsis de San Juan continúa: Y vi tres espíritus inmundos [salir] de la boca del dragón y de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta"[49]. Ticonio observa: "Porque el dragón, es decir, el diablo; y la bestia, el cuerpo del diablo; y los falsos profetas, es decir, los obispos del cuerpo del diablo, son un solo espíritu"[50]. [Además, Tyconius declara que "el trono de la bestia es su iglesia" [énfasis añadido][51] debido a los obispos tramposos que estarán bajo su dominio. Esos obispos traidores darán forma al cuerpo del diablo -la falsa Iglesia- incluso después de que la verdadera Iglesia se haya desprendido de él.
(Slide 46) La Pasión de la Iglesia Sin embargo, una vez consumada la apostasía, la Esposa de Cristo (la verdadera Iglesia) tendrá que luchar no sólo contra los falsos hermanos, sino también contra el mundo pagano, que habrá unido sus fuerzas a las de los falsos hermanos en un frente demoníaco abiertamente unido: "a todo el cuerpo del diablo le fue permitido por Dios"[52] Sin embargo, no hay duda en la mente de Tyconius del resultado final para la Iglesia: "la última persecución la purificará hasta la séptima trompeta", que marcará "la venida del Señor"[53]. Ésa será "la Iglesia del tiempo futuro cuando, con los malvados ya separados de en medio, sólo los buenos reinarán con Cristo"[54].
(Slide 47) "Así, Ticonio está seguro de que "la Iglesia de los últimos tiempos, tanto en sus obispos como en su pueblo, no puede perecer de ningún modo"[55] Aunque será perseguida, como su Esposo, e incluso parecerá derrotada, no puede ser destruida definitivamente. Participa de la vida divina del Esposo. Además, prevalecerá sobre el Anticristo y acabará derrotando a la falsa Iglesia. Sin embargo, Tyconius no se hacía ilusiones sobre la gravedad de ese conflicto final.
(Slide 48) En lo que podría ser la sección más lúcida y prístina de toda su Exposición, al trazar el paralelismo entre Cristo y su Iglesia, Ticonio subraya su interconexión:
Lo que la cabeza padeció una vez, ahora lo padece por medio de sus miembros, puesto que se ha revestido de su iglesia: y la iglesia es inmolada cada día por Cristo para que viva con él para siempre. Que nadie piense que sólo los apóstoles murieron por Cristo y que ahora ha cesado el martirio y que los perseguidores no están en la Iglesia. Porque es necesario que el Hijo del hombre vaya siempre "a Jerusalén... para padecer mucho de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas, y para ser muerto, y resucitar después de tres días"[56]
(Slide 49) Así, en esa persecución culminante, cuando los falsos hermanos y el mundo pagano ataquen sin tregua a la Iglesia, la mezcla de sufrimiento entre Jesús y su Cuerpo místico y Esposa alcanzará su ápice [57]: "En ella completa el Señor lo que comenzó. Por eso, en ella recibe lo que dio, y en ella es coronado a quien corona. Jesús dio su vida por su Esposa, la Iglesia. En los últimos tiempos, ella se entregará por Él como nunca antes lo había hecho. Así como Jesús glorificó a Su Padre a través de Su auto ofrenda, y así también Su Padre lo glorificó con la gloria que Su Hijo tenía con Él antes de que el mundo comenzara,[58] así también, en ese tiempo, la última auto ofrenda de la Iglesia será su momento de coronación de entregarse completamente por Cristo, y Él a su vez la coronará. Él y Su Esposa serán entonces perfectamente uno en su entrega mutua.
(Slide 50) Ticonio, Fátima y la Gran Apostasía [59] Vistos a la luz de la teología de Ticonio, los diversos comentarios de Benedicto XVI sobre el significado del mensaje de Fátima adquieren un nuevo significado. Se hace evidente que Benedicto XVI entendía el mensaje de Fátima dentro del contexto de la afirmación de Tyconius de que el mayor mal para la Iglesia en los últimos tiempos es el mal oculto dentro de ella.
(Slide 51) Durante la peregrinación de Benedicto XVI a Fátima en mayo de 2010, un periodista preguntó al Santo Padre: Santidad, ¿qué significado tienen las apariciones de Fátima para nosotros hoy? [M]ás allá de esta gran visión del sufrimiento del Papa, que podemos referir en primer lugar al Papa Juan Pablo II, se da una indicación de realidades que implican el futuro de la Iglesia, que poco a poco van tomando forma y haciéndose evidentes. Así pues, es cierto que, además del momento indicado en la visión, se menciona, se ve, la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa representa a la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian.
