LA MULTIPLICACIÓN DE
LOS JALABOLAS
EN TIEMPOS DE CRISIS
La jaladera en Venezuela (y en España) pica y se extiende, hay gobernantes más que sensibles a la jaladera de bolas, manejar poder no es fácil, allí sabemos de que fibra está echa el alma humana.
Hay personas que les acompañaba mucha humildad, cuando los arropó el poder, se llenaron de vanagloria, no son ni la sombra de lo que eran cuando andaban “pelando y no eran cambures”.
Hay ciertos líderes políticos enfermos de mucho ego, oportunidad que no pierden los cortesanos de la inmoralidad, quienes aprovechan ese lado flaco del jefe para jalar y jalar hasta que llega el momento que aquel que se cree todopoderoso grita ¡basta!, “jale pero no se guinde”. Todopoderoso que le gusta que sus subalternos le “jalen bolas”, en el fondo es una persona con mucho vacío espiritual, lleno de envidia, irritabilidad, prepotente, soberbio, con mucha necesidad de afecto, de ser valorado, se cree la última coca cola en el desierto de Sahara.
En tiempos de crisis, los jalabolas se multiplican, así como crece la basura y la inseguridad, la respuesta es sencilla:
Al jalador le gusta la vida fácil, le jala al gobernante para tener acceso a cargos burocráticos o meterle mano a uno que otro guiso con los dineros públicos o llevar a la familia a trabajar en el sector oficial.
Para algunos estudiosos del tema, el jalabolas, es prolongación del pícaro.
El adulante no tiene corazón en el pecho, actúa con la mayor frialdad. es un sujeto peligroso, a la hora de la jaladera no se detiene ante nada, puede inventar el peor de los chismes, con tal de ganarse la aprobación del adulado.
La jaladera en Venezuela (y en España) pica y se extiende, hay gobernantes más que sensibles a la jaladera de bolas, manejar poder no es fácil, allí sabemos de que fibra está echa el alma humana.
Hay personas que les acompañaba mucha humildad, cuando los arropó el poder, se llenaron de vanagloria, no son ni la sombra de lo que eran cuando andaban “pelando y no eran cambures”.
Hay ciertos líderes políticos enfermos de mucho ego, oportunidad que no pierden los cortesanos de la inmoralidad, quienes aprovechan ese lado flaco del jefe para jalar y jalar hasta que llega el momento que aquel que se cree todopoderoso grita ¡basta!, “jale pero no se guinde”. Todopoderoso que le gusta que sus subalternos le “jalen bolas”, en el fondo es una persona con mucho vacío espiritual, lleno de envidia, irritabilidad, prepotente, soberbio, con mucha necesidad de afecto, de ser valorado, se cree la última coca cola en el desierto de Sahara.
En tiempos de crisis, los jalabolas se multiplican, así como crece la basura y la inseguridad, la respuesta es sencilla:
Al jalador le gusta la vida fácil, le jala al gobernante para tener acceso a cargos burocráticos o meterle mano a uno que otro guiso con los dineros públicos o llevar a la familia a trabajar en el sector oficial. Para algunos estudiosos del tema, el jalabolas, es prolongación del pícaro.
El adulante no tiene corazón en el pecho, actúa con la mayor frialdad. es un sujeto peligroso, a la hora de la jaladera no se detiene ante nada, puede inventar el peor de los chismes, con tal de ganarse la aprobación del adulado.
El jalabolismo o jalamecatismo es una disciplina practicada por el ser humano a nivel mundial, que consiste en el acto de adular a alguien que tiene cierto o mucho poder, ya sea político, económico, social o de cualquier tipo, a fin de conseguir ciertas dádivas o beneficios personales o grupales.
Es común que el ser humano sea aleccionado, tanto física como mentalmente, en el arte del jalabolismo desde su más tierna infancia.
A los niños pequeños, se les coloca una serie de objetos colgantes en las cunas, llamados móviles, para que estos desarrollen los músculos que les servirán en el posterior acto de jalar y guindarse durísimo. También se les aplica la técnica pavloviana del reflejo condicionado, por lo que al momento en que ven a la persona que puede satisfacer sus necesidades fisiológicas, principalmente el hambre, el niño llora hasta que alguien sacia cualquiera que sea la necesidad de la que es objeto en ese momento.