(Slide 52) El Señor nos dijo que la Iglesia estaría constantemente sufriendo, de diferentes maneras, hasta el fin del mundo... En cuanto a las novedades que podemos encontrar hoy en este mensaje, está también el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no vienen sólo de fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia vienen precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que existe en la Iglesia. También esto lo sabemos desde siempre, pero hoy lo vemos de modo realmente aterrador: que la mayor persecución de la Iglesia no viene de sus enemigos de fuera, sino que surge del pecado dentro de la Iglesia..."[60].
(Slide 53) Al afirmar que la visión del Papa sufriente "puede" referirse a Juan Pablo II "en primer lugar", Benedicto da a entender que la visión se refiere a otro Papa, o al menos que no se limita sólo a Juan Pablo II. Además, si lo que se mostró a los niños todavía involucra "el futuro de la Iglesia", entonces el desarrollo del Tercer Secreto definitivamente no ha terminado. Más bien, los acontecimientos a los que apunta el Tercer Secreto están "tomando forma gradualmente y haciéndose evidentes".
La declaración más teológicamente cargada de Benedicto, sin embargo, fue su comentario sobre la visión que designa una pasión de la Iglesia. Según la valoración de Benedicto, la revelación a los tres niños pequeños de Fátima se refería principalmente a esa pasión: los sufrimientos venideros de la Iglesia, que aún están por desarrollarse y que se "reflejarán en la persona del Papa. "Y, ¿de dónde surgirán los ataques que provocarán esta pasión? Atestiguó: "Precisamente desde dentro de la Iglesia".
(Slide 54) Evaluando otros mensajes de la Santísima Virgen María procedentes de lugares de apariciones aprobados por la Iglesia, uno se inclina a estar de acuerdo con ese autor. Además, dos Cardenales que habían leído personalmente el Tercer Secreto ofrecen más credibilidad a ese punto de vista. En primer lugar, el Cardenal Oddi, amigo personal del Papa Juan XXIII, que había discutido el secreto con él, dijo en un testimonio a un periodista italiano en 1990: "No tiene nada que ver [el Tercer Secreto] con Gorbachov. La Santísima Virgen nos estaba alertando contra la apostasía en la Iglesia"[63] En segundo lugar, el Cardenal Ciappi, teólogo papal personal de los Papas Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, en una comunicación a un tal Profesor Baumgartner en Salzburgo, divulgó: "En el Tercer Secreto está predicho, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia comenzará por arriba"[64].
(Slide 55) Alberto Cosmedo Amaral, Obispo de Fátima de 1972 a 1993, hizo un guiño en la misma dirección -la de la apostasía- cuando atestiguó en una sesión de preguntas y respuestas en la Universidad Técnica de Viena en 1984: El Secreto de Fátima no habla ni de bombas atómicas, ni de cabezas nucleares, ni de misiles Pershing, ni de SS-20. Su contenido concierne sólo a nuestra fe. Su contenido concierne sólo a nuestra fe. Identificar el Secreto con anuncios catastróficos o con un holocausto nuclear es deformar el sentido del mensaje. La pérdida de la fe de un continente es peor que la aniquilación de una nación; y es verdad que la fe disminuye continuamente en Europa [65].
(Slide 56) Como refrendo final de esta perspectiva, el P. Gabriel Amorth, antiguo Exorcista Jefe de Roma, que conoció personalmente al Padre Pío durante veintiséis años, dio una verificación casi idéntica, que atribuyó al gran santo capuchino y extraordinario místico. He aquí un segmento de su intercambio con el autor español, José María Zavala, durante una entrevista en 2011: "Perdóname por insistir en el Tercer Secreto de Fátima: ¿El Padre Pío lo relacionó, entonces, con la pérdida de fe dentro de la Iglesia?". El padre Gabriele frunce el ceño y saca la barbilla. Parece muy afectado. "En efecto", afirma, "un día el Padre Pío me dijo muy apenado: ¿Sabes, Gabriele? Es Satanás quien se ha introducido en el seno de la Iglesia y dentro de muy poco tiempo llegará a gobernar una falsa Iglesia.'" "¡Dios mío! ¡Una especie de Anticristo!
(Slide 57) "¿Le dijo algo más el padre Pío sobre futuras catástrofes: terremotos, inundaciones, guerras, epidemias, hambre...? ¿Aludió a las mismas plagas profetizadas en las Sagradas Escrituras?". "Nada de eso le importaba, por terroríficas que resultaran, salvo la gran apostasía en el seno de la Iglesia. Esta era la cuestión que realmente le atormentaba y por la que rezó y ofreció gran parte de su sufrimiento, crucificado por amor." "¿El Tercer Secreto de Fátima?" "Exactamente"[66].
(Slide 58) Cronológica y teológicamente, ¿qué tiene que ver la "gran apostasía" con "i novissimi" a la que se refería Ratzinger? Es su eje. San Pablo afirma en su Segunda Epístola a los Tesalonicenses que la gran apostasía es el acontecimiento desencadenante del comienzo de "las últimas cosas", lo que abre la puerta al advenimiento del "hijo de perdición"/"el sin ley"/"el Anticristo"[67] Una vez puesto en marcha, no hay vuelta atrás. El mundo y toda la humanidad habrán entrado en un curso de colisión con el destino.
(Slide 59) La renuncia y "un obispo vestido de blanco" Así pues, consideremos al menos algunos de los elementos que el Papa Benedicto XVI tenía ante sí. Como cardenal, ya había atestiguado que el Tercer Secreto de Fátima se refiere a "las últimas cosas", y múltiples fuentes fiables han confirmado que se refiere específicamente a la gran apostasía. Si Benedicto acepta la interpretación de Tyconius de cómo comienza esa apostasía y está operando desde ese punto de vista, ¿no podría eso arrojar luz sobre su extraña y controvertida "renuncia"? Creemos que su decisión de "hacerse a un lado" en 2013 es el resultado de haber descifrado el Tercer Secreto desde un punto de vista totalmente singular, influenciado por su estudio de Tyconius. Podemos asumir que la teología de Tyconius está inextricablemente entrelazada con el mensaje de María en Fátima. Y, si es así, creemos que B XVI, se dio cuenta de que, como Papa, tenía que iniciar la "retirada" de la verdadera Iglesia de la falsa para inaugurar la gran apostasía y comenzar el desenmascaramiento de los falsos hermanos que se han infiltrado en la Iglesia hasta los niveles más altos.
(Slide 60) Con estas cuestiones en mente, veamos de nuevo la parte del Tercer Secreto (transcrita por la misma Hermana Lucía) que se refiere al Papa: "Y vimos en una luz inmensa que es Dios: 'algo semejante a como aparecen las personas en un espejo cuando pasan frente a él' a un Obispo vestido de Blanco - 'tuvimos la impresión de que era el Santo Padre'. Otros Obispos, Sacerdotes, hombres y mujeres Religiosos subían a una montaña escarpada, en cuya cima había una gran Cruz de troncos toscos como de alcornoque con la corteza; antes de llegar allí el Santo Padre atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio temblorosa con paso vacilante, afligido por el dolor y la pena, rezaba por las almas de los cadáveres que encontraba en su camino"[68].
(Slide 61) Reflexionando sobre la visión de Sor Lucía, Antonio Socci propone que el "obispo vestido de blanco" y el "Santo Padre" pueden ser en realidad dos personas distintas. Pregunta provocativamente: "El 'secreto' que tiene en su centro dos figuras -el 'obispo vestido de blanco' y un Papa anciano- ¿nos habla del presente? ¿Quiénes son estas dos figuras?"[69] Además, Socci señala un hecho verdaderamente sorprendente: "El 12 de mayo de 2017, en Fátima, fue el propio JM Bergoglio quien dijo que él es 'el obispo vestido de blanco'"[70]. La idea de que la visión se refiera a dos personas distintas no es inverosímil.
(Slide 62) ¿Tuvo Benedicto XVI la previsión de comprender que su aparente sucesor sería el obispo vestido de blanco, mucho antes de que Bergoglio fuera siquiera "elegido"? ¿Comprendió Benedicto, con mucha antelación, lo que Socci especularía un día que era el significado del Tercer Secreto? ¿Fue el primer Papa en comprender que el Tercer Secreto denota un Papa verdadero y uno falso - un Papa aparente que en realidad es sólo un obispo vestido de blanco - que era lo que Sor Lucía estaba tratando de decir (y por supuesto también la Santísima Virgen) desde el principio? Benedicto conocía bien el marco de la teología del fin de los tiempos de Tyconius. Sabía que "después de la unidad habrá otra separación en la última contienda"[71] También sabía que "personas santas, habiendo sido claramente advertidas por Dios, abandonarán" la falsa iglesia, causando la "gran discessio". Dentro de tal comprensión de la "eclesiología esjatológica" -lo que le está sucediendo a la Iglesia en los últimos tiempos- las dos figuras descritas por Sor Lucía han adquirido un significado único.