Posteriormente, también se le enseña al niño a abrazar y pedir la bendición a cuanto familiar le pasa por al lado, así sea el tío que se ve una vez al año o la abuela que por supuesto siempre huele a cabuyita de morcilla. Obligándolo a pedir la bendición y a sonreír frente a ellos aunque le hayan quitado el canal de cable de las comiquitas, el niño va desarrollando una coraza que le permitirá mostrar una buena cara cuando tenga al frente a alguien virtualmente poderoso aunque realmente detestable. Esto le garantizará a este individuo la consecución de grandes puestos de trabajo, buenas notas en el colegio, los mejores puestos en los diferentes actos que atenderá durante su vida, así como codearse con personas que de una u otra forma serán influyentes durante su existencia en este mundo.
En esta etapa, ningún conocimiento desarrollado por el ser humano es tan útil y pragmático como el jalabolismo, para lograr las metas que se haya establecido en su vida. Es de esta forma como el/la jalabolista logra tener el/la novio/a que está más buena en el liceo, un empleo fijo a pesar de que la corriente de los no-jalabolistas llevan años contratados sin beneficios laborales, puestos en las esferas más altas del poder (especialmente en los entes públicos) y que les presten el carro que da más prestigio para que lo observen sus congéneres y piensen que tiene un alto status de social, etcétera, etcétera.
El jalabolismo es la práctica más común entre personas de diferentes niveles socioeconómicos. Personas que detentan en la actualidad grandes cargos por los cuales son adulados, fueron en su tiempo grandes jaladores de bola lo cual les permitió llegar al cargo que actualmente poseen.
Esto nos lleva a nuestra primera gran ley del jalabolismo científico que se relaciona a que no se le puede jalar bolas a cualquiera, sino a las personas de la cual se está seguro que se va a recibir un beneficio determinado: Hay que aprender a jalar bola con futuro.
Esto es, adular sólo a las personas que realmente puedan influir en nuestra vida económica, política o social. La segunda ley del jalabolismo pragmático está basada en el hecho de que es más fácil jalar bolas a personas influyentes, que eventualmente permitirán el beneficio del ocio y de más y mejor tiempo libre, en vez de todo lo contrario, emplear gran parte de nuestro tiempo y esfuerzo físico en conseguir estos mismos objetivos por medio del trabajo, el cual no garantiza realmente que alcancemos nuestras metas.
De esta manera enunciamos nuestra segunda ley la cual establece que:
Es preferible jalar bola en la sombra, que echar pala bajo el sol. Para que el jalabolismo sea realmente efectivo, es importante tomar en cuenta que no tiene ninguna importancia que la persona influyente no se dedique a lo mismo a lo que se dedica el jalabolista. El jalabolismo debe ser desarrollado en su sentido más amplio posible. Aunque Ud. sea graduado de una carrera científica, debe jalar durísimo hasta a los humanistas que se le cruzan por el camino.
Nunca como hasta ese momento será tan útil el sentido multidisciplinario del jalabolismo científico, por lo cual enunciamos la tercera ley: Jálale bolas a cualquier persona con un perfil más o menos alto, no sabes cuándo vas a necesitar de ella. Es importante tener en mente que, el acto de jalar bolas, nunca debe ser detenido por cuestiones morales o éticas.
Muchas personas se cohíben de jalar bolas porque creen que van a caer en un plano en el cual pueden ser considerados menos que insectos. Todo lo contrario, el jalabolismo debe ser visto como una conducta ejemplar que permite alcanzar rápidamente altos niveles de vida.
Basados en esta reflexión, enunciamos la ley fundamental de esta disciplina:
Jalar bola puede que denigre tu integridad física y moral, pero piensa en todo lo que obtendrás a cambio de tu dignidad. Asimismo, se cree que el jalabola no nace, sino que se hace.
Usted mismo que lee este tratado sociológico tiene una gran capacidad para jalar y llegar lo más arriba posible por medio del arte de la adulación.
Sólo se necesita descubrir el caballo que todos llevamos por dentro y desarrollar las facultades para jalar bolas que proporcionarán, tarde o temprano, grandes beneficios laborales y vitales. Así, enunciamos nuestra última ley que reza:
Saca el jalabola que hay en ti. Todos sabemos hacerlo, lo que pasa es que no lo sabemos.
De esta manera, para cerrar y concluyendo que ni el descubrimiento del fuego, ni la invención de la rueda, ni la escritura, el tornillo o el clavo han sido tan trascendentales para la historia de la humanidad como la invención de la práctica humana de jalar bolas, la cual ha contribuido profundamente al desarrollo de los grupos humanos, una persona a la vez, sin importar la características particulares propias de cada individuo, o lo que es lo mismo, del jalabola, en sociedad.