(Slide 63) Este Sínodo sobre la Sinodalidad podría causar «Algo parecido a un Cisma» y «la Gran Apostasía de Tyconius»
(Slide 64) «Muchos cardenales, muchos obispos y muchos sacerdotes están en el camino de la perdición y se están llevando muchas almas con ellos. Cada vez se da menos importancia a la Eucaristía. Debéis apartar de vosotros la Ira de Dios con vuestros esfuerzos». - Mensaje de Garabandal del 18 de junio de 1965 [Nota del Editor: Según San Juan Eudes, «La mayor marca de la Ira de Dios, y el más terrible castigo cuando permite que los sacerdotes que practican la crueldad de los lobos rapaces, en lugar de conducir a su pueblo a Dios, lo venden a Satanás; en lugar de conducirlos al Cielo, los arrastran con ellos al infierno; y en lugar de ser la sal de la tierra y la luz del mundo, son su veneno y sus tinieblas»].
(Slide 65) «Tyconius entiende que la gran «caída» [la Gran Apostasía] del final de los tiempos no será causada por personas infieles que abandonen a la Esposa de Cristo, sino más bien por la Esposa de Cristo alejándose de aquellos dentro de ella que son infieles. En otras palabras, para Tyconius, no son los infieles los que «se alejarán», sino los verdaderos creyentes, que se apartarán del mal dentro de la Iglesia.»
(Slide 66) «Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo. La Iglesia se eclipsará, el mundo estará consternado». - Nuestra Señora de La Salette a Mélanie Calvatin, 19 de septiembre de 1846 «La apostasía de la ciudad de Roma del vicario de Cristo y su destrucción por el Anticristo pueden ser pensamientos tan nuevos para muchos católicos, que creo conveniente recitar el texto de los teólogos de mayor reputación. En primer lugar Malvenda, que escribe expresamente sobre el tema, afirma como opinión de Ribera, Gaspar Melus, Biegas, Suárez, Belarmino y Bosio que Roma apostatará de la fe, expulsará al vicario de Cristo y volverá a su antiguo paganismo».
«Entonces la Iglesia será dispersada, expulsada al desierto, y será por un tiempo, como lo fue al principio, invisible escondida en catacumbas, en guaridas, en montañas, en lugares de acecho; por un tiempo será barrida, como si fuera de la faz de la tierra». Tal es el testimonio universal de los Padres de la Iglesia primitiva». - Cardenal Henry Edward Manning, La crisis actual de la Santa Sede, 1861, Londres: Burns and Lambert, p. 88-90, p. 79 La crisis actual de la Santa Sede probada por la profecía: Manning, Henry Edward, 1808-1892
(Slide 67) San Francisco de Asís dijo: «En el tiempo de esta tribulación será elevado al Pontificado un hombre, no elegido canónicamente, que, con su astucia, procurará arrastrar a muchos al error y a la muerte. [...] Habrá tal diversidad de opiniones y cismas entre el pueblo, los religiosos y el clero, que, a no ser que se acortaran aquellos días, según las palabras del Evangelio, incluso los elegidos serían inducidos al error, si no fueran especialmente guiados, en medio de tan gran confusión, por la inmensa misericordia de Dios.
[...] Los que conserven su fervor y se adhieran a la virtud con amor y celo por la verdad, sufrirán injurias y, persecuciones como rebeldes y cismáticos; pues sus perseguidores, urgidos por los malos espíritus, dirán que prestan un gran servicio a Dios destruyendo de la faz de la tierra a hombres tan pestilentes. [...] Algunos predicadores guardarán silencio sobre la verdad, y otros la pisotearán y la negarán. La santidad de vida será tenida en escarnio incluso por aquellos que externamente la profesan, porque en esos días Jesucristo no les enviará un verdadero Pastor, sino un destructor.» - Works of the Seraphic Father St. Francis Of Assisi [London: R. Washbourne, 1882], Part V, Chapter XIII - The Saint Prophes great Schisms and Tribulations in the Church, pp. 248-250 «FOR IN THOSE DAYS JESUS CHRIST WILL SEND THEM NOT...
(Slide 68) «Las profecías del Apocalipsis [Libro de las Revelaciones] muestran que Satanás imitará a la Iglesia de Cristo para engañar a la humanidad; establecerá una Iglesia de Satanás en oposición a la Iglesia de Cristo. El Anticristo asumirá el papel de Mesías; su profeta actuará el papel de Papa; y habrá imitaciones de los Sacramentos de la Iglesia. También habrá prodigios mentirosos en imitación de los milagros realizados en la Iglesia». - Rev. E. Sylvester Berry, La Iglesia de Cristo: An Apologetic and Dogmatic Treatise, 1927, página 119
(Slide 69) «Así como la Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, los poderes malignos del mundo constituyen el cuerpo de Satanás, del cual él es el alma. Como un dragón, Satanás a través de los malvados poderes del mundo de ese tiempo entrará en la Iglesia, interferirá con su libertad y tal vez por medio de sugerencias furtivas, habiendo dirigido mucho antes la elección de candidatos para el episcopado, se esforzará ahora por medio de amenazas de fuerza para impedir la elección del candidato más digno para el papado». - Rev. Herman Bernard Kramer, El Libro del Destino, 1975, pp. 277-279.
(Slide 70) «Antes de la segunda venida de Cristo, la Iglesia debe pasar por una prueba final que sacudirá la fe de muchos creyentes. La persecución que acompaña su peregrinación en la tierra desvelará el «misterio de iniquidad» en forma de un engaño religioso que ofrece a los hombres una aparente solución a sus problemas al precio de la apostasía de la verdad. El engaño religioso supremo es el del Anticristo, un pseudo-mesianismo por el cual el hombre se glorifica a sí mismo en lugar de Dios y de su Mesías venido en carne». - Catecismo de la Iglesia Católica (1992), Párrafo #675 - El juicio final de la Iglesia
(Slide 71) «Satanás reina ahora en todos los más altos puestos de mando [...]. Satanás entrará en los puestos dirigentes de la Iglesia. [...]. Las tentaciones serán terribles, el mundo vivirá en tal confusión que los mismos elegidos discutirán en la duda. No habrá escapatoria [...] todo el mundo vivirá momentos terribles de guerra, destrucción y caos político, religioso y cultural. Cuántos errores y cuántas herejías serpentean en cada nación, en cada convento». - Visión de la Virgen del Apocalipsis a Bruno Cornacchiola, 24 de febrero de 1968, Saverio Gaeta, Il veggente. Il segreto delle Tre Fontane [El vidente. El secreto de las tres fuentes], Salani editore, Milán, 2016, op. Cit., pp. 73 «Estamos enfrentando -lo que tal vez tengamos que enfrentar, finalmente- al Falso Papa». - P. Malaquías Martin (lector del Tercer Secreto de Fátima), Detroit, Michigan, hacia 1989, 1992... «Malaquías me confirmó personalmente en 1997 que el «papa» que dirigirá la apostasía en la Iglesia será un hereje y un antipapa». - Padre Paul Kramer, cita de Facebook, mayo de 2016.
(Slide 72) En una entrevista grabada con Santiago Lanús, la Madre Nieves García afirmó que durante las apariciones, la Virgen le dijo a Conchita [González de Garabandal] que antes de que ocurran los acontecimientos futuros, tendrá lugar un Sínodo, UN SÍNODO IMPORTANTE. Conchita le dijo a su tía: «No, la Virgen no dijo Concilio, dijo Sínodo, y yo creo que un Sínodo es un pequeño concilio.» - Madrid, mayo de 2014 [Nota de la Redacción: Según Conchita, el Sínodo es Pre-Aviso].