EL MANUAL DEL
JALABOLAS
-Abuelito me encontré este libro que dice “Manual del Jala bolas”
-Abuelito, y eso que llaman ¡Jala bolas…! ¿Qué significa?
-Excelente pregunta Mateo.
-Te diré que, hablando, así como los locos, acá en Venezuela según lo que decía “Don Pelabolas” es el reino de los “Jala Bolas”, fíjate que:
“La cobardía y la jaladera de bola se alimentan mutuamente”.
“Todo cobarde es Jala Bola y todo Jala Bola es un cobarde”.
-Abuelo cómo así:
-Bueno Max, sus principios no son éticos, sino más bien acomodaticios y subalternos, sin importarle que todo el mundo se percate de la infeliz y miserable vida arrimada al poder del que cobardemente depende por su falta de talento y por la manifiesta envidia que experimenta hacia las personas exitosas e independientes económica, intelectual, emocional y artísticamente; que han trabajado por lograr lo que poseen.
-Vean en Venezuela tenemos ya 32 ministerios y más de 107 viceministerios de puros jala bolas que no hacen nada y lo peor del caso es que no dejan hacer nada, por eso estamos como estamos “todos pelando bolas”.
-Abuelito, y cuando empezó eso del jalabolismo y la peladera.
-Digamos que eso viene de tiempos inmemoriales donde "…el jala bola no nace, sino que se hace".
“Ni el descubrimiento del fuego, …ni la invención de la rueda, ni la escritura, el tornillo o el clavo han sido tan trascendentales para la historia de la humanidad como la invención de la práctica humana de jalar bolas, la cual ha contribuido profundamente al desarrollo de los grupos humanos, una persona a la vez, sin importar las características particulares propias de cada individuo, o lo que es lo mismo, del jalabola, en sociedad…"
-¿Dinos un ejemplo abuelo?
-Eso es tan fácil que de pronto el partido te da un ministerio o una gobernación, siempre y cuando seas un buen adulante.
-Si descubres que un subalterno está robando sin tu consentimiento, arma el verguero de una vez, denúncialo y así harás creer en el pueblo que eres el paladín de la honestidad y la pulcritud, tienes siempre que aparentar, claro eso lo sabe tu jefe, más nadie, por algo tu patrón lo tienes ahí ya que tú eres el escaparate, el cómplice, la caja fuerte de él, no él de ti, ten eso claro.
-Debes ser un buen arrastrado si quieres ascender, tienes que ser el oído y los ojos de tu jefe, si el jefe es un patán debes imitarlo, pero nunca a su nivel, eso le puede dar sospecha que usted le está serruchando el puesto y te puede costar tu cargo para los ascensos.
-Por ejemplo para cargos de ministros, directores, presidentes de instituciones gubernamentales o candidatos a gobernadores, alcaldes, diputados, no se le ocurra presentar su currículo, solo vasta hacer público su prontuario de corruptelas, es suficiente, es el mejor aval para el partido, nunca diga no, siempre si a todo sin contravenir al jefe del partido, por ejemplo si tu jefe político dice que el escudo parece una letrina, afirme siempre que tiene toda la razón, que tiene una imaginación a millón, tú sabes que tienes que esperar por lo tuyo, pero esa espera tiene su recompensa o sea la mascada, la mordida, es decir tu virtud esta, en ser un buen jalabolas.
-Bueno Max, si tu jefe por casualidad cae en desgracia, ni se te le acerques, ese peo es de él y no tuyo, conviértete en verdugo, por ejemplo, comenta: no daba la talla, el cargo le quedaba grande, es mi amigo, pero era un incapaz, descubrí que había roto con la línea del partido y cosas así, haz esos comentarios delante de sus máximos jefes para que te oigan, insinúa que si tu hubieses tenido ese cargo no ocurriese esos errores tan bochornosos.
-Otra cosa Max, no comentes nada en la calle a favor o en contra, por si tu jefe cae en la propia desgracia no vayan a salir a decir, “Ahhh pero tu antes lo defendías a capa y espada”, actúa agazapado como buen oportunista que eres, solo sal en defensa de él, cuándo esté presente y así ganas puntos, recuerda siempre la palmadita de hombro.
-Si te botan o te expulsan de tu partido, no te preocupes, afuera hay muchos más partidos iguales al que estabas llenos de jala bolas, ingresa al que está de moda.
-Anoten muchachos como son los jala bolas:
EL JALA BOLA: es un ser absolutamente infeliz, despreciado en silencio y en público por todos aquellos que tienen la desgracia de conocerlo.
EL JALA BOLA: está consciente de su ruin condición y en el fondo siente desprecio por su alma inútilmente vendida al poder, bien sea a un gobierno de izquierda o a uno de derecha.