(Slide 73) El Venerable Fulton Sheen describió la anti-iglesia venidera con asombrosa exactitud ya en 1948: [El Anticristo] tendrá un gran secreto que no dirá a nadie: no creerá en Dios. Como su religión será la hermandad sin la paternidad de Dios, engañará incluso a los elegidos. Creará una contraiglesia que será el simio de la Iglesia, porque él, el Diablo, es el simio de Dios. Tendrá todas las notas y características de la Iglesia, pero al revés y vaciada de su contenido divino. Será un cuerpo místico del Anticristo que en todo lo externo se parecerá al cuerpo místico de Cristo. . ..[80]
(Slide 74) Las proféticas declaraciones de Sheen resuenan con el discurso pronunciado por el Cardenal Karol Wojtyla, el futuro Papa Juan Pablo II, en su intervención en el Congreso Eucarístico de Filadelfia, Pensilvania, en 1976: Nos encontramos ante la mayor confrontación histórica que ha vivido la humanidad. No creo que el amplio círculo de la Sociedad Americana, o todo el amplio círculo de la Comunidad Cristiana se den cuenta plenamente de esto. Nos encontramos ante la confrontación final entre la Iglesia y la anti-Iglesia, entre el Evangelio y el Anti-Evangelio, entre Cristo y el Anticristo. La confrontación está dentro de los planes de la Divina Providencia. Está, por tanto, en el Plan de Dios, y debe ser una prueba que la Iglesia debe asumir y afrontar con valentía [81].
(Slide 75) ¿Acaso Benedicto XVI dedujo del Tercer Secreto, de acuerdo con la enseñanza de Tyconius, que en los designios providenciales de Dios el clímax de la confrontación entre la verdadera Iglesia y la antiiglesia sólo podría tener lugar cuando el Sucesor válido de Pedro permitiera la llegada del "obispo vestido de blanco"? ¿Que lo que se mostró a los niños de Fátima era exactamente lo que Sor Lucía describe - una "imagen especular" - uno que parece ser el Santo Padre pero que en realidad es sólo un doble? ¿Intentaba además Sor Lucía comunicar y resaltar esta "apariencia de Papa" cuando dijo: "¿Teníamos la impresión de que era el Santo Padre? ¿Quería hacer hincapié en esa frase en la palabra "impresión"? - Tuvimos la impresión de que era el Santo Padre". - ¿Era porque, cuando finalmente apareciera el "obispo vestido de blanco", todo el mundo tendría esa misma "impresión"?
(Slide 76) Los verdaderos creyentes abandonarán la Iglesia Estamos llamados a discernir, con la ayuda del Espíritu Santo, lo que para Tyconius, es todo primordial. Tyconius entiende que la gran "caída" de los últimos tiempos no será causada por personas infieles que abandonen la Esposa de Cristo, sino más bien por la Esposa de Cristo alejándose de aquellos que son infieles dentro de ella. En otras palabras, para Tyconius, no son los infieles los que "se alejarán", sino los verdaderos creyentes, que se apartarán del mal dentro de la Iglesia.
¡Creo enfáticamente que el momento para nosotros ha llegado
y que nos urge actuar en consecuencia!
¡No podemos perder más tiempo!
________________________
[1] Por Un alma mariana. 8 Settembre 2022 Pubblicato da Marco Tosatti Source (corto: Alma mariana)
[2] (Calvo Zarraute, Gabriel. De Roma a Berlín: La protestantización de la Iglesia Católica (Spanish Edition) (p. 521). Homo Legens. Kindle Edition.)
[3] Alma Mariana [4] Este Sínodo sobre la Sinodalidad podría causar «Algo parecido a un Cisma» y «la Gran Apostasía de Tyconius» CITAS DE ARTÍCULO DE ALMA MARIANA [1] Audiencia General: Ambrosio Autpert, 22 de abril de 2009, [2] De la Enciclopedia Británica: "Tyconius, uno de los teólogos bíblicos más importantes del cristianismo latino norteafricano del siglo IV. Aunque se sabe poco de su vida, sus posiciones sobre la teología de la Iglesia (eclesiología) proporcionaron a su contemporáneo más joven y padre de la Iglesia, San Agustín, argumentos cruciales contra los donatistas (una iglesia cismática del norte de África). Además, la interpretación antimilenarista de Ticonio de las Escrituras tradicionalmente milenaristas, como el libro de Daniel en el Antiguo Testamento y el Apocalipsis en el Nuevo Testamento, fueron apropiadas por generaciones de comentaristas bíblicos y teólogos cristianos latinos, desde Jerónimo a finales del siglo IV hasta Beda y Beato de Liébana en el siglo VIII. Las lealtades eclesiásticas de sus partidarios, sin embargo, sólo demuestran la ironía y la soledad de la posición de Tyconius: aunque era un donatista que incurrió en la censura de su propia iglesia, nunca se pasó a los católicos." Paula Fredriksen, "Tyconius: Teólogo cristiano", Britannica, https://www.britannica.com/biography/Tyconius
[3] El libro del Apocalipsis.
[4] Tyconius - también deletreado Ticonius o Tychonius.
[6] Beobachtungen zum Kirchenbegriff des Tyconius im Liber regularum, J. Ratzinger, Revue d' Etudes Augustiniennes Et Patristiques 2 (1-2): 173-185 (1956).
[7] Id.
[8] Padres de la Iglesia: Volumen 134 (Washington, D.C.: The Catholic University of America Press, 2017).
[9] Ídem, Introducción de David C. Robinson, 4.
[10] Ídem, 166.
[11] Id., 75.
[12] Id., 158.
[13] «[P]ero a causa de los falsos hermanos introducidos secretamente, que se colaron para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, a fin de esclavizarnos, a ellos no nos sometimos ni por un momento, para que la verdad del Evangelio permaneciera intacta para vosotros» (Gal 2,4-5).
[14] «Hijos, es la última hora; y así como oísteis que venía el anticristo, así ahora han aparecido muchos anticristos. Así sabemos que ésta es la última hora. Se alejaron de nosotros, pero en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Su deserción demuestra que ninguno de ellos era de los nuestros» (1 Jn 2,18-19).
[15] Ticonio, «Exposición del Apocalipsis», Padres de la Iglesia: Volumen 134 (Washington, D.C.: The Catholic University of America Press, 2017), 10.
[16] Ídem, 40.
[17] Ídem, 39. [Id., 75.
[19] Id., 117. [Id., 109.
[21] Ídem, 123.
[22] Ídem, 132.
[23] Cf. Jn 6,70.
[24] Mt 13,24-43.
[25] Mt 13, 47-48.
[26] Mt 25, 1-13.
[27] Mt 25,31-46.
[28] A la iglesia de Éfeso: «Conozco vuestras obras, vuestro trabajo y vuestra resistencia, y que no podéis tolerar a los impíos... Sin embargo, os reprocho esto: habéis perdido el amor que teníais al principio»; a la iglesia de Esmirna: “Conozco vuestra tribulación y pobreza, pero sois ricos”; a Pérgamo: «Vosotros os aferráis a mi nombre y no habéis renegado de vuestra fe en mí... Sin embargo, tengo algunas cosas contra vosotros. Sin embargo, tengo algunas cosas contra ti: tienes allí a algunos que siguen la doctrina de Balaam»; a Tiatira: “Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia... Pero tengo contra ti que toleras a una Jezabel, que enseña y engaña a mis siervos”; a Sardis: “Conozco tus obras, que toleras a una Jezabel, que enseña y engaña a mis siervos”: «Conozco tus obras, que tienes fama de estar vivo, pero estás muerto...Sin embargo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han ensuciado sus vestidos; ellos caminarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos»; a Filadelfia: «Tienes pocas fuerzas y, sin embargo, has guardado mi palabra y no has negado mi nombre»; a Laodicea: «Conozco tus obras; sé que no eres ni fría ni caliente. Ojalá fueras fría o caliente. Por eso, porque sois tibios, ni fríos ni calientes, os escupiré de mi boca... A los que amo, los reprendo y los castigo. Por tanto, sed serios y arrepentíos» Apocalipsis 2-3 (énfasis añadido).
[29] Introducción a «Exposición del Apocalipsis», 14-15.
[30] 2 Tes 2,7.
[31] Cf Dn 9,27; 11,31; 12,11; y Mt 24,15.
[32] Tyconius, «Exposición del Apocalipsis», 93.
[33] Id., 58.
[34] Ídem, 93 (nota 22).
[35] Id., 94 (ésta es la traducción inglesa del texto bíblico que aparece en la Exposición de Tyconius).
[36] Id. 94.
[37] Apocalipsis 8:12.
[38] Da virtutis meritum, da salutis exitum, da perenne gaudium (Secuencia de Pentecostés). El salutis exitum o «salida de la salvación» es una «salida» de las pruebas de la Iglesia que llevará a cabo el plan salvífico de Dios.
[39] Tyconius, «Exposición del Apocalipsis», 157.
[40] Id., 167.
[41] «Antonio Socci: Pope Benedict's Understanding of the End Times», From Rome (14 de febrero de 2020); Antonio Socci, «Two Parts of the Church», extraído de Il Dio Mercato, La Chiesa e L'Anticristo (Rizzoli, 2019).
[42] Tyconius, «Exposición del Apocalipsis», 20.