EL JALA BOLA: puede ser cualquiera no importa su posición o profesión: un barrendero, un médico, un ingeniero, un político, un publicista o un periodista. Jala Bola es una generación del alma.
EL JALA BOLA: es como el humo, nunca puede esconderse. Se le ve su actitud servil, todos lo comentan, algunos con lastima y otros con rabia.
EL JALA BOLA: es un cobardón hipócrita que por quedar bien al poder al que le jala, es capaz de mentir inescrupulosa y descaradamente para desprestigiar a la gente, que honesta y a punto de talento, disfruta de su éxito. EL JALA BOLA: no puede comprender que a alguien le vaya bien en la vida sin necesidad de arrastrarse.
EL JALA BOLA: cuando toma posiciones, lo hace para atacar a quienes no le pueden hacer daño porque ya no son poderosos.
EL JALA BOLA: no tiene un perfil ideológico que guie su destino. Nunca se compromete realmente con nada, siempre está al acecho de quien detenta el poder para correr a ejercer su función.
EL JALA BOLA: es un ser frustrado que jamás tendrá brillo propio que prefiere vivir en la sombra, amparado en la falsa fuerza que proporciona el poder efímero. El jalabolismo es ya una cultura de nuestro Sistema Democrático de partido, acá sobresalen figuras importantes y en los sendos discursos políticos los vemos haciendo parte de un público que asienta con la cabeza posturas agrias, rebeldes o locas, que intuimos legítimas proponer por parte del líder, pero que cuestionamos poder expresarlas nosotros mismos, ante nuestra propia anulación como personas y como electores.
-Abuelo, pero específicamente ese significado de “Jalar bola” o “Halar bola”, comúnmente se utiliza como expresión vulgar para referirse a quien se dedica a adular, halagar exageradamente a alguien o intentar disuadirlo de forma zalamera o insistente, ¿Es eso es correcto abuelo?
-Abuelito, entonces es todo lo contrario a lo que creía la gente no tiene nada que ver con halar testículos o las turmas como dices tú, cosa que sería sumamente dolorosa.
-Sí Mateo, digamos que su origen en la jerga venezolana data de las viejas cárceles desde el Dr. José María Vargas hasta el mismísimo General Juan Vicente Gómez, donde los presos usaban grilletes con bola al momento de realizar trabajos forzados o mantenerse dentro de los recintos carcelarios.
-En aquellos tiempos los reos con mayor poder económico o influencia tenían a su “jalabolas” particular que los ayudaba a cargar o arrimar las pesadas bolas de hierro que tenían aferradas a sus tobillos con cadenas.
-Más con el transcurso del tiempo digamos que mutuo en la cultura popular que es poco conocido el origen del término a pesar que se usa diariamente en la jerga del venezolano.
-Abuelito, mira allá como que viene un corrupto pesado con su grupo de jala bolas atrás, adulándole y aplaudiendo todo lo que dice parecen unas focas del acuario aplaudiendo. Jii…jiii…jiii…
-Abuelo de donde aprendiste eso. -Max y Mateo de la universidad de la vida que no enseña diariamente cosas y las tomo de aquí, de allá y del más allá para tener ideas de los escritos hago yque leo diariamente.
Abuelo, por allá en el sur hay uno que está gritando: ¡Libertad Carajo….!
-Así ese es medio loco, pero genial ya le mando los leones y les cortó a tan solo nueve ministerios de la retahíla de ministerios que había y ahora esta digamos castrando a todos esos jala bolas de dichos ministerios, amanecerá y veremos.
-Pues yo creo que este otro que esta allá arriba por Centroamérica, ya castró a esos vagos sin oficio, asesinos que tenían en jaque a su país, ya lleva más de 500 días sin ningún asesinato y ahora va a construir unas cárceles nuevas especialmente para esos corruptos jala bolas del gobierno, y dejarlos encerrados por muchísimos años y despojados de todos sus bienes.
-Abuelito, y los pelas bolas, eran esos jugadores de béisbol cuando en pleno juego no lograban batear la bola, ni atinaban al momento de batear o atrapar la bola les decían “pela bolas”, sobre todo porque siempre estaba en la banca sin hacer nada. -Abuelito, será que algún día llega eso por acá y salimos de esta peladera de bolas y bateamos un “Home Run”.
-Max y Mateo, amanecerá un nuevo año y veremos.
“Por ahora”, como dijo aquel finado, seguimos escribiendo la peladera de bolas en que estamos viviendo.
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