[43] Ídem, 56.
[44] Ídem, 93.
[45] Id., 20 (Introducción).
[46] Id.
[47] Id., 134.
[48] Id., 135.
[49] Apocalipsis 16:13.
[50] Tyconius, Exposición del Apocalipsis, 153
[51] Id.
[52] Id., 135.
[53] Idem, 107.
[54] Id., 184.
[55] [Id., 74.
[55] [Id., 68.
[57] Id., 70.
[58] Cf. Jn 17, 1-5.
[60] Id.
[62] P. Paul Kramer, El misterio de la iniquidad (Liberty Lake: Unmasking Iniquity Association, 2012) 132.
[63] P. Paul Kramer, ed., La batalla final del diablo (The Missionary Association, Terryville, Conn., 2002) 33. Cf. Centro de Fátima, Algunos otros testigos (1930's-2003).
[64] Ver Padre Gerard Mura, «El Tercer Secreto de Fátima: ¿Ha sido completamente revelado?», revista Catholic, (publicada por los Redentoristas Transalpinos, Islas Orcadas, Escocia, Gran Bretaña) marzo de 2002. Cf. Centro de Fátima, Algunos Otros Testigos (1930's-2003).
[65] Fatima Center, Bishop of Fatima (10 de septiembre de 1984); Frère Michel de la Sainte Trinité, The Whole Truth About Fatima, Volume III: The Third Secret, (Immaculate Heart Publications, Buffalo, New York, 1990) pp. 675-676.
[66] «Amidst Conflicting Fatima “Secrets,” a Clear Message Shines Forth», (21 de abril de 2021); Fuente original: José María Zavala, El Secreto Mejor Guardado de Fátima (Editorial Planeta, 2017).
[67] 2 Tes 2.
[68] Cf.
[69] El secreto de Benedicto XVI (Brooklyn: Angelico Press, 2019), 141.
[70] Id. Véase también el Misal de la Visita Apostólica a Portugal, 12 de mayo de 2017: «como obispo vestido de blanco [como bispo vestido de branco], recuerdo a todos los que, revestidos del blanco bautismal, quieren vivir en Dios y rezar los misterios de Cristo para alcanzar la paz.»
[72] Heb 11,8.
[73] Gén 22.
[74] Heb 11,12.
[75] Catecismo de la Iglesia Católica, párr. 677.
[76] Cf. Mt 14,29 («Pedro bajó de la barca y se puso a caminar sobre las aguas hacia Jesús»).
[77] El P. Gabriele Amorth conoció al Padre Pío hacia el año 1960 y habló con él sobre el Tercer Secreto de Fátima. En 2011, Amorth relató durante una entrevista que cuando se conocieron el Padre Pío le dijo: «Satanás se ha introducido en el seno de la Iglesia (las estructuras físicas) y dentro de muy poco tiempo llegará a gobernar una falsa Iglesia.»
[79] Cf. Gn 22,8.
[80] Fulton J. Sheen, Communism and the Conscience of the West (Indianápolis, IN: Bobbs-Merril Company, 1948), p. 25.
[81] Paul Kengor, «John Paul II's Warning on the “Final Confrontation” With the “AntiChurch,”» National Catholic Register, 5 de octubre de 2018; énfasis añadido.
[82] Hebreos 11:8
VER+:
Militia Michael Arcangelus
Preguntas y Respuestas
¿POR QUÉ CALLAMOS ANTE TANTA INIQUIDAD ECLESIAL?
No podemos callarnos. El que calla otorga. Tenemos que rechazar y renegar está anti-iglesia, si no, seremos anti-cristianos, anti-católicos.
Están corrumpiendo todo: oraciones, catecismo, evangelio, Iglesia. Tendremos que huír de ésta sinagoga de Satanás. Y qué nos excomulguen. Ya que comulgamos con Cristo, protegidos por nuestra Virgen María.
CRISIS DE FE - ENDEREZANDO CRITERIOS
Aclaración necesaria: “El Espíritu Santo no fue prometido a los sucesores de Pedro para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y expusieran fielmente la revelación transmitida por los apóstoles”. Concilio Vaticano I
El Papa, los Obispos y los Sacerdotes son depositarios, no inventores de la Doctrina Católica.
Cuando la Verdad revelada es contradicha, tanto la Iglesia docente como la discente tienen el derecho y el deber de defenderla.
0 comments :
Publicar un comentario